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Capítulo 78


- Pero mami ¿A dónde crees que vas sin despedirte de tus bebés?

Vivianne se burlaba de Marissa mientras James la detenía con sus brazos fuertes, ambos Davies sonreían ampliamente llenos de crueldad y malvada pura.

- ¡SON UNOS MALDITOS! ¡ARDERÁN EN EL ARDIENTE FUEGO DEL INFIERNO! - Les grito con desespero

- Pero mami, soy tu bebé, tu Vivianne - Hizo un mohín triste

- Sí, mami. Soy tu James - James imito el mohín triste de su hermana

Ambos rompieron a carcajadas ante la mirada de odio y terror de su madre, Vivianne posiciono nuevamente su daga más antigua en su mano para lanzarla hacia Marissa, está quedo enterrada en el abdomen de su madre.

Marissa dio un grito tan desgarrador y fuerte que asusto a las aves y animales cercanos a ellos, James la tenía tan bien sujetada de sus brazos sin oportunidad alguna de liberarse, aparte de que se agrietaban en cada movimiento que daba.

- Empecemos desde cero con las razones, madre - Vivianne se acercó unos pasos- Primera razón para odiarte y matarte; fuiste una maldita hija de perra al estar golpeando a James y a mí hasta que nuestras espaldas se cubrían de sangre solo porque tu dulce y amada Lizbeth no tenía nuestra independencia.

>> Segunda razón para odiarte y torturarte, fuiste una maldita fácil al tener sexo con un amigo de padre y dar a luz a su engendro, Lizbeth - Vivianne retiro la daga del abdomen de su madre haciéndola jadear- Y la hiciste pasar por nuestra hermana de sangre, engañándonos a ambos y a padre. Que zorra eres.

>> Que se puede esperar de alguien como ella - Vivianne se encogió de hombros- Tercera razón para odiarte y cazarte, quisiste venderme al mismo amigo de padre con que te acostabas cada vez que padre se iba a cazar con James.

James soltó a Marissa con asco arrebatándole la daga a su hermana, se arrodillo enfrente de su madre y la empezó a apuñalar sin cesar, cegado de la ira. James solo amaba a una persona y esa era su hermanita, su Vivi, y ahora al enterarse de aquello no dudo en irse contra su madre.

- Espera - Sostuvo el brazo de James- Déjame a mí. Tengo un contacto que nos ayudara a encadenarla en un sótano y torturarla sin que pueda irse.

- ¿Quién? - Miro a su hermana con los ojos entre cerrados

- Pierce, nuestra preciosa Pierce.

- Oh, Pierce - James ronroneo ante quien irían- Esa mujer es malditamente peligrosa.

- Y sensualmente letal - Añadió Vivianne- Vamos, cárgala y corramos hacia el suroeste. Directo a Virginia.

James cargo a Marissa sobre su hombro como un costal de papa para empezar su nueva travesía. Ambos Davies sostuvieron su mano firmemente y mirarse a los ojos.

- Te había extrañado tanto, hermano.

- Y yo a ti, hermana - James beso la coronilla de Vivianne con cariño- Vamos a divertirnos.

- Vamos a divertirnos.







- Eso es, amor. Bebe de mí.

La voz sedosa de la mujer debajo suyo incitándola a beber cada vez más le extasiaba al límite, la estrujo con mayor fuerza contra su cuerpo enterrando aún más sus colmillos en su cuello.

- Oh, sí. Buena chica.

Vivianne ronroneo alejándose de la mujer, el mentón de la inmortal estaba manchado de la sangre recién extraída, los dedos de su más antigua amante se posaron en ese mismo limpiando el resto de su sangre.

- Siempre me excito que bebieras de mí - Ronroneo deslizando sus dedos sobre la pegajosa sustancia- Abre la boca, amor.

Vivianne abrió la boca dejando entrar los dedos de la mujer enfrente suyo donde había recogido todo ese néctar rojo, ambas gimieron ante la escena.

- Tan sádica como siempre, Pierce - Miraba como su mordida se terminaba de curar- ¿Cómo van las cosas con los hermanos ingenuos?

- Aun no me acerco a ellos - Se acomodo en el regazo de Vivianne- Que tal si te quitas esa ropa tan civilizada y follamos.

- Qué tal si... te bajas de mí y voy a torturar a la zorra de mi madre - Sonrío cínicamente

Pierce resopló bajándose del regazo de Vivianne dejándola libre de sus sensuales encantos.

- No te desanimes, corazón. Mi hermano está total y rotundamente libre para ti y tus necesidades lujuriosas - Beso la comisura de los labios de la más alta

- Él no es como tú en la cama.

- Pero tenemos ese toque que tanto te encanta de mí.

Vivianne le guiño el ojo con diversión alejándose de ella, James apareció en cuestión de un segundo sonriendo coquetamente a la mujer.

- Odio que tengan eso - Rodo los ojos, molesta

- Lo amas - Replicaron los hermanos al unisón

Vivianne bajo al sótano de golpe, asustando a Marissa ya que aquel lugar estaba insonorizado y bien protegido.

- Veamos, recapitulemos - Se sentó en la mesa de metal con las piernas cruzadas- Por tu culpa, mi amada pulga, mi hija, debe creer que soy un monstruo, aunque no lo niego, pero no quería que se enterara así. Mis parejas deben odiarme por lo que hice y lo más seguro que jamás me perdonen, sus primas políticas me deben odiar y querer matar por la pérdida de su hermana y por usarla como un peón en mi diversión.

Suspiro profundamente con verdadera tristeza. Podía sentir aquella horrible sensación de vacío continuo sin sus niños e hija mimada, volvía a sentir como algo le faltaba a su alma y cuerpo, podía sentir como su corazón negro y muerto se estrujaba cada minuto sin la cercanía de sus niños.

- Ahora sabes lo que es perder a una pareja - Masculló Marissa sin aliento, al recuperarse de los millones de grietas que estaban en su cuerpo

- Ya conocía la sensación - Marissa alzo la mirada, confundida- Cuando el corazón de Bella dejo de latir después del nacimiento de Renesmee. Aguante mis ganas de morirme ante su perdida por mi pequeña hija, ella me necesitaba en ese momento y le había prometido a mi dulce humana que cuidaría de nuestra hija, no tuve alternaba y seguir.

- Hasta los más corrompidos pueden sentir.

- No me arrepiento de nada en mi vida, menos en conocerlos, pero ellos se merecen a alguien mejor, alguien que respete la vida humana, que tenga esa misericordia y amor por la vida en general, alguien que pueda empatizar con los humanos tanto como ellos. No necesitan al monstruo que soy, no necesitan a una psicópata que está a nada de matar a su propia madre... no me necesitan a mí.

El silencio reino en el sótano, Marissa sintió un punzón en pena y empatía por su hija al verla tan destrozada por la lejanía de ella y sus parejas e hija. Ella conocía la agonía de perder a una pareja, no se podía imaginar el sentir perder a ocho parejas de un solo golpe.

- ¿Por qué no la has matado?

La voz de Pierce llamo la atención de ambas, Vivianne la miro confundida para reaccionar unos segundos después.

- Me puse sentimental, pido me disculpe, hermosa dama.

Vivianne se bajó de la mesa de un salto llevándose con ella su daga, camino hasta su madre quedando a solo un paso de distancia.

- Espero te pudras en el abismo más profundo del infierno, maldita zorra.

Le enterró la daga justo donde debería estar su pulso, Marissa solo pudo soltar algún tipo de gruñido doloroso, Vivianne sostuvo su cabeza desde sus cabellos castaños y jalo con facilidad el resto de esta.

El chillido de las fibras del cuello de Marissa sonó solo unos segundos para después terminar totalmente rotas y separas. Los ojos carbón de la mayor se habían quedado grabados el dolor y terror que había vivido aquellas horas de tortura por sus hijos.

- ¿Por qué estabas tan sentimental? No sabía que tuvieras algún otro sentimiento aparte de la lujuria y el placer que te dan los espectáculos y la caza.

- Encontre a mis parejas destinadas - Miro a la vampira sobre su hombro- Son ocho y dos de ellos tuvieron una hija, así que es mi hija igual.

- Descubrieron tu verdadero ser y te rechazaron - Concluyo, sin estar segura mientras se cruzaba de brazos

- Huyo antes de estar segura de aquello - Hablo James, apareciendo repostado en el umbral de la puerta- Mamá saco todo a la luz y empezamos a cazarla, no dio tiempo ni de ver sus reacciones.

- Oh amor, ellos se lo pierden - Pierce se acercó a Vivianne hasta abrazarla por la espalda- Recuerda, lo normal es aburrido y lo correcto está sobrevalorado.


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