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o𝟹. 𝚋𝚊𝚍 𝚏𝚊𝚝𝚑𝚎𝚛

Generalmente cuando tomamos conciencia de nuestra propia existencia aparece un primer recuerdo, el primer recuerdo que prevalecerá en nuestra memoria como una vivencia más de nuestra infancia y ese primer recuerdo para muchos era algo simple, comer y hacer un desorden al tener poca movilidad por ser niños, un momento único con seres queridos o tu familia o alguna otra situación que es tan única y especial al notar nuestra propia existencia.

Su primer recuerdo no era grato ni nada especial ¿como podía serlo cuando recibía una paliza por haber robado un pan?

Le hubiera gustado tener un padre, una madre, un tío, un tutor, un maldito protector.

Y tal vez los tenía sólo que jamás los conoció, porque cuando tomó conciencia de sí mismo estaba allí, postrado en un callejón con cada célula de su cuerpo sufriendo de su propia incompetencia al no poder robar ni una mísera migaja.

Que doloroso era respirar en aquel entonces, no tenía donde caer muerto sin resultar aún más perjudicado por los molestos marines que lo trataban como un deshecho más de la calle y ni hablar del resto de personas sin hogar, si creían que entre los callejeros se cuidaban no se podía estar más equivocado, no recordaba cuantas veces lo valioso se le había arrebatado de las manos dejando únicamente heridas hechas adrede por esas personas.

Por más que se defendiera con fiereza y salvajismo no dejaba de ser un niño desnutrido con poca probabilidad de vida, y entre él y otros, los otros se escogían a sí mismos.

Realmente no los culpaba, él también se habria escogido a él mismo y si tuviera al menos la más mínima fuerza para arrebatarles sus cosas, lo haría sin dudar, todo con tal de sobrevivir.

Pero no lo tenia, no tenia fuerza, no tenia una ventaja sobre los demás desdichados y eso lo llevaba a un círculo sin fin donde todo su esfuerzo era en vano.

¿Para que vivir cuando nisiquiera servía para dar lastima?

Siempre terminaba de la misma manera, pensando que al final del día, morir no sería tan malo.

Irónico era el ser humano que decía ser empatico para luego pasar e ignorar a un niño moribundo en la calle.

Era lo normal, era un huérfano, un callejero sin hogar ni familia.

Se valía por si solo, o eso trataba.

Y por esa soledad tal vez se preguntaba; ¿valía tanto la pena aferrarse a una vida miserable? La repuesta era clara, no.

Entonces, si la pelea era inútil, si esforzarse era inútil ¿por qué seguía haciéndolo cuando sólo le producía dolor y lamentos?
¿Tal vez mantenía una esperanza? Lo dudaba, ¿quién o qué le daría esa esperanza?

Pero después de tanto lamento, hubo un quien al que se aferro.

Salio afuera enfocando su vista cansada en su hija tratando de abrir la caja fuerte, inevitablemente una sonrisa fue aflorando mientras sus energías se renovaban.

—¿necesitas ayuda?

Eli...no, Nami.

Nami se sobresalto al escucharlo viendolo de reojo sin dejar de lado su trabajo.

—no, lo tengo controlado

—¿segura?

—si—bufo con molestia.

Si, eso lo saco de mi.

—bien—asintió apoyándose en la baranda dándole la espalda al mar—¿y tú? ¿Que estas haciendo allí arriba?—arqueo una ceja observando divertido como el niño se colgaba jugando entre los mástiles de la vela.

—¡me cuesta estar quieto!

—puedo notarlo—solto con diversión.

—¡me siento muy piratico!

Estuvieron un rato en silencio, en relativo silencio considerando que Luffy no dejaba de saltar de aquí para allá murmurando cosas entre dientes.

Nami estaba ocupada tratando de abrir la caja fuerte, cosa que se le hacia imposible con todo el ruido que hacia el niño de goma, la niña volteo a verlo de forma resignada.

—ok, tal vez sí necesite tu ayuda

Sonrio radiante antes de acercarse y ponerse a su lado a una distancia prudente para no incomodarla, apoyo su cabeza de lado encima de la caja sin llegar a presionar demasiado su oído contra ella, movio una y otra vez la cerradura pasando de número en número hasta que finalmente oyó un "click" .

Se enderezo indicándole que tirara de la manija para abrirla.

—wow, eso fue rapido ¡eres increible!—el niño bajo sentándose a su lado.

—soy un ladrón, esto es como respirar para mi

—pensé que eras un caza recompensas, como Zoro—su cabeza inclinada motivo a que lo comparara con un perro, un cachorro mejor dicho.

Que tierno.

—lo soy,—asintió—pero también robo, hago todo el trabajo que pueda hacer

Realmente no se sentía orgulloso de eso, aun si lo había hecho para sobrevivir, le hubiera gustado no tener que recurrir a dejar desgracias en vidas ajenas.

Nala odiaba eso, porque la marina lo hacía y aun que él no fuera de la marina, no era tan diferente a los idiotas egolatras y fuertes que allí se encontraban.

Pisoteaba a los débiles y le importaba un carajo.

El hecho que su hija acabará haciendo lo mismo que hacia en su juventud, no le alegraba en lo absoluto. Aquello resaltaba lo mal padre que era, si no hubiera perdido a su hija, ella no tendría que estar luchando por sobrevivir de esa manera y mucho menos tendría que ponerse en un riesgo innecesario.

No podia negar que se sentia orgulloso de la facilidad con la que lo hacía pero eso no cambiaba que estaba mal.

Sin duda alguna, es un pésimo padre.

—¡genial!—Luffy se acerco más a su hija apoyándose en ella la cual fruncio el ceño pero no lo quito de encima, estaba más ocupada tratando de ver el interior de la caja fuerte, su contenido mejor dicho—¿qué hay adentro? Estoy emocionado, este es mi verdadero primer botin pirata ¿puedes creerlo?

Alzo una ceja ante la acción del monito, ¿qué tenia con invadir el espacio personal de los demás?

—Luffy, creo que la estas incomodando—mentira, lo está incomodando a él.

La mismo sensación de cuando el tipo de la marina dijo que conoció a su hija en un bar, vino a él sólo que más leve por ser el niño de goma.

Pero seguía siendo un hombre estando muy cerca de su hija y eso no le agradaba nada.

—si, lo creo porque me lo dijiste después de pedirme otra vez que me uniera a tu tripulación—su hija le habló ignorando lo que él dijo, auch.

—hacemos un buen equipo—comento sonriente—¿ya viste que hay dentro?

Sólo díganme si sobro.

Viró los ojos para luego abrirlos con reconocimiento.

El niño tiene una fruta del diablo, si lo tiro al mar y le pongo una capsula de sonido...

Lo miro de reojo con una pequeña sonrisa que provoco que Luffy tuviera un escalofrio y se viera confundido.

Nononono, es un niño y tiene la edad de tu hija. No lo hagas.

Nego con su cabeza discutiendo consigo mismo mientras el par de críos seguían discutiendo.

—¿te molestaría darme un poco de silencio y un poco de espacio?

Nami empujó con su hombro a Luffy provocando que se alejara y de paso, que su sombrero saliera volando con el viento por la acción brusca e imprevista. El niño de goma corrió detrás de él con su rostro pintado en panico, afortunadamente pudo agarrarlo antes de que pasara de la proa.

—¡oye! Eso no, con mi sombrero no te metas

Oh, volvió a la realidad justo a tiempo.

Observo el sombrero con curiosidad, juraba haberlo visto antes, realmente era un sombrero muy común en la gente pero muy destacable si un pirata lo portaba.

¿Será que lo habrá visto en alguno de los piratas que mato?

Tenia sentido, era con las únicas personas que "convivia" antes de saber que Nami estaba viva.

—¿por qué te importa tanto ese vejestorio? Parece que lo sacaste de la basura

—dicen que la basura de uno es el tesoro de otro—volvió a ponerse el sombrero.

Aun que antes llego a pensar como su hija, había personas que le habían demostrado lo contrario demostrándole cuan equivocado estaba.

Sonrio com nostalgia antes de borrar la sonrisa al recordar a una de ellas.

Una de las que tanto odiaba.

Pero permanecía en su memoria por el odio y convicción que tenia por su muerte.

Dejo ir aquel hilo de desprecio y se dispuso a defender al niño.

—no necesita tener un valor monetario para ser valioso

La chica lo vio incrédula mientras Luffy la miraba con un toque de soberbia como diciéndole "¿ves? Tengo razón".

—¿podrían callarse? Intento dormir—se quejo el espadachín desde la única habitación que tenia el barco.

—ay, disculpe, ¿interrumpimos tu sueño, bella durmiente?

—¿no te gusta lo que ves? Volteate

Viró los ojos divertido por aquella discusión ridícula, no podia quejarse, el mismo se subió a este bote repleto de niños especiales.

Su hija finalmente sacó el contenido de aquella caja fuerte mostrando un mapa, supuso que el mismo mapa al Grand line que estaba buscando en la base de la marina en primer lugar, observo más el interior de la caja percatandose de un viejo cartel de recompensa con el nombre del pirata desaparecido "Kuro", blanqueo los ojos, a los marines les encantaba vanagloriarse por sus logros patéticos.

—¿es todo? ¿No debería haber oro en una caja fuerte? ¿O joyas?—cuestiono Zoro después de inspeccionar el interior.

—esto es conocimiento, es más valioso que el oro

El asintió de acuerdo, contrario a los otros dos niños presentes.

—es un mapa al Grand line—explicó con gran emoción su hija haciéndolo sonreír, aun que se notaba más la indignación por la ignorancia de los dos niños.

—¡el Grand line!—solto un bufido obvio, con reconocimiento claramente fingido—la Grand line está justo...¿donde dices que esta?

—¿vas al Grand line y no sabes donde esta?

—creo que necesito una navegante en mi tripulación—Luffy mira a Nami. Mira esa indirecta, ya ni se molesto por ello, le daba más ternura y gracia que molestia.

Hunter suspira preguntándose si así eran todos los piratas de la nueva generación, bien por él, no seria difícil encargarse de ellos y pero en defitiva no iba a dejar que el pequeño monito siguiera en su inocente ignorancia. Era peligroso.

—los mares se dividen en cuatro cuadrantes... —hizo un círculo con tiza en la mesa, habían entrado para poder explicarle a los dos crios acerca del Grand line—mar del este, del norte, oeste y sur,—trazo líneas irregulares verticales separando los mares en pares—esta delgada línea de tierra que rodea todo el globo-

—es la línea roja—completo su niña, él sonrio señalandola con la tiza.

—correcto, mi alumna estrella

Casi se larga a llorar cuando le devolvió la sonrisa pero aclaro su garganta con disimulo y siguió.

—y esta banda que lo cruza por la mitad... —hizo una línea horizontal dejando a los mares solos—es la gran ruta marítima, un peligroso trecho del océano con enormes islas y peligrosos piratas

— ...cientos de riquezas esperando por nosotros

—¡y ahí encontraremos el One piece!—se animo el monito.

Río por su entusiasmo y asintió en su dirección emocionandolo aún más.

—exacto

—he cazado muchos piratas que buscan esa cosa ¿qué es? ¿Un diamante enorme, valioso?

En serio estos niños de hoy no saben nada.

—es el tesoro de Gol d. Roger, lo escondió dentro del Grand Line, todo el One piece—explicó el pequeño capitán con un brillo de ilusión en los ojos.

Que ternura.

—¡es sólo un mito! La razón por la que no la han encontrado en veinticuatro años es que no existe

—Mmm yo no diría que no existe—hizo una mueca por la nula creencia de su hija, pero no la culpaba, muchos no creían en él por lo que era un pensamiento colectivo bastante común teniendo en cuenta que pirata era sinónimo de farsante para algunos.

—ya quiero ver tu cara cuando por fin lo encuentre

Antes de que siquiera pudiera admirar la motivación del niño, el barco tembló por un impacto.

—¿es la marina?

¿La marina? Se habia deshecho de la mayoría de ellos y no eran tan buenos, al menos no los de esa base, así que dudaba mucho que se tratara de ellos.

Había dos opciones.

Otro caza recompensas o un pirata.

La segunda opción era la más acertada, ninguno de ellos estaba registrado como un "criminal" todavía como para tener una recompensa.

—¿como fue que nos encontraron?

Salió al exterior junto al resto notando el humo rojizo resaltar y expandirse por la oscuridad de la noche, mierda.

—este humo huele muy raro

Actuó por instinto retrocediendo al interior para mojar un pedazo de tela que arranco de su ropa, la puso en la parte inferior de su rostro y tomó una cuerda que encontró por suerte. Al salir, maldijo al ver a los niños desmayados.

Estaban en desventaja al estar en el medio de la nada con sólo el mar rodeándolos.

Que dos de ellos tuvieran frutas del diablo era una debilidad ahora.

Ato su cintura con la cuerda y con cierta duda y pesadez tomó a su hija entre sus brazos para hacer lo mismo con ella sólo que afirmandola a su cuerpo, se dirigio al ancla para atar la cuerda al cable que la sostenía.

—lo siento, niños, no estoy dispuesto a perder a mi hija por segunda vez

Y salto, asegurándose de sostenerse bien.

Esta sería una larga noche.

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