capítulo siete
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vii. American Pie
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-La habitación roja sigue activa ¿Dónde está?-Es lo primero que indaga Natasha una vez los cuatro mosqueros (Nombre otorgado por Regina en un arranque de aburrimiento durante las cuatro horas que pasaron encerrados en el conducto de ventilación) ingresan a la primer tienda de gasolinera segura con que se topan.
-No tengo idea-contesta Belova rebuscando suplementos médicos en las estanterías dado que el híbrido permanece renuente a darle su sangre-Cambia de ubicación constantemente y sedan a todas las viudas al entrar y salir para máxima seguridad.
Klaus se muerde el interior de las mejillas-Eso suena familiar a los Warren que conocí, los malnacidos piensan en todo, y eso me dificultó rastrearlos, pero nada dura oculto para siempre de un iracundo Mikaelson.
-Tengo a mis mejores hombres en Rusia olfateando como sabuesos cualquier indicio que nos lleve al nido-informa Regina tomando bolsas de comida sin darle la cara al matrimonio Mikaelson Romanoff, si supieran que es su sobrina la principal investigadora, Klaus la arrojaría al océano sin titubear-Pero Kilian es escurridizo.
-Lo sé, me enseñó sus mejores técnicas, quería que aprendiera personalmente del mejor según él-menciona Natasha absorta en sus vagos recuerdos con su entrenador, tanto tiempo conviviendo juntos, ella de su lado, Kilian no requirió ocupar un chip de subyugación con ella, la manipulación usurpando un rol paternal, fue efectiva-Me cuesta creer que pudiera pasar desapercibido para mi.
-No es inteligente atacar a un vengador si quieres permanecer oculto-deduce la ucraniana con tono mordaz-Digo, la pista está en el nombre. Si Kilian te mata, uno de los grandes viene a vengarte.
-¿A qué te refieres?
-Dudo que la familia original de vampiros o el dios del espacio deban tomar ibuprofeno después de una pelea-consolida la rubia exponiendo lo obvio, algo le ocurría a Natasha y no bastarían ni dos segundos para que los Mikaelson declaren una guerra por osar a atentar contra un integrante de su familia-La noticia de tu boda nos confirmó que eras intocable, ya no se trata de una viuda fugitiva, sino de la esposa de Klaus Mikaelson. Hay que ser un inepto para meterse contigo.
Mikaelson sonríe satisfecho y airoso por el comentario-Alegraste mi día con eso, ricitos, mi tarea diaria es encargarme de infundir terror para garantizar la seguridad de los míos, lo hago de maravilla, lo sé.
-Hasta que por baboso te creas enemigos y luego nos quieren matar a todos, las cinco temporadas de The Originals fueron obra tuya-se mofa la teniente palmeando sus omóplatos.
-¿Dónde creen que estuve todo este tiempo?-continúa Yelena.
Natasha agacha la cabeza con culpabilidad y se mueve a otro lado de la tienda para lavarse las manos-Creía que te habías salido y vivías una vida normal.
-¿Y nunca hiciste contacto otra vez?
-Pelea de hermanas a la vista con reproches incluidos, ya me siento en casa de nuevo-farfulla Klaus empinándose una botella de whisky.
-Francamente, no creí que quisieras verme.
Yelena se echa a reír con una estruendosa carcajada sin gracia-Tonterías, no querías que tu hermanita menor te acompañara mientras salvabas al mundo con los chicos populares y la realeza.
-No eras realmente mi hermana-El tajante enunciado de Natasha tensa el ambiente, el semblante de la rubia se deforma considerablemente recibiendo un doloroso golpe de realidad en el pecho.
-Auch, hasta a mi me dolió-murmura Regina colocándose una mano en el corazón.
-No escuché que dijera ninguna mentira-defiende Klaus a su esposa.
-Y los vengadores no son realmente tu familia, mucho menos los Mikaelson, son hermanos de tu marido, no tuyos-contraataca Yelena con menosprecio y veneno, por un momento, ese modo de respirar por la herida, al híbrido le recuerda a Rebekah. Ahora es Natasha quien aparta la cara dirigiéndose al mostrador para pagar escondiendo el dolor tallado en su fisonomía, Yelena tiene razón, podrán amarla como una de ellos, pero al final del día, Klaus es su hermano y ella solo su esposa.
-Te puedo apostar que mis hermanos me cambiarían hasta por una botella de vino barato, pero por Natasha destruirían ciudades simultáneamente-impugna Klaus advirtiendo colérico a su cuñada-Somos su familia, Natasha es una Mikaelson y ni tú ni nadie va a venir a cuestionarlo a menos que desee vivir sin lengua.
Yelena rueda los ojos en su órbita reconociendo a sus adentros que tiene un punto a favor-¿Por qué siempre haces eso?-Le interpela a la rusa.
-¿Que cosa?
-Lo que haces cuando peleas-señala acuclillándose con cuidado, estira la pierna derecha al lado y la rodilla izquierda la mantiene flexionada. Con una mano se apoya en el piso y la otra la mantiene al aire-Lo que haces cuando das latigazos con el cabello mientras peleas-Menea la cabeza para mover su cabello en tanto Regina y Klaus se atragantan ahogando una carcajada-Con el brazo y el cabello, y haces una pose de combate-Revienta en risas ante la severa mirada de su hermana-Es una pose de combate, te gusta posar.
-No me gusta posar.
-Amor, si posas.
-Genial ¿Ahora estás de su lado, Niklaus?
-Por favor, digo, son poses geniales, hasta tu marido tiene una.
-No tengo una pose-espeta Klaus frunciendo el entrecejo.
-¡Es cierto, tienes una, es más, es el símbolo Mikaelson aparte de la flor de liz!-Regina sintoniza con Yelena y ambas conectan miradas con complicidad riendo entre ellas-Haz tus mejores mímicas, barbie agente.
-Corrígeme, pero sé que es algo así-Belova se coloca de pie y estira ambos brazos lado a lado con la palma de las manos colocadas hacia arriba. Klaus refunfuña porque reconoce esa postura de poder-Es como si estuvieras diciendo "Vengan a por mi, soy el puto amo y les partiré el cuello"-Ríe a coro con Regina-Parece que creen que todos los miran a ustedes todo el tiempo.
-Ese tiempo que pasé posando, trataba de hacer algo bueno para compensar el dolor y sufrimiento que causamos. Tratando de ser más que una asesina profesional-explota Natasha a la defensiva.
-Entonces estuviste engañándote porque hay dolor y sufrimiento a diario, y ambas aún somos asesinas profesionales. Salvo que no soy la que sale en la tapas de las revistas, no soy la asesina a la que las niñas llaman su heroína.
Aquella es la gota que derrama un vaso diminuto de paciencia para Klaus Mikaelson, no mide sus impulsos, sujeta la mano de su mejor amiga, la ira, y alentado por ella, agarra a Yelena del cuello estampa su cuerpo contra la pared bruscamente imposibilitándole reaccionar a tiempo-Si quieres que las cosas funcionen aquí, más te vale ir eliminando esa maldita palabra de tu vocabulario porque te recuerdo que estas hablando de mi esposa, y tu misma acabas de afirmar que se encuentra respaldada por mí. Un comentario más de ese estilo que te escuche decirle y te entierro viva para satisfacerme escuchando como tus pulmones fallan uno por uno ¿Entendido?-Sus ojos azules arden con una implacable ferocidad protectora, Natasha a su espaldas le demanda que la suelte y Regina hipnotiza al cajero para que no recuerde nada de lo ocurrido.
Yelena le dedica un gruñido furioso y asiente de mala gana, no porque los intimidantes ojos de híbrido de Mikaelson la acobarden, porque contra todo pronóstico, no le teme a Klaus, acepta dejar el asunto por la paz porque si es honesta, reconoce el peso de sus hirientes palabras, el resentimiento controla su lengua-¿Ya puedes soltarme o tengo que patearte en las pelotas?
