Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

El sol apenas se atreve a mostrarse, brindando un hermoso paisaje anaranjado, los pajarillos cantan por mas cliché que suene, y varias personas salen de sus casas para empezar el día. Expulso el vaho de mi boca al momento de bostezar, como es costumbre el clima esta helado, no es para menos tratándose del nevado Vancouver, sigo sin acostumbrarme del todo a este clima, lo prefiero mil veces que el insoportable calor de Tailandia, pero algunas veces se vuelve molesto.

Reviso la hora en mi teléfono, faltan quince minutos para entrar a clases, ¿por qué no sale aún?

—Ya casi es hora de irnos, ¿seguirás esperando? —Me dice Sana acomodándose la bufanda beige en el cuello.

—Esperaré unos diez minutos más, si no sale, me iré. —Miro intensamente la puerta de la casa de Jennie, como si eso la fuera a hacer salir.

—Está bien, enamorada. —Ríe Sana. — Tzuyu dice que llegara en diez minutos también, así que me quedaré a hacerte compañía.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro, ahora entiendo los celos de Tzuyu, a veces Sana me cuida más que a su propia novia.

—Acabas de decirle que llegue un poco más tarde, ¿verdad?

—No puedo dejarte sola, ¿Qué pasa si llega un roba niños y te lleva? —Pregunta falsamente escandalizada. — No puedo dejar que algo malo le pase a nuestra bebe.

—¿Nuestra? —Me recargo más contra los cuernos de mi motocicleta, con la cabeza entre mis brazos, le sonrió juguetona.

—Mía y de Rose, para Tzuyu eres como su hija bastarda.

—Mami, ¿papi Chuwi no me quiere? —Pregunto con un tono infantil y una expresión triste.

—No, ciertamente no.

Tzuyu se suma a la escena bajando de su modesto auto negro con su aura de niña rica, que es exactamente lo que es, va hacia Sana pasando su brazo sobre sus hombros y dándole un tierno pico. Finjo una mueca de asco al verlas, ellas solo ríen.

—¿Sigues de acosadora? —Pregunta Tzuyu viendo la casa de Jennie. Asiento.

—Quiero asegurarme de que no le pase nada de camino a casa, además si ocurre algo en la mañana, puedo interferir.

—Fuera de bromas, eres de mucha ayuda para ella Lisa, te lo aseguro. —Sana me mira conmovida, y culpable a la vez.

Ella se siente culpable por las múltiples veces en que ha escuchado lo que ocurre dentro de la casa de los Kim, y se ha quedado sin hacer nada, gracias a que su madre se lo impide. Por lo que me ha contado, todos en la cuadra conocen la realidad de esa familia, más sin embargo, nadie se atreve, o no les importa lo suficiente para hacer algo al respecto. Lastimosamente esto es muy normal, que nadie haga nada por ayudar a los demás.

Y yo no soy la excepción.

Muchas veces he sido testigo de abusos hacia mis compañeros, y he preferido guardar silencio e ignorarlo, como si anda pasara. Muy tarde me dí cuenta de que si no actúas o ayudas, todo empeora, o ayudas a que esa persona termine por hundirse en su propia miseria, o terminas sumándote.

No planeo que nada de eso ocurra con Jennie, la quiero demasiado como para permitirlo.

Su figura saliendo de su casa interrumpe mis pensamientos, y trato de lucir lo mas casual posible, mis amigas lo notan y fingen conmigo una conservación normal. Ella luce hermosa envuelta en esa diminuta y delgada sudadera, junto con esos pantalones anchos.

¿No tendrá frío o por que esta vestida así?

—Oh Lisa. —Dice Jennie sorprendida en cuanto llega a nuestro lado. — ¿Qué haces por aquí? No tenía idea de que vivías por estos rumbos.

—Solo estoy de paso, me cruce con mis amigas. —Respondo señalando a Sana y Tzuyu detrás de mí, la pareja la saludan con un movimiento de manos. Una más alegre que la otra. Jennie les regresa el saludo tímidamente.

—Lisa y yo nos conocemos de hace mucho tiempo, somos muy buenas amigas, diría que las mejores, pero seguramente Rosé me lincha. —Sana ríe de su propia broma, la acompaño junto a Tzuyu.

No creo que Jennie haya captado el chiste, pero de igual forma se ríe.

—Ya es algo tarde, debemos irnos amor. —Tzuyu mira su caro reloj de mano dirigiéndose a Sana, esta asiente de acuerdo.

—Nos vemos luego. —Nos dice la japonesa a ambas subiendo al auto junto a Tzuyu, la misma hace el típico gesto de los soldados para despedirse. — Bye, Jennie, me saludas a Rima.

—Claro, nos vemos.

El auto arranca dejándonos solamente con la nube de humo que desprendió, me siento marear fácilmente en cuanto inhalo el humo, le he dicho muchas veces a Tuzyu que tenga más cuidado, suelo marearme con facilidad si inhalo cualquier clase de humo.

—¿Ya te vas? —Me pregunta sonriente, me gusta creer que esta contenta de verme.

—Sí, faltan menos de diez minutos. —Digo mirando de nueva cuenta el reloj en mi muñeca.

Ambas quedamos en un corto silencio incómodo, sin saber que decir, aunque realmente yo sabía que quería preguntarle, pero el miedo era mucho más fuerte. Tomé está iniciativa porque me preocupo en exceso por ella, pero tampoco quiero hostigarla o que crea que le tengo lastima.

—¿Tu... Te gustaría ir conmigo? —Pregunto con las manos dentro de mis bolsillos dando un cabeceo hacia la motocicleta.

Noto sus ojos iluminarse y una gran sonrisa me es dirigida.

—Claro, estaría encantada de ir contigo.

Tener las manos de Jennie alrededor de mi cintura es una de las sensaciones más inexplicablemente hermosas del mundo, a pesar del frío, logra calentarme más que mil abrigos, y su rostro recostado en mi espalda me hace sonreír, cuando sintió sus labios dibujar una sonrisa.

Cómo es usual las miradas se dirigen a ella en cuanto llegamos, y por primera vez puedo sentir que es realmente a mí a quien miran también. Trato de ignorar las voces en mi cabeza y solo me concentro en sujetar la mano de Jennie, quien se alejó de mi inmediatamente en cuanto pusimos un pie dentro de la escuela, ella cree que me avergüenzo de estar a su lado.

Se ve sorprendida por mi determinación a no alejarme de ella, por un momento me asusto, creyendo que tal vez estoy siendo muy confianzuda, pero refuerza el agarre caminando a mi lado alegremente.

—¡Jen! —Nayeon se acerca a ella cuando esta abriendo su casillero, golpeando su hombro amistosamente.

—Buenas, Nay. —Le sonríe sacando un libro del casillero.

—Hola, Lisa. —Me saluda sonriendo con picardía, correspondo al saludo con un simple movimiento de mano. — ¿Es verdad que trajiste a Jennie?

—Sí. —Reconozco confusa por el repentino color rojo en las orejas de Jennie, que oculta su cabeza dentro del casillero. — ¿Nos viste llegando?

—De hecho, no, pero ya sabes cómo son de chismosos aquí, las noticias vuelan.

—¿Son noticias buenas hasta el momento? —Recargo más mi cuerpo contra las cajas de metal, cruzando mis brazos y fulminando a todos aquellos que miran demás el cuerpo de Jennie.

No puedo imaginar lo mucho que sufre al recibir tal nivel de acoso, lo peor es que nunca tiene un momento de paz, tanto su casa como la escuela son el mismísimo infierno.

Nayeon considera la respuesta.

—Eso depende de ti. —Toma a Jennie de los hombros y la obliga a salir, atrapando su cuello y colgándose de este. — Pásame la tarea, Jen.

—No, no, no. La última vez no me valieron la mía por estar pasándola. —Niega.

—Por favor. —Lloriquea Nayeon con un llanto.

Disfruto de su mini pelea con una sonrisa embobada, sin prestarle atención a los varios cuerpos acercándose, casi aplastándome.

—¡Lalisa! —Moonbyul corre a toda velocidad hacia a mí, pongo mis manos enfrente para evitar sus acciones, pero eso no le importa en lo más mínimo y aun así se arroja sobre mí.

Caigo boca arriba al suelo con ella encima, mi espalda cruje gracias a los materiales adentro de mi mochila.

—Quítate imbécil. —Logro decir sin aire.

—¡Bolita a Lisa! —Dice Seulgi emocionada viniendo junto a Jisoo y Rosé.

Ambas castañas se apresuran a venir a nosotras, trato de quitarme a Byul de encima, pero la maldita pesa mucho a pesar de ser un jodido palillo de dientes.

—¡No, no, no! —Es lo último que digo antes de que el aire abandone mis pulmones al momento de que otros dos cuerpos caen sobre mí.

Ellas ríen a carcajadas llamando la atención de todos en el pasillo.

—¡Quítense pesan como un tractor! —Las golpeo a los costados de sus cuerpos, ya que es la única parte que mis inmovilizados brazos pueden alcanzar.

—Ay que exagerada. —Jisoo es la primera en pararse permitiendo que las otras dos también se quiten.

Seulgi me extiende su mano para ayudarme a levantarme, la acepto sobando mi espalda.

—Jodete, ¿Qué tal si nosotras tres te hacemos lo mismo? —Le digo señalándonos.

—¡Lo hicieron ayer!

—Ay sí es cierto.

Volteó a saludar a Rosé que se había instalado al lado del par de amigas presenciando nuestro circo, estás se ven entre sorprendidas y divertidas, no me sorprende, no es como que seamos realmente cercanas o algo así, no conocen como nos llevamos.

—Hola Jennie. —Dijo Seulgi saludando a Jennie exageradamente emocionada.

—Hola. —Responde tímida, no acostumbrada a que tanta gente le hable de golpe, y de buena manera.

Siento una molestia en mi estómago al ver esta escena.

¿Por qué se pone tímida y se sonroja con Seulgi? Ni que estuviera tan guapa.

No creo que sean celos, yo no siento esas cosas, creo que son enfermizas, además no tendría ningún sentido que las sintiera, si no somos nada.

—Te ves muy linda el día de hoy. —Señala la castaña recargada en el hombro de Byul, está misma asiente de acuerdo.

—Se te ve muy bien esa sudadera. —Halaga Byul, para luego hacer un ademán de quitarse su sudadera. — ¿No tienes frío? Se ve muy delgada, puedo prestarte la mía.

Bien, suficiente con todo esto.

Rosé fulmina con la mirada a Jisoo, advirtiéndole que es mejor que no diga nada, ella la mira sintiéndose ofendida por la acusación.

Sí como no, como si no hubiera estado a punto de darle su chaqueta a Jennie también.

—Estoy bien, no te preocupes. —Jennie agradece escandaliza, evitando que la de pelo morado continúe quitándose su vestimenta.

Disimuladamente me quito la mía, dejándome solo en un suéter crema ancho, me pongo detrás de ella y coloco mi sudadera sobre sus hombros.

—No te preocupes, Byul, ella ya tiene la mía. —Me sorprendo por el tono confiando de mi voz, al igual que todos.

A excepción de Jisoo y Rosé que solo lucen extrañamente orgullosas.

Conecto mi mirada con Jennie, mirando el ligero rubor en sus mejillas, junto con aquel característico brillo en sus ojos.

Se acerca a mi oído para susurrarme.

—Gracias. —El movimiento de sus labios formando una sonrisa me provoca cosquillas y un revoloteo en mi estómago.

Asiento nerviosa diciéndole telepáticamente: "No hay de qué."

El timbre suena afortunadamente librándome de la incómoda situación en la que me yo misma me metí por mis estúpidos celos. No puedo creer que los esté sintiendo sin ser nada aún, ni siquiera puedo considerar que seamos amigas como tal, es enfermizo que me sienta de esta manera

—Debo ir a clases, adiós. —De la única que me despido correctamente es de Jennie, dejando un casto beso en su mejilla.

¿No te bastó con la escena de celos?

¿Ahora también un beso?

Vas de mal en peor, Lalisa, así lo único que lograrás será alejarla.

Y no puedo permitir eso.

Si por mi fuera no me importaría que se alejara, si ella está bien con eso yo también, pero no puedo permitir que alguien la lastime, por eso debo mantenerme a su lado.

[...]

La situación que me rodeaba me tenía demasiado confusa.

¿No es demasiado pronto para este tipo de nuestras de afecto?

¿Para estos arranques?

¿Para qué es demasiado pronto?

Creo que en realidad la que está pensando de más soy yo, debe ser normal que Lisa actúe de esa manera frente sus amigas conmigo, me he dado cuenta que tiene una especie de raro instinto protector hacia a mí.

Lo he notado en nuestra llegada el día de hoy, en un inicio creí que en cuanto bajáramos de la motocicleta ella buscaría alejarse de mí lo más pronto posible. Cuál fue mi sorpresa cuando me tomó de la mano, y no permitió que me alejara de ella, fulminando con la mirada a todos aquellos que nos miraban de más o se burlaban.

Me es inevitable sentirme agradecida y un poco querida, pero sé que está mal sentirme así, y tampoco lo quiero para ella.

Suficiente tiene Nayeon con ser marcada como una oveja negra al ser mi mejor amiga, he intentado alejarme de ella por su propio bien, para evitarle las burlas o abusos por simplemente estar a mi lado. Pero ella es de las personas más tercas del mundo, se niega a alejarse de mí, y aunque lo oculte, estoy profundamente agradecida por ello.

No sé qué sería de mi si no la tuviera.

Y tengo miedo de que pase lo mismo con Lisa, no quiero tener más dependencia a alguien.

Las clases son rápidas y llevaderas, parece ser que el frío también ha congelado los instintos depravados de los chicos, que se han mantenido al margen. En cambio, con las chicas, es decir Jimin, he notado su mirada sobre mi durante todo el día, a la espera de que esté sola, para cobrarse lo que ayer no pudo.

Cuando suena el timbre anunciando la hora del almuerzo, me cuelgo inmediatamente del brazo de Nayeon, apresurándola a salir con la excusa de que muero de hambre.

Bueno, no es tanto una excusa.

Anoche mi madre me dejó castigada sin cenar y almorzar por qué encontró una basurita en la comida que preparé.

Lo único que he comido ha sido un paquete de galletas de fresa que Rima me dió a escondidas.

—Llevo dos meses tratando de convencerla, pero parece que hablo con la pared. —Se queja Moonbyul dándole un sorbo a su juguito de caja.

Nayeon y yo tomamos asiento con nuestra bandeja de comida en mano, una al lado de la otra, lo que agradezco, pues ella ha notado mi temor y aunque me negué a contarle al respecto, se queda a cuidarme.

Nuevamente había insistido en que fuéramos a comer al patio, a solas, sin embargo, el grupo de Lisa nos ha tomado como mascotas, pues nos han invitados comer con ellas.

Mejor dicho, han invitado a Nayeon.

—Es que no es lo mío eso, ya te lo he dicho. —Responde Lisa sin dejar de comer su hamburguesa de pollo, me ve mirándola y me ofrece una mordida.

Acepto algo apenada, deleitando mis papilas gustativas con el sabor de la salsa BBQ.

—¿Verdad que mi madre tiene un buen sazón? —Me pregunta orgullosa de la comida de su madre.

—Por supuesto que es lo tuyo. ¿Crees que no te veo cuando te obligan a jugar?

—¿Y? Sigue sin gustarme el fútbol, yo no quiero eso.

—Jisoo. —Chillo Moonbyul hacia la mencionada, quien despejó la vista de su teléfono. — Dile algo.

—Algo.

Seulgi junto Lisa sueltan una risa escandalosa.

—Ay mira, no sabía que habías comido verga de payaso. —Dijo Moonbyul irritada.

—Y tu te sentaste.

El grupo de amigas a excepción de Rosé, que se mantenía en silencio acariciando la mano de Jisoo, estallaron en unas sonoras y ruidosas carcajadas llamando la atención de muchos. Aunque la atención no está dirigida a mí, me encojo en mi lugar buscando ocultarme.

Ciertamente no había entendido el chiste y creo que solamente el grupito de Lisa lo hizo, más específicamente sus más fieles secuaces.

—No le entro a eso, gracias. —Responde Moonbyul con cara de desagrado. — Se lo cedo a Jeongyeon.

El chillido de emoción de Nayeon fue lo que me alertó de la llegada de la castaña, sentándose a su lado, no sin antes darle un ligero golpecito a Moon en la nuca.

—A mí tampoco me van los payasos. —Suelta Jeongyeon risueña. — Hola, Nay.

Nayeon suelta un suspiro de enamorada antes de responder.

—Hola. —Dice en un murmullo que sale más como suspiro. Ruedo los ojos por su constante estado de idiotez.

—¿Quieres más, Jennie? Lo que trajiste es muy poco. —Me pregunta Lisa ofreciéndome otra vez de su comida, inconscientemente sonrío.

Y está en lo cierto, para aumentar mi castigo no me dieron siquiera dinero para poder comprar algo en la calle, y lo único que tenía en mi poder eran unos míseros 5 dólares que solo me permitían comprar una botella de agua y una manzana. No era bueno, pero es mejor que nada.

—No tengo mucha hambre, con esto es más que suficiente. —Rechazo amablemente poniendo mis manos enfrente de la comida.

—¿Cómo así? Anda, o le diré a mi madre que crees que cocina mal. —Insiste bromeando con la amenaza, no puedo evitar enternecerme con su ceño fruncido.

—¿Y tú ya comiste? —Asiente.

—Mi madre me trajo dos, está es la segunda, puedes comértela.

Aún un poco dudosa la acepto, tratando de evitar salivar ante el delicioso aroma, mi estómago ruge involuntariamente, ansioso por ingerir alimento después de tanto tiempo.

Lisa está mirándome feliz, recargada en la mesa, con el mentón recargado en la mesa, viéndome de lado.

Inevitablemente me sonrojo y trato de controlar un poco mi forma de comer, haciéndolo más lentamente.

Durante el almuerzo conversamos entre las dos, a veces ella incluyéndome cuando habla con sus amigos, quienes aún se mantienen un poco ariscos a mi presencia, sobre todo los demás miembros del grupo que se unen tiempo después. Es un grupo bastante numeroso, aunque se nota que no son todos tan íntimos entre ellos, el grupo fiel de Lisa se reduce a Jisoo, Rosé, Jeongyeon, Moonbyul y Seulgi.

A pesar de haber sido un buen momento, nunca dejé de sentir las miradas sobre mí, solo que esta vez dos eran mucho más intensas.

No me sorprendió el descubrir a Jimin desde su mesa junto sus amigas burlándose de mí, lo sorprendente fue encontrar los ojos marrones de Rosé analizándome, no sabría decir si molestos o más bien curiosos.

El final del día llegó, brindándome la nada frecuente alegría de poder irme a casa.

Finalmente, Harold había partido así que podría estar en paz, sí, seguiría mi madre en casa, pero a ella la puedo controlar, quiero aprovechar este tiempo para convivir más libremente con mis amigas.

Bueno con mi amiga.

—Nay, ¿Te gustaría venir a mi casa hoy? —Le pregunto cuando estamos en el estacionamiento, después de que el timbre tocará.

Sus ojos se iluminan y una perfecta "O" se forma en su boca.

—¿¡Hablas enserio!? ¡Por supuesto que sí! —Como es costumbre se lanza a abrazarme. — Nunca me invitas a tu casa, será genial.

—Es que... A mi papá no le gustan mucho las visitas. —Admito siendo sincera por primera vez con respecto al tema de mi hogar.

—¿No está en casa entonces?

—Nop, se largó a un viaje de negocios, así que...¿Qué te parece una película?

—¡Excelente! Llegaré en la tarde, será como nuestra primera cita. —Mueve sus pestañas exageradamente con su rostro excesivamente cerca del mío.

—Por supuesto, mi amor, comeremos ramen. —Le digo con picardía, y me acerco hasta el punto de tocar nuestras narices.

Ella se aleja espantada.

—Así ya no juego.

Río expulsando el vaho de mi boca, y escondiendo más mi pequeño cuerpo debajo del enorme suéter de Lisa, disimuladamente lo olfateo, deleitándome con un delicioso aroma a gomitas, una sensación demasiado agradable.

El clima no ha mejorado en todo el día, inclusive a empeorado, hasta el cielo está nublado ahora, estoy segura que lloverá.

—Debemos apresurarnos, en cualquier momento empezará a llover.

Asiento de acuerdo, apresurando el paso junto a Nayeon.

En la salida de la escuela ambas somos detenidas por una gran camioneta negra que se estaciona enfrente de nosotras.

Quedamos congeladas en nuestro puesto sorprendidas por el gran y aparentemente caro vehículo, el cristal va bajando revelando a la amiga de Lisa que conocí en la mañana, junto con Sana en el asiento del copiloto, está nos saluda muy emocionada.

—¡Hola, Jennie! —Exclama Sana desde el vehículo.

Su novia se limita a lanzar un cabezazo como saludo.

—Hola... ¿Vas de paso? —Pregunto confundida. Hasta donde yo sabía ella estudiaba en otra escuela, y su novia ya era universitaria, no sé porque estaría aquí.

Contestando mi pregunta, el cristal de la ventana de atrás baja mostrando a todo el grupo de amigas a excepción de Lisa.

—Vine por unas amigas. —Sana sonríe viendo a sus amigas atrás.

Cómo es tradición Jeongyeon saluda a la embobada de Nayeon y se pierden en su propio mundo.

—¿Sabes dónde está Lisa? —Me pregunta fríamente su novia, yo niego. — Iré a buscarla.

Sana asiente sin dejar su adorable sonrisa, antes de que pueda bajar, el motor de la motocicleta de Lisa se pronuncia a un lado mío, está vistiendo su casco, ocultando su rostro.

Toca la bocina de su motocicleta asustándome.

—Tapan. —Dice Lisa bajo el casco, suena irritada.

—¿Y tú a dónde crees que vas? Súbete, ya va empezar el partido. —La llama Jisoo sacando su cabeza de los asientos traseros, chocando con la de Jeongyeon que está conversando en la ventanilla, ambas sueltan un quejido por el golpe y soban sus cabezas.

—Iré en un rato, primero quiero ir a llevar a Jennie. —Explica sin siquiera verme. — ¿No la han vis- ay dios.

Exclama asustada cuando por fin se digna a voltear a dónde estoy, le sonrío burlona.

—¿Ni siquiera preguntarás si quiero ir? —La provoco juguetona, y aunque no puedo verla bajo el casco, puedo apostar a qué está sonrojada.

—N-No quería sonar así. —Responde cual niño regañado.

Las risas de sus amigas se escuchan de fondo, junto con un: "Ja, se humilló solita" de parte de Byul si no me equivoco.

—Nunca tendré problemas con que me lleves, disfruto viajar contigo. —Admito con los brazos cruzados delante de mí, sosteniendo mi mochila.

Lisa desvía la mirada, casi puedo imaginar una sonrisa en su rostro.

Ella extiende su mano señalando la parte trasera de su asiento, acomodo mi mochila en mi espalda y subo, sujetando su cintura para no caer.

—Te vemos en la casa. —Dice Tzuyu sin más pisando el acelerador.

—Espera, Tzu- —Intenta hablar Jeongyeon, ella sujeta las manos de Nayeon afuera de la ventana, pero al momento de arrancar, la pareja de tórtolas es separadas de golpe. Provocando que Jeongyeon por poco saliera de la ventana.

—¡Ahí te ves! —Gritan las demás alegres, vibrando el nombre de un equipo de fútbol.

A la lejanía escucho las quejas de Jeongyeon, hasta que se desvanecen.

—¿También gustas un aventón? —Sugiere Lisa a Nayeon que se quedó estática viendo cómo se alejaba su crush. Finalmente reacciona.

—¿No es peligroso que vayan más de dos personas en una motocicleta? —Pregunta preocupada apuntando al vehículo.

—No lo sé, he viajado con toda la bola de allá, no creo que pase nada.

Nayeon hace una mueca aún no muy segura.

—Adelante, Nay, no pasará nada. —La aliento a lo que finalmente cede subiendo detrás mío, sujetándose de la misma manera que yo.

Lisa arranca y el desastre comienza.

[...]

—Te odio, verdaderamente te odio.

Ahora Nayeon y yo estamos en la sala de mi casa comiendo palomitas y otros snacks mientras en la televisión se reproduce: "El Conjuro."

Estamos solas en la sala gracias a que Rima me hizo el favor más grande del mundo, le pedí que convenciera a mamá de llevarla al parque, con suerte, y si Rima seguía mis indicaciones al pie de la letra, se llevarían todo el día.

—Ya supéralo, no fue para tanto. —Le resto importancia molesta, es tan exagerada.

—Como tú ibas sujeta de un firme y fuerte poste telefónico. ¡Mi única seguridad era tu cuerpo de gatito!

—Sigues aquí, ¿No? Además, Lisa es una buena conductora.

—¿Segura?

En realidad, Lisa es pésima conduciendo, es demasiado brusca y siempre busca pasar por los topes sin bajar la velocidad, no sé si en realidad es muy mala o le gusta hacer eso, pues en el camino se la pasó riendo.

—Tal vez no.

Unas risas escandalosas nos interrumpen, existe una distancia considerable entre mi casa y la de los Minatozaki pero aun así logramos escucharlas, son demasiado escandalosas. 

Por lo que me contó Lisa, sus amigas se juntarían para ver un partido del equipo favorito de Jisoo, ella no estaba interesada en lo absoluto, pero quería ir a socializar.

Inclusive nos invitó, para mi sorpresa Nayeon negó la invitación diciendo que tendríamos nuestro tiempo de chicas.

—Sabes, Nay, tengo un admirador secreto.

Nayeon pone pausa a la película sorprendiéndome, quita las botanas de en medio de nosotras, y me toma de los hombros para que estemos cara a cara.

Veo sus ojos, una pequeña llama encendida en estos.

Es el modo chisme de Nay activándose.

—Cuéntame todo. —Me sonríe emocionada.

Lastimosamente, como siempre, no podré contarle todo.

Le explicó todo el tema ocultando el hecho de me salvó de una buena paliza de Harold, diciendo que en realidad, la ayuda que me ofreció el admirador, fue con respecto a mis problemas en la escuela.

—Suena todo muy romántico, pero, ¿No te preocupa que sea un acosador?

—Un poco, sí, pero no sé, siento como que... Puedo confiar ciegamente.

—No es posible que dos notas ya te tengan así de enamorada. —Ríe juguetona. — ¿Qué fue lo último que le respondiste?

La última vez que le dije algo fue cuando me escribió que fuéramos como Romeo y Julieta, no le veía mucho sentido a mandar notas por más romántico que fuera, así que esperaba que hiciera caso a mi carta para tener más contacto.

"Me gustaría hablar más seguido contigo, ¿Te parece si olvidamos el asunto de las notas?

@Xjenkim.

Puedes buscarme en Instagram para seguir conversando;)

Y muchas gracias por lo que has hecho, me haz ayudado mucho."

De: Jennie.

Para: Una mente anónima.



¡Nueva actualización! 

Milagro que no le pasa nada a Jennie xd

Pero ni se acostumbren, el próximo capitulo estará muy bueno.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro