capítulo nueve
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ix. Dirty Dancing
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Long Island, New York, 1928
La aeronave es movida delicadamente por los vientos cálidos que arrullan el barco como sí de un bebé acurrucado en los brazos de su madre se tratase. La pequeña castaña de seis años sostiene su muñeca de trapo favorita (Por no decir que es la única que contiene en su vacío baúl de juguetes) bajo su brazo, su padre raramente llegaba a casa con un obsequio para su única hija, es más, las singulares ocasiones en que le regalaba algo eran viejos retazos de tela que hallaba en la basura comunitaria y que con su creatividad transformaba improvisados brazaletes, pero los niños eran crueles, y se volvían objeto de burlas en la escuela.
La muñeca con cabello de lana amarilla era la más decente de sus pertenencias, y no, naturalmente no la recibió de su padre, una compañera de su institución, un par de años mayor se apiadó de ella y se la ofreció al verla entumida en una esquina jugando con las botellas de vidrio partidas a la mitad que las maestras colocaban en el borde de los muros para ahuyentar a los ladrones.
Jamás olvidaría el nombre de la buena samaritana, Juliette O'Neill, una amigable pelirroja que en poco tiempo se haría su amiga más cercana, en el patio de la escuela, como en el campo de batalla.
Es tanto el aprecio por el juguete que lo mantiene afianzando imposibilitando que se deslice y caiga enterrándose en las olas del océano atlántico. Regina Edith Spencer Labonair asoma sus curiosos ojos por encima del barandal que la mantiene a salvo en la borda del barco (Con altos filtros de seguridad paranoícamente después del hundimiento de un transatlántico en esa misma ubicación, hace dieciséis años), contra todo pronóstico, sus carencias no se deben a la falta de dinero, su padre es un importante banquero con un jugoso sueldo que la tiene viviendo en la zona más decente de Brooklyn (Un barrio pobre a fin de cuentas, pero el motivo nos regresa al mismo punto; El padre de Regina es un hombre tacaño y despilfarrador)
Clay Spencer se codeaba con lo mejor de la alta alcurnia neoyorquina, hombres de negocios, gerentes de comercios, banqueros como él, una de sus amistades más cercanas lo había invitado a dar un paseo matutino en barco un domingo soleado, Clay aceptó maravillado y habría asistido solo de no ser porque su pequeña hija descubrió el panfleto con el navío retratado a dibujo, Regina era amante de los transportes marítimos y para que dejase de patalear e insistir, accedió llevarla consigo, después de todo, su hija nunca paraba de parlotear hasta conseguir lo que quería.
Evidentemente, el dinero de Clay acaba en las carteras exóticas de las mujeres que cortejaba o en las botellas de alcohol que adornaban el buro de su estudio, Regina no recibía ni un solo centavo, ni de su padre, ni de la mensualidad que su madre enviaba para sus gastos, pero era interceptada por el avaro de su progenitor.
La niña inclina la cabeza vislumbrando las aguas moverse conjuntas y a lo lejos divisa una grotesca salpicadura de agua, sus ojitos se abren de par en par detallando a la ballena que se pasea con libertad a kilómetros, los cetáceos son su especie animal favorita y según lo que Juliette le comentó una vez, pasan la mayor tiempo sumergidos, no se asoman demasiado cuando están en la superficie, por ende ¡Esta presenciando una peculiaridad!
-¡Papi, ven, mira esto!-chilla brincando de la felicidad, sus cabellos castaños rebotan a su espalda y sus ojos verdes se iluminan admirando al animal que poco a poco se desvanece entre las aguas-¡Papá, hay una ballena, ven a verla! ¡Papá!-Casi se desgarra las cuerdas bocales exigiendo la atención de su progenitor que se mantiene ocupado con una copa de vino en mano a la vez que charla galante con una dama de estrambótico sombrero emplumado-¡Papá, deja a la mujer pájaro y ven conmigo!
Ni el insulto funcionó para que la atendiera, nada nuevo, pocas veces Clay le depositaba los ojos encima.
La niña suspira decepcionada con pesadez y los ojitos se le empañan por culpa de las lágrimas que rebalsan sus córneas, Regina pasa la manga de su inmaculado vestido blanco de encaje rápidamente, no le gusta que la vean llorar, pero es la forma que su cuerpo encuentra para expulsar la desilusión. Que su padre nunca le preste atención no es nada del otro mundo, pero ¿Por qué no era como el de su compañera, Anya? Él llegaba a recogerla puntualmente después de clases
Clay con mucho trabajo fue a retirarla una o dos veces con cuatro horas de retraso, en una ocasión, Regina acabó cenando en casa de su maestra de arte, la mujer la encontró sentada bajo lluvia y se compadeció indudablemente de su situación.
O ¿Por qué no seguía el ejemplo del padre de Lina? Él le empacaba un sustancioso y balanceado almuerzo, fruta, galletas, un sándwich, jugo, una botella de agua y una colorida notita recordándole cuanto la amaba.
Regina con buena suerte contaría con unos cuantos centavos en los bolsillos que se había ganado con el sudor de su frente haciendo tareas de más para financiarse una manzana, y no era cosa de todos los días, ese "banquete" raramente se lo daba un día a la semana.
¿Por qué Clay no era como su jefe, el dueño del barco? El hombre asistía a cada mañana deportiva con el orgullo tatuado en la frente así su hijo terminase comiendo tierra en béisbol. Y ahora lo cargaba en sus hombros enseñándole las gaviotas.
Regina se acompañaba con las olas.
La pequeña ojiverde se recostó contra el barandal dejando caer su cuerpo y por consiguiente, todo su peso, grave error.
Los tornillos que con tanto metículo soldaron, se hallaban oxidados, lo que produjo una falla casi mortal para Regina, el sostén de la barandilla se deshizo y la niña cayó en picada a las salvajes garras del océano atlántico.
El golpe súbito la descolocó y se vió en obligación de parpadear repetidamente para procesar que acontecía, su cuerpo se sentía liviano, frío, la cabeza la martillaba debido al mareo y sus brazos se envolvieron alrededor de su muñeca pensando inocentemente en que podría ser alimento para tiburones. El agua helada le congelaba las extremidades y fue en ese instante que su cerebro concibió la situación-¡Papá!-vocaliza con todas sus fuerzas-¡Papá, por favor ayuda!-Sus gritos se ahogan cuando una ola la entierra bajo sus fauces, escupe el líquido para terminar consumiendo más, patalea sacudiendo sus piernas buscando impulsarse hacia arriba para conseguir algo de aire y pedir ayuda, pero las extremidades se le adormecen.
Regina niega, a su corta edad comprendía un recurso básico de la sobrevivencia humana, si se rinde, no va a salir de ahí, debe pelear.
Por nada del mundo suelta la muñeca y abre los ojos que previamente se hallaban cerrados ante el temor de encontrarse cara a cara con un calamar gigante, pero con lo que se topa, no es un panorama alentador. El escenario es borroso, pero sus esmeraldas identifican el horror de las profundidades desconocidas, no hay nada más que la oscuridad y esto es supremamente aterrador, porque en caso de que algo le ocurra ¿A dónde irá a parar su cuerpo? ¿Será devorado por peces? ¿Lo encontrará algún pescador? ¿Acabará varado en la otra punta del mundo? Tantas incertidumbres hacen que le piquen los ojos y el corazón le bombee dolorosamente.
Los pulmones le arden, más sus piernas ligadas, no se paran de mover frenéticamente. El desespero domina su cuerpo, y aún cuando hay señales de que ese será su final, Regina no lo acepta. Logra impulsarse hacia arriba y su rostro entra en contacto con la superficie, aprovecha para respirar hondo progresivamente entre jadeos y de manera flemática, sus ojos lagrimean aterrados por la fotografía oscura que capturaron bajo el océano, no supo que más la paralizó, si rozar la muerte o ver esa mancha marítima que sigue batallando por tragarla.
Su cuerpo y su mente no tardan en agotarse mentalmente, los ojos le pesan y sus extremidades aflojan entregándose a la masa de agua salada.
-¡La niña!-Una alarmada voz varonil es su salvación al momento en que los presentes se asoman ahogando gritos y alaridos preocupados. La castaña le concede el deseo a sus ojos de cerrarse, lo último que alcanza a percibir son unos fuertes brazos cargándola y depositándola en una superficie plana.
Inclusive estando inconsciente, podía aseverar que el caballero de brillante armadura que acudió a su rescate, no es su padre.
Y lo confirmó media hora después al despertar, puesto que su progenitor ni siquiera se enteró del desastre que sus compañeros quisieron comunicarle, pero con altivez despedía, no machacarían su oportunidad de conquista. Regina estuvo cuatro horas reparando a la nada cubierta por una toalla, con el cabello goteando, la ropa empapada y la muñeca escurriéndose en una silla.
En esa mañana aprendió tres cosas.
1. Un barco puede estar exento de un posible hundimiento, pero no de accidentes con barandales.
2. Pretende estar sola en la vida y aprende a actuar por tu cuenta para no tener que depender de nadie.
3. Lo desconocido es más atemorizante que las amenazas tangibles, no sabes como combatirlo, no tienes recursos, ni conocimientos para defenderte de algo que no comprendes.
