DOS MUNDOS

Cuanto trabajo le había costado adaptarse a distintos mundos. Cada uno de ellos parecían multiplicar sus habilidades, las guerras eran abundantes y así como comenzaban se iban.

Era casi insoportable estar más de un siglo en algunos de esos reinos.

Y lo soportaba porque en su interior deseaba llegar a uno solo.

El reino prometido a ellos, uno donde los seres eran débiles y sin ninguna habilidad especial. Dentro de él estaba la sed de gobernarlos y ser el rey de algo.

No, ser el dios de ese algo.

La especie humana era un mito antiguo, desde su niñez escucho de ellos, seres con oportunidades para avanzar, para evolucionar según se les enseñe, lo que significaría la perdición de su especie.

Ellos por su parte eran seres conservadores, rígidos y de mente cerrada, los dioses como se autodenominaban luchaban por mantener su cultura intacta, sin la menor alteración posible.

En cuanto a los humanos, se decía que habían inventado implementos que los ayudaban en su vida diaria.

¿Para qué inventar esos aparatos si existía la magia?

Esa idea era una aberración para ellos, algo sin sentido, pero todo era leyenda, algo contado por un dios al cual culparon por alteración pública. Sus palabras comenzaron a alterar a la pequeña civilización donde subsistían sin ninguna novedad y nadie pudo comprobar si de verdad existía ese mundo.

Ni siquiera él que viajo por todo lo habido y por haber.

Júpiter era su nombre, y fue considerado en su tiempo uno de los seres más temido, al menos hasta que desapareció quedando solo como un nombre más en la pequeña lista que poseían en el Olimpo.

MUNDO HUMANO, AÑO 2014

-¿De verdad crees que es lo mejor? –Le decía una rubia de ojos castaños mientras ella de ojos claros recogía en unas maletas lo que creía más importante.

-Si Mariangel. Desde el Lunes comenzare en ese nuevo instituto –La muchacha morena de naturaleza pero rubia artificial ladeo un poco su boca inconforme con la respuesta de ella- No pongas esa cara, no te ves muy linda así.

Ambas sonrieron para mirarse por un largo rato, después de un minuto en silencio Mariangel se acercó a ella y la abrazo.

-Si llegas a necesitar de alguien ya tienes mi número.

-Gracias, te llamare a diario para que no te preocupes.

-Y yo que creí que esta ciudad no podía ser más aburrida –Levanto las manos al cielo en modo de súplica- Oh dioses del Olimpo escuchen a esta su súbdita y no dejen que quede sola con tanta gente aburrida.

Lucy sonrió mientras pasaba por su lado golpeando su cabeza con una carpeta marrón que segundos después guardo en una de las maletas que preparaba.

-¿Qué? Aquí no hay mucho que hacer sabes –Los ojos se le ponían un poco rojo y húmedos- Te extrañare mucho. Espero que en Grecia consigas algo interesante.

-Lo hare. Están las mejores bibliotecas del mundo además de ser la cuna de grandes descubrimiento. Mi vida estará llena de aventuras allá –Los ojos casi grises de la muchacha brillaban de la emoción.

-Ni me digas, eso de ir a ver piedras y ruinas no es lo que yo diga divertido –Decía Mariangel mientras metía un traje de baño a la maleta.

-¿Qué haces? –Reclamaba la chica tratando de sacar aquella prenda que no era de su agrado.

-Te lo regale en tu cumpleaños, me han comentado que hay playas lindas, deberías ir al menos por mí y tomarte unas fotos a mi nombre –Hizo un pequeño puchero en sus labios a lo que la otra chica sonrió.

-Has ganado, pero será luego que me establezca y logre acomodarme mejor –La rubia asintió y ella solo pudo suspirar.

Desde niñas habían sido mejores amigas, tanto así que hacia algunos años atrás Mariangel opto por pintarse el cabello de rubio para parecer su hermana, aunque sus ojos las delataran.

Habían conseguido terminar la preparatoria con mucho esfuerzo, Mariangel había decidido estudiar Ingeniería en Petróleo y ella había decidido por algo más interesante, termino por escoger Antropología. A los veintitrés años había logrado todo aquello y además de eso un apartamento pequeño con la idea de independizarse ya que sus padres le absorbían las energías con malas opiniones.

Para ella era la mejor decisión de su vida, aunque sus progenitores tenían razón en algo, su carrera era poco conocida pero no por eso fácil. Tenía mucho trabajo por delante.

Muchas cosas por descubrir.

Había asistido a muchos cursos y se aventuró a un examen con la esperanza de conseguir el mejor puntaje y lograr así lo que creía inimaginable e imposible: una beca en la mejor institución de Grecia y con ella el pase seguro a un trabajo muy bien pagado.

-Bien, ya mañana es el día –Suspiro en su cama mirando hacia su ventana.

Su amiga ya se había ido a su casa y había prometido regresar temprano a la mañana lo cual sería dentro de poco. Viajaría a Grecia como parte de una práctica experimental para los alumnos con mejor prometió en la carrera.

-Podre ver lo que tanto he anhelado. Ya no serán parte de mis sueños –Murmuraba al tiempo que el sueño se apoderaba de ella, había conseguido lo que deseaba; la beca.

MUNDO DE LOS DIOSES.

-¡Vaya! Observen lo que mis ojos han descubierto –Una voz muy suave retumbo en la cueva donde permanecía casi durmiendo un hombre de cabello oscuro, casi rojizo.

-¡Vaya! Podrías dejar de ser tan ruidosa y dejarme dormir Juliet –Los ojos verdes casi azules de él se abrieron.

-Siempre tan sensible. Tenía mucho sin verte Júpiter ¿Dónde habías estado? –El hombre se sentó renunciando a la idea de dormir.

-Descubriendo el universo –Una sonrisa se formó en ambos.

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Espero les guste el primer capitulo.

Se lo dedico a la primera persona que le dio una oportunidad, espero no te decepciones. 

En el multimedia le deje la imagen de quien imagino como Júpiter