Capítulo 75
- Fue un plan exquisitamente perfecto - Reconoció el anciano con fascinación- Aunque solo fue una de las etapas de su gran plan.
- Ya sabes qué hacer con los cabos sueltos, Caius - Miro al rey
Caius agrando su sonrisa cruel, ya había alzado una mano, sostenía en ella una pequeña fogata metálica tallada y ornamentada.
Se trataba de una señal, y la reacción llegó tan deprisa que todos se quedaros atónitos y sin dar crédito a lo que sus ojos mientras sucedía todo. Todo terminó antes de que tuvieran tiempo para reaccionar.
Tres soldados Vulturis se adelantaron de un salto y cayeron sobre Irina, cuya figura quedó oculta por las capas grises. En ese mismo instante, un horrísono chirrido metálico rasgó el velo de quietud del claro.
Caius serpenteó sobre la nieve hasta llegar al centro de la melé grisácea al mismo tiempo que Vivianne terminaba de llegar a lado de Aro y Marcus. El estridente sonido se convirtió en un geiser de centellas y lenguas de fuego. Los soldados se apartaron de aquel repentino infierno de llamaradas y regresaron a sus posiciones en la línea perfectamente formada.
El anciano líder se quedó solo junto a los restos en llamas de Irina. El objeto metálico de su mano todavía chorreaba lenguas de fuego sobre la pira. Se oyó un débil chasquido y el surtidor de fuego dejó de vomitar fogonazos. Un jadeo de horror recorrió la masa de testigos congregada detrás de los Vulturis.
Los Cullen y sus testigos estaban demasiado consternados para proferir algún sonido. Una cosa era saber que la muerte se avecinaba a feroz e imparable velocidad y otra muy diferente ver cómo tenía lugar.
- Ahora sí ha asumido por completo la responsabilidad de sus acciones - Aseguró Caius con una fría sonrisa
Lanzó una mirada a la primera línea de los Cullen, deteniéndose brevemente sobre las formas heladas de Tanya y Kate.
- ¡Deténgalas! - Grito Edward
Saltó de la fila a tiempo de agarrar por el brazo a Tanya, que se lanzaba vociferando como una posesa hacia el sonriente Caius. No fue capaz de zafarse de la presa de Edward antes de que Carlisle la sujetara por la cintura.
- Es demasiado tarde para ayudarla - Intentó razonar Carlisle a toda prisa mientras forcejeaba con ella- ¡No le des lo que quiere!
Lanzó un aullido inarticulado similar al de Tanya y dio la primera zancada de una acometida que iba a saldarse con la muerte de todos. La más próxima a ella era Rosalie, pero ésta recibió semejante golpe que cayó al suelo antes de tener tiempo de hacerle una llave de cabeza. Por suerte, Emmett la aferró por el brazo y le impidió continuar; luego, la devolvió a la fila a codazo limpio, pero Kate se escabulló y rodó sobre sí misma.
Garrett se abalanzó sobre Kate y volvió a tirarla al suelo; luego, le rodeó el tórax y los brazos en un abrazo y engarfió los dedos alrededor de sus propias muñecas a fin de completar la presa de inmovilización. El cuerpo de Garrett se estremeció cuando la vampira empezó a lanzarle descargas. Puso los ojos en blanco, pero se mantuvo firme y no la soltó.
- ¡Zafrina! - Gritó Edward
Kate puso los ojos en blanco y sus gritos se convirtieron en gemidos. Tanya dejó de forcejear.
- Devuélveme la vista - Siseó Tanya
- ¿Vas a tumbarme otra vez si dejo que te levantes, Katie? - Susurró Garrett
Ella soltó un refunfuño por toda respuesta y no cesó de repartir golpes a diestro y siniestro.
- Escúchenme, Tanya, Kate - Pidió Carlisle en voz baja, pero con vehemencia- La venganza ya no va a ayudarla. Irina no habría deseado que despilfarraran la vida de esa manera. Mediten las consecuencias de sus actos. Si atacan ahora, moriremos todos.
Los hombros de Tanya se encorvaron bajo el peso del sufrimiento y se echó hacia atrás, sobre Carlisle, en busca de apoyo. Kate dejó de debatirse al fin. Garrett y Carlisle continuaron consolando a las hermanas con palabras demasiado precipitadas para reconfortarlas de verdad.
Bella centro otra vez su atención en su pareja, podía ver como se estremecía tan fascinada ante el espectáculo que los Vulturis le estaban dando que podía despegar su mirada borgoña de las Denali.
Entonces la neófita lo entendió, esa era la estrategia de los Vulturis, habían estudiado sus lados y sobre todo el avance de las tendencias sádicas de su pareja, sabían que ella se guiaba de sus instintos dejando por completo su humanidad a un lado.
- Vivianne - Llamo a su pareja, logrando que reaccionara
La castaña parpadeo dos veces, miro la situación que se encontraba y dio un paso más hacia los reyes, por dentro estaba horrorizada y avergonzada al ver que su pulga vio su peor parte, se escudo detrás de Marcus. Aro rozó el hombro de su compañero.
- Irina ha sido castigada por levantar falsos testimonios contra esa niña ¿No deberíamos volver al asunto principal, Caius? Me gustaría hablar con unos cuantos testigos, por simple perfeccionismo - Anunció- Ya sabes, puro trámite - Agregó mientras le restaba importancia al asunto con un ademán de la mano- Aparte de que no queremos aburrir a Vivianne.
Edward siseó y cerró los puños con tantísima fuerza que se le marcaron los nudillos en esa piel suya dura como el diamante. El cobrizo sabía qué hacía todo aquello para engatusar a su pareja con todo el espectáculo que ellos podrían brindarle a diario en Italia, haciendo que olvide nuevamente la humanidad que ya había adquirido con todos ellos.
Todos los testigos vampiros de los Cullen habían testificados, dejando por último a Marissa, la odiada madre de Vivianne.
- Marissa Davies. Madre biológica de Vivianne y uno de los seres más odiados por ella, según sus pensamientos - Aro miraba con intriga a la matriarca- ¿Me harías el honor, querida? Me siento intrigado hacia ti, por tu relación con mi querida amiga.
Aro tendió su mano ante la matriarca que vacilo en su lugar unos segundos, empezó a caminar a zancadas hasta llegar enfrente del rey, Vivianne siseo molesta ante su cercanía y existencia, en pocas palabras.
- Paz, querida - Tranquilizo a Vivianne- Solo una ojeada.
Vivianne resopló mirando hacia otro lado, Marcus sostuvo la mano de Vivianne llamando su atención.
- Non hai nulla di cui preoccuparti, amore. Ti daremo quello che hai tanto desiderato da quando sono tornato nella tua vita. (No tienes nada que preocuparte, amor. Te daremos lo que tanto has querido desde que regreso a tu vida.) - La voz de Marcus era áspera y ronca, como si no la hubiera usado durante mucho tiempo
- ¿Spettacolo e cacciare? (¿Espectáculo y caza?)
La ilusión y emoción se había reflejado perfectamente en la voz ronca de Vivianne, Marcus le sonrió ampliamente.
- Spettacolo e cacciare, amore. Ma avrete bisogno del segnale di Aro (Espectáculo y caza, amor. Pero necesitaras la señal de Aro)
El cuerpo de Vivianne vibro del placer que le causo aquellas palabras italianas volviendo a olvidar a su pulga, poso su mirada borgoña en su madre, quien se aterro ante la mirada tan intensa e iluminada de esta, las pupilas de Vivianne estaban tan dilatadas que casi desaparecía el tono borgoña de sus ojos.
- Tu seras un jeu d'enfant pour moi, j'espère que tu as de l'expérience en matière de fugue, ma chère proie. (Serás pan comido para mí, espero tengas experiencia en huir, mi querida presa.)
Marissa trago ponzoña de golpe mirando a Aro, le suplicaba en su mente que la apoyara ante aquello, pero este la ignoro.
- ¿Cuál es tu postura ante la niña, querida? - Inquirió tranquilamente
- No veo peligro alguno en la niña. Renesmee, mi nieta, comprende los límites y no pone en peligro a los humanos. Es una mezcla de más calidad que nosotros, y no supone amenaza alguna para nuestra cobertura. La niña es única, singularmente única. Sería un despilfarro acabar con una criatura tan adorable, sobre todo cuando podríamos aprender tanto de ella.
Aro la soltó intrigado ante sus palabras, sin dejar de mirar a Marissa tomo la mano de Vivianne, quien no dudo en aceptar el plan preparado de Aro.
- ¿Alguna otra cosa que incluir, querida Marissa? Sobre nuestra querida amiga, Vivianne.
- Claro, Vivianne fue, es y será siempre la es la mejor actriz que existió y existirá hasta el final de los tiempos gracias a su forma de usar a cada una de las personas a su alrededor. Vivianne es eso y mucho más ya que para ella nada ni nadie es merecedor de su verdadero aprecio. Ella jamás en su larga existencia a llegado a sentir el verdadero amor en su ser, no ha sentido remordimiento o titubeado a la hora de matar. Mato siendo humana y matará hasta el último día de existencia, porque ella no le gusta, sino que le fascina, adora, apasiona, idólatra, venera la sangre humana...
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