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[25]

«En lo profundo de esa oscuridad que miraba, me quedé allí de pie, preguntándome, temiendo, dudando, soñando sueños que ningún mortal se había atrevido a soñar antes.»

 -Edgar Allan Poe.

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— Te lo dije ¿verdad? — YoonGi frunció el ceño ante aquella voz mientras veía su entorno. Jimin dormía a su lado, a veces agitado por los recuerdos, a veces demasiado tranquilo para su gusto. JungKook observaba fijamente por la ventana mientras Jin veía todo en silencio. — Te dije que te seguiría por el resto de tu vida, hasta el último momento en el cual tus ojos cierren para siempre. — La voz de Chaerin sonaba divertida. — Cuando la oscuridad vuelva a arroparte con su manto, ahí estaré esperando por ti.

— ¿Mamá? — Musitó de forma repentina, llamando la atención de JungKook y Jin. El pálido se levantó de la cama mientras se llevaba las manos a la cara. El menor de los tres le observó con preocupación.

— ¿Dijiste mamá? — Preguntó aterrado ante la posible respuesta. YoonGi desvió la mirada.

— Llamaré a Irene. — Mencionó Jin mientras salía de la habitación, no le gustaba para nada aquel sentimiento de pérdida que estaba sintiendo.

— ¿Hyung? — Preguntó dudoso JungKook.

— Estoy bien. — Susurró YoonGi. El menor observó al pálido salir de la habitación en silencio. JungKook sin embargo se quedó observando al castaño que parecía tener un mal sueño.

— Si ella está aquí, tú la trajiste otra vez. — Susurró sin emoción alguna.

...

— ¡Ya déjame en paz! — Gritó el pelinegro mientras se soltaba bruscamente del agarre de su madre y se adentraba de nueva cuenta dentro de su habitación. — ¡Ya no quiero ir mamá, por favor entiende! — Exclamó de forma desesperada mientras observaba a la mujer frente a él.

— ¿Con quién crees que estás hablando Min YoonGi? — Cuestionó la mujer a su joven hijo de doce años. — ¿Te debo recordar que soy tu madre y debes hacer lo que te digo? — Preguntó con falso tono amable mientras le veía. El menor retrocedió ante el latente brillo rojizo en los ojos de su madre. — Estoy instruyéndote para que en el futuro seas un buen líder.

— ¿Instruyéndome? — Inquirió el menor. — No quiero ser el líder de nada que tenga que ver con las cosas que tú haces. — Comentó con pocos ánimos. — Además... ¿De cuál futuro me estás hablando? ¡Soy tu puta marioneta! — Chaerin negó divertida mientras tronaba los dedos, en cuestión de segundos su hijo se encontraba en el piso quejándose por algún dolor que lo estaba recorriendo de arriba abajo y que estaba seguro, podría matarlo cuando quisiera.

— ¡Mamá! — La voz alterada de SeokJin se escuchó por el pasillo hasta llegar a la habitación. El mayor de los Min entró en ésta, siendo perturbado por los gritos de su hermano menor, Chaerin lo miró sin emoción alguna mientras que YoonGi solamente se reducía a un revoltijo de gemidos lastimeros a sus pies.

— No es nada que te incumba Jin, vete ahora. — Exclamó la mujer mientras veía con malos ojos la intromisión de su hijo mayor. Jin titubeó antes de hablar.

— ¡Y-Ya déjalo! — Tomó valor de donde no supo para levantarle la voz a su progenitora mientras la veía con terror.

— ¿A caso debo hacerte caso? — Gritó molesta desafiando a su hijo. — Es mi hijo, yo sé cómo educarlo y las cosas que debo hace por su bien.

— ¡Pero le estás haciendo daño, mamá! — Gritó.

— No me importa. — Mencionó fríamente. — Es por nuestro bien, ahora lárgate.

...


— Chaerin. — La voz molesta de JiYong resonó por todo el pasillo mientras el pálido avanzaba hasta ella. La pelinegra le vio de manera desinteresada mientras se excusaba con las personas del servicio. — Muévete, tenemos que hablar.

Querido. — Susurró divertida mientras le veía. — Tienes un mes entero sin aparecer en casa y llegas peleando. ¿Hice algo malo? — Comentó con fingida inocencia. JiYong volteó a verla, la furia brillaba en aquellos ojos negros, sin medir sus acciones, el pelinegro jaló de forma brusca a la mujer, encontrándose ambos en una fija e intensa mirada.

— Saca tus podridos pensamientos de mis hijos, Chaerin. — Susurró serio. — Puedes ser la estúpida que se cree las cosas del mequetrefe que está en el consejo, pero mis hijos no van a ser tu jodido experimento. — Dictaminó serio, sin algún ápice de amabilidad en su tono de voz.

— ¿Y si no hago lo que quieres, qué me harás? — Le retó.

— Haré de tu vida un infierno.

— No si yo lo hago primero. — Susurró con fría determinación, soltándose del fiero agarre del cual era presa, dejando al mayor de ambos atrás.

...

— ¿A quiénes escogiste? — Preguntó el gran señor mientras veía a Chaerin. La mujer le observó confundida y el hombre simplemente rodó los ojos con fastidio. — ¿No lo recuerdas? — Frunció el ceño en molestia. — Te dije que debías escoger las parejas de tus hijos y decirme quienes serán para aprobarlas ante el consejo de sangre.

— La hija mayor de los Bae será la pareja de Jin. — El gran señor pareció meditarlo unos segundos para después asentir de acuerdo. — JungKook y YoonGi aún no tienen edad para contraer matrimonio y no he visto alguna candidata adecuada para ellos.

— Tu hijo Jin puede ver cosas que nadie más ve a través de los sueños, ¿no? — Chaerin asintió. — La chiquilla de los Bae tiene un don similar aunque ellos destaquen más por la hechicería. — Mencionó con desdén mientras veía a la menor de los Bae jugar con algunos niños de su edad. — Es sin embargo; muy bonita, quizás si convences a su madre de instruirla en nuestra jerarquía pueda ser más poderosa. — Instó de forma nada disimulada.

— No puedo hacer eso. — Chaerin negó de inmediato y el anciano solo la vio sin emoción alguna. — Bueno, puedo intentarlo pero no aseguro nada.

— Así me gusta que hables, Chaerin-ssi. Recuerda que esto no es solo por ti, es por todos nosotros; por nuestra supervivencia. — Susurró el mayor. — Además, ¿si sabes el gran compromiso que tienes encima no? — La pelinegra asintió renuente. — ¿Tu esposo cuando vendrá?

— Es miembro activo del consejo y está trabajando con la primera generación de videntes, sin embargo... Hoy me visitó.

— Recuérdame los atributos que posee. — Mencionó interesado ante la respuesta.

— Predicción, sabiduría y fuerza. — El anciano asintió. — Destaca más por el primero que por los otros dos, supongo que mi tío decidió que sería más útil si tenía a un vidente dentro de su propia casa.

— ¿Y tú con que cuentas? — La observó con interés.

— Tengo la voz, estoy desarrollando uno nuevo pero solamente puedo usarlos en mis hijos, supongo que es por el lazo de sangre. — Susurró la mujer. — Cuando era joven, luché contra un grupo de lobos, se supone que tengo destreza en el campo de batalla pero no he vuelto a salir para una pelea.

— Verdaderamente son una familia interesante. — Asintió el anciano conforme. — ¿En dónde están JungKook y YoonGi en estos momentos?

— Con Jin, deberían estar en clases justo ahora, ya fueron otorgadas sus guías, SeokJin se encargó. — Respondió.

— Tráeme a YoonGi cada luna llena, tenemos que seguir con la fase dos, JungKook también puede venir.

— ¿Por qué JungKook? — Preguntó intrigada. El anciano la observó confundido. — Pensé que solamente necesitabas a YoonGi, nunca antes me habías pedido a otro de mis hijos.

— Olvídalo, él no es de importancia por ahora.

...


— ¿Puede repetir que es la transmutación? — La anciana mujer observó hacia el grupo de jóvenes frente a ella. Entre ellos se encontraban los dos menores de la líder Min, sin embargo, la pregunta había sido efectuada por otro de sus aprendices.

— La transmutación es un cambio que solo surge en los vampiros de linaje puro o aquellos que tienen relación más cercana con el emperador.

— ¿El emperador YoonSuk podía volar? — Preguntó otro emocionado mientras se escuchaba la risa de sus otros compañeros.

— El emperador podía hacer lo que quisiera. — Mencionó seria. — Así como los humanos creen y veneran a un Dios, nosotros tenemos a YoonSuk. — Era el prototipo perfecto.

— Si JiEun era la vampira originaria, ¿quién le dio vida a ella?

— Firmó un pacto con un ser que vagaba por la tierra a pocos minutos de morir en medio del parto, desconocemos quien fue la otra parte que nos dio origen a todos nosotros.

— Entonces... ¿Qué es lo magnifico de transmutar? — Preguntó YoonGi con acidez, siendo el foco de atención de sus demás compañeros. JungKook le observó asustado.

— Eso lo sabrá usted joven Min, cuando llegué el día en que todo caiga por su propio peso y el poder de la sangre que corre por su cuerpo tome el control.

...


— Ahora que has cumplido dieciocho años, hemos pensado que puedes estar interesado en conocer a alguien. — YoonGi rodó los ojos ante el comentario de su padre mientras veía con poca emoción hacia la gente que saludaba de forma educada hacia ellos. — Hemos concretado una cita con una chica que podría estar...

— No estoy interesado.

— Puedes intentarlo aunque sea. — JiYong frunció el ceño, con el mismo gesto molesto que cargaba su hijo. — Esta la escogí yo, si fuera tu madre ya te estuviese casando.

— Escuché que quiere casar a Jin.

— Si, por eso haremos esto antes de que ella se entere de mis intenciones. — YoonGi negó divertido, entendiendo bien lo que su padre estaba diciéndole. — Por otra parte, no sabía nada de que estaba comprometiendo a SeokJin. — Susurró serio mientras se detenía a mitad de camino. — Piensa lo que te estoy diciendo, iré de viaje pronto pero cuando regrese, te prometo que arreglaremos todo.

— Iré a buscar alguien que me guste por lo menos. — JiYong asintió.

— Pero irás a la cita que te conseguí. — YoonGi accedió mientras veía a su padre desaparecer ante sus ojos.

...


YoonGi sonrió mientras veía al chico bonito que estaba frente a él. Sabía que nunca lo había visto con anterioridad, ¿cómo iba a verlo? Primera vez que había pisado aquellas tierras que su difunto abuelo les había prohibido cruzar.

La brecha entre los humanos y los de su especie había sido rota.

— Soy Min YoonGi. — Se presentó de forma impulsiva ante el joven que visiblemente aparentaba tener su misma edad. — ¿Tú cómo te llamas?

— No tengo porque decírtelo. — Mencionó cohibido el castaño mientras trataba de ocultarse de la mirada intensa que estaba recibiendo. YoonGi le observó fijamente mientras negaba. — Jimin. — Susurró por lo bajo.

— Te invito a salir, Jimin-ssi.

— ¿Estás loco? — Inquirió abochornado ante la seriedad en el rostro del pálido. — No saldré contigo.

— ¿Puedes decirme que sí? — Preguntó YoonGi mientras veía al castaño.

— No te conozco, ni siquiera sé de donde saliste. — Rió el menor mientras veía al pálido caminar a su lado.

— Ahorita no me conoces, pero te aseguro Jimin-ssi, voy a cambiar tu vida.

— ¿Sí? ¿Cómo estás tan seguro de eso? — Cuestionó divertido mientras esperaba una respuesta. YoonGi le observó con intensidad.

— Es sencillo Jimin, si yo te quiero, tú también me vas a querer.

...


— Tienes que deshacerte de él. — Chaerin se tensó ante la voz tras de ella. — Tu esposo está dando muchos problemas.

— Es el padre de mis hijos. — Mencionó seria.

— Pues si no lo haces tú, te aseguro que lo haré yo. — Chaerin observó incrédula al hombre. — Nadie puede interferir en los planes que tenemos, el emperador renacerá nuevamente en tu hijo, eso es algo que JiYong entenderá por las buenas o por las malas.

— Solo avísame cuando hay que hacerlo. — Mencionó distante dándose la vuelta. — Tengo que saber lo que le diré a mis hijos.

— Solo diles que su padre está en un viaje muy largo. — Resolvió el mayor mientras desaparecía.

...

Jiyong observó resignado a la pelinegra mientras esta parecía estar celebrando algo con él. Su mirada se paseó por la mesa, justo en la copa que reposaba frente a él con aquel líquido color rojizo.

— Supongo que es mi hora ¿no? — Chaerin le observó sin entender mientras este tomaba de la copa. — ¿Estás siendo generosa porque te lo pedí?

— No entiendo. — Susurró fingiendo ignorancia.

— Yo lo sé todo, ¿no lo recuerdas? — Preguntó tomando del vaso que estaba frente a él. La pelinegra avanzó hasta estar frente a frente. Chaerin observó con dolor el rostro de su esposo, siendo consciente del momento exacto en el cual este se deformaba por el dolor que estaba sintiendo. En ese momento cuando entendió lo que estaba haciendo realmente, quiso correr, quiso salir en busca de ayuda. Pero no podría hacer nada. No cuando todo lo bueno que había logrado construir empezaba a desmoronarse frente a sus ojos. — C-Chaerin-ss-si. —JiYong jadeó incomodo mientras sentía el pequeño hilo de sangre brotar levemente de sus labios. La mirada del mayor se enfocó de forma lastimera en la de la pelinegra, de igual forma Chaerin le correspondió la mirada mientras veía con horror lo que había hecho.

— ¿JiYong? — Cuestionó separándose bruscamente del pálido, dejando caer el cuerpo del hombre que había unido su vida junto con ella — ¿J-Ji? — Volvió a preguntar mientras se dejaba caer bruscamente al piso, buscando desesperadamente poder ayudar a su esposo. — V-Ven, t-toma de mi s-sangre. — Tartamudeó observando al pelinegro postrado en el piso. — ¿M-Me e-escuchas? — Susurró. — N-No quise hacerlo, l-lo j-juro.

Pero no hubo respuesta en ese momento, solo el silencio reinó en aquella habitación.

.

— Mamá. ¿Te pasa algo? — JungKook observó con preocupación a la mayor. Había seguido a la mujer en lo que la vio entrar de forma precipitada a su habitación. Chaerin se removió de su lugar mientras se limpiaba la cara de forma superficial.

— No pasa nada. ¿Puedes irte con tus hermanos? — Cuestionó dándose la vuelta. El menor asintió mientras cerraba la puerta de la habitación. Chaerin corrió hacia la ventana mientras deslizaba la cortina para poder observar la luna. — Aunque no lo creas, intenté ser lo más generosa posible, así como tú me lo pediste ¿Recuerdas? — Sollozó la mujer mientras las lágrimas caían libremente por su rostro. — Lo siento, lo siento, lo siento. — Repitió bajo el manto de la luna. — Por favor perdóname.

...


— SeokJin-hyung. — Llamó. — YoonGi está actuando raro ¿No crees? — JungKook habló en voz baja, con miedo de que alguien más los escuchara.

— ¿Sí? ¿Por qué? —Jin sonrió manteniendo el mismo tono de voz, tenía una idea de lo que su hermano podría decirle.

— Conoció a alguien, creo. — Comentó dudoso. — Pero supongo que es alguien que no se mueve en nuestro mismo círculo. — Se encogió de hombros. —Y sino es el caso, no entiendo mucho porque el misterio de su parte.

— Aún eres muy pequeño para algunas cosas, JungKook. — El menor quiso protestar pero Jin le interrumpió. — Aunque... ¿Te gusta la idea que YoonGi sea feliz?

— Si él es feliz, yo también lo seré y haré todo porque lo sea siempre. — Comentó con sinceridad. Jin asintió.

— Pues mira, te contaré un pequeño secreto. — Susurró el mayor mientras arrastraba a su hermano a su habitación.

...


— Mamá te mataría si se entera que estás aquí. —YoonGi se sobresaltó al escuchar aquella voz tan conocida, pero lo siguió ignorando mientras observaba al castaño de sonrisa bonita hablar con un grupo de personas. — ¿Sentado en un árbol hyung? ¿En serio? — Preguntó incrédulo el menor mientras movía las piernas y jugaba como un niño pequeño según YoonGi. — Interesante manera para no parecer un acosador, pero creo que así llamas más la atención.

— Ni que me estuviera viendo. — Gruñó el mayor. — De todas formas... ¿Quién te dijo que yo estaba aquí?

— Jin-Hyung me mandó a buscarte y me dijo algo sobre un chico al que nuestros padres probablemente odiarían. — Se encogió de hombros. — Ahora dime que me muero de curiosidad. — Preguntó emocionado al saber que estaban rompiendo las reglas de sus padres y familiares. — ¿Es el de trasero grande, sonrisa bonita y cabello castaño? — Preguntó el menor mientras observaba al grupo de personas que su hyung tenía rato observando. YoonGi gruñó ante los calificativos que el menor usó, pero asintió. — Bueno, déjame decirte algo. — Susurró divertido el menor.

— ¿Qué? — Gruñó el mayor fastidiado.

— Nos está viendo hyung. — Se rió el pelinegro.

.

— Otra vez tú, el chico raro del mercado. — Jimin sonrió divertido mientras veía al pálido bajarse del árbol que planeaba demoler. YoonGi asintió mientras también le observaba. A su lado JungKook carraspeó incómodo, buscando llamar la atención de su hermano y el extraño frente a él.

— Min JungKook. — Se presentó de forma repentina. Jimin parpadeó confundido mientras enfocaba la mirada en él. — Un gusto. ¿Cómo te llamas y que relación intentas tener con mi hermano? — Las mejillas del castaño enrojecieron, completamente abochornado mientras desviaba la mirada.

— JungKook. — Llamó serio el pálido. El menor volteó a verle con fingida inocencia mientras una sonrisa divertida adornaba su rostro. — Cállate.

— ¿Por qué? — Cuestionó mientras avanzaba hacia Jimin y lo atraía hacia él en un incómodo abrazo. — Este chico ya me cae bien y estoy seguro que yo también le caigo bien. ¿Verdad? — Rió divertido mientras Jimin trataba por todos los medios de pedir ayuda a quien sea que pasara por su alrededor. — Como muestra de nuestra creciente amistad, ¿me puedes decir cómo se llama aquel chico que estaba contigo? Me parece interesante.

— ¡JungKook! — Exclamó con molestia YoonGi mientras avanzaba detrás de su hermano y el castaño.

— Después que conozca a aquel chico te entregaré a Jinmi.

— Mi nombre es Jimin. — Corrigió el castaño mientras se resignaba a tener que soportar a ese par de desconocidos.

...


— Tienes serios problemas si me permites decir. — Mencionó Jin entrando en la habitación de su hermano menor. — Nuestros padres se han dado cuenta de tu notable poco interés por la señorita Seúl, mamá habló con papá y...

— ¿Y eso debería importarme? — Preguntó el menor mientras fruncía el ceño en señal de molestia. — Te dije que no tenía el más mínimo interés en seguir colaborando con la farsa que están orquestando nuestros padres. — Susurró con rencor mientras recordaba la promesa rota por parte de su padre. — Él ni siquiera ha venido a verme.

— Tienes un pacto familiar al cual respetar, YoonGi. — Le regañó el mayor. — Además, sería conveniente que dejaras de pretender ser diferente. — El pelinegro lo observó en silencio. — Por el bien de ese chico al cual te gusta ver.

— No pretendo ser diferente. — Mencionó de forma vaga. — Yo solamente pensaba...

— Ese es el problema YoonGi. — Rió tristemente el mayor. — Nosotros no podemos pensar.

— El problema es que creo que estoy enamorado. — Mencionó riendo sin gracia. — Estoy enamorado hyung, sé que es demasiado pronto para decirlo, pero sentí ese tipo de conexión, esa atracción que me hace desear estar con él y...

— Eso está mal YoonGi, lo sabes. — Jin se dejó caer al lado del menor. — Sin embargo, me alegra mucho que conozcas ese sentimiento. — Susurró mientras jugaba con los cabellos azabaches de su hermano. — El amor es bonito. — Mencionó poco emocionado. — Pero también YoonGi... — Se aclaró la garganta para poder hablar nuevamente. — El amor es letal como un fino veneno: Esperanzador y destructivo.

— Tengo miedo. — Confesó YoonGi.

— Es normal tener miedo. — El mayor envolvió al azabache en un abrazo mientas seguía acariciando sus cabellos. — Pero JungKook lo aprueba. — Rió divertido mientras recordaba la emoción con la cual su pequeño hermanito hablaba del chico misterioso de YoonGi y aquel divertido primer encuentro. — Yo también quiero conocerlo. — Le codeó. YoonGi rió levemente.

— JungKook está emocionado porque también le gusta alguien de ese grupo.

— ¿Eh? ¿Es que ambos están locos y quieren que nuestros padres nos destierren de sus vidas?

— Lo vamos a dejar hyung. — Prometió YoonGi no muy seguro de sus palabras. — No pasará a mayores, te lo prometo.

— Quisiera creerte, YoonGi-ah. Quisiera creerte de verdad.


...

¡Hola! ¿Cómo están? Espero que bien.

Feliz día del amor y la amistad jajaja.

Como pueden ver, sigo uniendo los párrafos que había usado con anterioridad a lo largo de los anteriores capítulos, aunque en ellos han surgido cambios porque tengo que ir adaptándolo con el curso de la historia.

Debo confesar que me dio sentimiento lo de JiYong y Chaerin, porque él lo sabía todo desde que se conocieron por primera vez, más porque YoonGi confiaba en su padre pero este nunca regresó a ellos ;-;

Muchas gracias por leer Hunter, me alegra mucho que sigan leyendo a pesar de lo complicada que a veces puede tornarse.

Gracias por leer x2, votar, comentar.

Disculpen cualquier error que se me pudiera pasar.

¡Hasta la próxima!


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