XI
EL ULTIMO
Apolo se encontraba sumergido en un sueño desbastador, todo a su alrededor todo era de un color serpia mientras que el fuego consumía su campo de visión, algo estaba mal, terriblemente mal. Lo vio venir a su lado y su sonrisa era maliciosa, en su pasado nunca imagino verlo así, pero de algo podía estar seguro. La chica era su motivación. Debía cuidarla, debía... Solo debía sobrevivir esa vez.
Abrió sus ojos redimiéndose al dolor que sintió entumecer la mitad de su cuerpo, era como si su alma hubiese sido consumida también. Observo la habitación y debido a la tenue luz de la vela pudo identificar que era de noche, se sentó con cuidado y sintió miles de agujas atravesar su garganta, ni siquiera pudo gritar.
Respiro agitado, el dolor le dominaba el noventa y nueve por cierto de su cuerpo.
-Solo un poco -Susurro tratando de alentarse mientras contaba internamente -Uno, Dos, Tres...- Y así como lo predijo -Cuatro, Cinco, Seis- Lentamente fue ignorando aquello que lo golpeaba en el interior -Siete, Ocho, Nueve...
Sonrió al darse cuenta que Juno estaba descansando al lado de su cama, entre un cojín de terciopelo azul y su colchón, tuvo el impulso de tocar su dorada cabellera pero fue detenido, Júpiter también se hallaba en la misma habitación y maldijo internamente cuando sintió su tacto.
-Ella jamás será tuya -Le dijo el mago de Luz al ser que estaba a su lado.
-¿Qué te ha sucedido? -La pregunta era más bien paterna, intentando disimular su enojo, intentando tantear el terreno con cautela para que nadie se diera cuenta de su reciente atracción, como intentando asegurar que su romance con la supuesta humana no importara mucho en realidad.
-No lo recuerdo -Era mentira, podía rebobinar una y otra vez lo sucedido en el consultorio, incluso dar el nombre y apellido de su atacante, lo conocía perfectamente, eran años de estar juntos, años de ayudarlo, años de aconsejarlo, años de una supuesta y fragmentada amistad, pero no podía comprometer a nadie de esa forma, no si quería fingir haber olvidado a su atacante, si quería extender su vida.
-Ha sido un trauma muy difícil, deberías seguir descansan...
-La pediré en matrimonio -Aquello dejo frio al exiliado.
-¿Qué? -Debía escucharlo de nuevo, debía saber que no era cierto.
-La quiero Júpiter y deseo protegerla.
-¡Esto es absurdo! -Dio pasos suaves por la habitación.
Júpiter intentaba respirar lo más calmado posible pero algo le impedía que aquello sucediera. Nuevamente se sentía que había sido traicionado, y era un dolor que no podía remediar ni mucho menos disimular, su intento de mejorar, de apoyar a su amigo se iba en aquella frase. Él no quería su mal, pero tampoco podía controlar el suyo propio.
-Ella no es tuya, el que la salvaras no significa que te deba algo -Le recordó el joven- Además, ella no te importa, no sabes a el peligro que la estas exponiendo, deseo protegerla.
-Lo sé, lo sé, lo sé... -No sabía qué hacer para persuadir aquella incomodidad, sentía que algo mas lo unía a esa chica- Solo que... Desde que la vi...
Observo con malestar a Apolo el cual suspiro dándose por vencido, sabía que lo le ocurría, ambos sufrían el mismo encantamiento.
¿Quién era ella para producir esa sensación en ambos seres?
Júpiter se sentó al lado de él y le sonrió con nostalgia y Apolo lo supo, no había manera la cual él pudiese ser salvado, al menos el no podría hacerlo, lo observo con más atención y lo noto, la culpa irradiaba en su ser, la marca en su frente aun mostraba rastro de sangre, de ser visto así le culparían y seguramente ejecutarían.
-¿Qué has hecho? -Su voz se oía agitada y entonces el mago oscuro se vio descubierto, se levanto de la cama dando unos pasos hacia atrás- Júpiter juraste no hacerlo.
-Yo debía hacerlo -Ni siquiera le miro la cara, Apolo estaba molesto. Ahora comprendía el sueño.
-Tu... Tu lo has hecho -Se miro las manos con asco, realmente era eso- No... No puede ser.
-Lo siento tanto -Su rostro mostraba arrepentimiento, en cambio en el de Apolo se veía la repulsión- Eres mi amigo...
-Cállate traidor.
-Tú me traicionaste primero -El silencio se adueño de sus corazones por un breve instante donde Juno se movió un poco y atrajo la atención de los dos.
-No debías. Tu... -Júpiter abrió la puerta- No te vayas.
-No puedo quedarme y lo sabes -Se apoyo al marco de la puerta sin mirarlo, lagrimas de sangre oscura salían de sus ojos ahora rojos.
-Solo lograras matarte, si sigues así... No quiero que mueras Júpiter -Sus palabras eran sinceras.
-Yo parezco estar maldito, todo a mi alrededor se marchita y aun así, yo sigo aquí, de pies... -Hizo una pausa recordando aquellos días donde era un niño y era feliz, limpio las lagrimas carmesí y poso su mirada ahora roja como la sangre en la muchacha.
Apolo había logrado salvar lo poco que quedaba de él y Juliet había sido por mucho su pilar y sustento. Siempre juntos en cada travesura que se imponían. Mercurio también se les unía, pero era terriblemente castigado por sus padres. Nunca olvidaría aquellos días donde lo perdió todo.
-Lucy... -Ambos giraron a observar a la chica que susurraba palabras que no comprendían- Ayúdalo...
Luego de aquello un gran destello en el exterior ilumino con un tono azulado la habitación, seguido de un trueno que la hizo despertar asustada. Ambos le miraron sin comprender que había sido eso, pero podrían jurar que antes de que ella despertara un destello plateado se esfumo de sus manos al exterior.
-La piedra... -Susurro Apolo para enfrentar con su mirada a Júpiter.
-Juno... ¿Quién es Lucy? -Ella no mostro diferencia en su mirada y tampoco en sus latidos- ¿Has estado cerca de una piedra filosofal?
-¿Apolo? -Ella parecía no razonar las preguntas hechas, solo se dedicaba a admirar la presencia del dios- ¿Estás bien?
Las lágrimas se derramaron una por una, no había nada más maravilloso en su nueva vida que ver a aquel hombre a su lado, y vivo. Desvió su atención a Júpiter el cual tragaba su orgullo con cautela. Ella tomo las manos de Apolo y las coloco en su rostro, rozándola con suavidad.
-Tuve tanto, pero tanto miedo -Su voz ahora se escuchaba quebrada.
-Nos vemos -Dijo el dios comprendiendo que no hacía nada allí, solo era el tercero en discordia en aquella relación.
-Júpiter... -El mencionado observo de reojo a la rubia, la cual le hablaba con delicadeza- Gracias por ayudarlo, temí que lo perdería.
-¿Temías?
Ella asintió mostrando una sonrisa, sus mejillas estaban húmedas pero el miedo ya se había disipado, chasqueo su lengua al percatarse de lo idiota que había sido, el mismo los había presentado, unidos y ahora estaba allí, consumiéndose en su propio mundo, en sus propios celos.
-Júpiter cuando todo mejore iré a la cueva, necesito que hablemos, no puedes ir por el reino como si fueras un...
-¿Un desterrado? -Apolo suspiro cansado, no sabía cómo hablar con él.
-No iba a decir eso, déjame terminar de...
-De nada. Eso soy. Soy Júpiter Flamel, ultimo descendiente de la tribu oscura -Juno observaba a ambos hombres, aun no había escuchado la historia detrás de la máscara del mago oscuro.
-Solo cuídate por favor -Culmino la conversación.
Juno le acomodo las almohadas para que pudiera descansar con tranquilidad, luego de eso salió con Júpiter a la sala, esperaba encontrar a alguien allí, pero no. Estaban casi solos en la cabaña, excepto por Apolo que debía descansar y Baco, que en ese instante había salido acompañar a Juliet y Diana a sus casas.
******
LES DEJO ARRIBA ANEXO A LA QUE IMAGINO COMO DIANA.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro