[32]
El malo es malo, no importa que apariencia cargue ni detrás de que se esconda. La oscuridad siempre está con él.
...
SeokJin observó fijamente el vaso de café que el menor de ambos le había otorgado. No había palabras en medio de aquella compañía y a pesar de lo incómodo que pudiera parecer, ambos se sentían bien.
NamJoon por su parte tenía su mirada puesta en el mayor, lo había visto distraído desde algunos minutos y lo conocía lo suficientemente bien para saber que algo le perturbaba.
— ¿Te pasa algo? — Jin se sobresaltó ante la pregunta, levantando su mirada del café la dirigió hasta el moreno de cabellos grises. Nam le sonrió amablemente mientras trataba de descifrar el enigma que se escondía detrás de la mirada del pelinegro. — Sé que estás preocupado por YoonGi, incluso por JungKook pero ambos estarán bien.
— Si te cuento todo el peso que cae sobre mis hombros pensarás que estoy loco. — Susurró sinceramente SeokJin mientras miraba con desespero al menor. — Son tantas cosas, tantos problemas de años tras años, yo realmente no sé cómo va a terminar todo.
— Puedo ayudarte. — Susurró NamJoon tomando una de las manos del mayor y dándole un pequeño apretón. — Cuéntame las cosas que te atormentan, somos amigos ¿no?
Jin sonrió sinceramente por primera vez en toda esa larga estadía dentro del hospital.
— Lo somos. — Afirmó sintiéndose tranquilo. — Todo empezó hace mucho tiempo.
...
JungKook despertó frunciendo el ceño ante el leve dolor que sintió en la cabeza. Su mirada se paseó por el lugar reconociendo aquello como una habitación de su antigua casa, inmediatamente sintió un escalofrío recorrerle de arriba abajo cuando en una esquina, sentada como si nada se encontraba su madre.
Chaerin sonreía hacía él con algo parecido a la burla, sus destellantes orbes rojizos le observaban con atención mientras sus manos sostenían lo que parecía ser una foto de él junto a sus dos hermanos.
— JungKook-ah. — Habló en un tono de voz bajo. — Me alegra tanto verte. — Susurró sonriendo falsamente mientras dejaba la foto en una pequeña mesa. — Han pasado tantos años pero sabría que vendrías a mi otra vez, siempre fuiste el más fiel de todos mis hijos.
— ¿Qué quieres? — Preguntó arisco mientras intentaba mantener la distancia entre ambos. Chaerin se detuvo fingiendo asombro ante la actitud del menor.
— No sé porque me tratas así si he sido tan buena contigo. — Sonrió divertida. — Con ustedes tres mejor dicho, en especial con YoonGi-ah.
— ¿Buena? — Inquirió el menor. — Mamá, estás loca.
— ¿Por qué? — Cuestionó fingiendo inocencia de todos sus actos. — Estás hiriendo mi sensible corazón inexistente.
— No importa la forma en la cual te presentes a mí, no soy el mismo de antes y sé perfectamente cómo eres.
Una risa sin alegría alguna escapó de la mujer poniendo a JungKook alerta. El ambiente se sentía incluso más frío que el principio y aquello no le causó gracia al menor.
— ¡Vaya! ¡Creciste! — Exclamó felicitando al menor. — Ya no eres la mente débil a la cual puedo manipular, tanto que me divertí contigo. — Mencionó limpiándose una falsa lágrima.
— ¿Por qué?
— ¿Por qué? — Inquirió ella adoptando una postura desafiante. — Teníamos el poder en nuestra sangre, así como YoonSuk cuando ganó la guerra y ascendió al puesto de emperador. ¡Teníamos todo para doblegar a la raza inferior y todo se fue a la mierda por su culpa! — Gritó desestabilizándose mientras recordaba a YoonGi. JungKook intentó levantarse pero por más que pudo, ninguno de sus sentidos reaccionaba. — No puedes moverte mientras estés en mi realidad. — Susurró divertida mientras caminaba hasta el menor y tomaba asiento en la cama junto con éste. — Me lo voy a llevar algún día. — Amenazó. — Me llevaré todo lo que él ama y acabaré con su vida tan miserablemente como acabó la mía.
— Quien te mató fue a quien tanto veneras, YoonSuk. — Escupió amargamente el menor. Chaerin se encogió de hombros.
— ¿Y eso qué? — Preguntó. — Lo odio, lo odio a él tanto como te odio a ti y a tu hermano Jin. — Susurró sincera sin ningún ápice de buenos sentimientos en sus acciones. — Si destruí al chiquillo que se cruzó en su camino antes, lo puedo hacer otra vez.
— Tus asuntos son con nosotros, deja a Jimin fuera de esto. — Gruñó el pelinegro. Chaerin sonrió asombrada.
— ¿Ahora te cae bien el niñito que provocó la desgracia de tu hermano? — Preguntó irónicamente, mirándole con atención. JungKook se tensó a su lugar mientras abría los ojos abruptamente.
— Fuiste tú. — Susurró entendiendo por fin. — Tú usaste a Jimin para alterar a YoonGi. — La mujer le ignoró. — Tú, siempre has sido tú todo el tiempo.
— ¿Quieres un premio por tu descubrimiento JungKook-ah? — Inquirió divertida mientras le miraba altivamente. — Siempre fuiste una masa moldeable en mis manos, tan dócil y sumiso ante mis demandas, ¿en qué momento te perdí? — Cuestionó. — Tú y yo pudimos haber hecho tantas cosas bien, YoonGi sería el rey del mundo y nosotros seriamos sus fieles consejeros, tenías la fuerza y los atributos; solo tenías que dejar salir al depredador reprimido dentro de ti.
— ¿Y matar a todos?
— ¡Exacto! — Exclamó emocionada tal cual como una niña pequeña. — ¿Por qué te perdí?
— Porque tú no tienes poder sobre mí. — Inquirió seguro. Chaerin retrocedió.
— S-Si tengo poder sobre ti, yo los controlo a todos ustedes. — Mencionó titubeante mientras la actitud demandante de minutos atrás desaparecía dejando a la vista una temblorosa mujer.
JungKook rió divertido mientras negaba y veía a su madre con molestia.
— No eres nadie Min Chaerin para mandar sobre nosotros. — Sentenció serio. — Tu tiempo ya acabó, el nuestro no. — Chaerin negó mientras se llevaba sus manos temblorosas a su rostro. El frío que invadió la habitación fue cediendo hasta que el entumecimiento en las extremidades del menor desaparecía poco a poco. Levantándose de la cama en donde estaba, JungKook avanzó hasta la puerta.
— N-No p-puedes irte, t-tú... Ustedes s-son míos. — Titubeó. JungKook negó.
— Somos libres. — Respondió JungKook. — Y tú solamente eres un mal recuerdo del pasado que no volverá más, adiós Min Chaerin.
...
JungKook despertó de forma abrupta y la respiración acelerada. La máquina que monitoreaba sus sentidos emitió un sonido irritante que hizo que este frunciera el ceño en dirección a esta. Sin ver más nadie a su alrededor, se desprendió de los cables que se conectaban a su cuerpo y se bajó de su camilla en busca de algún rostro conocido.
Al no ver algún conocido, se dejó caer en una de las sillas que estaban por el pasillo y se llevó las manos a su cabeza, revolviendo con furia su negro cabello.
Estaba tan confundido y se sentía tan mal.
Había pasado demasiado tiempo defendiendo a su madre, demasiado había pasado y aguantado, solo para terminar sabiendo que no era nadie para quien alguna vez; fue su todo.
— ¿JungKook? — La voz clara de Irene se escuchó detrás de él. La pelinegra avanzó con cuidado, bajo la atenta vigilancia de una de las enfermeras que la habían retenido en la habitación. — ¿Pasa algo? — Preguntó preocupada al ver el semblante del menor. JungKook se lanzó hacia los brazos de la pelinegra mientras empezaba un llanto silencioso que poco a poco fue tomando más intensidad.
Irene solo consoló al menor mientras cantaba una vieja canción de cuna al oído de este.
...
Jimin corrió por el pasillo del hospital bajo la atenta mirada de Taehyung y el personal médico que observaba con reproche la acción de éste. El castaño llegó hasta recepción en donde en medio de una pequeña discusión, ésta le indicó en donde estaba YoonGi.
— Jimin cálmate ya o nos van a sacar. — Imploró Taehyung. El castaño negó mientras recorría los pasillos, esta vez a un paso más lento que el anterior.
— Necesito verlo, necesito disculparme.
— Quizás no esté despierto aún, detente. — Pidió el menor de ambos mientras agarraba bruscamente al castaño y lo volteaba hacia él. — Mírame y respira hondo. — Jimin asintió mientras obedecía el mandato del menor. — Ahora suéltalo.
— Estoy bien. — Aseguró Jimin habiendo repetido aquella acción más de tres veces. Taehyung rodó los ojos mientras negaba.
— Haré que te creo, pero por favor... Si ves a JungKook contrólate. — El castaño asintió mientras de nueva cuenta tomaban camino hacía el segundo piso en donde estaban los cuidados intensivos.
Tanto Jimin como Taehyung se detuvieron al ver a JungKook sentado junto con Irene. La pelinegra desvió su mirada hacia ellos y no tardó mucho para que la mirada de JungKook también se encontrara con la de ellos. La tensión era notoria en el ambiente mientras el silencio incómodo reinaba en el lugar.
— ¿Cómo está él? — Jimin se animó a preguntar, manteniendo la distancia entre ellos. JungKook se mantuvo callado y aquello exasperó de cierta forma al castaño. — JungKook, por favor.
— ¿Ahora te cae bien el niñito que provocó la desgracia de tu hermano? — Preguntó irónicamente, mirándole con atención. JungKook se tensó a su lugar mientras abría los ojos abruptamente.
— Fuiste tú. — Susurró entendiendo por fin. — Tú usaste a Jimin para alterar a YoonGi. — La mujer le ignoró. — Tú, siempre has sido tú todo el tiempo.
— ¿Quieres un premio por tu descubrimiento JungKook-ah? — Inquirió divertida mientras le miraba altivamente.
El menor tensó la mandíbula mientras desviaba la mirada. Un suspiro cansado escapó de sus labios mientras apretaba sus manos en puños. Irene a su lado le susurró que se calmara para no llamar la atención dentro del hospital ni causar alboroto.
— Así no hubiese sido tu intención, sabes que es tu culpa que estemos aquí. ¿Verdad? — Preguntó aquello en un tono de voz bajo.
— T-Tú no entiendes. — Titubeó el castaño. — Hubo algo que me redujo a nada, sé que puede parecer una excusa fantasiosa pero estoy seguro que... — JungKook le interrumpió mientras alzaba una de sus manos.
Irene y Taehyung observaban en silencio, dispuestos a intervenir en cualquier momento en que las cosas se alteraran.
— Perdón. — Aquello descolocó de gran manera tanto a Jimin como Taehyung e Irene. JungKook llevó su mirada hasta el castaño. — Mi rencor, el miedo de Jin y YoonGi y tus ganas de saber fueron quienes la trajeron de vuelta, siempre estuvo con nosotros y nunca nos dimos cuenta. — Susurró recordando el sueño que había tenido con su madre. — He actuado mal todo este tiempo y me disculpo por eso, tú no tenías la culpa de lo que pasó en aquellos tiempos.
— Yo no tengo nada que perdonar porque el pasado es eso, pasado. — Mencionó el castaño. JungKook asintió. — Hay que vivir el presente sin miedo, quizás tú y yo nunca nos llevemos bien, pero ahora lo que me importa es YoonGi. — Mencionó. — ¿É-Él está bien? — Preguntó.
— Está descansando, no creen que despierte todavía. — Mencionó Irene mientras palmeaba con cariño la espalda de JungKook. — Esto es solo un mal momento, todo va a pasar y estaremos bien. — Sonrió la pelinegra mientras veía de JungKook a Jimin y de Jimin a Taehyung. — Quizás pase el tiempo para que las heridas cierren por completo y todo tome su rumbo de nuevo, pero pasará. — Aseguró la pelinegra. Taehyung sonrió mientras veía a Jimin y revolvía de manera juguetona el castaño cabello de este.
— Todo va a estar bien, mochi.
¡Hola!
Me gusta la idea de empezar a reparar o por lo menos, normalizar las cosas entre JungKook y Jimin, será un camino largo pero creo que puedo lograr eso. Chaerin había regresado porque aún tenía dominio sobre los chicos, por eso JungKook sueña con ella y cuando éste por fin entiende la verdadera forma de ser de su madre, es que se desprende totalmente de ella. Chaerin siempre estuvo ahí, trabajando en segundo plano y esperando el momento exacto para regresar.
Pero ya no lo hará, no volverá. La puerta abierta para ella se cerró al fin y solo será un feo recuerdo.
YoonGi no despierta aún. Pero siendo sinceras aquí entre nosotras. ¿Creen que las cosas entre el Yoonmin se arreglen como arte de magia?
Ya veremos que pasará más adelante. Y por fin, ahora si me siento bien al decir que este es el arco final de Hunter.
Muchas gracias por leer, votar y comentar, me han hecho tan feliz durante los días de actualizaciones.
Disculpen cualquier error y hasta la próxima.
.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro