oo. 𝚛𝚎𝚠𝚊𝚛𝚍
Estar rodeado de marinos le enfermaba pero no era como si pudiera evitarlo, un trato era un trato por más ganas tuviera de clavarle una bala entre ceja y ceja a cada marinero que se le cruzara, Morgan no toleraria otra baja a su nombre.
Shells Town era otra horrible base marina donde sacaba su pan de cada día, y por pan de cada día se refería a los bellys que le daban como recompensa por las cabezas, o alguna otra parte del cuerpo, que traía de los piratas más buscados.
Se detuvo un momento ojeando la pared llena de carteles de "se busca" arrancando uno que hace tiempo le habia llamado la atención.
Lo conocía.
Oh claro que lo hacía.
Sólo esperaba que su recompensa subiera un poco más, no aguantaba las ganas de despellejarlo aún si sus razones nisquiera podían considerarse razonables.
Como sea, el maldito pirata adornaria en algún momento su salón de la fama, sólo debía esperar porque sabía que ahora no era rival alguno para él por más que su ego se dañara al aceptarlo.
Retomo el camino que ya sabía de memoria, dios, ya habia pasado mucho tiempo aqui, debia de cambiar de cuartel bancario pero no es como si tuviera muchas opciones.
Debia ser cuidadoso, no debia llamar la atención sino él sabría su ubicación.
Un par de marines ya le esperaban para "guiarlo" a la oficina cuando en realidad lo que hacían era vigilarlo.
No los culpaba, su fama le precedía, no eran tan idiotas como pensaba.
—el capitán Morgan lo espera adentro
Entro y observo a mano de hacha afilando, bueno, su hacha.
—¿que tienes para mi, Hunter?
—no mucho, un par de treinta millones—reporto sin mucho interés soltando el costal con miembros de obvia procedencia.
—¿son reconocibles?
—están sus cabezas esta vez, así que supongo que si
Un silencio incómodo se generó en los que el marin sacaba filo a su arma y el cazador se balanceaba sobre sus pies tratando de disminuir su propia incomodidad.
—si no le molesta en darme el dinero rápido, tengo otras cosas que hacer
—claro—a pesar de la corta conversación, el ambiente era demasiado tenso y se notaba a leguas que el cazador no era del agrado del capitán.
Las primeras veces si le había reprendido y "ubicado" en su lugar, pero Hunter era Hunter, un peligro del que la marina era consciente.
Se alegraban de su alianza aun que fría y cínica, era una alianza que beneficiaba a ambos bandos por igual.
Ellos no lidiaban con alguien tan peligroso como Hunter y Hunter no los tenía como un grano en el culo.
Al recibir los bellys la puerta fue tocada con apuro.
—adelante—miro al cazador tras darle el dinero—puedes irte
—me iba ir de todos modos—murmuró para si mismo pasando a un lado de un par de pálidos soldados.
Aquello le puso de buen humor, le hubiera gustado quedarse a escuchar para saber que causo tanto pavor en estos cobardes pero no mintio cuando dijo que tenia cosas que hacer.
Saliendo vio a entrar a un chico con un inusual cabello verde siendo escoltado por los marines.
—con que fuiste tú
No trato de ocultar su voz, ni hizo uso de su fruta, queria ser oído y asi fue.
El niño lo vio por su hombro de la misma forma en que él lo hacía, fue breve, pues el niño era arrastrado hacia la oficina de Morgan.
—que triste por él
Se le hacia conocido, ciertas características físicas además de las tres espadas que llevaba las había visto o escuchado en algún lugar.
Da igual, por fin iba a irse.
Por fin iba a salir de esta isla de mierda, hasta que la vio.
Fue un espejismo.
Era la única respuesta coherente.
No podía ser cierto.
Sólo era su imaginación jugandole una mala pasada como las otras veces.
Si, tal vez la falta de sueño tenga que ver con eso.
También sus casi nulas ganas de alimentarse.
Si, eso debia ser.
Sus negativas costumbres finalmente daban cara.
Porque no podía ser posible, ¿cierto?
Ella no podía estar viva, ¿cierto?
La busco por cielo, mar y tierra.
Era imposible.
—silent...
Necesitaba calmarse, con el ruido a su alrededor anulado pudo encontrar tranquilidad y consuelo en el silencio como nunca antes lo había hecho.
Lo medito.
Lo comprendió y acepto.
No.
Imposible era que su mujer estuviera viva.
Imposible era que ella regresara a la vida.
Que su amada hija estuviera viva, eso era posible.
Porque jamas hallo un cuerpo.
El sonido volvió a llegar a sus oídos sin abrumarlo esta vez.
—cabello naranja, baja y ojos marrones—solto aire tratando de contener sus lagrimas—te pareces demasiado a tu madre, Eliza
Con una gran emoción y calidez recorriendo su pecho, la palabra "calm" salió de sus labios comenzando a caminar entre las sombras.
Quizás no fuera cierto.
Quizás si estaba alucinando.
Delirando.
Pero sus ojos no podían mentirle tantas veces, ¿verdad?
¡No perdía nada con comprobarlo!
Esta vez era distinto.
Sería distinto.
Podía sentirlo.
Se aferro a esa idea.
Esta es una gran recompensa.
En este punto de su vida, mantenerse con vida no tenía sentido cuando era sólo un cascarón vacío.
Si ella no llegaba a ser Eliza.
No sabía que sería de él.
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