De hecho...Hay una cuarta lección.
Pese a que las mareas te derriben, los problemas te traguen y el dolor te consuma, tu deber es ponerte de pie y luchar, porque la verdadera derrota no es caer, es no saber levantarse.
-Come algo para que recuperes fuerzas-Le sugiere una amable rubia extendiéndole un plato de frutas frescas de la temporada-¿Cómo estas? ¿Te sientes mejor?-Coloca un mecho tieso de cabello a causa del agua salada detrás de su oreja.
Con una frase contundente, y una madurez estremecedora, Regina Labonair profetizó el mantra que determinaría su destino-Aún sigo de pie.
Viena, Austria, 2016
El cepillo embadurnado de esmalte escarlata, baña minuciosamente la última uña que antes carecía de color, la pincelada es precisa y uniforme, efectuando un espléndido trabajo en la manicura de Natasha Romanoff, y nadie se esperaría la identidad del artista detrás de semejante obra maestra exenta de machones y doble capas anti estéticas.
-¿Puedo tomarte una foto?-cuestiona la pelirroja recostada contra el afelpado asiento del tocador donde se halla rígidamente acomodada para que el hombre acuclillado frente a ella acabe su tarea-No es la primera vez que me pintas las uñas, pero merezco grabar el recuerdo y presumirlo.
Klaus Mikaelson rueda los ojos en su órbita-No tienes que exhibirme, Fernanda se encargó de hacérselo saber a todo el mundo cuando maquilló nuestros reportes psicológicos y se los entregó a la CIA, al primer agente que venga a decirme algo, le arrancaré los dedos y haré que se los trague-Amonesta un poco irritado antes de reanudar su obra, no lo dirá en voz alta, pero le parece relajante, siente que esta pintando un lienzo en miniatura y el color rojo emulando la sangre le ayuda-¿Ya te pusiste tu collar?-Inquiere apuntando la pieza de bisutería que Elijah le obsequió a su cuñada el día de su boda.
-Vamos a una misión en cubierto, dudo que traer colgado en el cuello un medallón con el emblema Mikaelson, sea discreto-rebate la rusa instalando los intercomunicadores en sus orejas y arregla su mata de ondas pelirrojas delante para que no sean detectados-Las máscaras nos libran de usar los anillos de camuflaje, así que con más razón hay que cuidar con que nos delatamos, hasta el más mínimo accesorio que tu enemigo reconozca te puede echar de cabeza-Décadas transcurrieron, y las lecciones de Kilian Warren no se disipaban, ese monstruo habitaría con ella en su cabeza por el resto de su vida quiera o no.
El híbrido se muerde el interior de las mejillas cerrando la botella de barniz antes de enderezarse-Odio que tengamos que escondernos como ratas.
Natasha sopla sus uñas una por una buscando secar el esmalte-No es la primera vez que tenemos una misión de espionaje e infiltración ¿No te acuerdas de Cancún?
-¿La noche que maté con una armoniosa creatividad a Leonardo Landucci y le demostré lo que pasa cuando me desafían? Por supuesto que lo recuerdo, no es por presumir, peo fue mi mejor trabajo, adorna muy bien mi curriculum-fanfarronea Mikaelson ajustando las mancuernas de su traje color cobre y acomodándose la corbata frente al espejo. Elijah seguramente elogiaría su elección para asistir a la gala-Pero no me refiero a lo de esta noche.
-¿Entonces?
Klaus expulsa un largo suspiro con pesadez y barre la mirada azulina por toda la habitación-Estoy harto de tener que cuidar mis movimientos, no puedo pasearme con libertad, no puedo mostrar mi auténtico rostro en público, no puedo masacrar personas con libertad, no puedo exhibir las habilidades mejoradas de mi naturaleza y no puedo disfrutar de nuestro matrimonio con libertad. Ser una presa del gobierno y de la habitación roja, me trae muy malos recuerdos.
-Mikael ya no existe, Nik-Le evoca Natasha poniéndose de pie-Él no te esta persiguiendo, ya no más, eso se acabó.
Mikaelson negó repetidamente apretando los ojos y arrugando la nariz con pesar, una capa de terror apaga sus ojos, terror que solo su padre adoptivo es capaz de provocar-Aún existe en mi cabeza, es una voz retorcida que me repite que deje de jugar al héroe, que una abominación inhumana siembra caos y cosecha temor, y tiene razón, se supone que no debería ser un vengador, ni salvar al mundo o combatir contra tipos que no han hecho ni una cuarta parte de lo que yo he cometido.
-Oh, en eso te comprendo, es difícil sacar a los monstruos de un lugar donde no podemos escapar-Sus cabezas-Ya hemos tenido esta conversación y en cada ocasión regresamos al mismo punto, dices que no es lo tuyo ¿Pero sabes cuál es el motor que te incita a hacer las cosas bien? Hope. No quieres que viva en un mundo contaminado de desgracias que osen con dañarla, eso no te hace el héroe del mundo, te hace su héroe.
-No puedo redimirme por mis pecados, amor.
-Pero lo estás intentando-increpa Romanoff arrastrando ligeramente su vestido a medida que se va aproximando a su marido-¿Por qué no aplicas tu propio consejo? Eres muy duro contigo mismo.
-Porque tú eres mucho mejor que yo, ya te lo he dicho. A ti te carcome la culpa, yo disfruto rememorando el sufrimiento que provoqué, tú te uniste a S.H.I.E.L.D para cambiar el rumbo del destino que Kilian quiso trazar para ti, yo por mero egoísmo y no me arrepiento.
-Eso te ha cambiado, Nik, digo, ya no sientes envidia por la felicidad de tus hermanos, no los retienes a tu lado así sea en ataúdes, aunque tú no lo veas, ellos y yo sabemos que es un cambio considerable. Aprendiste que por tener su propia vida, no se irán de la tuya.
-No por eso soy una buena persona que irá a misa los domingos y protegerá a todo aquel que se le cruce.
-No, pero lo has sido para tu gente-Klaus se cruza de brazos agachando la cabeza sin aportar nada más al dialogo, Natasha acuna su rostro acariciando sus mejillas y le dedica una sonrisa-Lo eres para mí y no aceptaré un no como respuesta, a menos que quieras que te patee.
El original esboza una pequeña risita-¿Mal momento para decir que disfruto tus golpes?
-Lo supe desde que me besaste por primera vez, te abofetee, y en lugar de enojarte, sonreíste como un reverendo idiota-La rusa enrolla sus brazos alrededor del híbrido quien tira de su cintura para tenerla cuerpo a cuerpo.
-Porque internamente me encontraba castigándote de maneras muy placenteras por atreverte a hacer eso-confiesa Klaus con sorna instalando la mano detrás del cuello de su esposa en un acto dominante que estremece a Romanoff.
-¿Puedes contarme cuales eran?-juguetea la pelirroja colocándose de puntillas para rozar sus labios tentadoramente. Mikaelson le atrapa el labio con los dientes arrebatándole los primeros jadeos. La temperatura de su cuerpos se eleva y sus entrepiernas empiezan a reclamar su cercanía.
-Mejor las pongo en práctica detalladamente, señora Mikaelson.
No distinguen quien procede a abalanzarse contra el otro primero, sus bocas se compenetran salvajemente con vehemencia, Natasha enreda sus dedos en las hebras cobrizas de su marido el cual desliza sus manos encima de la tela del vestido color rojo con pedrería negra, Klaus deposita una mano en sus glúteos apretándolos con pertenencia y con la otra deshace el nudo que cubre el escote en forma de corazón de Romanoff.
La rusa se aventaja para quitarle el saco y desabrocharle hábilmente la camisa dejando al descubierto el trabajado cuerpo de un vengador, si bien cuando se conocieron contaba de por sí con un escultural físico, los entrenamientos reforzaron sus dotes naturales que volvían loca a la viuda negra, sus orbes esmeraldas repararon desde sus brazos tonificados, su abdomen bien definido y el tatuaje de pluma que empezaba en su brazo izquierdo y acababa en su clavícula (Producto de una apuesta perdida con su melliza)
De un movimiento grácil, Klaus la levanta y la sienta en su regazo una vez se halla asentado en la cama, Natasha acopla sus piernas alrededor de su cintura y se posiciona perfectamente para palpar el bulto en los pantalones de su esposo. La pelirroja se inclina levemente dispuesta a atacar el cuello del original, con una desesperante lentitud, deposita besos húmedos que van dibujando la marca de sus besos a lo largo de su garganta gracias al labial rojo, Klaus emite un gruñido gutural ansioso por tenerla piel con piel.
Mikaelson alza la pomposa falda del vestido y se las arregla para apartar las bragas de su mujer e introducir dos de sus dedos, Natasha gime arqueando la espalda complacida por los juegos del rubio con sus zonas más sensibles que están a nada de ponerla a gritar exigiendo más, Romanoff contonea sus caderas en búsqueda de un contacto más profundo, pero el original la detiene-Dije que es un castigo, amor, te vas a correr cuando yo lo ordene.
-Eres...-La rusa no termina de maldecirlo cuando un ligero roce contra su clítoris la hace apretar su intimidad-Un maldito desgraciado...-Klaus sonríe travieso al vislumbrar su rostro deformado por la frustración-Me las vas a pagar por esto.
Unos pasos bien firmes se encaminan a la habitación del matrimonio, el híbrido reacciona rápidamente gracias a sus sentidos y se recompone a velocidad vampírica, a Natasha no le da tanto tiempo de arreglar su vestido, más puede peinar su cabello volviéndolo más decente en cuestión de segundos.
La puerta se abre de par en par haciendo que Mikaelson y Romanoff mentalmente anoten que deben colocarle seguro la próxima vez, Yelena Belova ingresa a la habitación portando un vestido dorado rosado de tirantes con escote en v y falda campana, su cabello pulcramente recogido en un moño y maquillaje sencillo patrocinado por Regina-Ya nos vamos, muevan el trasero, y dejen de estar jugando a la mamá y al papá-Se burla severa escaneando cada rincón de la habitación, su vista recae descaradamente en su cuñado abotonándose la camiseta, pero en específico, se queda fija en una zona imposible de ignorar-Vaya ¿No te hace falta la pastilla azul, viejito cascarrabias?
-¿Y a ti no te hace falta más danonino, duende gruñón?-contraataca Mikaelson considerando desgarrarle la garganta a Belova ahí mismo.
-Estaban por coger como animales en celo ¿Verdad?-indaga una recién llegada Regina Labonair de brazos cruzados y hombros tensos. Su vestido es azul marino, con un escote en v más profundo que el de la ucraniana y tirantes todavía más delgado, su lacio cabello castaño por debajo de los hombros está bien peinado y la joyería chopard no desentona con su atuendo-Eso es para el final, para celebrar, por ahora estamos en la ley seca de la abstinencia, no quiero distracciones.
-¿Qué es esto? ¿Una reunión familiar? Niñas, respeten a sus padres y espérennos en la sala-ordena Romanoff arreglando su escote.
-¿Y dejarlos solos para que intenten darnos un hermanito? No gracias, aquí estamos bien, el auto está en camino, en menos de diez minutos llegaremos, espero que la calentura no les olvidara lo que tienen que hacer-dicta Yelena.
-Tengo una excelente memoria, pulguita, por lo cual te puedo decir con certeza que esta me las voy a cobrar-amonesta Klaus con la mirada afilada-¿Sacaron a la policía del juego?
Labonair asiente con la cabeza-Las autoridades policíacas estarán muy ocupadas hoy en un operativo fantasma para capturar a un traficante de drogas, no van a intervenir en nuestros asuntos.
-Esperemos, porque no queremos sorpresas, los atrapamos nosotros y los entregamos a nuestros contactos de confianza que no aceptarán sobornos-completa Natasha.
-Si Atwood no habla, usamos la fuerza, recurrimos al chantaje, o ambas en uno, mejor para mi-contribuye Belova.
-Por primera vez creo que concuerdo con ricitos de oro-bufonea el rubio planchando su saco con las manos-¿Nos vamos?
-Es hora de movernos, y no olviden sus máscaras.
Las luces que emanan los puentes, los rascacielos y múltiples recintos, iluminan la nocturna ciudad de la música en un artístico espectáculo de color propio de la capital de la cultura europea. El centro de Viena se halla atestado de lujosas y blindadas camionetas que se van estacionando una por una de forma ordenada en la entrada del sofisticado Palacio de Auersperg.
Una construcción cuyo color mármol añejado, detalles en dorado y grisáceos, son enaltecidos por la oscuridad de la noche. La arquitectura barroca es reflejada en la composición entremezclada con curvas, elipses y espirales en los detalles de la fachada. Un monumento digno del siglo dieciocho.
Gracias a la audición vampírica, Regina y Klaus desde los asientos delanteros de su camioneta, reconocen las pisadas entaconadas de las mujeres emperifolladas con sus mejores prendas, caminan sujetando los brazos de sus galantes maridos o acompañantes masculinos, sería una velada saturada de gente importante y canalla, el híbrido gruñe repudiando el tener que compartir habitación con tantas personas.
Una vez su vehículo es aparcado, los cuatro descienden unánimemente de este enrutados a la entrada, Klaus le entrega las llaves del auto a uno de los encargados del valet parking y con cuidado acomoda la máscara plateada que le cubre la mitad del rostro, Natasha trae una negra, Yelena una dorada de encaje y Regina una azul oscuro, los cuatro se tomaron enserio la tarea de ocultar sus rasgos faciales más delatadores.
No solo están en juego las vidas del equipo a manos de Kilian y las viudas, sino que también la seguridad del matrimonio Mikaelson Romanoff en cuanto a ser capturados por el gobierno también se encuentra en riesgo.
El guardia de seguridad revisa que sus invitaciones estén en orden y con un asentimiento les ordena que prosigan dejando atrás a la muchedumbre en la entrada.
El rubio cobrizo le extiende el brazo a su esposa quien lo toma gustosa paseándose elegantemente a su lado a la vez que se introducen a los refinados interiores. El color blanco permanece pintado en las paredes, pero es opacado por la luz amarillenta que desprenden los candelabros, montan las escaleras siguiendo la alfombra roja y a la enorme cantidad de invitados, el informante de Regina tenía razón, era el evento más importante del año en toda Austria.
Dos guardias se mantienen a los costados de la puerta de entrada al gran salón, rectos como si tuviesen un palo encajado en la espalda, con una seña les dan la bienvenida permitiéndoles el acceso a la gala.
El salón de baile es impresionantemente bello y aterradoramente amplio, consta de un segundo piso con un pequeño pasillo donde se ubican los balcones y alargados ventanales. El piso de linóleo color sepia, las paredes doradas, cortinas escarlatas y majestuosos candelabros de cristal transportan a Klaus en el tiempo a los festines que se daba la realeza.
-Es decente debo reconocer, pero nada comparado a los bailes dicembrinos de la familia Romanov-ostenta Mikaelson barriendo con la vista minuciosamente a cada uno de los presentes, la mayoría con copas de champagne en mano, hombres y mujeres influyentes de los negocios, la política, bajos mundos y uno que otro infiltrado sobrenatural, a más de uno reconoció con todo y las máscaras tapando sus identidades, esperaba que las suyas cumpliesen mejor su trabajo-La música y la banda están bien, muy presuntuosa para mi gusto, excelente para Elijah.
-¿Acaso bailabas "Una vez en diciembre" Con Anastasia y sus hermanas?-se burla Yelena con la voz tan tajante y el rostro inexpresivo, que no desprende el atisbo de diversión que desea. Bufonear con la cara tan seria y aún así causar gracia, era un don exclusivo de ella-Creí que eras de esos amantes de la música clásica que aborrece las tonadas de hoy en día y destruye bocinas cada que una suena.
Antes de que el original respondiese con un comentario igual de mordaz, la rusa se adelanta-A Nik le encanta el rock, su banda favorita es Bon Jovi, pero escucha frecuentemente a Queen y Led Zeppelin, no se niega a Nirvana y Soda Stereo, adora a Michael Jackson y David Bowie. Su canción favorita es "Under Pressure", casi enloquece cuando Bowie y Queen colaboraron, pero le fascina "Radio Ga Ga" Porque le recuerda a Krista, adora "Runaway", pero "They Don't Really Care About Us" Es su canción más personal-La ucraniana casi se tuerce el cuello al voltear a ver a su hermana con las cejas arrugadas, la chica de Brooklyn encoge los labios en un mohín y el híbrido se infla el pecho de felicidad porque su mujer lo conozca tan bien.
Con ella se toma la libertad de mostrar sus otras caras, y una vez más le demuestra que no cometió error alguno en dejarla entrar, porque le prestó cada gramo de su atención y comprensión-¿Y sí te digo que mis gusto cambiaron y ya no soporto escuchar la voz de Michael Jackson?
Natasha levanta la cabeza conectando sus orbes esmeraldas con sus zafiros azules que inclusive a través de la máscara no pierden el brillo que irradian, mucho menos el magnetismo que los atrae y ata extraordinariamente al otro-Sabría que me estás mintiendo.
-Sonaste como una adolescente obsesionada con su cantante favorito-gorjea Regina tamborileando sus dedos en su cartera de mano-Pero los lectores y yo sabemos que Klaus en secreto es swiftie y va a identificarse con Reputation.
-Suficiente cotorreos de loca, hay que trabajar, ya quiero ir a casa y quitarme esto, parezco un personaje de Disney-replica Belova incomoda por su vestido tan pretencioso y ridículo en su opinión-¿Tienen en la mira a su objetivo?
-El diputado Sánchez se encuentra charlando con el Gobernador de Acapulco en el piso de arriba, precisamente en los palcos, Yelena y yo comenzaremos a movernos-comunica Romanoff escaneando hasta lo más recóndito del abarrotado salón-Atwood y su esposa, afuera del salón de fumadores, Regina y Klaus pueden irse acercando, esperen...¿Ese no es Marcel Gerard?
Klaus frunce el entrecejo hasta que sus ojos divisan a la distancia al moreno galante de traje y máscara negra desfilando sigiloso entre los asistentes, demonios, las cosas ya daban para complicarse-Es él.
Los pies de Labonair frenan en seco, sus ojos verdes le saltan del rostro despavoridos por el anuncio que la toma por sorpresa, el cuerpo se le entumece y las piernas le tiemblan similares a dos porciones de gelatinas escasas de estabilidad. La mandíbula se le descuelga, el corazón la azota el pecho y tiene que respirar profundamente en espasmos, el efecto que la abruma es semejante al que sintió años atrás cuando estuvo a punto de morir ahogada.
Así se sentía verlo de nuevo.
Ahogada, cohibida, y hecha polvo con el alma en vilo.
-Tenemos un cambio de planes, yo lo distraigo-resuelve la teniente-Yelena tu adelántate con Sánchez, averigua todo acerca de sus lazos con la habitación roja e investiga que sabe acerca de la red que va a reunirse hoy. Klaus, Natasha, ustedes vayan con Atwood y hagan que suelte la sopa, que les diga donde tiene a Alexei y mantengan los ojos abiertos si Kilian aparece-¿Por qué se ofrecía como sebo para entretener a su ex? ¡Ni ella lo sabe!-Intentaré que no descubra que están aquí ¿Entendido?
-Como ordene, Capitana América-se le mofa Klaus poniendo los ojos en blanco renuente a aceptar imposiciones, pero inclinado a seguirlas por el bien de la situación.
Regina no le presta atención, se da la vuelta y se encamina hacia el moreno serpenteando entre los distinguidos y célebres convocados a un festín de criminales disfrazados de filántropos. El tórax le sube y baja, la melodía de la orquesta se languidece de sus oídos, su único enfoque es el hombre que se queda petrificado al percibir sobre él la mirada verdosa de su eterna cazadora.
Su reencuentro es sereno a comparación de la última vez que se vieron en Navidad de 2015, una Regina considerablemente ebria le arrojó un tacón en la cabeza y lo insultó en árabe hasta que Iónica Burberry, Cordelia Bellerose, Wanda Maximoff, Klara de Martel y Hope Mikaelson la sujetaron y arrastraron lejos de él.
Ahora la presencia del otro les cayó como una bomba, el corazón les dió un brinco y casi se van de espaldas paralizados por encontrarse frente a frente.
-Nina-La teniente traga en seco ante la voz varonil que acaricia el apodo que Gerard le asignó exclusivamente a ella-¿Qué haces aquí?
-Eso te debería estar preguntando yo-Lo encara la joven de Brooklyn apretando con fuerza su cartera en un tic para descargar sus nervios-Vengo a trabajar, hay mucho que hacer en un nido de delincuentes-Habla en voz baja cuidando su tono de voz perceptible únicamente para su receptor.
-¿Vienes sola?-cuestiona el vampiro de Louisiana, no se refiere a compañeros de trabajo, sino a un acompañante masculino o femenino con otras intenciones que él no iba a aceptar de buenas a primeras.
-Siempre estoy sola, Marcellus-La respuesta de Labonair es contundente, evidenciando en una oración la rabia y el resentimiento que le tiene-Tú más que nadie lo sabe, te conté mi historia, el abandono de mi madre, la indiferencia de mi padre y te esforzaste por hacer un buen rémix.
-Nina, discúlpame, pero no íbamos a funcionar con visiones de la vida tan opuestas. Tú querías una pareja, yo seguía forjando mi propio nombre, tenía asuntos pendientes en New Orleans, no podía irme así por así.
-No guardo rencores, no tienes que darme explicaciones.
-Tu nariz se sigue arrugando exactamente de la misma manera cuando estás mintiendo-Una diminuta y débil sonrisa se dibuja en los labios de Marcel, con el pulgar acaricia con gentileza la tersa mejilla de Regina, pero ella retrocede sintiendo que el tacto le quema-¿Me vas a odiar toda la vida?
Labonair no contesta de inmediato, agacha la cabeza y niega-Tu siempre lo has dicho, no puedes odiar a alguien que amaste durante tanto tiempo-Las esperanzas de Gerard se recuperan, maldita sea, acepta que arruinó las cosas en su momento, pero a lo mejor no era el tiempo correcto, eran las personas indicadas en el instante equivocado, ahora...La vida les daba en bandeja de plata las plumas para escribir nuevos capítulos de su historia-Pero me amo más a mí, no me volveré a hacer daño, sí no van a darme lo que necesito, es mejor que vuele a otra parte. También merezco mi final feliz y lamento que no sea contigo.
Y las ilusiones del moreno se derrumban, para rematar, también son machacadas por los tacones de aguja de la castaña que le perforan con crueldad el corazón en un acto que le deshace y le parte el alma-¿No crees que nuestro final feliz merece una segunda oportunidad?-Marcel captura la cintura de Regina dejándola sin aire y con las piernas flaqueando.
La teniente se infla los pulmones de aire y coraje para zafarse inhibiendo que sus anatomías se toquen-No has respondido mi pregunta ¿Qué estas haciendo aquí? Según yo, no trabajos con criminales de alto calibre.
-Sí, porque a diferencia de ti, tengo definidos mis objetivos-Regina enarca una ceja sin molestarse por el comentario malintencionado-Vine con Krista, estamos persiguiendo una banda especializada en trata de personas en Acapulco-Mierda-Específicamente de menores, niños y niñas al servicio de turistas enfermos que viajan a Guerrero para satisfacerse, debido a la constante impunidad es un paraíso para los pederastas. Un diputado de España vino a reunirse con sus socios, él es líder, Krista y yo estamos aquí para desmantelar ese repugnante negocio.
A Regina se le revuelve la bilis asqueada por las atrocidades mencionadas, gira su cuello para localizar a la melliza de Klaus Mikaelson ubicada en los palcos reparando a las personas abajo como sí fuesen hormigas insignificantes. Se encuentra enfundada en un vestido negro ceñido a su voluptuosa silueta, mangas largas, escote pronunciado y cuello alto con adornos dorados que combinan con su máscara, no le sorprende verla por ahí dándole caza a esa clase de delincuentes, ella misma los torturaba para que saldasen su cuenta con la sociedad (Krista Mikaelson se tomaba personal crímenes de ese estilo) Es un buen elemento, pero un factor contradictorio en su misión, debe avisarle a Klaus.
-Vaya, nos coordinamos para pesquisar un mismo blanco, también vengo por esos dos peces gordos, agradecería que nos dividiéramos el trabajo, cada uno por su lado, mis intenciones son ir con el diputado Sánchez, los buscaré si algo pasa, gracias y hasta nunca-La chica de Brooklyn se moviliza girando sobre sus talones para regresar con su equipo, pero el moreno le apresa el brazo impidiendo su escape.
-Debo aprovechar que estás aquí para que hablemos.
-Ya nos dijimos todo, no quiero escuchar nada más.
-Es sobre tu madre.
Las cuatro palabras clave que le tuercen el cuello a Regina una vez se da la vuelta para mirarlo, a Marcel se le encoge el corazón al impactarse con la mirada suavizada rellena de atisbos nostálgicos que solo ese tema es capaz de aflorar y atravesar las templadas corazas que rodean a la castaña-Más te vale que no estés bromeando.
-Nunca jugaría con algo así, Nina-perjura Gerard llevándosela a un rincón menos ruidoso apartado de las parejas bailarinas y la ola de murmullos-Hace unos días empaque los archivos de los Strix para dárselos a Klara, después de todo, le pertenecen más a ella que a mi, en la mudanza encontré un documento que llamó mi atención. Un estimado de la fortuna de la familia Labonair, es inmensamente generosa, Hayley mantenía una vida sencilla para lo que heredó su bolsillo, el dinero de tu familia traspasaría al de los Luna de no ser porque ellos se implican con la mafia generando más de lo que poseen.
-Por favor ve al grano-suplica Regina vaticinando la temblorina que se apoderará de sus manos debido a la ansiedad que le genera el misterio de su madre.
-Me puse a pensar en que nunca buscaste por ese lado a tu madre, lo sé, creías que no valía la pena porque fue desterrada y todo te lo dejó directamente a ti, pero estuve investigando en viejos registros bancarios y en notarias de todo el estado de New York, descubrí algo que te sorprenderá tanto como a mi.
-¿Que cosa? Estamos con los nervios de punta ¿Cierto, chicos?.
Gerard no se inmuta por las descabelladas alusiones de su ex novia, con el tiempo se acostumbró-Indagando, me enteré que la herencia de tu madre originalmente debía dividirse en dos partes, un cincuenta por ciento de sus bienes y riquezas para ti y el otro cincuenta para quien sabe quien-Labonair da un paso atrás por inercia abofeteada por tal revelación que la deja pasmada-Pero el día que la cobraste todo te fue entregado a ti.
Regina rebobina en el tiempo, recordaba el día que se enteró que su madre murió demasiado bien. El verano de 1942 en que su humanidad murió y renació de las cenizas convertida en vampiro, llegó a casa y su padre ebrio le aventó sin anestesia la noticia que por tantos años se guardó para que cobrara la jugosa herencia, porque sí, su madre llevaba seis años fallecida...Pero esto, ella no lo sabe, desconoce en totalidad la auténtica fecha de su muerte-¿Quién era la otra persona con la que debía compartir la herencia de mi mamá?
