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Capítulo 1


1784; A finales de la Revolución Americana.

La casa y el granero ardiendo en llamas ardientes de un matriz rojizo y anaranjado junto a un calor tan abrasador, los gritos de júbilo de los indios nativos mientras rodeaban las tierras de la familia francesa/americana que se atrevieron a tomar posesión de las tierras que eran suyas.

- ¡¡Corran!! ¡¡Tomen todo y váyanse!! - Le ordeno con rudeza el patriarca

Tres infantes llorando sin saber cómo ayudar al caos que estaba -Aparte de tomar solo sus cosas- rodeándolos aterrándolos hasta las medulas de sus huesos tan pequeños y frágiles, sus pequeños ojos solo podían observar cómo su hogar se les consumía enfrente de ellos.

- ¡¡James!! ¡¡Llévate a tus hermanas!! - Le ordeno el patriarca luchando con un indio

Un grito femenino los alerto haciendo que fijaran sus miradas atemorizadas a sus padres, su padre había sido decapitado enfrente de su madre que lloraba y gritaba de dolor arrodillada en el pasto seco del terreno.

El mayor de los tres infantes agarro las manos de sus hermanas menores jalando de sus pequeños bracitos cuando su madre de igual manera iba a ser asesinada como su padre, habían estado demasiado tiempo ahí, lo sabían, sabían que habían ido contra las ordenes de su padre.

Emprendieron una gran corrida desde lo que era su hogar hasta que sus pequeñas piernas de cansaron. El mayor entre sus cosas había traído la cantimplora militar -Que su padre le había regalado hace un año por su cumpleaños número 10- se la paso a su hermana menor para que se hidratara al igual que su segunda hermana.

- ¿Ahora qué haremos, hermano? - Le pregunto la hija mediana- Padre está muerto, madre lo más seguro que igual, solo estamos nosotros

- Sobrevivir - Murmuro con la mirada perdida- Padre me enseñó a rastrear y cazar, y yo a ti, así que de eso nos apoyaremos

- Iré recolectando madera junto a Lizbeth - Agarro la mano de su hermana menor para llevársela con ella

El pequeño niño se limpió sus lágrimas con rudeza recomponiéndose, ahora sus hermanas serían su responsabilidad y tenía que tomar el mando como su padre le había enseñado desde que tenía memoria.

Entre las dos menores recolectaron madera y algunas vallas o plantas comestibles de la zona para tener de reserva, los indios habían atacado cuando habían pasado una hora de que habían almorzado así que estaban bien nutridos por unas horas.

- Duerme - Arrullo a su hermana menor- Mañana por la mañana seguiremos nuestro viaje

- ¿A dónde? - Pregunto adormilada

Vivianne se quedó callada sin saber cómo contestar aquello a su hermana menor, cuando Lizbeth estuvo dormida se reunió con su hermano que estaba del otro lado de la pequeña hoguera que habían conseguido crear gracias a las habilidades de James.

- ¿Dónde iremos? - Pregunto mirando el dibujo de su hermano

- Si seguimos avanzando al norte nos alejaremos más de los indios llegando al territorio americano seguro - Dibujo una línea entre medio de un bosque- Papá dijo que los indios ahí ya están esclavizados y amaestrados, no nos atacaran como los de aquí

- Partiremos mañana a primera hora - James asintió- Con las vallas y plantas que logramos conseguir con servirán para pequeños caldos, pero necesitaremos carne

- Cazare con venado o algún conejo - Le aseguro- Ve a dormir, necesito que estés descansada







- Llevamos días caminando - Se quejo Lizbeth- Quiero ir a casa

- No tenemos, la quemaron - El tono voz de James era fría y dura- Esos inútiles indios acabaron con todo lo que nos pertenecía

- Tenemos que seguir avanzando o nos harán sus esclavos - Le dijo Vivianne con el mismo tono que su hermano- Deja de quejarte y camina

La menor de los Davies siguió caminando con su labio inferior temblando junto a sus ojos enrojecidos por sus ganas de llorar, quería su casa, sus padres y su cama. Solo tenía 8 años, no entendía nada de lo que había pasado, ni había procesado que sus padres ya no vivían más.

- Debemos estar cerca - Les anuncio- Había que cruzar el río, a unos metros más esta nuestro nuevo hogar, primero las damas - Señalo el río

- Que valiente - Ironizó Vivianne pasando a lado de su rubio hermano empujándolo con diversión

James se rio entre dientes al verla meterse al río confiando en su habilidad de nadar al igual que su pequeña hermana, las siguió no sin antes dar una pequeña recorrida con su mirada al bosque detrás de ellos vigilando que los indios no los persiguieran.

- Tenemos que avanzar más rápido - Gruñó Vivianne al notar como el sol descendía más rápido que lo que avanzaban

- Tengo que cazar antes de que se oculte el sol - Miraba el cielo azulado- Armen una hoguera y cocinen las plantas, iré a cazar - Desenfundo su navaja de caza para irse

Lizbeth y Vivianne recolectaron madera de las ramas caídas de los grandes árboles, la mayor de las dos a pesar de solo tener 9 años, sabía que plantas y vallas recolectar para cocinar gracias a los conocimientos que su madre le había enseñado al igual que a su hermana menor.

Su madre, Marissa, les había enseñado todas las habilidades de un ama de casa al pie de la letra después de ser una sirvienta inglesa, ella había llegado a Estados Unidos como sirvienta y más tarde se escapó de su amo con la esperanza de empezar de nuevo, había logrado casarse con un cazador francés y tener tres hijos.

- Case a un conejo grande - Alzo al animal muerto

- Lo limpiare en el río - Dijo Vivianne desenfundando su daga mientras se acercaba a su hermano

James le entrego el conejo para darle la vía libre para limpiarlo, se limpió las manos con su ropa de franela mientras observaban los colores naranjas, rojos y amarillos del fuego.

- ¿Cuándo pararemos de caminar? - Pregunto Lizbeth acostada en una tan roca que había limpiado con unas ramas

- Solo haz lo que te digamos - La miro con dureza- Y cierra la boca

La menor gruño molesta mientras se cruzaba de brazos.

- Nunca me dicen nada - Refunfuño- Solo ustedes y ustedes

- Vete a cazar entonces - Su rostro su enduro- Deja de molestar

- Dejen de pelear - Les dijo Vivianne desde el riachuelo

Ambos se quedaron callados hasta que Vivianne regreso a ellos con el conejo ya sin piel y con los órganos fuera de él.

- ¡Pido la tripa! - Se abalanzo Lizbeth hacia ellos

- Si podemos guardar algo del conejo, hay que hacerlo - Les ordeno girando su palo donde estaba asando su presa

Vivianne le entrego el órgano a Lizbeth para que lo cocinara asado, James y ella repartieron por igual las presas y demás órganos para los tres.

- Hay que hacer algo con ella - Con su mirada verdosa señalo a Lizbeth dormida- Nos está atrasando demasiado

Vivianne jugaba con su daga mientras pensaba, ambos alzaron sus miradas conectándolas, por unos momentos mantuvieron en contacto para deslizar nuevamente sus miradas a su hermana menor que dormía en la piedra.


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