Klaus le sonríe con falsedad y la deja caer de sopetón-Muy bien, Lina Klammer, creo que aceptaré tu oferta de las cervezas para entablar una cálida charla de traumas.
La noche cae cubriendo el cielo con un precioso manto estrellado, Regina aprecia que las brumas de la contaminación no dañen la oportunidad que le permite admirar su momento favorito del día, después de todo, la fascinación por la noche y la radiante luna, se encuentra arraigada a su naturaleza licántropa. Yelena se encuentra sentada junto a ella en la terraza del modesto y casero bar húngaro en la carretera a las afueras de Budapest.
-Oye, deja de sufrir con vendas, me estás dando lástima con la cara que pones, toma-Regina atrapa un cuchillo en la mesa y se hace un corte limpio en la mano, lo vierte en un vaso y se lo extiende a la rubia-Klaus no es el único con sangre curativa de vampiro.
Yelena cierra la botellita de alcohol y de un sorbo se empina el trago que consume sin asco-No sé que le ven de delicioso ¿Será porque no eres del exquisito tipo de A positivo?
La teniente se suelta a reír-En mi humilde opinión, tiene un mejor sabor que la sangre animal, no sé como la toleran los vampiros vegetarianos, sabe a coca cola zero.
-¿Vampiros vegetarianos? ¿Los culpables de que la mamá de Bambi muriera?
Regina prolonga sus carcajadas por unos segundos más-Eres muy graciosa, te llevaré de fiesta algún día conmigo, tengo muchas ideas para divertirnos.
La ucraniana le sonríe genuinamente-¿Puedo ir vestida así? Porque no me fascina la idea de usar vestidos tan diminutos.
-Mi amiga Fernanda puede prestarte algo de su armario de monja, diría que acudamos a Iónica, pero en su guardia saldrás de casa con algo que te cubra.
-¿Quién es Iónica?
-La barbie del glamour en la familia que te arrancaría los ojos si tu bolso no combina con los zapatos o en el mejor de los casos te utilizará como su proyecto de caridad si cometes horrores en la moda.
-Tu familia es rara.
Una nostálgica sonrisa se asoma en el rostro de la chica de Brooklyn-¿Sabes? Te habrías llevado de maravilla con mi sobrina, Hayley, me recuerdas a ella, ambas son testarudas, directas y con una particular y magnífica habilidad para encarar a Klaus y sacarlo de quicio-La añoranza apretuja vilmente el corazón de Labonair retorciéndole el estómago sin piedad-Joder, cuanto la extraño.
-¿Qué paso con ella?-interroga Yelena tratando fallidamente de no sonar tan cortante.
-Murió hace ocho años, el espíritu de una bruja nativoamericana se apoderó de Hope, su hija y de Klaus, para sacarlo, Hayley pidió que lo colocaran en su cuerpo y seguidamente que la asesinaran, sacrifico su vida por salvar a su hija-Desempolvar tal recuerdo del baúl en su cabeza desgarró su alma, pero mantuvo la compostura delante de Belova-Me largué de New Orleans de inmediato, no quise tolerar un segundo más en ese lugar después de su muerte y hasta la fecha tengo problemas para regresar a la ciudad donde mi sobrina murió.
-Al menos de cierta manera tienes una parte ella en la niña-La rubia es una muy buena receptora, pero difícil para declamar palabras de consuelo, hace un pequeño esfuerzo por la castaña a la que le tomó aprecio rápidamente.
-Para mí lo es, aunque me queme el corazón verla convivir con sus tías porque únicamente puedo ver un fantasma de nosotras, éramos muy unidas-confiesa respirando hondo-Genevieve MacLeod era una figura materna para mi sobrina, si a mí su muerte me destruyó, a ella la devastó, la imponente bruja dorada se recluyó en un retiro temporal para superar su duelo, hasta la fecha, no es capaz de ver a Hope a la cara sin pensar en Hayley.
-Wow-exclama Yelena asimilando cada detalle-Creí que eran una familia feliz y perfecta-Una idea tonta a lo mejor, pero el sentimiento de traición por Natasha, la cegó.
-Una vez te acercas a nuestras vidas, ves con claridad que felicidad y Mikaelson, no van de la mano por mucho tiempo.
A lo lejos, Klaus y Natasha se aproximan cargando dos botellas de cerveza cada uno, el original divisa lo animadas que lucen la castaña y la rubia charlando-Amor ¿Sabes si tu hermana es hetero? Porque Regina no lo es y si me lo preguntas, pienso que serían buena pareja, así alguien hace que ricitos deje de ser un Grinch.
La pelirroja lo acribilla con la mirada-Regina aún no supera a tu hijo sin responsabilidad afectiva y tu ya quieres impulsarla a padecer los altos y bajos de una relación amorosa.
-Esa excusa mi cerebro la traduce a "Mi hermanita no saldrá con nadie" Reconozco el instinto de hermano mayor sobre protector a kilómetros.
-La traducción correcta es "A veces me pregunto porqué me casé contigo"
-Auch-Klaus le entrega una de las botellas a Regina, Natasha a Yelena y el matrimonio ocupa asiento frente a ambas.
-Ese gas, el antídoto, fue secretamente sintetizado por una viuda mayor de la generación de Melina y financiado por un donador anónimo-empieza a narrar Yelena y Regina se empina la botella evocando la identidad del patrocinador; La condesa Klara de Martel-Estuve en la misión para recuperarlo y ella me expuso al gas, casi mato a la viuda que me liberó, Regina la salvó con su sangre, ella estaba ahí para retirar el gas y comenzar su misión de expiar la habitación roja, fue cuando nos conocimos.
-¿No tenías otra opción?-cuestiona Natasha.
-Tú experimentaste condicionamiento psicológico, Kilian te manipuló a ti y al resto usurpando el rol de un padre. Lo que me ocurrió fue diferente, hablo de alterar químicamente las funciones cerebrales, eres plenamente consciente, pero no distingues que parte eres tú, sigo sin estar segura-Lo último lo deja escapar con algo de sentimiento, confusión y tristeza.
-Con lo que me estás contando, es similar a la compulsión de los vampiros, tus pies y tus manos se mueven ejecutando lo que te designaron, tu cabeza piensa y recuerda lo que te implantaron, tu corazón siente lo que te ordenaron-teoriza Klaus atando cabos y ligeramente cohibido por los alcances de las creaciones maquinadas por la mente humana.
-Eso es, Klaus-concreta Regina-La compulsión regenerada científicamente.
Natasha escruta los restos de sangre en el brazo de su hermana y corre su silla para instalarse a su lado y con un trozo de algodón empapado de alcohol, comienza a limpiar, ignorando los socarrones susurros de "Te lo dije" por parte de su marido-¿Eso es todo lo que queda?-Con el mentón apunta a los tubos ocultos en la mochila.
-Es lo único que puede detener a Kilian y su red de viudas. Cada día se lleva más, niñas que no tienen a nadie que las proteja como nosotras cuando éramos niñas-La voz de Yelena arriba a un punto de quiebre por la impotencia y el furor hacia ese tipo de actos tan brutales, Natasha y Regina conservan un sepulcral silencio contagiadas por el sentimiento, Klaus solo puede pensar en su hija-Quizá una de cada veinte sobrevive al entrenamiento, se hace viuda, el resto, ya saben, acaban siendo usadas por la mafia, en prostíbulos, vientres de alquiler, en trabajos pesados, solo somos cosas para él, armas sin cara que puede desechar porque siempre hay más y nadie lo está buscando.
-Gracias a esas barbaridades mi hermana construyó en el sótano de nuestra mansión, una sala de juegos exclusiva para los perpetradores de crimines impunes, no solo nuestros enemigos o personas que la desafíen y traicione habitan ahí, almacena un espacio para torturar de las peores maneras a tipos como él, no entiendo como este asunto se le escapó y no se enteró, ella es la persona que se empeña en purgar al mundo de estos problemas, no yo, pero sí en esta ocasión el destino confabuló para que me toque a mi, estaré encantado de cumplir y cazar a ese malnacido que lastimó a mi esposa.
Natasha le dedica una pequeña sonrisa y un leve asentimiento, por lo general, odiaba ser rescatada por alguien más, era un insulto para ella que velasen por su seguridad cuando estaba capacitada para protegerse a sí misma, pero con su marido es diferente, ama esa sensación de seguridad que le otorga con solo tenerlo a centímetros de ella.
-De cierto modo, cada uno tiene un motivo para estar aquí, fuimos victimas de diferentes maneras-dialoga Regina analizando los antecedentes de sus compañeros.
-¿Victimas?-Le cuestiona Mikaelson enarcando una ceja, repudia que ese artilugio calificativo sea utilizado para denominarlo, pese a que el alegre infante rubio que alguna vez fue y falleció mil años atrás, perteneció a esa desafortunada nómina. Actualmente es un hombre bien torneado, capacitado, astuto, sangriento, intimidante, fuerte y veloz que mide más de uno ochenta centímetros, ya no es una víctima...¿Cierto? ¿Cierto?
-A Natasha y Yelena les arrebataron la oportunidad de escoger el rumbo de sus vidas y las arrancaron de los brazos de sus familias, yo tuve que trabajar desde pequeña y pelear diez veces más que un hombre para ganarme el respeto y reconocimiento que me merezco por mis méritos y no por tener algo que me cuelgue entre las piernas, inclusive Klaus sufrió maltrato infantil por culpa del desgraciado de su padre que de todo corazón espero que se esté pudriendo en el infierno-El híbrido pese a las pesadillas que le atormentan, sonríe de lado por lo último-Representamos una parte de lo que esas niñas han padecido, somos las personas correctas para protegerlas.
-Eres una gran oradora ¿No te has puesto a pensar en que eres la hermana perdida de Steve?-bufonea Natasha robándole una risotada a la teniente.
-No, soy hija única, gracias por preguntar.
-¿Es esa otra invitación para ir a la habitación roja y matar a Kilian y Dreykov?-indaga Yelena.
-Si-afirma Natasha sonríendole a su hermana-Y yo la respaldo.
-¿Aunque no la podamos hallar aún y Kilian sea demasiado evasivo como para matarlo?
-Si.
-Eso parece mucho trabajo, ya me estoy rindiendo.
-Tenemos a Klaus, es experto en perseguir a la gente hasta enloquecerla, además podría ser divertido.
Los cuatro giran su cuello en dirección a las eufóricas risas de un niño que corre a los brazos de su progenitor quien lo carga haciéndole cosquillas, aquello es una cruel cachetada del destino a cada uno, ninguno tuvo la fortuna de contar con un buen padre, pero entre ellos se encontraba alguien que cortó esa cadena y se esforzó por ser uno excelente, Klaus rememora a Hope y cuanto anhela escuchar su voz, no obstante, corre el riesgo de que su enemigo en estos momentos vaya a por ella y la use de carnada.
-¿Alguna vez buscaste a tus padres? ¿A los verdaderos?-pregunta la ucraniana a la rusa.
-Mi mamá me abandonó en la calle como sí fuera basura-admite Natasha ahogando el pesar en su voz y choca su botella con la de Regina en una especie de brindis-¿Que hay de ti?
-Destruyeron mi partida de nacimiento así que la reinventé. mis padres siguen viviendo en Ohio, mi hermana se mudó al oeste.
-¿En serio?
-Eres maestra de ciencias, pero trabajas medio tiempo, especialmente luego de tener a tu hija, tu marido restaura casas.
-Oye, más respeto, si ibas a darme una vida falsa a mi también, búscame un oficio más creíble, no lo sé, supongamos que soy pintor-se ofende Klaus frunciendo las cejas.
-Si, porque esa no es nuestra historia-secunda Natasha.
-¿Y cuál es?
La pelirroja menea la cabeza pensativa-No lo sé, nunca me permito estar sola lo suficiente como para pensar en ello.
-¿Alguna vez pensaste en tener hijos?-Romanoff con su silencio otorga más que mil palabras-Yo quiero un perro-suelta espontáneamente Belova colocándose un chaleco-¿Y cuál es su historia de amor?
-Bueno, mis hermanos me obligaron a ir con ellos para recuperar un cubo mágico con S.H.I.E.L.D, yo quería irme hasta que ví a Nat bajar de un quinjet y me juré que sería mi esposa-inicia Mikaelson con una sonrisa ladina recibiendo un codazo de su mujer-Yo le coqueteaba y ella me rechazaba, pero sé que ya me amaba en el fondo, eso por alguna razón, me enamoró más, cuando acabó la misión, fue a New Orleans, convivimos durante un buen tiempo y cayó rendida en mis encantos sin que tuviera que esforzarme.
-Si no esforzarte le llamas a saturarme de dibujos y pinturas de mí, regalarme joyas de la edad moderna, intentar cocinar algo en mi cumpleaños aunque explotaras la cocina, definitivamente no te esforzaste, lobito.
Klaus se vuelve a mirarla con la boca abierta indignado-Lo de la cocina es un incidente que no me define como persona y debías mantener en secreto-Las mujeres ríen y el híbrido rueda los ojos-Ya no seguiré contando nada-refunfuña cruzándose de brazos y desparramándose en la silla.
Yelena niega con diversión-¿Y tú, Regina? ¿Que sabes de tu madre?
Regina resopla recopilando lo que conoce de su progenitora-Mi madre nació en Irlanda, era la hija menor de los grandes alfas a nivel global de la Manada Creciente en ese entonces según rumores, antes de que la manada cayera en desgracia en New Orleans gracias a un gobierno totalitario de vampiros instaurado por Marcel-Klaus está por emitir un comentario burlesco y mordaz, pero es silenciado por la mirada fulminante de Natasha-Su hermano mayor se llamaba, Gideon, de quien descienden Hayley y Hope, conozco el nombre con que mi mamá nació, pero no con el que murió.
-¿Eso no es una gran pista?-interpela Yelena.
La teniente ladea la cabeza no muy convencida-A mi madre la eliminaron de todos los registros familiares haciendo de cuenta y caso de que nunca existió, por lo tanto tener su nombre no significa nada, necesito el nombre con el que vivió el resto de sus días para saber que fue de ella en su nueva vida.
-¿Y por qué su nombre cambió?-Es el turno de Natasha.
-Mis abuelos le arreglaron un matrimonio con un miembro de la familia Kenner, ese fue el primer intento por unificar a nuestras familias, pero mi mamá estaba enamorada de otro hombre y escapó con él convirtiéndose en la deshonra de los Labonair.
-¿Ese hombre era tu padre?
-No lo sé, pero puedo apostar que no.
-¿Estás segura de que la eliminaron de todos los registros?-sigue Klaus.
-De hecho, hay un registro perdido del cual no fue borrada y estaba tratando de localizarlo cuando descubrí el renacimiento de la habitación roja.
-¿Y cómo se llama tu madre?
-Sarah, Sarah Labonair.
Natasha, Klaus y Yelena asienten dando por culminado el interrogatorio y es el híbrido quien palmea el hombro de Regina en una señal cavernícola de apoyo porque apenas la toca, se la brinda tal como sí la estuviera acariciando de lejos con una escoba-Una vez terminemos con esto, te ayudaremos a encontrar ese registro, otra aventura para los cuatro mosqueteros.
-Gracias-agradece la teniente con una sonrisa.
-No hay de que, lo mereces por ser el apoyo moral del grupo-gorjea Natasha con la mirada fija en el garaje de enfrente donde se encontraban padre e hijo anteriormente-Vi dónde puso las llaves.
-En el cajón de arriba del armario verde-sonríe Yelena.
-Donde está el jarrón azul-se integra Klaus.
-Justo al lado de la puerta de entrada a la casa-finaliza Regina proponiendo un brindis que sus compañeros aceptan cerrando oficialmente una alianza de guerra.
-Mi departamento en Viena es la locación más segura que tengo, me sirve cuando quiero tomar un descanso o escapar de mafiosos que me odian por desmantelar sus negocios asquerosos, tiene salvaguardas de magia así que estaremos a salvo allá, será la cede para labrar inteligencia y ordenar nuestros movimientos-explica Regina concentrada en su celular cómodamente recostada en el afelpado asiento del automóvil que robaron entre los cuatro para dirigirse a la joya imperial de Europa.
-Si, si, si, ya sabemos ¿Puedes continuar con tu historia con tu ex? Estaba interesante-replica Yelena sitiada a su lado dibujando figuritas inidentificables en la humedad que cubre la ventana.
-No le des alas, ese cuento me lo sé de memoria, yo viví las quejas de ambas perspectivas, el niño que no quiso dejar su amada ciudad y la niña que lo mandó al demonio porque ya quería largarse de ahí. Realmente suena a drama adolescente y me aburre.
-¿Te molesta escuchar esa historia una y otra vez, Niklaus?
-Si.
-Mejor para mi, Regina, sigue.
-Pero primero...Falta la música de fondo adecuada-La bocina del automóvil se conecta al celular de la teniente que reproduce a todo volumen Red de Taylor Swift, Natasha tararea el ritmo y Klaus torna los ojos considerando la idea de buscar una pistola en la guantera para pegarse un tiro-A lo mejor Marcel y yo no terminamos juntos, pero gracias a mi nunca olvidará quien es Taylor Swift y porqué es la industria musical.
Yelena menea la cabeza contagiada por lo pegajosa que es la música-¿Y quien es Taylor Swift?
Klaus se masajea las sienes gruñendo-Tenías que tocar su tema de conversación favorito.
-Taylor ha estado conmigo más que mi propio padre-se defiende Labonair-Bueno, Marcel y yo nos conocimos hace más de diez años, llegué a New Orleans cuando me enteré de que tenía una sobrina, un miembro de mi familia, Marcel aún estaba detrás de Rebekah y eso era una red flag, pero parece que tenía miopía porqué yo ví corazones-No menciona el nombre de la rubia con ningún tipo de rencor contra todo pronóstico, ambas son amigas cercanas y Marcel no ocupa sus temas de conversación-Él era un soldado como yo, luchábamos codo a codo por el bienestar de los nuestros, pero siempre existieron las diferencias, de alguna manera no terminábamos de entendernos, nos sentíamos como océanos separados con tanto espacio entre nosotros-Se encoge de hombros respirando pesado-Quizá no era nuestro destino estar juntos-Francamente, no era capaz de verlo ni en pintura, ya quisiera Regina ser una persona que olvide con facilidad y conozca el don del perdón, pero no es el caso, recuerda a detalle si alguien la hirió y no está dispuesta a soltar lo malo.
Marcel la abandonó en el momento que más la necesitó y no pudo culparlo, de cierto modo, Regina siempre tuvo en claro que el moreno tenía otras prioridades que no eran ella.
-Si te hace sentir mejor, aún te extraña y se arrepiente de la decisión que tomó, no trato de ser la casamentera de su relación, pero el amor que siente por ti aún prevalece-informa Natasha con seguridad, también es cercana al primer hijo de su marido y lo estima bastante por más que sea un hombre independiente hecho y derecho. Marcel se desahogaba con pocas personas, Natasha es una de ellas.
-Que se lo entregue a alguien más porque yo ya no lo quiero-Y ahí está el rencor particular de Labonair.
-¡Eso mamona!-La victorea Yelena alzando los puños-Demuéstrale que no vas a estar a sus pies toda la vida, hombres.
-¿Moriré antes de ver el retorno de mi nuera favorita?-ironiza Klaus con diversión-Bueno, le buscaremos otra persona a Marcel para que deje de lloriquear por la noches, pero sus gustos son complicados, los de mis hermanos son más fáciles de descifrar, mira a Elijah, Wanda es el prototipo de chica tímida y sensata que tanto le fascina.
-Y tu tipo son las mujeres con carácter fuerte que tienen la audacia de desafiarte.
