Capítulo 13
—¿Cuándo cambiará este puto clima?
—Yo no tengo quejas.
Tzuyu tuerce los ojos abrazándose más a si misma, sus dientes castañean desde rato por el clima, estamos esperando a nuestras chicas como es costumbre, el problema es que al verse tan cerca el invierno, las temperaturas han bajado drásticamente.
—¿Cómo las vas a tener? Si te la vives encerrada en tu casa envuelta en tus cobijitas — Dice Tzuyu mirando fijamente al hogar de su novia, como si así la apurara a salir — En cambio algunos tenemos que estar afuera todo el tiempo.
—No es mi culpa que tú hayas decidido trabajar a pesar de tener una fortuna.
—Eso es porque no quiero vivir dependiendo de mis padres. —Tuerce los ojos nuevamente.
—Pues diles si no me quieren adoptar.
Estiro un poco las mangas de mi sudadera ocultando mis manos heladas, por suerte esa es la única zona en la que tengo frio, gracias a la gran cazadora que tengo puesto y la bufanda que me obligó a traer mi mamá el frío ni se siente, obviamente preferiría estar dormida en mi cama, pero por fin se acabó mi suspensión, significa estar devuelta junto a Jennie.
Sonrió inconscientemente.
—Vaya, ¿por qué tan contenta? —Tzuyu le da un sorbo a su vaso de café, me ofrece pero lo rechazo. Acabo de lavarme los dientes, eso sabrá horrible. — Conociéndote ahorita estarías con tu cara de perros.
—Sigo igual que siempre, solo un poco feliz porque veré de vuelta a Jennie.
—¿Y cómo siguieron después de ayer?
—Bien, admito que no fue bueno de mi parte contarle a Rosé acerca de lo que había ocurrido sin consultarle, pero entendió porque lo hice. Mira ahora mismo estoy contándote todo. —Río sin gracia.
—Contarme esto no tiene malo, malo sería contarme los más profundos secretos de Jennie, y tú no haces eso.
La taiwanesa posa sus brazos sobre mis hombros, abrazándome, la miro correspondiendo a la sonrisa que me brinda.
Solo lo hace porque tiene frío, en cualquier otra situación me quitaría de encima si yo siquiera intentara abrazarla, es alérgica al contacto humano, la única excepción es Sana, obviamente.
—Eso espero, no quiero que volvamos a pelear.
La carcajada de Tzuyu me hace ladear la cabeza confundida.
—¿Crees que eso fue una pelea? No tienes idea de lo que es realmente.
—Fue bastante parecido a una para mí. —Me encojo de hombros haciendo una mueca. Siempre he sido alguien que evita los conflictos, odio la parte de discutir con las personas y cagarla.
—Solo fue un reclamo, pelea es cuando te amenace con terminarte, todavía recuerdo la vez que Sana me corrió de su casa después de hacerlo. —Tzuyu ríe sonrojándose. — Todos los vecinos me vieron las tetas.
Río también recordándolo, Tzuyu me llamo desesperada para que la fuera a recoger y le trajera ropa, se la pasó escondida dentro de la casita de Kuma. Pero mi risa se calla al recordar un pequeño detalle....
Jennie y yo no somos nada.
Hasta donde yo recuerdo somos amigas, pero las amigas no se dan besitos en la boca ni se la pasan haciéndose cariñitos a escondidas de sus padres. Siento que es demasiado apresurado pedirle que seamos algo, no llevamos ni tres meses de conocernos y aun así ya llegamos a besarnos, tal vez estoy siendo demasiado intensa con ella, debo estar incomodándola y por eso ella tampoco me pregunta nada al respecto, ¿debería ser menos cariñosa tal vez?
—¿En qué tanto piensas pollo? —Ladea la cabeza curiosa.
Suspiro viendo una figura salir de la casa Kim, apresurándose lo más que puede en salir, un crujido ocurre en mi pecho, siempre sale asustada de su casa.
—En que ella y yo no somos nada...
Tzuyu me da una última mirada que no logro descifrar, y me apresuro a ir junto a Jennie.
Instantáneamente al verme, el rostro de mi linda coreana se vuelve brillante, me hace sentir orgullosa ser yo quien provoque eso. Extiendo los brazos para recibirla en un fuerte abrazo, me contengo de levantarla para girarla en el aire, recuerda Lisa, ser menos empalagosa.
—Hola, Lili. —Dice Jennie levantando el rostro de mi pecho apretando más mi cintura, me regala esa hermosa sonrisa gomosa suya.
Sonrío de lado enamorada.
—Hola, Nini. —Instintivamente trato de besar su mejilla, pero ella lo impide tapándome la boca.
—Aquí no. —Pregunto por qué con la mirada, Jennie da un cabeceo para atrás.
En la ventana que alguna vez rompí, veo a Harold arreglándose el saco mirándonos fijamente, junto la madre de Jennie. Incremento la fuerza en el abrazo sin querer, quiero que sepan que ya no podrán lastimarla, ahora estoy yo aquí, vendré por ellos al más mínimo rasguño, romperé cuantas ventanas sean necesarias para salvar, incluso si debo ser expulsada de la escuela, incluso si debo matar a alguien, lo haré.
Nadie pueda lastimarla.
—¿¡Animal que haces!? —Un golpe seco en mi nuca me hace desviar la mirada.
—¿¡Y tú que traes!? —Me sobo el golpe encarando a quien me ha golpeado. ¿Cuándo llegó Sana?
—¡Suéltala!, la estas agarrando muy feo. —Sana toma mis brazos separándolos de la espalda de Jennie, quien tiene una mueca adolorida. Mierda, la estaba lastimando.
Me quito de encima a la japonesa volviendo tomar a Jennie, solo que esta vez solo sujeto sus manos. Soy una idiota, debí tomar mis pastillas en la mañana.
—Amor, perdón, no quise lastimarte. —Suplico.
—Está bien, sé que no fue intencional, estate tranquila. —Jennie acaricia mi mejilla cariñosa, pero discretamente. Sus padres aún nos observan y ella no quiere que malinterpreten la situación.
Es la segunda vez que reacciono de esta forma, pero Jennie parece tan acostumbrada, imagino que es por el entorno en el que ha vivido siempre, no quiero que sea así, no conmigo. Creo que debo empezar a escuchar lo que dice mi psicóloga.
No quiero convertirme en alguien más que le haga daño.
Miro de soslayo a mis amigas, ambas parecen querer regañarme, estoy segura que me preguntaran sobre porque actúe así.
Como si no supieran, por algo son mis mamás.
—Enserio perdón, no volverá a ocurrir. —Hago un puchero.
—Ya, ya, te dije que está bien, solo que sea la última vez. ¿De acuerdo? —Asiento frenéticamente, obteniendo su sonrisa a cambio. —Ahora vámonos, estoy ansiosa por darte un beso de buenos días.
—¿Y para mí no hay? —Dijo Tzuyu apareciendo de la nada, mostrándole su mejilla a Jennie, está ríe junto a Sana.
—Habrá para todas llegando a la escuela, es hora de irnos.
Me monto en mi motocicleta tomando la mano de Jennie para ayudarla a subir también, sus manos rodean mi cintura y su cabeza se apoya en mi espalda. Nos despedimos de las chicas prometiendo vernos después, aunque seguramente no sea así, solo nos vemos en las mañanas cuando no planeamos salir juntas. Acelero adorando sentir la brisa en mi rostro, relajándome junto el aroma a fresas de Jennie.
Esto es todo lo que necesito en la vida.
[...]
Sentir los labios de Jennie bailando sobre los míos es una experiencia que quiero vivir por el resto de mi vida, su adictivo sabor a fresa es tan intoxicante que no me imagino sin ellos, de haber sabido que los besos eran tan geniales hubiera aceptado las muchas veces en que Sana y Tzuyu me ofrecieron un beso de tres, aunque realmente estoy mejor así.
Me hace muy feliz que mi primer beso haya sido con tan maravillosa persona.
—Ya, ya, mucho amor, mucho amor. —Dijo Jisoo falsamente asqueada, rompo el beso para sacarle la lengua.
Estamos frente los casilleros esperando por las chicas, Jennie y yo no fuimos las primeras en llegar, aquí mismo estaban esperándonos Jisoo y Byulyi, discutiendo como siempre.
—No es mi culpa que tu novia te deje abandonada. —Le saco la lengua.
—Ya, no seas así. —Responde Jisoo con un puchero. —Mi rosa no me ha contestado en todo el día.
—¿Enserio? Eso es raro, Rosé tiene hasta fijado tu chat. —Exclamó Jennie, aferrándose a mi cintura, yo recargo mi brazo en sus hombros.
Me siento como la chica activa en todas esas historias que leo, jeje.
—No te preocupes pollo, estoy segura que llegará, y si te preocupa mucho, vamos a visitarla. —Byul golpea el hombro de la coreana amigablemente.