-No tengo idea, pero confirmé que tu madre no cambió de nombre, se llamó Sarah hasta el final de sus días, lo que sí arrancó de su identidad fue su apellido. Sarah Labonair no quería nada de su familia, así que se lo entregó a dos personas para que después de su muerte viviesen cómodamente. Sin embargo, antes de morir cada cierto tiempo efectuaba retiros de dinero en lapsos de un año o más, parecía ser que se tragaba su orgullo y tomaba una parte del tesoro familiar en caso de extrema necesidad.
-¿Sabes que pueda ser?
-El dinero era transferido a hospitales y farmacias, supongo que caía enferma gravemente y lo requería para recomponerse.
-Hasta que una de esas enfermedades la llevó a su muerte-teoriza la teniente con la cabeza varada en el pasado partiéndose con tanta información alborotada que no tenía pies ni cabeza-Ni siquiera sé cuando murió ni cuando nació.
-Su hermano mayor, Gideon Labonair nació en 1890, podemos estimar que tu madre vino al mundo entre 1892 y 1895.
Regina cabecea en afirmación desfasada por la nueva torrente de conocimientos referentes a su progenitora, de inmediato pone sus asuntos en orden y eleva el mentón determinada a reanudar su misión. Una vez termine con la habitación roja, será el turno de empecinarse en su búsqueda implacable-Gracias, jamás podré pagarte por lo mucho que me has ayudado.
-Es mi manera de arreglar las cosas por lo que pasó entre ambos-expresa sinceramente Marcel advirtiéndola con anhelo y cariño.
-Puede que con esto saldes tu deuda-pronuncia la teniente dedicándole una sonrisa genuina que lo hizo evocar cada instante juntos, Regina sonriendo, Regina peleando a su lado, Regina siendo su soporte, simplemente ella.
La mujer se marcha perdiéndose entre la aglomeración de gente con la frente en alto y un mar de planes que dejan al soberano regente de New Orleans con algo claro.
Volverá a conquistarla, no izará la bandera de rendición tan fácil, la perdió una vez, no lo hará de nuevo.
-La inesperada aparición de mi hermana aquí, nos obliga a cambiar de planes-masculla Klaus entre dientes sorbiendo de sopetón la champagne (Una muy barata para su gusto) que yacía en su copa. Natasha a su lado asiente con la cabeza pensativa después de la notificación de Regina a través de los intercomunicadores-Debí haberlo imagino, Krista no deja en la impunidad cosas como estas.
-¿Y será que Steve vino con ella?
-No, parece que de milagro se deshizo de su perro faldero-contesta el híbrido con desdén y altivez para referirse a su cuñado-Lo dejo amarrado en casa como tiene que estar.
-Nos va a ahorcar a los dos por desobedecer su mandato de no intervenir, pero estaré dispuesta a encararla, no podía hacer de la vista gorda con un tema referente a mi pasado.
-Lo entenderá-O es lo que Klaus quiere creer apelando al lado intuitivo y comprensivo de su hermana, omitiendo el carácter dictatorio y mezquino (Que generalmente es su favorito)-Eres su mejor amiga, míralo de este modo, eres la única a quien en su estado de víbora no la ataco con veneno.
Romanoff expulsa el aire contenido-Estamos perdiendo el tiempo, es hora de interrogar a Atwood.
Mikaelson ladea la cabeza maquinando como acercársele sin captar la atención innecesaria. La verdad es que años atrás habría agarrado al tipo de la nuca importándole cinco la presencia de cientos de espectadores y lo hubiese colgado de cabeza como a un cerdo en el punto más alto del lugar.
Pero actualmente es imposible, la ONU lo tiene en la mira, el Gobierno Estadounidense quiere su cabeza y el mundo se halla a nada de destapar la verdad del mundo sobrenatural. Un movimiento en falso y el plan maestro de su melliza cae, un bosquejo de estrategias magistrales que botarían lo que ha construido al primer sismo.
La tonada que presenta la banda es la variante instrumental de una canción que Klaus reconoce de inmediato, el inicio lento y el coro movido que escandalizó a la sociedad conservadora en su época. El bombillo de ideas se le ilumina y extiende su mano capturando la de su mujer-Ya sé que podemos hacer, solo sígueme.
Natasha arruga la nariz porque el híbrido la guíe a la pista de baile, a su marido no tiene afición alguna por el baile, generalmente es ella quien debe que empujarlo de la silla para que sea su pareja de danza. La mujer distingue en las notas del trombón y los violonchelos "Time of my life" Desembocando que sus labios curven una traviesa sonrisa-Esto va a ser interesante ¿Recuerdas la coreografía de Dirty Dancing?
El rubio cobrizo le acapara la cintura con los brazos y se balancea con ella lado a lado adaptándose a la lentitud de la primera estrofa, por el rabillo del ojo se cerciora que su melliza focalice su atención en otra parte de la sala y vislumbra que se encuentra enfrascada platicando con un político colombiano-Seamos realistas, es la única parte interesante de la película y por eso prevalece, el resto es basura-El matrimonio se ubica en medio de la pista rodeados por decenas de parejas imitando sus pasos, a unos pasos de distancia, atisban a Atwood con su esposa.
-Los cinéfilos te empalarían vivo por insultar una joya del séptimo arte-satiriza Natasha y sujetando con fuerza la mano de su marido, deja caer su espalda dibujando la trayectoria de un semi-circulo. Se endereza y sus rostros quedan a centímetros de unificarse-Objetivo en la mira.
El original asiente con la cabeza y se moviliza grácilmente instalándose detrás de ella. Sus labios chocan contra su oreja y su espalda contra su anatomía-Amor-Las piernas de la espía flaquean estremecidas por el contacto de su boca contra su lóbulo-Si alguien pregunta, esto jamás pasó.
Natasha emite una risita, alza su brazo izquierdo y lo posiciona detrás de su nuca efectuando unas suaves caricias que ponen mal a Mikaelson-Como ordenes, Patrick Swayze-La música se detiene por un breve segundo augurando la arribada de la estrofa rápida. Klaus coge su mano al ritmo de la música coordinándose con el resto de parejas, estira el brazo permitiendo que Romanoff salga girando de manera paralela a la izquierda, la mujer rota sobre su propio eje dando otra vuelta y regresa para entrelazar su mano derecha con la de su esposo y la izquierda la deposita en su hombro al tiempo que sus pies se mueven de adelante hacia atrás.
A medida que sus cuerpos danzan sincronizadamente emulando el magnetismo de dos imanes meneándose al unísono, van serpenteando entre los asistentes hasta plantarse al lado del oficial pelinegro con una que otra cana. Klaus levanta el brazo otorgándole otro giro a Natasha, ambos retroceden separándose y ella le da espalda nuevamente bailando contra su pecho-Tengo vergüenza de mi mismo, no puedo más, dí suficiente, esto es denigrante.
La rusa agacha la cabeza carcajeándose-Y eso que nos hace falta tu solo para que demuestres lo bien que mueves esas caderas.
-Paso-No es que sea un pésimo bailarín, no vivió siglos en vano, no obstante, es reservado al respecto y en ciertas ocasiones parece un roble inamovible-Ahora.
Natasha se aparta del rubio y concede dos pasos hacia adelante para chocar contra la copa de vino tinto que cae embadurnando el saco color hueso de Atwood. El hombre se lleva las manos a la mancha en el hombro contraído por la sorpresa-¡Oficial, por favor, perdóneme, no me dí cuenta! Le ruego que me permita ayudarlo-suplica cohibida la pelirroja quitándole el pañuelo que ocupa para limpiarse. Es una magnífica actriz, la inquietud sembrada en sus ojos y maquillada en su rostro parece real.
Klaus aprovecha la distracción para agarrar por los hombros bruscamente a la mujer del oficial-Tráele limón y vinagre, ahora-demanda reparándola hítamente a los ojos haciendo acopio de la compulsión que sirve en la dama que se larga robóticamente sucumbiendo a las ordenes de su titiritero.
Atwood entrecierra los ojos verdes deteniendo con un ademán a la pelirroja. Su vista escanea esos pares de miradas feroces y altaneras, los cabellos dorados y pelirrojos sinónimos de poder y peligro-Me parece que no estoy delante de una casualidad ¿No es cierto?
El híbrido chasquea la lengua dibujando una traviesa sonrisa-No, y me alegro que sea tan inteligente para darse cuenta.
-¿Qué es lo que quieren de mi?
-Solo conversar, una charla amistosa, no vinimos a hacerle daño así que de todo corazón le imploramos que no trate de pedir ayuda o armar una tormenta en un vaso de agua-Natasha impone las cartas sobre la mesa con las manos entrelazadas frente a ella en una postura serena y pacífica casi amigable, Klaus eleva el mentón advirtiendo a su presa con indiferencia igual que a una miserable cucaracha que no merece respirar su mismo aire, dos caras de una misma moneda.
-¿Y si no quiero entablar conversación alguna con ninguno de los dos? Sé quienes son y no me intimidan, con una llamada a la Policía Austriaca los pongo tras las rejas por incumplimiento de los Acuerdos de Sokovia o en una celda antimágia en Fort Valley-Cameron Atwood es un hombre indulgente con un sorprendente coraje para atreverse a desafiar al matrimonio más buscado y peligroso del momento.
Natasha enarca una ceja rodando los ojos y Klaus se carcajea sin gracia-Los humanos son tan patéticos y predecibles, sabíamos que iba a decir eso, pero pongo en duda que el brillante oficial que atrapó a Alexei Shostakov en pleno intento de fuga sea tan estúpido como para llamar a la autoridades a un ponedero de lacras, buitres y cerdos, hay criminales de todo tipo por aquí, esto sería un festín para la policía...Como usted ¿O me va a poner en posición de tener que revelar sus estafas y convenio con delincuentes que dejó en libertad a cambio de un fajo de dólares?
-Señor Mikaelson ¿Me está usted amenazando?-Da gracias a los dioses que la música se encuentren al debido volumen, lo suficientemente bajo para que los negocios puedan cerrarse, pero alto para tapar las fechorías que cada ente planificaba.
-Tómelo como quiera, una amenaza, una advertencia o una notificación en el mejor de los casos porque sí no nos da lo que queremos, es un hecho que saldrá de aquí escoltado por su propia gente y extraditado a pagar una larga condena-secunda Romanoff a su marido, sus papeles se manejan a juego, entrelazándose y complementando el rol del otro, conformaban una dupla formidable e indestructible con el encanto de Natasha, la ira de Klaus y la inteligencia de ambos.
Sí por separado son la encarnación de una nociva granada, juntos consuman el salvaje, iracundo y devastador impacto de una bomba nuclear manufacturada para arrasar y sembrar horror y respeto.
Atwood traga en seco al verse acorralado, acuña un gruñido gutural y los mira uno por uno intercalando la vista-¿Que quieren saber?
-Es sencillo, queremos la ubicación exacta donde Alexei Shostakov se encuentra encerrado-estipula el híbrido-Sabremos si está mintiendo, le recomendamos ser honesto.
El ojiverde alza una ceja incrédulo-¿Solo eso?
-Eso y nada más, es sencillo, le conviene cooperar por las buenas-aporta la rusa.
-El Guardián Rojo está bajo custodia en la Prisión del Séptimo Círculo, en medio de la nada en Rusia, lejos de la civilización, su única compañía son los cúmulos de nieve.
-El séptimo círculo que curioso-reflexiona Klaus-En el infierno ese círculo es aquel que está ocupado por las almas violentas.
-Según el infierno de Dante Alighieri ¿No?
-Oh, amor, Dante era un brujo italiano que viajó al infierno y lo retrató en un poema "La Divina Comedia" Le gritó al mundo la verdad y nadie se dió cuenta. Hasta Lucifer lo leyó, pero le ofendió que no le diera una buena mención.
-Entonces ¿Tus amigos de Mystic Falls no destruyeron el infierno?
-En primera no son mis amigos y en segundo lugar, no, destruyeron la dimensión de Cade que es una zona paralela al infierno, mi hogar sigue intacto.
-Oigan, no me interesan las inconsistencias de su mundo oscuro endemoniado, ya déjenme en paz ¿Ya tienen lo que querían?-irrumpe el hastiado oficial por el intercambio de datos entre el matrimonio.
-Ya nos vamos y nuevamente, le pedimos discreción porque las paredes tienen oídos y sí atenta contra nosotros, su imagen del intachable oficial justiciero se irá por la borda-amonesta la viuda negra dedicándole una sonrisa de ganadora y retirándose a desempeñar la misión que tanto le martillaba la cabeza; Detectar a Kilian.
-El limón y el vinagre le ayudarán con la mancha, cosas que uno aprende al tener tres hermanas y una sobrina postiza loca por la moda-Niklaus le sonríe cínico y palmea sus omóplatos con semejante fuerza que Atwood percibe sus pulmones desencajarse-Gracias por su cooperación-El original se marcha encarrilándose en dirección opuesta a los pasos de su esposa, el plan inicial era asistirla para atrapar a Kilian, no obstante, la intromisión de un nuevo jugador precisa que cambie de rol.
Jugar al espía no es tan aburrido como creyó.
La sala de fumadores en el segundo piso, cercana a uno de los palcos, es un asqueroso martirio para Yelena Belova harta por el humo del cigarro infestando sus fosas nasales, de ser por ella, ya se hubiese retirado sin dar marcha atrás, pero desgraciadamente, es la habitación que Mateo Sánchez destino para reunirse con sus socios.
Previamente se las apañó para escabullirse sigilosa en el balcón de la recamara siendo tapada maravillosamente por las cortinas interiores, se quitó los tacones para no provocar ruidos contra la baldosa y ahí reposó durante media hora aguardando el comienzo de la junta, los micrófonos que instaló se camuflaban entre los floreros gracias a la vanguardista invención camaleónica patrocinada por Rebekah Mikaelson, la mujer fuera de ser una Barbie sádica e imponente, es una genio.
La máscara a simple vista inofensiva que traía puesta, venía con una cámara integrada que retrataría cada segundo de la reunión, su trabajo era ingresar e infiltrarse entre las mujeres de compañía que harían su aparición estelar dentro de poco.
Interpretar el papel de una mujer cuyo único fin es sonreír y complacer, pese a ser una tarea exhaustiva para su naturaleza renuente a la atención de los hombres, no es una novedad. En más de una ocasión se vió contra las cuerdas y se valió de la carta de la seducción empleando sus dotes para cumplir una misión.
"La belleza femenina es un cuchillo, dependiendo de cuanto la afiles, más letal se forjará. Los hombres tienden a pensar con la cabeza que no razona, se prendan de un rostro bonito, es ahí donde tienen el poder para llevarlos al borde del abismo manipulándolos a su antojo"
Frase inmortalizada por Kilian Warren y sus lecciones de vida.
A diferencia de su hermana, Belova difícilmente se topó frente a frente con él más de una vez, su atención personalizada se depositaba únicamente en Natasha, el resto, eran hormigas que le servían colectivamente.
Hormigas que aplastaba y machaba sin asco ni remordimiento porque siempre tendría más, niñas inocentes asechadas por el monstruo perverso que se cobijaba con las sombras.
Niñas que en un abrir y cerrar de ojos les privarían de su libertad, su felicidad y su identidad.
Quizás por eso simpatizaba tanto con Regina, Yelena comprendía su desesperado apetito por obtener respuestas de su pasado, ella no tenía nada de su familia biológica más que su nacionalidad y cumpleaños; Nació un 13 de Marzo de 1989 en Kiev, Ucrania.
O bueno, esa era la fecha en que Natasha y Melina le horneaban un delicioso pastel de calabaza cada año de su estancia en Ohio, a lo mejor ni era su verdadero cumpleaños, solo una fecha aleatoria que escogieron para tenerla tranquila. Tal vez Ucrania no es su madre patria, sino otro invento de Melina cuando le ayudó a memorizar las capitales europeas con ayuda de un mapa interactivo que compró para ella.
-Caballeros-La rubia se expulsa a sí misma de sus retentivas al distinguir las primeras palabras difundidas en el salón-Me complace tenerlos aquí reunidos esta noche, por favor, pónganse cómodos-El acento español no pasa desapercibido en la voz varonil; Es Mateo Sánchez-Venimos a cerrar negocios ¿Cada uno trajo lo que le pedí?
-Recopilé los datos de los compradores-Yelena reconoce el estruendo de una carpeta repleta de papeles ser echada sobre la mesa-Un noventa y cinco por ciento son turistas que tienen restringido el accesos a sus placeres en sus respectivos países-Belova odiaba tener que admitirlo, pero Klaus tuvo razón, eran tan pusilánimes como para entregarse a la boca del lobo-Me contactaré personalmente con ellos regresando a México.
-Excelente, Gobernador Montijo, usted es mis ojos y oídos en América-Las revelaciones van por buen camino, la rubia a lo mejor no requerirá de sentarse en las piernas de uno de esos cerdos para indagar información-Reverendo Martin ¿Ya nos tiene nuevos dulcecitos?-El apelativo que usaban para eludir a los niños le revuelve la bilis a Belova y se tapa la boca con la mano para no devolver el estómago asqueada.
-Mi iglesia ha reclutado nuevos servidores, gracias a Dios-Dudo que la deidad ampare esos horrores, pensó la ucraniana-Familias numerosas con niños que encantados los prestan para servir a nuestro señor, pero, me temo que le dí mi palabra al cazador del infierno, él me pidió a cinco niñas-El conjunto de oraciones referentes a su peor pesadilla le vuelven jalea las piernas a la europea que se recompone de inmediato, es una viuda, las emociones no tienen porqué someterla. Si bien no era cercano a ella, Kilian es el arquitecto de su martirio.
Sánchez arruga la nariz y da una calada al puro cubano que sostiene entre el índice y dedo medio-Kilian está metiendo las narices en mi terreno, no me gusta, pero tampoco le puedo decir nada, madre mía, yo mismo le pagué para que me prestara a sus viudas y le reventaran la cabeza a punta de balas al gilipollas que me quiso joder la reelección el año pasado-Yelena se esfuerza porque una carcajada victoriosa no abandone sus labios. Lo tenía entre sus redes, solo quedaba atraparlos-El Monstruo de Francia en su tiempo de líder no se entrometía tanto-Las cejas se le fruncen ¿Ese no era el apodo del padre biológico de Klara de Martel?
-Y por eso jamás consiguió llevar a la habitación roja a su pleno apogeo como ahora, se le escaparon las jovencitas de la primera generación y Los Strix le dieron la espalda por ello. Sea lo que sea, Kilian hace un trabajo impecable y él fue quien revivió su sueño frustrado-refuta el gobernador-Queramos o no, se va a involucrar, pero de nosotros depende que por lo menos suelte un buen billete o nos recompense con trabajos de sus niñas.
-¿Trabajos placenteros o negocios?
-¿Por qué no ambas?
Las risas unánimes de los tres hombres erizan los pelos de la ucraniana tan repugnada como colérica, destruían las vidas de niños por dinero y poder ¿Y así dormían tranquilos en las noches? No, eso se iba a terminar, porque no solo los tiene encerrados en una jaula de oro que todavía no descubren, sino que con los documentos encima de la mesa, también le basta para darle caza a los cerdos que mueven el negocio.
Y sin clientes, no hay trata.
El repiqueteo de los tacones adentrándose a la habitación desemboca en que Belova asome la cabeza ligeramente dejando al descubierto sus ojos claros que reparan de pies a cabeza a tres mujeres desfilando en línea recta con vestidos entallado y máscaras exóticas. Labios pintados de rojo y figuras de ensueño que sacuden a los hombres.
No obstante, una mujer en específico, la más bajita de todas, llama su atención, la advertencia de Regina rebota en sus oídos al dar con el color de su vestuario, el porte de su caminata digna de la alta costura, explaya los ojos y se prepara para actuar.
Es Krista Mikaelson.
La europea mete los pies rápidamente en los tacones y se cuela en la recamara apestosa a cigarro caminando despreocupada fingiendo ser una más. Están tan enfocados en desnudarles con la mirada que no cuestionaran su procedencia, pudo permanecer en el balcón, pero precisa al menos capturar un plano de los hombres con la cámara de su antifaz.
-Joder, miren a esta muñeca, por favor-Mateo coge a Krista de la mano y tira de ella sentándola en su regazo, Yelena mentalmente se compadece de Mikaelson-¿Cómo te llamas?
-Mi nombre es Artemisa-La voz aterciopelada estremece a cada uno de los presentes, inofensiva, sensual, atrevida, un menjurje de sabores que poner a arder la habitación.
-¿Cómo la diosa de la caza?-Con una mano, Sánchez le soba las tersas mejillas de porcelana sin tener idea del alacrán oculto.
-Así es-La dama de la muerte esboza una sonrisa tan maquiavelica que a Belova le produce escalofríos, ahora entiende porqué es catalogada más diabólica que Klaus-Me bautizaron en honor a la diosa de la cacería, y hoy vine para llevarme conmigo a las presas miserables que entorpecen mi nuevo orden mundial.
-Hija de...-Antes de que Mateo la acabe de maldecir, Krista engancha sus piernas alrededor de su cuello e impulsándose hacia atrás lo deja tendido en el suelo desatando la contienda y los alaridos de las dos mujeres que huyen despavoridas empujándose entre ambas.
El Gobernador se pone de pie botando humo por las orejas al verse acorralado en su propio charco y Yelena le embiste con una patada giratoria (Admirablemente precisa con todo el peso del vestido incomodándole) Y se la acaba encestando en la nariz reventada por el filo del tacón, la rubia se le burla en la cara con una risa sarcástica-De algo sirvieron estos aparatos de tortura moderna-El hombre gruñe limpiándose la sangre y motorizado por la ira le propina un puño cerrado en el pómulo que ella le devuelve acompañado de un codazo en la mandíbula, el golpe lo aturde y con un rodillazo en el estómago lo dobla, le conecta un último en la cabeza mandándolo inconsciente al piso.
Krista le otorga un talonazo en las costillas a Sánchez y con un puntapié lo manda volando contra la pared gracias a su colosal fuerza de híbrida-Con que tú eres las hermanita de Nat, ya quería conocerte-Su tono de voz es severo acentuando su acento británico, no está enfada, más bien...¿Decepcionada?
-¿Sabes quien soy? ¿Natasha te habló de mi?-Un cosquilleo adormece la frigidez glacial de una Yelena ilusionada porque su hermana en realidad, nunca dejó de pensar en ella.
La pregunta queda en el aire cuando el reverendo intenta escapar, Krista lo agarra detrás de la nuca situándolo frente a la ventana donde una filosa daga se asoma terminando su trayectoria ensartada en el corazón del hombre-Me consuela saber que los días que llevas incomunicado han sido porque estás practicando tus habilidades de tiro, hermanito.
Klaus Mikaelson baja del techo y aterriza con las rodillas flexionadas en el balcón delante de su hermana-No tenía nada que hacer, así que se me ocurrió comenzar a pulir destrezas.
-Comprendo, vengo de Wakanda, estaba iniciando a tomar una licencia para perfilar mis tácticas de combate con las Dora Milaje. Las coloqué en pausa para venir a Viena a hacer un asado con tanto cerdo y me encuentro con que mi hermanito está aquí rondando sin haber tenido la decencia de avisarme sus planes porque cada maldito paso que des debe ser calculado o nos iremos todos a la mierda por tu impulsividad, no me quemé las pestañas orquestando una brillante maraña de estrategias para que vengas a joderlo-La facha de su fisonomía la tiene fundida en acero. Krista no perdona errores que le cuesten lo que con tanto metículo planificó, no tolera un fallo (Aunque tenga un plan b, un plan c y todo el abecedario de respaldo con su intelecto) Y que su hermano haga su sana voluntad sabiendo que tiene a ciento diecisiete países detrás de sus huesos le pone a hervir la sangre, porque ¿Quién limpiará los platos rotos? ¡Ella!
Pero su mellizo tan orgulloso y altanero como ella, no le va a agachar la cabeza-Cierra la boca porque nuestra presencia aligeró tu teatrito-Klaus da dos pasos hacia ella aproximándose hasta quedar cara a cara. Yelena identifica que aún siendo gemelos, comparten pocos rasgos similares (Por no decir ninguno)-Ricitos de oro colocó micrófonos y su máscara tiene una cámara, es literalmente el ojo de Dios en esta habitación, no tengo porqué darte explicaciones acerca de lo que hago y dejo de hacer, no soy imbécil, Krista, sé lo que tengo que hacer.
-¿No has aprendido a no subestimarme? Yo también tengo cámaras y micrófonos cubriendo cada rincón del lugar, estoy un paso por delante ¿Recuerdas? Y más te vale que esta sea la última que intervienes en un asunto como este sin decirme, debo estar al tanto para salvarte el trasero si es necesario.
El híbrido blasfema entre dientes la perspicacia de su melliza-Estoy ayudando a Yelena y a Natasha con algo, Regina está con nosotros, es una misión anónima y espionaje, no te puedo dar detalles, vinimos para recolectar información y desmantelar esta red-Sus zapatos chocan contra el cuerpo del gobernador y lo empuja lejos de él de una patada-No es nada que nos pondrá en el radar de Ross. No soy idiota, así que deja de tratarme como tal, seré tan prudente y precavido como tú orquestando ataques terroristas a nivel mundial.
-¿Ella fue la causante de los atentados?-interviene Yelena con los ojos despavoridos
Krista posa su mirada detrás del hombro de su mellizo donde se ubica la ucraniana, la detalla con una ceja arqueada y asiente con la cabeza-Las mejores obras son las que tienen un artista anónimo, apreciaría que guardes el secreto-Su atención regresa a Klaus-Por tu bien, el de Hope y de Natasha, más te vale no arruinar nada con tu actitud y corto temperamento que le impide razonar cuando se infecta de ira.
-Lo estoy haciendo por Hope, Kris-El tono y la mirada de Klaus se suavizan a tal punto que Belova no lo reconoce-Confía en mí.
La mención de su sobrina sensibiliza a la dama de la muerte-En ese caso, llámame si necesitas ayuda, pero no hagas nada estúpido hasta que consiga tu libertad-estipula y sus penetrante mirada avellana se posa en Yelena-Ella pelea bien, me agrada.
-A mi no, pero no me dejan matarla-murmura por lo bajo-Por cierto ¿Qué es lo que querías decirme hace unos días?
Y es ahora la inquietud lo que desfigura el rostro de Krista-Llámame cuando termines tu misión express y te explico, es una larga historia, ahora debo llevarme a esas cucarachas y atrapar otras ratas-Se roba la carpeta de la mesa y la aprisiona contra su pecho-Iré por los compradores, uno por uno, los haré pagar su condena de la peor manera-La rabia que le arde en los ojos es una que la rubia no sabe como interpretar, parece que quiere infligir un daño que fue impuesto en ella.
