[15]
— Ya se pueden ir. — Irene mencionó amablemente mientras veía a Taehyung y Jimin. JungKook casi rompió en carcajadas al ver la cara de ambos chicos, más la de Jimin quién parecía no poder creer lo que había escuchado, Jin simplemente observaba curioso como Irene intentaba por todos los medios de sacar a los dos jóvenes del apartamento. Jimin quiso negarse y estuvo a punto de hacerlo, pero la pelinegra le interrumpió. — Pueden ir a descansar. — Mencionó con simpleza. — Sé que están preocupados pero ya todo estará bajo control, lamento mucho las molestias que pudieron causar tanto YoonGi como JungKook. — El menor de todos fingió demencia mientras silbaba.
— No es molestia para mí cuidar a YoonGi-hyung. — Respondió Jimin rápidamente mientras veía a la pelinegra. Irene titubeó pero igual negó mientras veía al castaño.
— La verdad es que necesito que se vayan ahora. — Mencionó seria sorprendiendo a ambos hermanos. — Hicieron mucho por los chicos y ya se los agradezco de antemano, pero necesito hablar con estos dos chicos y con YoonGi a solas.
— Ya oíste Park. — JungKook se burló del castaño mientras el mencionado rodó los ojos con fastidio.
— Lo mismo va para Taehyung, JungKook-ssi. — Irene lo observó seria. — Hasta la próxima. — Se despidió sin más que decir mientras desaparecía por el pasillo en dirección a la cocina del apartamento. Jimin suspiró sonoramente mientras tomaba su bolso y veía el apartamento por última vez.
— Avísame cualquier cosa Jin-hyung, no importa la hora. — Mencionó cabizbajo saliendo del apartamento. Taehyung igual se despidió sin muchas ganas mientras daba una última mirada por el pasillo en donde la pelinegra había desparecido.
Había algo que le perturbaba aun.
...
— No tenías que correrlos de esa forma. — Jin mencionó mientras veía a la pelinegra concentrada en lo que fuera que estuviera leyendo. — Fue amable, pero de igual forma se sintió mal. — Irene le restó importancia mientras seguía concentrada en un grupo de hojas que estaban esparcidas en la mesa. — ¿Qué se supone que estás leyendo? — Cuestionó curioso.
— Escribiendo. — Corrigió la pelinegra. — Hay algo que no deja de dar vueltas en mi cabeza.
— ¿Y eso que es? — La voz de JungKook casi la hizo brincar del susto en el taburete en donde estaba sentada. Jin rió a carcajadas mientras JungKook se desvivía en disculpas con la pelinegra.
— No te vuelvas a aparecer así. — Susurró Irene llevándose una mano al pecho e inhalando aire de forma rápida. JungKook asintió como niño regañado y tomó asiento a su lado mientras que con una hoja le echaba aire. Jin observó en silencio la escena y una especie de melancolía y nostalgia empezó a crecer dentro de él.
Cuando eran ignorantes de sus destinos, aquella escena había ocurrido muchas veces, una en donde JungKook vivía asustando a Irene, YoonGi dormitaba en alguna esquina y él solamente observaba.
— ¿Quién era el emperador? — La pregunta de la pelinegra descolocó a ambos hermanos.
— Ni siquiera sabemos si fue real noona. — JungKook mencionó mientras tomaba una de las hojas de Irene. — ¿Qué se supone que es esto? — Cuestionó tratando de darle orden a las palabras dispersas en el blanco papel.
— Creo que sé porque Chaerin enloqueció. — Tanto Jin como JungKook observaron a la pelinegra como si le hubiese salido un tercer ojo. Irene parpadeó confusa y empezó a buscar cualquier cosa extraña en su rostro. — ¿qué pasa? — Cuestionó confundida.
— Dices que sabes porque nuestra madre enloqueció ¿qué otra reacción quieres de nosotros? — Cuestionó asombrado Jin. JungKook simplemente escuchó en silencio mientras el palpitar acelerado de su corazón lo mantenía a la expectativa. — ¿Qué pasó?
— El credo familiar que te dije que no existía, estuve pensando muchas cosas desde que estoy aquí y soy consciente de la cruz que cargamos encima. — Irene suspiró sonoramente. — Era una niña pequeña cuando recordé todo pero me imagino que para ustedes es diferente.
— Los recuerdos siempre están ahí. — JungKook habló serenamente, tratando de ocultar los nervios que calaban dentro de sí. — Es como si nunca hubiésemos muerto.
— En realidad no lo hicimos. — Jin negó mientras tomaba una de las hojas. — Sellamos un pacto pero nosotros dos no morimos. — Mencionó observando a JungKook. — Irene. — Llamó a la pelinegra. La mujer le observó. — ¿Qué sabes?
...
— Señor, si me permite decirlo, es muy peligroso que salga a tan altas horas de la noche. — La mujer de tez pálida con ojos y cabellos levemente grisáceos se interpuso en medio del pelinegro. YoonGi suspiró sonoramente mientras se llevaba las manos a la cara.
— Nana, ya hablamos. — Mencionó con pocos ánimos mientras veía a la vieja mujer. Su apariencia quizás era de una joven pero él bien sabía que ya estaba muchos años lejos de él. — Volveré temprano, lo prometo.
— Pero joven Min. — Intercedió nuevamente tratando de retener al pelinegro. — Una noche como hoy, él fue acechado por los demonios.
— Nana, eso es mentira. — Se quejó el pelinegro. — Si se supone que el emperador era el más fuerte de todos nosotros, ¿cómo es que un solo demonio pudo contra él? — Cuestionó fastidiado. — Mamá y todos creen esa absurda historia, yo no.
— El joven JungKook está enfermo. — Recurrió a la última carta que tenía. YoonGi le observó con interés. — Tiene fiebre y no desea que nadie lo vea.
— ¿No es una mentira? — La mujer negó. — ¿Mi mamá fue a verlo?
— La señora Chaerin no ha regresado del consejo, se acercan las fechas patrias señor. — Le recordó la mujer. — ¿Me permite aconsejarle algo? — YoonGi sonrió amable hacia la mujer. — No acepte nada que le pida su madre. — El pálido frunció el ceño. — Sé que soy una simple sirvienta y con lo que he dicho estoy cavando mi tumba, pero me preocupo por usted. — Confesó. — Lo he cuidado desde que usted tiene cinco años y fue entregado a mí para cuidarlo, por lo mismo siempre voy a desear su bienestar. — YoonGi pestañeó mientras trataba de evitar que las lágrimas escaparan de él. — Por eso es mi deber preocuparme por usted y sus hermanos, el joven Seok ya abandonó el nido y está casado con una buena mujer. — YoonGi asintió. — Pero...
— ¿Pero? — Inquirió el pálido. La mujer pareció dudar.
— ¿Por qué su padre no ha regresado? — Preguntó viendo hacia los lados, después de todo estaban en medio de un pasillo y cualquiera pudo haberlos escuchado. Sunmi maldijo internamente mientras con atrevimiento tomaba la mano del pálido y lo arrastraba de regreso a su habitación. YoonGi le siguió. — He escuchado rumores de que su padre está muerto. — Mencionó dolida. YoonGi asintió cabizbajo mientras desviaba la mirada.
— Yo también he escuchado sobre eso. — Suspiró sonoramente mientras a su mente llegaban imágenes de su padre. El hombre siempre había estado apoyándoles en todo. — Mi mamá no niega nada, pero tampoco lo afirma.
— La señora Chaerin ha cambiado mucho desde que es miembro del consejo. — Comentó por lo bajo. — Joven Min, por su bien y el de sus hermanos, incluso del chico del cual usted está enamorado. — YoonGi la observó sorprendido. — Haga las cosas con cuidado y cuando pueda, solo huya.
— ¿Por qué me dices esto? — Preguntó.
— Porque tengo un mal presentimiento. — Concluyó.
...
YoonGi despertó pasadas las seis de la tarde y observó superficialmente el lugar en donde se encontraba, el color gris de las paredes y las conocidas cortinas de color vinotinto le indicaron que estaba en su habitación, levantándose perezosamente dejó escapar un pequeño quejido de dolor, a pesar de que seguramente había pasado toda la noche acostado, sentía su cuerpo cansado como si un camión hubiese pasado por encima de él.
— Tan imprudente y chiquillo como siempre, YoonGi-ssi. — El pálido se sobresaltó en su lugar mientras veía en donde él creía que provenía la voz. Sentada de forma elegante y portando un sencillo vestido negro con su cabello recogido en una coleta, Irene le sonrió. YoonGi parpadeó confuso e incluso se llevó las manos a la cara mientras estrujaba sus ojos.
— Creo que sigo enfermo. — Susurró para sí mismo mientras dejaba de estrujarse los ojos. Irene sin embargo rió por el comentario y se levantó del lugar en donde anteriormente estuvo sentada para acercarse más al rubio, YoonGi parpadeó confuso.
— Tu cabello necesita tinte, si regresas al negro sería una buena opción, te ves más lindo así. — Le guiñó el ojo divertida por la cara estupefacta del pálido y tomó asiento cerca de él.
— ¿Realmente eres tú? — Preguntó anonadado llevando sus manos con miedo hasta el rostro de la pelinegra. Irene sonrió tomando la mano del pálido.
— Hmm no, soy un fantasma. — Se burló. — Me alegra que estés bien ahora. — Susurró con un tono de voz bajo mientras sus ojos se aguaban levemente por las lágrimas. — Llegué a pensar que no te vería más nunca. — Confesó siendo sincera.
— Yo también llegué a pensar lo mismo. — Mencionó aun estupefacto por la presencia de la mujer frente a él. — Estás igual que siempre. — Halagó.
— Tú también. — Sonrió ella alegre. — Tu chico casi me mata porque le dije que cuidaría de ti hoy. — Negó divertida recordando la cara de Jimin cuando le dijo que entre ella, Jin y JungKook cuidarían de YoonGi. — Al parecer te quiere mucho, ¿aún no sabe nada? — Inquirió curiosa mientras jugaba nerviosamente con las sabanas de la cama. YoonGi negó ante lo dicho por la pelinegra.
