Abriendo los ojos debido al repiqueteo que sentía, Jennie se vio a sí misma en una jaula helada debido a la nieve siendo transportada por caballos y custiodada por cazadores, entre ellos los sujetos que la habían dañado.

Suspiro sentándose y sacando la fecha que tenía en el abdomen, fue como una sensación de vacío cuando rompió la punta para poder deslizarla fuera.

— Esta viva —señaló un pelinegro al lado de la jaula, Jennie miró más jaulas, con híbridos muertos en ellas— ¿Como esta viva en primer lugar? —

— No eres el primero en envenenarme, tengo resistencia suficiente para eliminar las toxinas —dijo con obviedad, el agujero en su estómago comenzó a cerrarse lentamente dejando una línea de sangre que se deslizaba hasta la fría jaula— la única razón por la que caí es porque ya estaba lastimada —

A penas termino se decir eso una bala atravesó su hombro, Jennie palpo la zona antes de meter los dedos y sacar la bala con una expresión estoica, con la bala entre los dedos la lanzó a la nieve siendo ignorada, también desecho las fechas y unos mechones de cabello que le habían caído.

Paso como una acción tonta y ridícula para los hombres que creyeron que le molestaba eso en la jaula.

Pero Jennie sabía, ella sabía que Lisa iría a visitarla ese día al bosque para revisarla, usualmente se escondia en los árboles. Pero la humana se aseguraba de ver que estaba ahí y luego se iba tranquilamente. O le llevaba cosas que le mandaba Jisoo.

— Eres muy quisquillosa, supongo que las mujeres de todas las razas son así —bufo un rubio y Jennie solo ondeara su cola— pero ninguno de los híbridos esta tan golpeado como tu, ni tan cicatrizado, mataste a uno de nosotros fácilmente —

— Si siguen vivos es únicamente por suerte —negó Jennie acostándose en la jaula su cola se movió lentamente golpeando el suelo— no es mi destino matarlos —

— Es graciosa, ella incluso habla de destino —

— Es que el destino es algo muy interesante y curioso, le gusta hacer bromas pesadas —sonrió mirando al techo, su brazo ya no dolía tanto, así que solo lo acomodo donde lo sintió cómodo y espero—

Se pegaría en quizá, un día.

Ese era tiempo suficiente.
.
.
.

Levantando del suelo lleno de hojas un pedazo de vestido, Lisa sintió su sangre hervir, era de la tela que Jisoo hacia los vestidos de Jennie.

La híbrido tenía la costumbre de cambiar de árbol y zona cada día, así que era complicado buscarla, pero encontró una piedra con sangre abajo de un enorme pino donde estaban las cosas de Jennie, al parecer ahí las guardaba y solo ella se movía.

Estaba espeso todavía, cerca de esa zona más profundo el rastro de algo que arrastraban se mostró hasta que desapareció. El pedazo de vestido estaba ahí. Atorado en las hojas, había un líquido morado también, veneno.

Y una bonita marca de zapato que Lisa se encargaría de seguir.

Alguien se había llevado a su adorada presa.