-Con las pruebas que tienes ¿Los vas a meter a prisión?-interpela Yelena.
Klaus expulsa una risotada fúnebre cargada de malicia-Mejor aún, se pudrirán en un lugar donde pagaran con suplicio sus pecados-La vista azulina se detiene en el cadáver del reverendo-Oh, señor, ten piedad.
-¿Por qué tengo que ser la carnada?-replica Natasha Romanoff acomodándose los guantes de encaje que le cubren hasta el antebrazo-¿No hay otro papel para mí aparte de la cara bonita?
-Yo fui la distracción de Marcel, así que es tu turno de sacrificarte por el equipo.
-¿Tan mal te fue con él?
-Me dió información acerca de mi madre, muy útil de hecho, luego les explico.
-¿Y en el ámbito amoroso?
-Le dejé en claro que lo que tuvimos se acabó y nunca vamos a volver a estar juntos, como la canción...Nat, sabes bien que no estás ahí por ser una cara bonita-discrepa Regina Labonair encaramada en las ramas de un frondoso árbol ubicado en la arboleda que adorna el jardín del Palacio. La castaña se camufla entre las hojas con una envidiable habilidad camaleónica, oculta su vestido con la oscuridad de la noche y en la rama más extensa, tiene armado un rifle a larga distancia donde no despega los ojos de la mira-No tienes que charlar con él acerca de tu vida, con entretenerlo tres segundos me bastará.
Los nervios atajan a la rusa que deambula de un lado a otro arrastrando el vestido por la hierba (La teniente no quiere decirlo en voz alta, pero luce comparable a La Llorona vagando entre las penumbras) Exceptuando la primera vez, Natasha en su vida se sintió abrumada por embarcarse en una misión, era una mujer segura que no vive de miedos, porque estos de nada le sirven en el campo de batalla, siempre se marchaba con la certeza de que regresaría a lo mejor no sana y salva, pero sí con vida-No es fácil para una mujer reencontrarse con su verdugo...Con su abusador-Tampoco se abre con cualquier persona, pero Regina es una mujer digna de su confianza con quien se ve segura para aplacar ciertos filtros.
La mujer escondida entre los palos agacha la cabeza para verla no con pesar, con empatía-Da por hecho que no lo es, deseas arrancarle los ojos, mutilarlo hasta que ruegue la muerte, pero cuando lo tienes de frente...El horror del recuerdo te congela de pies a cabeza-Una fina capa cristalina empaña los ojos verdosos de Labonair al tiempo que una granada le estalla en el estómago apretujando el nudo que le rememora el día que murió y renació. El asco, la vergüenza, la impotencia, la mirada afable que Krista y Klaus Mikaelson le dedicaron cuando el último le cubrió el cuerpo desnudo con un saco.
Natasha tiene miedo de comprobar sus sospechas, traga en seco y suspira profundamente-¿No llegaron a tiempo?
-No-Es la respuesta fulminante y desgarrante que Regina otorga-Pertenezco al noventa y siete por ciento-Por una vez, la teniente abolla su armadura bien soldada y deja abandonar el quiebre en su tono de voz. Los colores huyen de la piel de Natasha y las cuerdas vocales se le cortan-Es el...-Un sollozo efímero es ahogado con un mordisco que Labonair se pega en el labio. Le cuesta tanto trabajo mencionar la palabra-Las estadísticas dicen que...Dicen que...El porcentaje...
-No tienes que decirlo, tranquila, esta bien, lo entiendo, sé que no es sencillo-La tranquiliza Romanoff a nada de arremangarse el vestido para trepar el árbol y envolverla entre sus brazos como hizo con Krista la noche que confesó lo acontecido en su infancia. Debido a los terrores que atravesó en la habitación roja, por acto instintivo y sororo se ve en necesidad de ayudar, proteger y apoyar a otras mujeres que hayan sido víctimas de cualquier tipo de violencia-Lamento mucho lo que te ocurrió, sé que es aterrador...
-Prefiero no hablar de eso-acota la vampiresa limpiándose las lágrimas con el pulgar y soldando su coraza impenetrable-Prefiero dejarlo bien enterrado donde está, trabajé demasiado para aprender a vivir con ello, pero aún me cuesta tocar ese tema en voz alta con otras personas.
-Has sido una valiente sobreviviente que afrontó un atentado impensable en su contra del cual no tuvo la culpa, no lo olvides, sí necesitas hablar, aquí me tienes.
-Gracias Nat, Klaus es afortunado por tener a una mujer tan maravillosa a su lado, no sé que pacto hizo con Satanás para que le concediera el milagro porque además de mi Hope, eres lo mejor que le pasó en su miserable vida-Romanoff bosqueja una risita conmovida por sus palabras-Y acerca de tu propuesta...Es recíproca, puedes hablar conmigo cuando quieras, no te voy a juzgar, no minimices tu dolor.
La pelirroja se queda ida reflexionando el último enunciado, es verídico, pasa tanto tiempo levantando a los demás del suelo que se deja a ella para el final. Quizás porque es reacia a atender los dilemas de su pasado que le producen tanta aflicción, su modus operandi es ignorar el dolor hasta que se desvanezca.
-Natasha-El acento inglés a sus espaldas incorporado con una voz varonil y tétrica como la muerte misma le paraliza los sentidos. El balde de agua le cayó encima retrocediendo unos cuantos minutos atrás.
Después de interrogar a Atwood, Regina la interceptó comunicándole que tal y como pronosticaron, Kilian Warren se presentó a la gala, el cazador del infierno desde que arribó con una hora y media de retraso no le quitó la mirada de encima a su ex alumna predilecta.
-¿Y sí es una trampa?-Le cuestionó Romanoff a Labonair antes de ponerse a labrar el plan de captura-¿Y si trajo viudas?
-Esa es el detalle, Nat, vino solo.
Las piezas de ajedrez se alinearon y las mujeres efectuaron el primer movimiento.
Regina construyó una improvisada trinchera en los árboles y estableció su armamento a la espera de la presa que irónicamente se autodenominaba cazador.
Dos minutos más tarde, Natasha imitó su trayectoria a sabiendas de que Kilian la seguiría como un ratón desesperado por engullir el apetitoso trozo de queso.
Y ¡Bingo! Ahí se encontraba parado a centímetros de ella.
La rusa se da la vuelta despacio guardando la calma, sus ojos conectan con la silueta que no ha cambiado con el pasar de los años, alto, cabello castaño peinado hacia atrás y ojos negros penetrantes. Así como Mikael era el único ser capaz de hacer temblar a Klaus Mikaelson. Kilian Warren se lleva el galardón al único personaje que conmociona a la gran Natasha Romanoff.
El hombre vanagloria un traje antiguo de color negro con chaleco del mismo color, camisa blanca con corbatín, una máscara plateada que le cubre la mitad del rostro aterradoramente idéntica a la de Klaus, con la excepción que la de su marido cubre el lado derecho y a Warren le cubre el izquierdo. Y por si fuera poco, también trae puesto un sombrero de mago y una capa negra.
Es una moderna encarnación del fantasma de la opera.
Natasha eleva el mentón negándose a demostrar que su presencia la descoloca, quiere arremeter contra él, ensartarle en los ojos las cuchillas que aguarda en las musleras, sin embargo, la predicción de Regina se cumple, el cuerpo no le responde y de repente es una niña de diez años en Rusia adiestrada para ser una asesina a su servicio.
-Kilian-pronuncia mordaz sin descomponerse.
-¿No me vas a llamar por lo que soy? Yo te inculque modales, Romanoff-Su cinismo maquiavelico todavía prevalece.
La rusa niega con la cabeza sin apartarle la mirada-Ya no eres mi señor-Con cinco palabras acribilla el ego del hombre habituado a ser acatado.
Warren apretando la mandíbula da dos pasos al frente, no recaba dar un tercero porque ni con sus sentidos mejorados percibe el retumbar del disparo obra de la teniente que le incrusta una jeringa en la tráquea. El líquido lo pone a tambalear, la vista se le nubla y achica los ojos apoyándose en el tronco del árbol-Maldita serpiente rusa-Y con una última leperada se desploma redondo a los pies de su vieja pupila.
Regina desciende emergiendo de su refugio y le dedica un asentimiento a su cómplice-Y pensar que llamé loca a Yelena por empacarme un frasco de verbena en el bolso ¿Te sientes bien?
Natasha asiente con la cabeza recomponiéndose del taladrante golpe que le dejó intercambiar palabras con un fantasma de su pasado-Las viudas somos precavidas por naturaleza, hay que irnos, aquí no lo vamos a retener por mucho tiempo.
-Concuerdo, debemos preparar el interrogatorio para que suelte la sopa, sí damos con la ubicación de la habitación roja, no habrá necesidad de liberar a Alexei.
-Nik o tu pueden entrar a su cabeza ¿No?-Labonair asiente con la cabeza curvando una sonrisa victoriosa que le ilumina los ojos-Excelente-Natasha se lleva dos dedos a la oreja sosteniendo el intercomunicador-Yelena, Klaus, lo tenemos, capturamos a Kilian.
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