— No. — Suspiró. — Y tampoco creo que algún día llegue a recordarlo, pero supongo que es lo mejor. — Desvió la mirada. — JungKook me contó lo que hiciste por mí y por Jimin... Lo que hiciste por todos. — Se corrigió. —Noona, no tuviste que hacerlo, no era tu obligación.
— No tuve pero quise hacerlo, te amaba. — Confesó. — Al igual que a JungKook, pero más a Jin. —YoonGi rió divertido. — Ustedes fueron como mis hermanos, mi segunda familia después de que mis padres y hermanos murieron.
— ¿Nunca supiste como murió tu familia? — Irene asintió mientras recordaba aquel día que se enteró de todo.
— Fue tu madre. — YoonGi se tensó en su lugar. — Nunca se lo dije a Jin, pero se lo diré pronto cuando... — Desvió la mirada dejando inconcluso lo que iba a decir, mientras jugaba nerviosamente con sus manos, el pálido intentó hablar en más de una oportunidad pero las palabras morían en sus labios antes de salir.
— ¿C-cómo? — Logró preguntar luego de un momento de silencio. Irene se levantó de la cama y avanzó en silencio hasta la ventana de la habitación, corrió las cortinas de ésta y observó la brillante luna que reposaba en el firmamento ajena completamente de los temores que guardaban los corazones ante su sola presencia.
— Mi madre era una bruja, nosotros no éramos como ustedes. — YoonGi asintió, su madre había dicho algo de eso alguna vez o por lo menos eso creía él. — Chaerin obligó a mi madre a que calláramos eso, incluso antes de que contrajera matrimonio con tu hermano, fui prácticamente obligada a renunciar a mi rama de jerarquía para unirme a ustedes.
— Siempre supe que habías cambiado para ser como nosotros, pero nunca pensé que te obligaran.
— Hay muchas cosas que desconoces y que yo puedo ayudarte a recordar. — Irene suspiró. — Desde que obtuve mis recuerdos empecé a buscar información sobre nuestro origen. — Comentó.
— ¿Por qué? — Cuestionó YoonGi interesado en lo que Irene pudiera decirle.
— ¿Recuerdas la leyenda del emperador? — YoonGi asintió renuente, no sabía muy bien sobre ella, nunca había prestado demasiada atención. — El emperador se enamoró de un humano así como tú te enamoraste de Jimin. — Mencionó la pelinegra ida mientras recordaba. — Mi madre fue la que selló el pacto junto con el emperador, pero la historia no es como la contaron. — Rió sin gracia
— ¿Qué tiene que ver todo eso con la muerte de tu madre? — Intrigado YoonGi intentó levantarse para estar más cerca de Irene pero un quejido de dolor lo hizo quedarse en su sitio. — ¿Qué pasa?
— Tu madre se deshizo de mi familia porque Bae JaeSun sabía la verdad, el credo familiar que debías respetar, la sangre que corría por tus venas, incluso tu apariencia... — Meditó un momento antes de hablar. — Tú eras el emperador que dio inicio a todo, por eso Chaerin quería controlarte.
¡Hola!
Nadie se esperaba eso último ¿verdad?
Recuerden que cuando uso "..." es porque estamos hablando de la vida pasada de los chicos.
Irene no es mala, no vayan a pensarlo.
Ella solo busca saber la verdad de lo que los rodeaba.
No sé si soltar el pasado de los chicos en capítulos completos, aunque creo que sí porque así lo entenderían mejor ¿no?
Quiero hacer mención especial a un grupo de chicas:
AlexaUchiha9 ¡Mi solecito precioso! aunque tienes tiempo sin aparecer por acá porque andas estudiando, cada que hablamos de este fic, me das muchos ánimos para seguir jugando al vergas con esta historia jajaja.
Jeonslaini, Gimvhope123, SailorAndre, LolaFuentesRosales: A ustedes porque después de Alexa, son las que me han motivado también, realmente no saben lo mucho que fangirleo cuando veo alguien diferente a Alexa comentar, es bonito porque sé que alguien más aparte de alguien que es muy cercano a mi, le ve potencial a esta historia, entonces no me queda más que agradecerles porque han subido bastante mi ánimo con respecto a esta historia.
nazkiv, ¡paisana! *ni sé si vas por este capítulo* pero cada vez que te veo recomendar "Hunter", mi corazón negro se emociona demasiado, eres tan linda jajaja. <3
Lialia17, aylinicc, Moonchild959th: Hola, ustedes son nuevas lectoras y les agradezco mucho, muchito el que dedicaran un poco de su tiempo leyendo esto, espero la historia les siga agradando y verlas hasta el final de esto por acá.
En realidad espero leerlas a todas las que comentan.
Y a las que no también, ¿qué esperan? No muerdo jajaja.
¡Muchísimas gracias por leer: Hunter!
No olviden votar ni comentar *ojitos*
Disculpen cualquier error.
¡Hasta la próxima!
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