—Sí, tranquila, Chu. Ya verás que mi esposa llegará.
Siento un pequeño pellizco en mis costillas, Jennie parece molesta por algo, tiene el ceño fruncido.
¿Pues qué dije?
Le sonrío nerviosa recibiendo un bufido molesto de su parte, Byul y Jisoo nos miran divertidas. No entiendo nada, no quiero que mi Nini se enoje conmigo.
Trago saliva tratando de no sobre pensarlo, algunas veces soy demasiado insegura respecto a la forma en que debo actuar, siento que más de una vez puedo estarla hostigando. Adoro el contacto físico con la gente que quiero, desde pequeña me la pasaba pegada a mi madre las 24 horas del día, cuando conocí a Rosé y a mis otras amigas fue lo mismo, ser un chicle con cada una de ellas, pero siempre termino arrepentida por ser así.
Odio ser una molestia para la gente.
Me alejo disimuladamente para buscar algo en mi mochila, tengo mucha hambre.
—¿Quieren? —Les digo a todas al sacar mi Topper con fruta picada, las glotonas de Jisoo y Byul no tardan en tragarse la mitad de mi almuerzo.
Está mejor así, comeré menos.
—¿Y tú, amor? —Me golpeo mentalmente tras decir eso.
¡Dices que no quieres hostigarla y sigues con tus idioteces!
Jennie sonríe ruborizada y toma una fresa solamente.
—Gracias, cielo. —Agradece tras darle una mordida a la fruta y depositar un beso en mi mejilla con cariño.
—¡Uuuuhhhhh! —Gritan el par de idiotas tapándose la boca emocionadas. — ¡Son novias, se besan, se pasan el chicle, se tocan sus parte-
—¡Jennie!
Ambas volteamos a ver a la persona que acaba de llamarla, viendo a una asustada Nayeon siendo perseguida por la rencarnación del mismísimo diablo, algo no visto en mucho tiempo que me deja temblando de miedo.
Rosé está persiguiéndola, y está furiosa.
—Oh, hola mi flor. —Jisoo trata de saludarla a la lejanía, pero tapo su boca y Byul toma su mano para evitar que le hable.
—¡Cállate! ¿Acaso estás loca, Chu?
—¿Por qué? No entiendo que tiene de malo que salude a mi novia. —Dijo Jisoo frunciendo el ceño, quitándome la mano de su boca.
—Porque esa no es tu novia. —Byul le toma el mentón para que mire fijamente a Rosé. Corriendo hacia nosotras. —Es un demonio.
—¿No creen que están exagerando? —Pregunta Jennie.
—¡Quítate!
En ese momento Nayeon pasa corriendo entre nosotras jalando a Jennie de la mano y llevándosela consigo, todo pasa tan rápido que no podemos reaccionar cuando un escuálido cuerpo nos taclea tirándonos al suelo y pasando sobre nosotras.
—Te dije que esa no era tu novia.... —Murmura Byul adolorida encima mío, al igual que Jisoo.
El mundo es muy cruel como para echármelas encima siempre.
—Es una maldita aplanadora.
[...]
—¡Nayeon espérate! —Grito presa del pánico, no hemos dejado de correr desde que dejamos a las chicas en el pasillo, ni siquiera sé dónde estamos porque me niego a abrir los ojos, apenas puedo seguirle el paso, prácticamente me está arrastrando.
—¿¡Estás loca!? ¡Rosé está a punto de alcanzarnos! —Grita de igual manera, siento como damos una rápida vuelta a la derecha.
—¿¡Y yo que tengo que ver!?
Finalmente me atrevo abrir los ojos sonriendo en grande al ver la puerta de nuestro salón.
Me adelanto a Nayeon jalándola hasta que llegamos y la pongo frente a mí, usándola como escudo al momento en que me detengo. Rosé derrapa al intentar detenerse, por suerte no se cae al suelo, nos quedamos un poco lejos de la puerta, a su vez lejos de los chismosos.
—¡Ustedes dos! —Grito apuntándolas a ambas y poniéndome en medio suyo, para evitar que Rosé se lance a mi amiga. —Hablen, ¿Qué ocurrió?
—¡Fue ella! —Gritan al mismo tiempo señalándose, ambas gruñen al notar esto.
—Explíquenme primero, ya decido yo de quién fue la culpa.
Nayeon se cruza de brazos negándose a hablar, parece una niña berrinchuda. Rosé simplemente suspira, estoy realmente sorprendida por esta reacción de ella, suele ser la más calmada del grupo, viéndose hasta aburrida cuando las chicas hacen alguna tontería.
—Es una estupidez... —Murmura Nayeon cabizbaja.
La reprendo con la mirada obteniendo un ceño todavía más fruncido de ella, enserio que a veces no sé quién cuida a quien entre las dos.
—Pues lo que ocurrió, fue que está idiota de aquí. —Nayeon desvía la mirada molesta al oír a la australiana. —Se le ocurrió la fantástica idea de tomar mi teléfono, y dejarlo tirado quien sabe en dónde.
—¡Fue un accidente, perdón se me olvidó!
—¡Me quedé sin teléfono!
—¡Cállense! —Las chicas acatan mis palabras cuál niñas pequeñas, cruzándose ambas de brazos. — ¿Enserio, Nayeon? Y te sorprende que quiera golpearte.
—Es que no es para tanto, solo fue un teléfono. —Le resta importancia Nayeon.
—¿¡No fue para tanto!? ¡En ese teléfono tenía imágenes de mis primeras conversaciones con Jisoo, fotos con mis amigas, proyectos importantes y el maldito horario de Lisa!
Ladeo la cabeza confundida por la repentina revelación.
¿El horario de Lisa? ¿Porque eso debería ser tan importante?
—¿Por qué te preocupa tanto el horario de Lisa? —Nayeon se me adelanta a preguntar, Rosé nos mira confundida hasta que parece darse cuenta de lo que ha dicho.
—Es... Nada importante. Lo que importa es que he perdido mi teléfono por tu culpa maldita coneja.
—Perdón, ya te dije que te compraré uno nuevo, enserio. —La coreana va tomarle las manos suplicando.
¿No pueden comprarme uno a mí de paso? Esto de estar incomunicada todo el tiempo es tan frustrante, además estoy empezando a hartarme por ser la única adolescente de 17 años sin un celular.
—Y yo ya te dije que eso no es lo importante sino lo que traía ahí.
—Como el horario de Lisa.
Rosé traga saliva desviando la mirada. Respondiéndome.
—Como el horario de Lisa.
—¿Vamos a fingir que ninguna quiere saber sobre eso? —Exclama Nayeon con obviedad, la reprendería por chismosa, pero esto suena importante.
Sé que es irrespetuoso preguntar por un asunto privado entre ellas dos, pero todo este misterio que se trae Lisa me agobia.
Aunque intente engañarme a mí misma, no he dejado de pensar en las heridas en su torso, no puedo creerme que son rasguños de gato.
—Rosé, ¿puedes contarnos de que se trata? —Digo inevitablemente desesperada. Su asqueroso olor a alcohol la mayoría de los días, esos ligeros cambios de humor, las cicatrices en su torso. Todo me pone de nervios.
Rosé suspira volviendo a ser la chica indiferente de siempre.
—No es algo que me corresponda decirte, es algo entre ella y yo.
Me muerdo el labio inferior, conteniéndome de sobre reaccionar, no esperaba una respuesta tan fría. Miro a Nayeon que esta igual de sorprendida que yo, también sabe que no hay que insistir más, pero a mi no me importa.
—Rosie por favor, ¿hay algo malo con ella?
En eso la campana suena trayendo consigo toda una avalancha de estudiantes yendo de aquí para allá, para poder llegar a tiempos a sus clases. Varios compañeros nuestros pasan entre nosotras sin realmente importarles, muchos nos piden disculpas y siguen su camino. Pero ninguna de nosotras nos movemos.
La mirada de Rosé está fija en mi.
—Solo es su receta médica.
Diciendo eso la rubia sigue el mismo camino que los demás dentro del salón, todos han entrado a excepción de Nayeon y yo.
Nos miramos fugazmente para también entrar.
¿Receta médica?
Que tan importante debe ser una receta médica como para que ella se ponga así, si eso era fácilmente nos decía que Lisa estaba enferma y ya. No entiendo el motivo de ponerse así.
Pero... ¿Realmente se trata de eso?
Arrastró todo mi cabello para atrás frustrada, viendo cómo entra el profesor al salón.
Creo que me estoy hundiendo en un vaso con agua.
[...]
Tener un almuerzo silencioso es imposible en la mayoría de los casos, si decides comer en la cafetería de tu escuela todo el mundo estará gritando, hablando, jugando o haciendo cualquier cosa que no sea comer. Cuando tu cabeza es un mar de pensamiento lo que más necesitas es tener la paz en tu entorno, quise salir al patio o esconderme en la enfermería, claro lo hubiera hecho de no ser por las idiotas metiéndose en problemas.
—Es que yo no entiendo cómo terminan así.... —Murmura Rosé decepcionada.
—Incluso me llamaron a mí. —Dijo la taiwanesa exasperada. Tapándose los ojos con la mano.
Si, cuan grave pudo ser lo que hicieron para sacar a Tzuyu de la universidad y que viniera a ayudarlas.
Me preocupé cuando Seulgi llegó asustada a nuestro salón, alegando que debíamos darnos prisa, que Jisoo estaba nada morirse. Corrimos a toda prisa solo para enterarnos que.... Son unas dramáticas.
Comienzo a pensar que incluso le ganan a Nayeon.
Explicaré de que estoy hablando, corremos hasta la cafetería, las buscamos por todas las mesas, las encontramos, y resulta que la gran emergencia es que a Jisoo se le quedó atorado el puño en la boca.
—Es que incluso me perdí mis últimas clases del día por venir a verlas. —La tensión de Tzuyu en su voz es asfixiante. Está a nada da estallar.
—Hmmahasumem.
—¡Habla bien!
—¡Pues ayúdanos poste! —Byul está al lado de Jisoo tratando de abrirle más la boca.
—¡Hmayahahskw!
—¡Tu deja de hablar, estás empeorando todo! —Y Lisa está jalando su mano para afuera, mientras Jeongyeon y Seulgi se mueren a carcajadas. Nayeon está al lado de su amor platónico, grabando el espectacular momento.
—¡Hhummahun! —Lloriquea Jisoo cuando las otras comienzan a ser más bruscas. La pelinegra voltea a ver a Rosé con ojos llorosos, buscando su consuelo.
—Ah no, ni me mires así, tú te metiste en eso. Tú lo resuelves sola.
Jisoo vuelve a lloriquear cuando Lisa aplica más fuerza para sacar su puño, hasta que con un chasquido seco logra sacarlo.
Hago una mueca de asco al ver el puño lleno de saliva de Jisoo, a Nayeon le dan unas arcadas, dándome más asco. Sí, soy la típica chica que se asquea al ver a los demás asquearse.
—¡Si se pudo perras! —Festeja la coreana mayor alzando los brazos.
—¡Yei! —Y la siguen todo el puño de idiotas abrazándola, hasta que Rosie se cansa y va hacia ellas.
Jisoo deja de ver a las demás para voltearse a ver emocionada a su amorcito.
—Rosie, que bueno que te veo- —Dándole un pequeño golpecito en la frente, la termina callando. Jisoo se cubre la frente adolorida.
—No vuelvas a andar molestando a Tzuyu, y a las demás por estas cosas.
—Pero era algo importante.
—Importante mi trasero.
Me quedo observando el gran regaño entre la pareja, tomando asiento para comer finalmente mi almuerzo. El día de hoy mi madre fue generosa y me dió cinco dólares para el almuerzo, será un delicioso festín de una caja de leche, y unas galletas que me regaló Nayeon.
Siento la presencia de alguien más a mi lado, creyendo que es Lisa volteó emocionada, trató de ocultar mi expresión de decepción al ver a Yoongi sentado. Ni idea de cuando llegó.
—Hola, Jen. —Saluda muy sonriente moviendo la mano.
Ha puesto su almuerzo sobre la mesa, ¿planea comer con nosotros?
No me quejo, prefiero que seamos solo nosotras pero bueno, su presencia no me molesta.
—Hola. —Respondo imitando su acción.
—¿Te molesta si las acompaño a comer?
Vaya, esto es algo inusual, nadie nunca antes me ha pedido comer conmigo, lo que ocurre es que la gente se marcha cuando me siento en una mesa ya ocupada o en dado caso me corren del lugar. Una sensación cálida se cuela en mi pecho demostrando mi alegría extrema, sin dudar le digo que sí sonriendo en grande.
En eso siento la presencia de alguien más a mi lado izquierdo, inmediatamente reconozco con de quien se trata, el brazo de Lisa se cuela alrededor de mi cintura, dándome un ligero apretón posesivo.
Odio que haga estas cosas sin saber que me provoca, volteo a verla mordiéndome la cara interna de la mejilla.
Pero Lisa ni siquiera nota que la miro, sus molestos ojos están fijos en Yoongi.
¿Esta celosa?
Chillo internamente por este pensamiento.
—Oh, tú debes ser amiga de Jennie, mucho gusto. —El de cabellos verdes le ofrece la mano en saludo. —Soy Yoongi suyo.
—Qué curioso, Jennie nunca me ha hablado de ti. —Me sorprendo por el tono casi burlesco de Lisa, en su rostro se nota el claro disgusto. Lisa no es muy buena para ocultarnos sus emociones que digamos.
Yoongi también nota esta burla hacia él, frunciendo el ceño.
Mientras yo empiezo a sentirme pequeña con toda esta tensión.
—No tenemos mucho de conocernos, es normal.
—Seguramente, aunque Jennie me cuenta absolutamente todo, al igual que yo a ella, se me hace raro que no me lo haya contado.
—Lili. —La llamo queriendo cortar todo esto, me gusta que sea celosa pero no hay razones para serlo ahora.
No hay necesidad de palabras para que entienda que quiero que pare con esta mini escenita, leo un lo siento en su mirada y le sonrió para decirle que no hay problema. Me acerco para dejar un pequeño beso en sus labios, no me gustaría que se sienta atacada por Yoongi.
Al fin y al cabo es solo un amigo.
—Lamento la demostración de afecto. —Le digo risueña a Yoongi, ahora tomando la mano libre de Lisa sobre la mesa. Nunca he estado en esta posición con alguien que me esté rodeando el cuerpo protectoramente, como si fuera una niña pequeña refugiada en un castillo.
Es espectacular.
—No te preocupes, eso me ayudó a resolver una duda que tenía.
—¿Enserio?
Asiente sonriendo.
—Se está empezando a circular el rumor de que ustedes dos son algo, ahora lo confirmo, soy el primero en saber la primicia.
—No esperé que a la gente le importara tanto con quien estuviera saliendo. —Murmuro jugando con los dedos de Lisa. ¿A quién quiero engañar? Es más que obvio que notarían eso y empezarían a decírselo a todo el mundo, solo espero que no estén diciendo nada malo de Lisa.
—¿No te molesta, o si? —Pregunto temerosa a Lisa, esperando que me responda que no. Uno de mis mayores miedos es que Lisa finalmente se aleje al experimentar todas las consecuencias de estar conmigo.
Mi linda tailandesa niega despreocupada.
—Mientras a ti no moleste a mi tampoco, de hecho, me siento orgullosa de que la gente lo sepa. —Lisa sonríe con gusto. Inevitablemente vuelvo a besarla.
—¡Que vivan las novias! —Yoongi dice aplaudiendo, pero aun así siendo discreto, sin embargo nuestras amigas no son para nada discretas y al notar lo que Yoongi decía, le siguen la corriente.
—¡Que vivan!
Lisa y yo nos miramos cómplices para terminar riendo, nunca creí que podría estar tan a gusto en la escuela, nunca creí tener un grupo tan extenso de amigas que sé que estarán ahí cuando lo necesite, y nunca creí tener a alguien como Lisa.
La abrazo del costado recargando mi cabeza en su hombro, viendo como Yoongi se integra fácilmente nuestro circulo.
Supongo que solo estoy exagerando las cosas, Lisa parece estar totalmente bien y si algo la estuviera perturbando me lo diría, debo confiar en ella tal y como lo hace conmigo, si dice que está bien, le creeré. De todas formas le preguntaré sobre lo de la receta médica, si es que está enferma podría prepararle algo para que se sienta mejor.
[...]
Uno nunca sabe cuántas cosas pueden estar ocurriendo al mismo tiempo en un mismo lugar, y oculto de todos. Cuando viajas en el metro nunca podrás saber toda la montaña de pensamientos que cruza por la cabeza de los demás pasajeros, ni tampoco que es lo que ocurre en sus vidas.
Porque mientras Jennie estaba disfrutando uno de los pocos momentos de felicidad genuina en su vida, para algunos ese momento era diferente.
Como aquella persona que sonreía internamente, palpando el teléfono guardado en su bolsillo, le sería muy útil para después.
Le parecía muy interesante esa receta médica, nunca se imaginó que esa escuálida tailandesa tuviera que tomar todos esos medicamentos.
Paroxetina, Valproato, y Fluoxetina.
Si que le sacaría provecho a todo esto.
•
•
•
Voten y comenten mucho para ver qué tanto les gusta, y otro dato, si quieren saber más sobre lo que tiene Lisa, busquen para que sirve esos medicamentos👀
Bye
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro