Todo estaba blanco, o por lo menos eso era lo que YoonGi pensaba mientras vagaba por aquel desierto sendero en donde no había más nada que él. Estaba en un lugar iluminado y completamente vacío.

— YoonGi-ah. — Escuchó que le llamaban. El pálido se detuvo a mitad de camino mientras sentía algo parecido a la conmoción. — ¿YoonGi?

El pálido volteó y le vio justo ahí. Su mirada falló por segundos mientras observaba incrédulo a la persona que estaba detrás de él mirándole con una sonrisa. El menor de ambos se paralizó en su lugar mientras le observaba allí de pie frente a él, tan pulcro y elegante como él solía ser.

— ¿P-Papá? — Logró preguntar aquello mientras sentía el torbellino de emociones dentro de él. JiYong sonrió mientras abría los brazos. El pálido no lo pensó mucho mientras iba hacia él y se aferraba fuertemente a aquel contacto. — No lo entiendo... Tú te moriste hace tanto tiempo, ahora estás aquí...— Susurró confundido mientras sentía la calidez del cuerpo contrario. —¿Dónde estamos? ¿Estoy muerto?

— ¿Muerto? ¿De qué hablas? — Cuestionó el mayor de ambos mientras se separaba de YoonGi y le veía con una expresión de cariño en su rostro. — Has estado mucho tiempo aquí. — YoonGi negó mientras sentía las lágrimas aglomerarse en sus ojos.

— No lo entiendes. — Susurró el pálido con dolor mientras negaba. JiYong le observó. — Déjame ir contigo, por favor — Pidió en última instancia mientras se aferraba a la ropa blanca que cargaba su padre. JiYong negó mientras se alejaba del toque de su hijo con dolor.

— No sabes lo que pides. — Mencionó el mayor con dolor mientras veía las lágrimas descender del rostro de su hijo. — ¿Qué pasaría con Jin? ¿Con JungKook? — YoonGi calló de forma abrupta mientras sentía algo caliente en su pecho. — Incluso con ese chico, Jimin.

— JungKook y Jin lo entenderían supongo. — Mencionó cansado mientras pensaba en sus dos hermanos y el dolor que posiblemente estaban sintiendo ahora. — Con Jimin no hay nada, todo está mal. — Suspiró derrotado.

— Aun no es tu tiempo, no dejes que ella gane. — YoonGi parpadeó confundido mientras negaba.

— P-Papá. — Intentó por segunda vez. — Por favor.

— No. — El pálido abrió sus ojos sorprendido por lo directo y seco que fue el mayor.

— ¿P-Por qué? — Inquirió sentido ante la mirada distante de su padre. JiYong negó retrocediendo sus pasos dados y aquello llenó de temor al menor quien insistió en seguirle.

— Tienes que volver. — Fue su simple respuesta.

— ¡Pero yo no quiero volver! — Exclamó con dolor YoonGi mientras se aferraba a su padre. — Déjame ir, quiero ir contigo, quiero quedarme aquí. ¿Por qué no lo entiendes? ¡Quiero ser libre de todo! ¡Estoy cansado!

— Regresa.

— ¡No quiero!

— Entonces despierta. — Susurró dándose la vuelta mientras veía a su hijo.

— ¿Qué? ¿Por qué? ¿De qué estás hablando? — Inquirió y al no obtener respuesta se sintió completamente confundido. — ¡P-Papá!

— Tu tiempo no acabó, no todavía y no mientras yo esté aquí. — Inquirió serio mientras negaba y lo empujaba lejos de él. — ¡Despierta!

— ¿P-Papá? — YoonGi despertó de forma abrupta mientras sentía el pinchazo de dolor por todo su cuerpo y una sensación cálida en su pecho. Su mirada desorientada se deslizó por el lugar deteniéndose en el movimiento desesperado de un grupo de personas a su alrededor.

— Hay latidos. ¡Hay que estabilizarlo ahora! — Gritó una mujer mientras se acercaba hasta él.

...

JungKook rió sin emoción alguna mientras cubría su rostro con ambas manos, aquello era tan irónico. Había pasado toda su vida huyendo del pasado para que en una noche, todo se cayera y se rompiera en mil pedazos.

Tenía miedo, autentico y real terror mientras veía los minutos pasar por aquel reloj de pared y la gente moverse a su alrededor sin prestar el más mínimo de atención en él y su sed de saber que pasaba con YoonGi. El asiento a su lado fue ocupado y él no tuvo que levantar la cabeza para saber de quien se trataba.

— Puedes regresar al hotel y dormir un poco, te avisaré cualquier cosa. — Prometió SeokJin en un inútil intento de hacer que JungKook se fuera a descansar. El menor negó mientras sentía un intenso dolor en su pecho. — También puedes ir con alguna enfermera para que vea ese feo golpe que tienes en la cara.

— Ahorita lo que menos me importa es como me veo. — Mencionó sin emoción alguna mientras se acomodaba en la silla. SeokJin asintió. — ¿Viste a Irene-noona?

— Está en shock. — Fue la respuesta del mayor mientras recordaba a la pelinegra. — Al parecer ver a YoonGi en ese estado la afectó mucho. — JungKook asintió mientras veía el pasar de un grupo de enfermeras.

— Te lo dije. — Susurró con voz rota mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. SeokJin decidió ignorarle mientras sentía el dolor en la voz de su hermano. — Te dije que todo terminaría mal.

— YoonGi lo ama. — Fue su única respuesta. JungKook rió sin gracia mientras negaba.

— ¿De qué le sirve amarlo ahora? — Espetó con molestia. — Una vez más estoy perdiendo a mi hermano por culpa de Jimin y esta vez no puedo hacer nada.

— Jimin no tiene la culpa de esto, nunca tuvo la culpa de algo. — Señaló el mayor de ambos mientras intentaba comprender los sentimientos oscuros del menor de sus hermanos hacia Jimin. JungKook negó.

— Entonces... ¿Por qué estamos aquí pendiendo de un hilo por culpa de él y sus palabras? — Cuestionó con rencor mientras sentía de nueva cuenta la rabia nublar su sentir. SeokJin calló y aquello arrebató una sonrisa en el menor. — ¿Lo ves? Ya no puedes defenderlo.

— Él quizás no sabía lo que estaba haciendo. — Excusó Jin. — Eran muchas cosas que las supo de repente y eso nubló conciencia, estoy seguro de que... — JungKook negó mientras veía al mayor de ambos.

— Quizás YoonGi se muera como en tu sueño. — SeokJin se tensó a su lado. — Tal vez se muera justo ahora y...

— Cállate.

— No. — Negó el menor. — Cállate tú y escúchame ahora. — Demandó JungKook. — Tantas veces insistiendo con lo mismo porque las cosas eran diferentes ahora y terminaron igual, siempre dirigidos a la misma manzana de la discordia y terminando con el mismo destino de años atrás. — Mencionó serio. — Mamá tenía razón, mamá siempre tuvo razón en todo lo que ella decía y ustedes nunca hicieron caso.

— ¿Mamá? ¿A caso estás loco JungKook? — Cuestionó SeokJin desconcertado por la actitud de su hermano. — Si alguien dañó todo fue nuestra mamá, desde siempre.

— ¿Por qué? — Inquirió. — ¿No crees que ella solamente estaba evitando toda esta mierda? ¡Si hubiésemos entendido sus razones!

— ¡No seas idiota! — Gruñó el mayor levantándose y viendo al menor con recelo. — ¡No sé qué te pasa pero estás confundiéndote horriblemente! ¡Estás diciendo tonterías!

— Digo la verdad. — Gruñó el menor levantándose y mirando de forma retadora al mayor. Jin parpadeó confuso ante el leve color rojizo en los ojos de su hermano. — Te digo que... — Frunció el ceño mientras llevaba una mano hasta su cabeza y un leve gemido de dolor escapaba de sus labios. SeokJin le observó preocupado mientras lo veía sentarse de nueva cuenta en su lugar con una mueca de dolor.

— ¿Pasa algo? — La voz de una enfermera se escuchó detrás de él. Jin señaló a su hermano mientras le veía con confusión. Había algo extraño y no sabía definirlo con exactitud y mientras veía como la enfermera y otros dos se llevaban a JungKook, un sentimiento de pesadez se instaló en su pecho.

Su mirada vagó por el lugar hasta detenerse en una esquina, no muy lejos de él en donde una mujer le veía con fijeza. SeokJin retrocedió chocando contra la pared viendo la sonrisa que aquella mujer le regalaba mientras le miraba con diversión.

— ¿Mamá? — Preguntó dudoso parpadeando rápidamente. Cuando abrió nuevamente los ojos Chaerin ya no estaba ahí.

...

— ¿Señorita? — Preguntó una enfermera entrando en la habitación mientras veía a la pelinegra cubriéndose su rostro mientras lloraba desconsoladamente. — ¡La paciente despertó, necesito ayuda! — Exclamó mientras llamaba a un grupo de enfermeras que se encontraban afuera.

— ¿Está bien? — Preguntó otra con cara de preocupación al ver el estado de la pelinegra. — ¡Señorita!

— E-Ella. — Susurró ida mientras recordaba el rostro de Chaerin frente a ella, tan viva, siendo ella realmente y no una simple ilusión. — ¡Y-YoonGi! — Irene intentó levantarse pero entre todas las enfermeras la retuvieron en su lugar mientras esta gritaba de forma desesperada para salirse de la habitación en búsqueda del pálido.

— Hay que sedarla se hará daño. — Intervino la que mayor presión ejercía sobre Irene. La pelinegra negó desesperada.

— No lo entienden, tengo que ir ahora. — Suplicó mientras sentía miedo de su alrededor. — Ella le hará daño, déjenme ir por favor.

— ¿A quién? ¿De quién habla? — Irene cayó a la cama de forma repentina y ambas enfermeras observaron a su compañera quien había aprovechado para dormirla.

— Hay que vigilarla cuando despierte otra vez. — Fue lo único que dijo la tercera de ellas mientras salía de la habitación.

...

— Familiares de Min YoonGi. — SeokJin se levantó de forma abrupta de su asiento mientras avanzaba hasta el doctor. Un rostro conocido le sonrió y Jin sintió una leve tranquilidad embargarle de forma repentina.

— Nam. — Sonrió débilmente. El moreno asintió mientras veía al mayor de ambos, tenía demasiado tiempo sin verle.

— Cuando leí Min YoonGi pensé que sería de alguien más pero luego al verlo, supe que estarían aquí. — Susurró mientras apretaba el sobre en manos. — YoonGi-ssi está en cuidados intensivos, no te voy a mentir. — SeokJin asintió. — Lo perdimos pero de alguna manera u otra regresó luego de unos minutos de larga y tortuosa espera. — SeokJin suspiró aliviado sintiendo tranquilidad ante lo escuchado mientras Nam le veía. — Está en cuidados intensivos porque queremos ver como evoluciona las próximas veinticuatro horas.

— ¿Está muy mal? — Inquirió con miedo. Nam asintió para pesar del mayor.

— Tiene un golpe en la cabeza muy fuerte y... — El moreno frunció el ceño mientras negaba. SeokJin le observó confundido.

— ¿Qué pasa?

— Sufrió un paro cardiaco, no estoy seguro ahora pero pudo haber sido incluso antes de que chocara contra el árbol. — SeokJin asintió mientras pensaba en lo que posiblemente alteró a su hermano. Las crudas palabras de JungKook antes de que este cayera por el dolor en la cabeza rondaban por su cabeza.

No podía culpar a Jimin del todo, pero había un algo más que lo estaba inquietando.

— ¿Abrió los ojos en algún momento? — Preguntó de repente mientras recordaba el leve cambio en los ojos de JungKook. Nam frunció el ceño mientras recordaba a una de sus compañeras retroceder justo cuando se había acercado a YoonGi.

— Tenía un leve tono rojizo en sus ojos. — SeokJin asintió mientras recordaba la imagen de su madre.

— ¿Cuándo podremos verlo? JungKook no está aquí ahora pero estoy seguro que estará detrás de ti cuando sepa que eres tú quien cuidó a YoonGi. — Nam rió recordando al menor de los Min.

— Yo les avisaré cuando puedan hacerlo. — Aseguró mientras veía el pasillo que daba hacia la cafetería. — ¿Quieres café? —Preguntó. Jin intentó negar pero el moreno le arrastró consigo sin importarle la negativa de este.

...

¿Qué había hecho? Jimin se dejó caer en el piso mientras apretaba sus manos en formas de puño. El sol entraba lentamente por la ventana indicándole el comienzo de un nuevo día. Había despertado tan solo diez minutos atrás con miedo y dolor mientras procesaba tortuosamente los acontecimientos de la madrugada.

No entendía que había pasado, era como si su cuerpo hubiese tenido vida propia y él hubiese estado silenciado en lo más profundo de su ser mientras hablaba en contra de YoonGi y sus hermanos.

— ¿Hyung? — Preguntó Tae mientras entraba en la habitación. — Ve a cambiarte, están llamándonos a todos para desayunar. — Jimin asintió renuente mientras se levantaba del piso y acudía al baño de la habitación. Taehyung suspiró con pesar mientras veía al mayor de ambos.

Las cosas estaban tensas y él todavía no entendía del todo, aun cuando Jimin pasó gran parte de la madrugada contándole las cosas que había visto a través de sueños.

— Vamos. — Taehyung parpadeó confuso cuando vio al mayor, este solamente se había cambiado la camisa y había aseado su rostro y cabello. — ¿Dónde está Hoseok?

— Está con el tutor suplente. — Mencionó Tae mientras avanzaba por el pasillo hasta el piso de abajo en donde todos deberían estar reunidos para desayunar. Jimin frunció el ceño.

— ¿Jin-hyung no está ahí? — Mencionó inseguro. — ¿JungKook? ¿YoonGi? — Tae negó mientras veía el salón en donde estaban sus demás compañeros. Tomando asiento en un lugar medio apartado observaron en silencio hacia donde estaba Hoseok con el tutor que había impartido las clases que YoonGi no había podido dar cuando estaba enfermo.

— De ahora en adelante Hoseok-ssi y mi persona nos encargaremos de organizar el trabajo de ustedes durante este festival. — Aclaró el hombre mientras veía a sus alumnos. Jimin intentó preguntar pero por más que quisiera la voz no le salía.

— ¿Por qué? — Dahyun preguntó ganando la atención de sus compañeros.

— El profesor a cargo Min YoonGi tuvo un accidente ayer en horas de la madrugada. — Soltó aquello de golpe mientras se escuchaban los jadeos de sorpresa de todos los presentes. — El joven SeokJin y JungKook decidieron estar con su hermano y es comprensible, nosotros... — El hombre calló al ver a Jimin salir abruptamente del lugar seguido por Taehyung. Hoseok quiso ir detrás de los dos menores pero la responsabilidad que tenía encima con el festival y el hombre al lado de él se lo impidió.

Por otra parte, Jimin solo tenía un único pensamiento en mente: Tenía que ir con YoonGi.

¡Hola!

¡Entramos en nuevo arco! Como van las cosas, realmente la idea que tenía de terminar Hunter en el capítulo 34 se quedó en el olvido jajaja. No debo escuchar más soundtracks, me lleno de ideas bien locas y luego termino aquí escribiendo ;;

Pregunta importante: Chaerin. ¿Está o no está viva? ¿JungKook estaba actuando bajo la influencia de Chaerin? Y si es así... ¿Jimin lo estuvo cuando discutió con YoonGi?

Por otra parte ¡Volvió a aparecer Nam bonito, Nam precioso! Lo tenía olvidado pero ya regresó. ¿Qué pasará ahora entre Jin, Irene y Nam?

Gracias por leer, votar y comentar. Me hacen feliz como una lombriz.

Disculpen cualquier error.

No olviden seguirme.

¡Hasta la próxima!

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