-¿Eso quiere decir que al lobito le gusta que lo dominen?-bromea Yelena.
-Oh y no sabes cuanto-garantiza Mikaelson con una sonrisa traviesa utilizando el doble sentido.
Natasha golpea el costado de su cabeza haciéndolo reír-Ten más respeto por la presencia de las niñas.
-¿Que niñas?-indagan Yelena y Regina estirando la piernas que se asoman en medio de los asientos delanteros rozando el freno de manos.
El matrimonio comparte una risa-Ustedes.
-Bueno, mamá y papá, esta es la primer prenda de vestir que compré en mi vida y el cinturón el accesorio que combina-presume Yelena su chaleco y un largo cinturón de navajas.
-¿Eso?
-Si ¿No les gusta?
-El chaleco es horrendo, pero el cinturón es fabuloso, alcanzan dagas y navajas de todo tipo, es una buena inversión-reconoce Klaus.
-¿Verdad que es genial?
-Pero el chaleco es como...¿Es un excedente militar o...?
-Está bien, tiene muchos bolsillos-ataja Belova a Romanoff quien ríe-Pero los uso todo el tiempo, y le hice algunas modificaciones.
-¿Ah, sí?
-Parece que se lo robaste a un niño explorador-se mofa Klaus.
-Lo que sea, son unos pésimos padres-bufa la rubia mirándolos mal arrebatándoles más risas-Cállense, la cuestión es que nunca tuve control sobre mi vida antes y ahora sí. Quiero hacer cosas.
-¿Quieres disfrutar la vida? Dí que sí a todo menos a las drogas ¿Ves? Te dí un consejo sano, no soy un mal padre-sugiere Mikaelson.
-Oye, déjala que experimente la inolvidable sensación del primer mordisco a los brownies que dan risa-objeta Regina.
-Las consecuencias del día siguiente cuando descubres que te transformaste en lobo en media sala y tu cuñado jugó contigo como si fueras un perro, no es tan gracioso ¿Verdad, Nik?-jaranea Natasha entre risas volteando a ver a su marido aludiendo a aquella noche de hombres y unas galletas de dudosa procedencia cortesía de Tony Stark. Klaus rueda los ojos en su eje evocando cada detalle de esa noche, no porque lo recordara, si no por los vídeos-Me gusta tu chaleco, Yelena.
-Lo sabía, sabía que te gustaba-celebra la ucraniana alzando los puños en señal de victoria-Es asombroso ¿No?
-Esta bueno, sí, me gusta.
-Y puedes poner muchas cosas aquí, ni siquiera lo sabrías-La felicidad de Yelena por algo tan simple es auténtica, genuina, algo que no experimentaba hace años y es contagiosa, palpable en el aire para los miembros del equipo los cuales sonríen-Lamento que aún no tengamos la ubicación de la habitación roja.
-Lo sé, pero creo conocer a alguien que lo sabe-contribuye Natasha-Alexei.
-¿El guardián rojo?-interroga Klaus apretando los dientes-No creo que sea buena idea, lo descabezaré sí lo veo, no tiene mi simpatía y saben porqué.
-La nuestra tampoco, pero sabe mucho y lo necesitamos para esto.
-Y yo sé donde podemos encontrarlo-interviene Regina sin perder de vista la pantalla de su celular-Mi fuente dice que se encuentra en otra prisión de máxima seguridad diferente a la que fue recluido inicialmente por intento de fuga-Klaus farfulla por la bajo receloso por el tal informante de Regina-No sabe cual, solo que está en una zona cero ilocalizable con magia, pero en menos de veinticuatro horas me avisará, mientras, hay que conseguir un jet.
-¿Y si no quiere hablar?-insinúa Yelena.
-El plan A, sería hacer uso de la maravillosa compulsión-Klaus resuelve su duda.
-¿Y si está bajo verbena?
-Plan B; Una tortura detallada que he reservado por años para él.
Yelena tenía razón.
Nadie atentaba contra su esposa y viviría para arrepentirse.
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