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Jimin no sabe cómo sentirse mientras la tercera llamada que va dirigida a YoonGi es desviada al buzón de mensajes, en otra ocasión no le importaría, pero ya lleva dos semanas sin ver al mayor y aquello no le ha sentado muy bien.

Incluso YoonGi ha faltado en la universidad y JungKook escapa de él y sus preguntas, sus clases han sido dictadas por un tutor diferente y en cierta parte lo agradece porque los rumores sobre él y YoonGi han cesado, pero también le incómoda por el simple hecho de no saber nada sobre su pareja.

— JungKook no me ha dicho nada. — Taehyung negó mientras tomaba asiento al lado de su mejor amigo. Jimin suspiró mientras sacaba la libreta y se acomodaba mejor en la mesa. — Quizás sigue enfermo y por eso no ha venido. — Comentó en forma de simpatía.

— ¿Y por qué no contesta los mensajes? — Preguntó serio mientras intentaba calmar esa extraña sensación incómoda que sentía. — Me siento usado. — Ríe sin gracia mientras desvía la mirada. Taehyung se apresuró a negar mientras tomaba la mano de su mejor amigo intentando infundir ánimo en él.

— No te precipites Jimin, YoonGi-hyung no se ve así.

— Pues es lo que siento, tomó lo que quería de mí y luego se largó. — Negó el mayor de ambos mientras luchaba por no dejar escapar las lágrimas que tenía retenidas. — Me siento usado, Taehyung. — Volvió a decir mientras su voz sonaba rota. Taehyung simplemente suspiró en su lugar mientras masajeaba la espalda de su mejor amigo.

Ese día JungKook tampoco había ido a la universidad y Jin no se encontraba en ningún lado. Con el paso del tiempo el tutor suplente entró en el auditorio absorbiendo con su presencia toda la atención de los presentes. Jimin dejó de lado sus emociones y se mantuvo en silencio durante toda la clase.

— El profesor Min me habló muy bien de ustedes. — Mencionó el hombre frente a ellos. Jimin le observó con atención. — Al parecer está enfermo todavía, quién me dio el comunicado fue su hermano mayor. —El hombre frunció el ceño antes de volver a hablar. — Tienen que entregarme un trabajo que él dejó enviado para la próxima clase, así escogeré quienes serán los alumnos restantes para representarnos en el festival. — Todos asintieron concentrados. — Esperemos que el profesor Min esté con ustedes para ese entonces.


...

— ¿Lo escuchaste? — Preguntó Taehyung codeándolo mientras caminaba a su lado. — Sigue enfermo y tú aquí armando una tormenta en un vaso de agua. Lo que tienes de bonito lo tienes de tonto. — Le reprochó divertido. Jimin negó.

— Igual puede responderme los mensajes y JungKook... — Taehyung rió divertido mientras negaba.

— JungKook es capaz de mandarte en un viaje para África para separarte de YoonGi-hyung, no seas tonto. — Jimin sonrió mientras se imaginaba dicha escena. — Si quieres podemos ir a visitarlo hoy. — Sugirió el menor.

— Me parece buena idea, discúlpame por ser un idiota. — Jimin fingió una reverencia mientras Taehyung se enaltecía a su lado, riendo con picardía y a la misma vez con pena ya que varias personas los estaban mirando.

— Nos vemos a la salida. — Avisó tomando un rumbo completamente diferente al del castaño. Jimin asintió antes de seguir su camino hasta el salón de baile.

...


Irene observó preocupada al pálido que dormía tranquilamente y en completa ignorancia de la preocupación que causaba en sus cercanos. Al contrario de JungKook, quién había superado la fiebre con el pasar de pocos días, YoonGi en lugar de mejorar, solo empeoraba. Tanto Jin como JungKook y ella se turnaban en las noches para hacerle compañía, YoonGi parecía ser atormentado en sus sueños y ninguno de ellos tenía que ser adivinos para saber lo que pasaba por su mente en esos momentos.

— Es extraño. — Mencionó la pelinegra mientras su mano acariciaba la tibia cara del menor. — Es un simple resfriado y está tumbado como si fuera a morirse.

— Lo es. — Afirmó Jin mientras veía a su hermano. — Irene. — Llamó sin ver a la pelinegra. La chica asintió aun concentrada en el pálido. — ¿Crees que podamos usar nuestros dones en esta realidad? — La pelinegra frunció el ceño confundida mientras levantaba la mirada para encontrarse con Jin. — ¿Sabes? He apoyado a YoonGi en todo, de hecho como te dije, fui yo quien consiguió a Jimin y los traje para acá. — Irene asintió atenta a lo que decía el que alguna vez fue su esposo. — Pero hubo una noche que lo sentí tan real, estábamos JungKook, tú y yo. — Relató sin ver a la pelinegra. Irene percibió el temblar de las manos del chico. — Estábamos los tres juntos y me llamaron porque YoonGi había sufrido un accidente de tránsito. — Soltó aquello captando por completo el interés de Irene. — Recuerdo que todo estaba bien, de hecho JungKook había dejado su odio hacia Jimin y parecía que todo estaba destinado a terminar bien, pero YoonGi... — Jin tensó la mandíbula mientras su mirada se desviaba a su hermano. — YoonGi se estaba muriendo y no sabíamos que hacer porque ya no estábamos en nuestro ambiente, por más que intentáramos apelar ante alguna deidad, él simplemente se estaba yendo y nos estaba dejando. — Irene escuchó en silencio mientras trataba de darle sentido a todo lo que el pelinegro le estaba diciendo.

— Era solo un sueño Jin. — Irene intentó animarle aunque la duda creciera dentro de ella. — ¿Lo recuerdas? — Irene tomó el atrevimiento de llevar sus manos al rostro del chico y levantarla solo un poco para que ambos pudieran verse. — Ustedes lo hicieron bien, no hay porque temer.

— ¿Recuerdas la maldición que la señora Rin dictaba en clases? — Irene lo observó confundida. — Todos los que dan algo, tienen que recibir también.

— Eso no era una maldición. — Rebatió Irene. — No tiene nada de malo, más bien es justo. — Simplificó la pelinegra.

— ¿Qué dimos a cambio cuando firmamos este pacto el día que moriste? — Irene parpadeó confusa.

— El trato era que estaríamos juntos en otra vida, pero que cargaríamos con nuestros pecados eternamente. — Irene desvió la mirada apenada. — Por eso recordamos todo a la perfección, no llega a nosotros porque sí, nacemos conscientes de todo lo que pasó porque sellamos nuestras vidas en un solo hilo.

— Y YoonGi... ¿YoonGi está libre de la maldición del emperador? — Irene negó confundida.

— No sé de qué me hablas. — Mencionó claramente confundida mientras trataba de hacer memoria. — Nunca había escuchado de eso. — Negó.

— Rin-ssi lo dijo una vez, la maldición del emperador era conocer el amor y verlo morir, así como le pasó a ellos en el pasado. — Irene asintió. — O que tu amor te vea morir. — Ambos voltearon a ver a YoonGi. — Dime... — Pidió en un susurró mientras tragaba el nudo de sentimientos que amenazaba con hacerlo romper en llanto. Irene titubeó ante la intensidad en la mirada del mayor. — ¿Está YoonGi libre de eso? — Y aunque Irene hubiese querido decir que sí, que nada malo podía pasar. La verdad es que ella no estaba segura.


...

Jimin quiso negar ante el lugar al cual Taehyung lo había arrastrado en contra de su voluntad. ¿Pero quién podía llevarle la contraria a Taehyung? Jimin estaba completamente seguro que ni siquiera JungKook era capaz de poder decirle que no a su mejor amigo. Rodó los ojos cuando vio que una supuesta vidente había llamado la atención de su amigo. Taehyung estaba que le hacía una alfombra roja por la cual la mujer pasaría, incluso estaba seguro que el dinero de la renta acabaría en los bolsillos de aquella mujer.

— Eres escéptico. — La rechoncha mujer fijó su mirada en Jimin y el castaño sintió una especie de escalofrío recorrerlo. La intensidad de aquella mirada le había inquietado de cierta manera. La mujer sonrió conocedora del sentir que inquietaba a Jimin. — Dame tu mano. — Pidió.

— No tengo intención de casarme con usted. — Jimin mencionó divertido mientras Taehyung intentaba por todos los medios de no reírse por su comentario. La mujer negó de forma jovial mientras le hacía señas al castaño para que tomara asiento con ella. Jimin chascó la lengua en señal de molestia pero igual avanzó y tomó asiento. — No creo en estas cosas. — Dijo renuente mientras extendía la mano derecha. 

— No hace falta que me lo digas. — Mencionó sin poco interés la mujer mientras tomaba la mano de Jimin. — Pero me pareciste interesante.

— ¿Por qué? — Cuestionó indiscreto Taehyung mientras tomaba asiento al lado de su mejor amigo. La mujer los observó en silencio a ambos. — Ambos cargan con un gran pasado. — Jimin bufó mientras Taehyung asentía interesado. — Fueron amigos también en una vida diferente.

— ¡Lo sabía! — Exclamó Taehyung. — ¿Lo ves? No tenemos por qué casarnos.

— Tu nombre es Park Jimin al igual que el pasado. — La mujer interrumpió la habladuría de Taehyung. Jimin sin embargo, frunció el ceño y volteó a ver a su mejor amigo. Taehyung empezó a negar dándole a entender que él no había dado su nombre. — Conociste a tu amor verdadero pero al igual que un tiempo atrás, no vas a poder tenerlo. — Taehyung y Jimin se tensaron en su lugar mientras veían a la mujer.

— ¿De qué hablas? — Preguntó.

— Tienes que actuar bien en el futuro, a tu vida llegará una revelación muy importante que puede cambiar todo lo que piensas. — La mujer le vio fijamente antes de continuar. — De ti dependerán muchas cosas.

— ¿Qué cosas? ¿De qué hablas? — Indagó. La mujer iba a hablarle pero un hombre apareció robando por completo su atención. Jimin la observó confundido mientras veía como ella se levantaba de su asiento. — Su nombre es Chaerin. — Mencionó de repente. Ambos menores le observaron sin entender. — Cuando escuches ese nombre nuevamente de los labios de quien amas, en ese momento sabrás la verdad.

Jimin y Taehyung observaron en silencio como la mujer salía del pequeño cuarto en donde estaban metidos. Taehyung empezó a hablar sobre lo raro que había sido todo pero para Jimin, había algo más.

No sabía por qué, pero aquel nombre había creado un mar de sensaciones dentro de él y ninguna era buena.


...

No pasó más de treinta minutos para que ambos menores llegaran al apartamento del pálido. Jimin se encontraba aún muy pensativo sobre lo que aquella mujer había dicho. No era creyente y no iba a serlo de la noche para la mañana, pero tenía un mal sabor de boca que no se le quitaba con nada.

— Huh, ya deja de pensar en eso. — Taehyung le codeó mientras le miraba de forma comprensiva. — Aunque te entiendo, si a mí me dijeran algo igual estaría un poco impactado, pero tú mismo has dicho que esas son personas charlatanas. — Mencionó encogiéndose de hombros. 

— Tienes razón, es solo que me siento incómodo.

— Si quieres podemos ir después para que hablemos nuevamente con esa mujer. — Jimin lo pensó por un momento antes de asentir. El menor de ambos sonrió comprensivo antes de tocar el timbre del apartamento, no pasó mucho tiempo para que JungKook les abriera la puerta.

— Taehyung, hola. — Saludó amigable. — Jimin. — El castaño ignoró al menor. — Hyung sigue enfermo, perdieron su viaje. — Taehyung iba a responder pero Jimin negó.

— De todas formas vine a visitarlo, soy su pareja. — Recalcó lo último mientras pasaba al apartamento. JungKook le observó serio para luego reír divertido. Taehyung quien estaba a su lado le pellizcó.

— Ya déjalo en paz, nunca entenderé porque lo odias. — Se quejó. JungKook se encogió de hombros antes de abrazar al mayor y esconder su rostro en la curvatura de este.

— Cuando lo sepas me entenderás o quizás no. — Susurró aún escondido en el mayor. — Esto es algo que es difícil de comprender.


...

Jimin avanzó en silencio por la habitación mientras veía al pálido dormir. En la mesita de noche se veían algunas pastillas, clara muestra de que habían estado tratando el resfriado del mayor por arduos días. Quiso golpearse cuando se sentó al lado del mayor y lo escuchó gruñir molesto. Él había estado pensando que YoonGi lo había usado y la verdad era que el mayor estaba mal.

— No sabemos que tiene. — La voz de JungKook se escuchó en la habitación. — Vino la médico que siempre nos ha atendido y dice que él está bien, pero míralo. — Le señaló sin mostrar mucha emoción. — No ha estado bien desde hace días y lo único que hace es dormir y comer pocas veces. — Jimin asintió mientras llevaba su mano hacia el cabello del mayor, el color rubio estaba cayéndose poco a poco dejando el negro natural salir libremente.

— Taehyung ¿en dónde está? — Cuestionó.

— Está haciendo la cena.

— ¿Jin y la chica? — Indagó curioso sin dejar de ver a su pareja.

— Salieron a buscar algo. — Mencionó encogiéndose de hombros mientras terminaba de pasar a la habitación y tomaba asiento un poco lejos de ambos. — Hyung. — Llamó. Jimin le observó un poco sorprendido por el hecho de que JungKook usara el honorífico en él. Tornando toda su atención para el menor esperó a que hablara. — Muy contrario a lo que puedas llegar a pensar, no te odio. — Jimin negó divertido y aquello poco le importó al menor. — Solo pienso en las cosas y procuro buscar lo mejor para YoonGi, es mi hermano.

— Y es mi pareja. — Le recordó el mayor.  — Puede que no nos llevemos bien pero por lo menos quisiera que respetaras ese hecho.

— Lo respeto pero no lo apruebo. — Jimin rodó los ojos fastidiado mientras negaba.

Nunca entendería a JungKook.

— Hyung, ten en cuenta que haremos una reconciliación. — JungKook se levantó de su asiento mientras se acercaba al castaño. Cuando estuvo en una distancia más o menos cerca, extendió su mano. Jimin la tomó dudoso. — Olvidaré el pasado porque quiero que hyung sea feliz.

— Nunca te he hecho nada JungKook. — Respondió Jimin mientras le veía. Kook rió sin gracia mientras asentía.

— Nunca hiciste nada pero igual lo arruinaste todo. — Terminó el menor mientras soltaba la mano y veía a su hermano. — No creo que despierte aún, de todas formas cuídalo y dile que tome las pastillas que están en la mesa.


...

— Mi nombre es Min Chaerin. — Se presentó la mujer de mirada filosa y ojos de un brilloso ónix. Su mirada era intimidante y al mismo tiempo; atrayente. Jimin quiso presentarse pero la mujer lo detuvo. — Sé quién eres. — Siseó aquello fingiendo una mueca de asco, el menor frunció el ceño.

— Eres la madre de YoonGi-hyung. — Acertó a decir. La pelinegra sonrió.

— También soy la persona que acabará con tu vida, Jimin-ssi.

...

Jimin despertó sobresaltado mientras el sudor corría libremente por su rostro. Cuando fue consciente de su entorno, su mirada se fijó por completo en YoonGi. El mayor le veía extrañado.

— Ahora parece que tú eres el enfermo. — Mencionó YoonGi con voz ronca mientras le tocaba la frente. Jimin sonrió al notar la preocupación del mayor e imitando su acto, también llevó sus manos al rostro del pálido.

— Tú pareces estar mejor. — Susurró. YoonGi rió de medio lado mientras asentía y retiraba su mano.

— Disculpa por preocuparte, nunca había estado tanto tiempo enfermo. — Mencionó por lo bajo antes de depositar un casto beso en la frente del menor. Jimin iba a recordarle sobre las pastillas pero YoonGi negó. — Tengo rato despierto. — Suspiró. — Llovió hace poco.

— Hyung, ¿tu mamá como se llamaba? — Preguntó curioso mientras veía el perfil del pálido. YoonGi se tensó en su lugar y Jimin se arrepintió de haber preguntado aquello.

— Mi mamá se llamaba SunMi. — Mencionó. — No era mi mamá de sangre, pero si fue la persona que cuidó de mí hasta que la vida se lo permitió. — Jimin asintió. — De la otra persona no quiero hablar. — YoonGi desvió la mirada del menor, no queriendo verlo. 

— Iré a buscar comida. — El pálido asintió en silencio y Jimin abandonó la habitación tan pronto salió de la cama. YoonGi enfocó su mirada al ventanal. La luna brillaba en su máximo esplendor.

— Incluso aquí quieres hacerme infeliz. — Susurró con la mirada perdida mientras una lágrima solitaria resbalaba por su rostro.



¡Hola!

Última actualización del mes. Con esta serían 3 actualizaciones en Octubre.👻

¡Muchas gracias por leer, votar y comentar en: Hunter.🌗

Chaerin, oh Chaerin.🤫 ¿tendrá algo que ver con lo último que dijo YoonGi?👀

Faltan 3 capítulos para culminar este segundo arco de la historia, a partir del capítulo 20 vamos a enfocarnos en el pasado de los chicos. 🌔🌔 Sí, ya se viene Chaerin en su máximo momento de esplendor.

Si llegaron hasta aquí, no olviden votar y comentar! Se los agradeceria mucho.

Haré menciones para el próximo capítulo.👀

Disculpen cualquier error. ¡Hasta la próxima!

No olviden seguirme si aun no lo hacen.

Feliz noche de Brujas.🎃

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