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Park ShinHye sonrió feliz cuando vio al mayor de sus hijos de nueva cuenta, habían pasado dos días de la visita del castaño a su casa y ella pensó que tan rápido como había llegado, así mismo se había ido. Sin embargo; para su sorpresa Jimin se había quedado algunos días recorriendo Busan con Taehyung.

La castaña observó la felicidad que su hijo emanaba con tanta facilidad y una pequeña parte de ella se sintió un poco triste al no poder vivir con su hijo aquellas emociones. Jimin había dejado la casa a los dieciocho años y se había aventurado a un mundo cruel sin ningún tipo de apoyo más que el económico, ahora que veía hacia el pasado, la pena nublaba sus acciones mientras recordaba como prácticamente había dejado solo a uno de sus hijos por aferrarse a un matrimonio que tenía años decayéndose pero que ella temía perder.

— Mamá, disculpa por dejarte tanto tiempo sola. — Mencionó el castaño tomando asiento junto a la mayor. — Taehyung quería seguir explorando el centro comercial así que le pedí a JiHyun que lo perdiera un rato. — Le guiñó el ojo divertido. La mujer rio conociendo los gustos de su hijo menor por ir a comprar comida en los últimos negocios del lugar.

— Lo hará caminar bastante. — Aseguró la mujer. Jimin se encogió de hombros sin ningún ápice de arrepentimiento en sus acciones.

— Él se lo buscó. — Susurró observando el lugar. La gente caminaba a su alrededor bajo cómodas conversaciones. — ¿Cómo está papá? — Preguntó de repente, rompiendo la atmósfera de tranquilidad que se había adueñado de ellos. ShinHye se encogió de hombros.

— Ahora supongo que él estará trabajando, no habla mucho desde que fuiste a casa, supongo que debe estar procesando tus palabras todavía. — Comentó sinceramente la castaña mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro. — Me alegra sinceramente que encontraras el amor Jiminnie-ah. — Sonrió la mujer. — Realmente nunca pensé que lograría ver en ti ese brillo en tu mirada, pero lo tienes cuando hablas de él. — Comentó. — ¿Cómo se llama? ¿Cómo lo conociste? ¿Dónde está ahora? ¿Por qué no vino contigo? — Jimin rió nerviosamente ante la notable curiosidad por parte de su madre.

— Él se llama YoonGi, Min YoonGi. — Sonrió Jimin. — Tiene veintinueve años y es solo un poco más alto que yo, realmente ni se nota mucho la diferencia. — Mencionó encogiéndose de hombros. — Lo conocí en un bar y... — Jimin calló ante los recuerdos y la mujer rió divertida. — La noche que fueron al apartamento, ¿la recuerdas? — ShinHye asintió con pesar mientras recordaba aquella catastrófica cena en la cual ilusamente pensó que las cosas por fin se arreglarían entre su esposo y Jimin. — Me fui del apartamento y fui a un bar, estaba tomando cuando lo conocí y desde el primer momento sentí una irremediable conexión con él, fue diferente. — Confesó. — Ahora que lo pienso mejor, desde un principio todo había estado destinado a pasar para que él y yo nos encontráramos. — Meditó aquellas palabras por un momento antes de decirlas. — Creo que si me tocara regresarme a aquella noche y vivir nuevamente todas las palabras que mi papá me dijo, lo haría solo porque sé que después lo encontraría a él en medio de la inmensidad de todos los problemas que me rodeaban, esperando por mí.

— ¿Lo amas? — Preguntó la mujer.

— Completa y absolutamente. — Admitió. — YoonGi... YoonGi fue un viaje de emociones, definir lo que me hace sentir me haría darme cuenta que las palabras no serían suficientes. Llegó a mi vida como un terremoto, inesperado y desconcertante, un completo enigma que no tenía definición alguna pero que cambió todo en mí y me hizo conocer el amor de una forma diferente, no el amor que siento por mis amigos ni mis familiares, el amor que sientes por una persona, ese que nace sin permiso en tu interior y te lleva a las más asombrosas y dolorosas aventuras que pueden existir.

— ¿Dónde está él ahora? ¿Por qué no vino contigo? — Jimin suspiró sonoramente mientras veía a su madre.

— Ahorita él está en Daegu, tuvimos un pequeño problema y decidió que debíamos darnos un tiempo. — Comentó cabizbajo recordando aquel momento en el hospital. — Tengo seis meses sin verlo y por un momento pensé que lo había perdido, que nunca más volvería a encontrarlo.

— ¿Pero? — Inquirió la mujer con una sonrisa en su rostro siendo consciente de que algo bueno tenía que venir siendo que Jimin contaba aquello con la misma sonrisa ilusionada con la cual empezó el relato.

— Él regresó a mí, justo aquella noche que fui a casa YoonGi me llamó. — Susurró feliz. — Fue algo que no esperaba por ningún motivo, pero me llamó y me apoyó de la forma en la cual él solo puede hacerlo y lo sentí aquí. — Mencionó llevando una de sus manos a la altura del corazón. — Sentí que me ama igual que yo, así que solo tengo que esperar. — Suspiró mientras veía hacia el techo, la noche pintaba el oscuro firmamento mientras pequeñas estrellas empezaban a brillar. — Nos vamos a encontrar nuevamente bajo el cielo estrellado. — Comentó con ilusión. ShinHye sonrió mientras se levantaba de su asiento y corría hacia los brazos de su hijo mayor.

