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[3]


Estas ahí otra vez.

Una vez más puedo ver el brillo de tus ojos.

.

YoonGi observó vagamente la cafetería de la universidad en la cual empezaría a trabajar solo por algunas semanas, los estudiantes cuchicheaban entre sí al verlo pasar, una que otra jovencita le mandó más de una mirada con doble sentido, pero él gentilmente las ignoraba. Tomó asiento un poco apartado, la luz del sol brillaba resplandecientemente haciendo molestar un poco sus ojos, sacó con tranquilidad su tablet para revisar algunos horarios, sin embargo; el ruido de algunos libros cayéndose lo desconcentró completamente de su acción. A lo lejos observó como Jimin recogía apresuradamente algunos libros mientras algunos a su alrededor se reían. Frunció el ceño con molestia.

¿Por qué no lo ayudaban en lugar de reírse?

Se levantó sin pensarlo y se acercó a ayudarlo, JiMin se sobresaltó un poco pero cuando vio a los ojos del mayor suspiró tranquilo.

— ¿Con que te tropezaste? — Preguntó el mayor viendo a su alrededor. El silencio había inundado la cafetería, cada par de ojos estaban encima de ellos.

— Uh. — JiMin dudó antes de hablar. — Supongo que tropecé con alguien, no sé. — Mintió descaradamente y YoonGi lo supo. — Gracias hyu... Digo, señor Min. — Mencionó levantándose con los libros en manos. YoonGi rió por lo gracioso e irónico que era todo.

— ¿A dónde vas ahora? — Preguntó con interés al verlo. JiMin negó.

— La gente se nos queda viendo. — Mencionó algo incómodo. — Solo gracias. — Susurró pasando rápidamente a su lado. YoonGi suspiró sonoramente mientras se dirigía nuevamente al lugar en donde minutos antes había estado sentado. La risa de JungKook llegó a sus oídos mientras el menor tomaba asiento al frente de él. El pelinegro venía riéndose de algo que tenía en el teléfono, YoonGi lo vio por largos minutos esperando que este por fin le prestara atención.

— Hyung. — Llamó. — ¿Vamos al odontólogo hoy? — Preguntó.

— ¿Por qué no me dijiste que JiMin asistía a esta universidad? — Cuestionó serio. El pelinegro ni se inmutó por el tono usado.

— Porque no era importante, supongo. — Mencionó encogiéndose de hombros. — Él me cae mal, lo sabes. — El menor lo vio fijamente. — No perdería mi tiempo hablando sobre él.

— Pudiste ahorrarme muchas cosas. — Mencionó aún serio mientras evaluaba a JungKook.

— Pero no lo hice. — Movió las manos restándole importancia. — Una pequeña travesura hyung, nada más ni nada menos. — Sonrió angelicalmente. YoonGi no le creyó en absoluto. — ¿Vamos a ir para el odontólogo sí o no? —Preguntó esta vez con fastidio. YoonGi observó la hora en su tablet y asintió.

Supongo que deberíamos ir ya. — Susurró guardando su tablet. — Ahorita pasó algo curioso. — Comentó por lo bajo.

— ¿Qué pasó? — Preguntó el menor con interés parándose de donde minutos antes estuvo sentado y acompañando al rubio.

— JiMin tropezó pero nadie lo ayudó. — JungKook rió por lo bajo.

— Es normal hyung, a muchos no les cae bien. — Mencionó tranquilamente mientras saludaba a algunas personas en las mesas. YoonGi volvió a ignorar las miradas encima de él. — Digamos que JiMin es un cero a la izquierda.

— ¿Por? —Cuestionó interesado.

Luego te enterarás. — Susurró. — Camina más rápido, hyung. — Se quejó el menor.

...

YoonGi observó sin interés alguno el cómo atendían al menor. JungKook hacía una que otra mueca graciosa y YoonGi juraba que el odontólogo se estaba conteniendo para no reírse. Después de una hora y media, el odontólogo por fin terminó su trabajo con el menor.

— Pensé que nunca terminaría. —Susurró fastidiado mientras intentaba contener un bostezo.

— Exageras hyung. —Rió el menor. — ¿Qué vamos a cenar hoy? — Preguntó.

— ¿Te parece ramen? —Preguntó. El menor pareció dudar pero luego asintió animado. — En la cocina hay muchos.

— Tengo algunas cosas de la universidad que no entiendo hyung. ¿Podrías explicarme más tarde mientras cenamos?

— Depende. —JungKook lo observó curioso. Luego empezó a negar.

— Ni lo pienses. —Siseó.

— Nunca entenderé porqué odias a JiMin, JungKook. — Suspiró sonoramente mientras ambos avanzaban por los pasillos del hospital hacia la salida de éste.

— Sí lo entiendes, solo te haces el idiota. —Gruñó. —Iré con Jin-Hyung, seguramente él no pondrá queja alguna para ayudarme.

—No me estoy quejando. —Se encogió de hombros el mayor.

— Peor aún. — Alegó el menor. —Me obligas a convivir con ese idiota y a darte información de él.

—JiMin nunca te dañó. — YoonGi suspiró sonoramente. Sabía muy bien que ese tema aún no había sanado. JungKook rió sarcásticamente.

— ¿Nunca? ¿Estás seguro? —La voz del menor sonó ronca y dura. — JiMin destrozó mi vida una vez, pero no lo volverá a hacer. — Mencionó secamente. —No le permitiré hacerlo, YoonGi-hyung.

— Yo fui el que insistió. — Alegó el mayor en defensa del castaño. — El culpable de lo que pasó fui yo, nadie más.

— Tú solo estabas cegado hyung. — Rió sin gracia el menor. — Cerremos el tema por hoy. El pasado es pasado, deberías saberlo ya, YoonGi. — encogiéndose de hombros, empezó a caminar más rápido hasta el carro del mayor.

...

— JiMin. —Llamó TaeHyung. El castaño se hizo el sordo mientras daba vueltas en la cama fingiendo dormir.— ¡JiMin! —Gritó moviéndolo bruscamente.

— ¿Qué quieres? —Preguntó fastidiado. TaeHyung lo observó en silencio.

— ¿Te volvieron a molestar hoy? — Lo observó curioso. Jimin se tensó notablemente.

— No. —Mintió. —Solo tropecé esta vez.

—Con el pie de Dahyun, sí claro. — Ironizó. — Y yo soy africano. —Negó mientras se levantaba. —Esto no puede seguir así, lo sabes. — Le regañó.

—Y... ¿Qué quieres que haga? —Rió. —Me involucré con el tipo equivocado, punto y fin.

— ¿Y por eso vas a dejar que te humillen?— Preguntó el de cabellos cenizas arqueando la ceja. — ¡No puedes hacerlo!

— Soy el "fácil" de la universidad. —Mencionó secamente. —Yo me lo busqué.

— No. No eres ningún fácil. —Gruñó su mejor amigo. —Eres JiMin. Sólo Park JiMin.

— ¿El que tuvo un video rodando por la universidad en donde suplicaba que lo jodieran? sí. Ese mismo. — Mencionó secamente. — Mucho gusto por cierto. — Gruñó presentándose.

—Estabas "enamorado". —Replicó su amigo haciendo comillas en el aire, ni él mismo estaba seguro si aquello que Jimin sintió por ese chico era amor o mero capricho. — Cuando estamos en esa etapa, hacemos locuras por lo que creemos correcto.

— Después de eso, me acosté con un desconocido, luego con otro que no recuerdo ni siquiera su rostro. — Jimin agregó desinteresado.

— Estabas borracho y dolido. —Alegó TaeHyung mientras lo veía fijamente. — El alcohol nubla la mente. — Le defendió. — Todos lo hemos hecho alguna vez.

— Me acosté con el nuevo profesor sin conocerlo, JungKook lo sabe. — TaeHyung calló.

— ¿Cómo lo sabe? — Preguntó.

— Son hermanos. — Se encogió de hombros restándole importancia. —Cuando estábamos en la cocina, después de haber desayunado él llegó al apartamento.

— ¿El señor Min te dijo algo hoy? — Taehyung se sintió raro al llamar señor a alguien que se veía realmente joven. Jimin negó.

— Supongo que él se sorprendió al principio por volver a verme, pero no parecía incómodo. — Respondió sin más.

—Y... ¿Cómo fue? —Preguntó su mejor amigo viéndolo fijamente moviendo las cejas divertido.

¡TaeHyung! —Chilló Jimin avergonzado.

¡Lo viste fijamente durante toda la clase! — Le atacó su mejor amigo mientras se dejaba caer en la cama aplastándolo con su peso.

¡Mientes! —Gritó con un adorable carmesí adornando sus mejillas. —Intente esconderme todo el tiempo. — Se defendió.

¡Claro que no! —TaeHyung lo observó seriamente.

—Está bien, supongo... Yo... — Jimin titubeó. TaeHyung rió divertido. —Quiero verlo nuevamente. —Declaró aquello sin darse cuenta.

¡Entonces búscalo! —Le animó.

— ¿Qué? ¡No! — Exclamó. —No es tan sencillo. Es nuestro profesor. ¿Lo recuerdas? —TaeHyung rodó los ojos.

— ¿No sabes que lo mejor se encuentra en lo prohibido?

— ¿De dónde sacaste eso? — Preguntó el castaño mientras reía.

— ¿Importa? — Rió. — Solo hazme caso JiMin. Soy tu hyung. — Mencionó con aires de grandeza mientras se veía las uñas.

— Yo nací primero Taehyung. — Le recordó Jimin. El menor negó.

— Ignoraré tu comentario mocoso insolente. — Taehyung rió contagiando al castaño.

...

YoonGi se dejó caer en la cama. El haber aceptado la vacante que le había ofrecido Jin fue un gran alivio y distracción, pero ahora viendo la cantidad exagerada de papeles que tenía que revisar se estaba arrepintiendo. JungKook se había encerrado molesto en su cuarto. En ocasiones le molestaba un poco la actitud del menor, pero entendía que JungKook tenía miedo.

En algún momento, él definitivamente le falló. Un suspiro cansado abandonó sus labios, el reloj encima de la mesita de noche apuntaba las seis y media de la tarde. Algunos pasos se escucharon por el pasillo hasta que un sutil toque en la puerta se escuchó. YoonGi respondió un simple y escueto «adelante. » JungKook pasó en completo silencio, esquivó todos los papeles que había en la cama y se tiró al lado del mayor. YoonGi esperó expectante a lo que el menor tendría para decir.

— Hyung. — YoonGi siguió esperando en completo silencio. —Tengo hambre. —Una carcajada salió libremente de sus labios mientras que el menor se enfurruñaba en su lugar.

—¿Y por qué no cocinas?—Se burló. JungKook rodó los ojos.

—Porque vivo con el mejor hyung que puede cocinar todo lo que yo quiera y... No hay comida en la alacena. —Mencionó con obviedad.

—Resulta que hoy tu super hyung no quiere cocinar. —JungKook empezó a quejarse.

— ¡Pero hyung! —Protestó.

—En la alacena hay ramen. —Mencionó tranquilamente el rubio. —Te dije que eso cenaríamos. ¿Recuerdas?

—In li ilicini hii rimin. —Se burló el menor. YoonGi lo observó seriamente. —Ti diji qii hsi ciniriimis.

—JungKook, respeta. Soy tu hyung. —Mencionó entre divertido y serio.

—JingKiik, rispiti sii ti hiing. —Lo miró seriamente. —Quiero que hagas comida americana, tocino, huevos, salchichas. —Le instó el menor con ojitos esperanzados.

—Hoy en la mañana te ofrecí y no quisiste. —Le recordó el mayor.

—Jimin estaba ahí. —Gruñó molesto. — ¡Y estaba sentado en mi silla! —Exclamó indignado. YoonGi arqueó una ceja divertido.

—¿Tú compraste esa silla? —Preguntó burlón.

—No, pero...—El pelinegro se levantó rápidamente y salió de la habitación. YoonGi espero en silencio y con curiosidad de saber qué ocurrencia tendría su dongsaeng. El sonido de algo metálico chocando con la pared lo sobresaltó. JungKook entraba en la habitación con la silla marrón en manos, se acercó a su lado y con una sonrisa señaló. —Aquí hyung. —Con sus dedos apuntó hacía unos pequeños garabatos. —Ahí claramente dice JungKook, por lo tanto es mía. —YoonGi no pudo hacer más que reír por las ocurrencias del pelinegro.

—¿Lo acabas de escribir? —Lo vio fijamente. JungKook negó ruborizado.

N-no. —Titubeó. —Y-yo... ¡Hyung! —Se quejó. YoonGi soltó una carcajada.

— ¿Acaso también me vas a marcar como tu propiedad para que Jimin no se me acerque? —JungKook pareció meditarlo y aquello horrorizó al mayor.

—Eres mío, mi hyung, mi familia. —Dijo seriamente. —Eres lo único que tengo junto a Jin, no quiero perderte, no otra vez. —El semblante de JungKook cambió completamente y YoonGi se sintió terriblemente mal.

Dolía. Recordar el pasado dolía. Se levantó rápidamente y estrechó en un fuerte abrazo al pelinegro.

No tengas miedo. —Susurró. —Hyung está aquí, no te dejaré solo otra vez. —JungKook suspiró sonoramente antes de hundirse fuertemente en aquel abrazo. Él sabía perfectamente que para que eso fuera verdad, debía alejar a Jimin. Sin embargo, la voz de YoonGi lo alertó. —Pero por favor, no te metas con Jimin, él no sabe...—No lo dejó continuar.

—¿Cómo sabes eso? —Cuestionó.

—No me reconoció. —Susurró rompiendo el abrazo. La ligera capa de dolor que se reflejaba en los oscuros ojos de su hyung lo hizo maldecir internamente.

—Entonces, déjalo. —Insistió. —Dejemos el pasado atrás hyung, por favor. — Le animó. — Las cosas pueden ser mejores.

—No puedo. —YoonGi lo observó en silencio. —Es una promesa JungKook, las promesas no se rompen, menos esta.

—Pero él no te recuerda. —Alegó el menor. —Mejor dicho, no nos recuerda ni sabe nada de lo que fuimos.

—No importa. —Sonrió tristemente. —No me importa que él no recuerde nada, di mi palabra. —Susurró. — Debo cumplirla.

—¿Lo amas? —YoonGi quedó en silencio dando la mejor respuesta que podía. —Por favor hyung, solo prométeme que no forzarás las cosas. —El menor pareció ceder. —No estoy diciendo que acepto a Jimin. — Refunfuñó por lo bajo. YoonGi rió divertido. —Ni tampoco que le daré una oportunidad. —Se quejó. —Solamente seré un poco más amable. —Y mentía, obviamente no tenía ganas de ser amable con Jimin, pero si su hyung era feliz con eso; fingir un rato no estaría mal.

—Vamos a hacer una pizza. —Mencionó YoonGi cambiando el tema. La emoción brilló en los ojos del menor.

—¡¿Ya te había dicho que te amo?! —Exclamó dando pequeños saltos emocionado. El rubio salió de la habitación seguido por el emocionado pelinegro.

Y bien. ¿Cuantas eran las probabilidades de que justamente cuando ellos salieron a comprar los ingredientes para la pizza, Jimin y su mejor amigo también estuvieran en el lugar?

YoonGi suponía que muy pocas, pero cuando el agarre en su mano se tensó, y JungKook empezó a actuar como niño apunto de hacer berrinche, YoonGi supo claramente que la oferta de paz de JungKook no duraría mucho y que... Ciertamente sería una muy larga noche.


.

Fin del capítulo 3.

¡Muchas gracias por leer! 

Disculpen cualquier error que se me pudiera pasar.

Y sí, JungKook y YoonGi esconden muchas cosas.

—Marina Lightweight.

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