— Lo encontrarás y serán felices Jimin-ah, yo lo sé. — Aseguró la mujer.

— Momento cursi, momento cursi. — Se burló JiHyun llegando hasta ellos seguido de Taehyung. — Les traje comida. — Mencionó señalando las bolsas que cargaba Taehyung en sus manos. — Ya deberíamos irnos, mañana el tren para Seúl sale temprano y a ti se te pegan las sábanas cuando tienes que salir hyung. — Mencionó divertido el menor de todos. Jimin frunció el ceño.

— Ya cállate Jihyun. — Protestó ShinHye antes de levantarse y obligar a ambos recién llegados a unirse al abrazo. — Taehyung-ah, muchas gracias por cuidar de mi pequeño Jimin. — Taehyung sonrió.

— Es un placer para mí cuidar a ese mocoso revoltoso señora Park.

...

SeokJin suspiró sonoramente mientras limpiaba superficialmente aquella lápida, a su lado YoonGi y JungKook sostenían algunas flores mientras esperaban el momento adecuado para colocarlas en su lugar.

— A veces quisiera creer que nos encontraremos con papá en algún momento. — Mencionó JungKook rompiendo el silencio en el cual se encontraban. — Quisiera verlo aunque no nos reconozca. — Susurró extendiendo unas flores hacia el mayor.

— Se fue sin darnos cuenta, muchas veces me preguntó cómo sería. — Mencionó YoonGi mientras veía aquel lugar que habían creado de forma simbólica en el patio de la casa. — Papá fue la única persona que pudo haber hecho que las cosas fueran diferentes, supongo que mamá tuvo que ver con su muerte.

— Irene sabe. — Mencionó Jin. — Incluso creo que Jimin debe saber cómo pasó todo, él vio todo lo que representaba Chaerin en nuestras vidas, hasta el último momento.

— Si Irene sabe, tú también lo sabes ¿no? — Preguntó serio YoonGi mientras sentía la tensión emanar del cuerpo de JungKook. Jin asintió renuentemente mientras volteaba a ver a sus dos hermanos menores. — Entonces dilo. — La mirada del mayor se paseó entre JungKook y YoonGi.

— M-Mamá. — JungKook negó cerrando los ojos. YoonGi simplemente esperó en silencio. — Papá nunca estuvo de acuerdo con mamá y el viejo consejero que tenía, él siempre fue en contra de lo que ambos tenían en mente así que mamá y él decidieron que lo mejor que tenían que hacer para mantener sus planes era deshacerse de papá.

— ¿C-Cómo? — Preguntó JungKook.

— Le dio veneno en una copa. — Mencionó desviando la mirada. Tanto JungKook como YoonGi asintieron ante lo dicho mientras una sensación de dolor calaba profundamente dentro de ellos. — ¿Saben algo? No sé qué es lo peor de todo esto. — Reconoció Jin. — Papá lo sabía todo, sabía lo que mamá tenía en mente y aun así fue con ella y aceptó su destino sin protestar.

— Supongo que papá estaba cansado de luchar contra la corriente. — Mencionó YoonGi. — Mamá era impredecible y quizás, el vio algo peor que el destino frente a él y por eso fue. — Sonrió tristemente. — Papá estuvo ahí, lo sentí cerca de mi cuando estaba entre la vida y la muerte. — Comentó YoonGi por primera vez. — Y-Yo no quería volver. — Titubeó el pálido bajo la atenta mirada de sus dos hermanos. — Q-Quería irme y no regresar más, pero él estuvo ahí esperando por mí, lo último que recuerdo es que él me empujó y me dijo que mi tiempo no había terminado.

— Ya lo malo pasó. — Mencionó Jin mientras se levantaba del suelo en donde estaba sentado y veía a ambos menores. — Si no podemos olvidarlo, por lo menos tratemos de no traerlo más al presente. — Pidió. — El pasado es eso, simplemente pasado.

— Entremos a la casa. — Animó JungKook extendiéndole la mano a YoonGi. El pálido asintió mientras tomaba el agarre del menor. — Tenemos que terminar de acomodar las maletas para irnos.

— La luna brilla mucho hoy. — Mencionó YoonGi repentinamente mientras elevaba su vista hacia el firmamento. JungKook y Jin imitaron la acción del pálido observando en la misma dirección que éste. — Brilla fuertemente para el cazador.

— Es bonita cuando sabes que nada malo pasará con verla. — Comentó JungKook. — Porque ahora es solo eso, una estrella más del firmamento que reposa sobre nosotros. — Jin negó.

— La luna siempre brillará para el cazador JungKook. — Mencionó el mayor de los tres. — Solo que esta vez, nosotros ya no lo somos y eso... Eso está bien. — Sonrió el mayor mientras se abrazaba a sus dos hermanos y caminaban juntos hasta la casa.

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.

Ya el capítulo que viene es el final de Hunter. Dos años con este fanfic, mucho tiempo pensándolo, otro desarrollándolo y al fin está culminando y siento que voy a llorar culeramente porque le tengo tanto cariño a esta historia.

Le tengo aprecio a todo lo que escribo, pero Hunter se lleva dos años de mi vida en palabras, y es muy: Wow.

Muchas gracias por leer, por darle la oportunidad a esta historia.

Nos leemos próximamente para finalizar esta obra.

Les quiere, Marina. 

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