0.4
— ¿Bae Minjae? ¡Jae, espera!
Sabía que no debía obedecer al grito agudo de la persona atrás mía, al hacerlo era un pasaje gratis a mis peores pesadillas pero este sector no era muy conocido por la seguridad de sus calles que digamos. Guardo mis manos en la campera morada oscura que es tres tallas más grandes de la mía atenta a cualquier ruido que no fueran los pasos acelerados detrás mía, un escalofrío recorre mi espalda al notar lo familiarizada que estaba todavía con estas frívolas calles y locales.
Esto no era una buena idea pero necesitaba despejarme, alejarme de mi círculo y volver a mis viejas costumbres a pesar de que con solo ver las luces neón del lugar ya hacían mis entrañas doler. Humedecí mis labios aún debatiendo si seguir con el plan o no a la vez que esperaba al chico para seguir lo que quedaba de camino.
Su respiración irregular se detuvo justo a mi lado, colocando una mano en mi hombro y otra en su rodilla trataba de volver a regular su respiración. Sin girarme a él solté una risa nasal.
— Quién diría que eres un bailarín de primera, ¿eh? —la burla tintaba cada una de mis palabras y Hoseok no dudó en empujarme fastidiado al percatarse.
— Cállate. Bailar es diferente a correr, idiota, pero eso sólo lo sabemos los verdaderos bailarines.
— Wow, calma, fiera —digo actuando sorpresa, no iba a demostrar que me afectó lo que dijo. Entorna los ojos irritado de mí actitud y empieza a caminar guardando sus manos en los bolsillos de la campera azul. Me coloco a su lado— ¿Por qué insistes en acompañarme si ambos sabemos que no nos soportamos?
Hoseok bufa una risa irónica y mirándome de soslayo forma una sonrisa ladeada que brillaba por la sorna en ella. Levanto ambas cejas incitando a que responda de una vez. Aparte que odiaba lo perfecta que podía llegar a ser su sonrisa.
— Eres la novia de mi amigo, eso es suficiente para tener que soportar tu horrible cara en mi bar.
— Primero, ese es un argumento bastante estúpido, no por el solo hecho de ser la novia de Jungkook tienes que cuidarme —Siento como su mirada cae en mi rostro pero aún no estaba lista para encararlo, mantengo la vista fija en nuestro destino— y segundo, no me hagas reír, ni en cincuenta años serías dueño de uno de los mejores bares en este barrio.
— Primero... —me imita haciendo una voz chillona y haciendo un gesto con su mano totalmente de una diva, me giro entrecerrando mis ojos hacia su rostro petulante—... no te cuido, solo estoy atento que ningún imbécil se te acerque en nombre de Jeon —Maldigo por lo bajo, por supuesto que él haría que sus amigos me anden siguiendo— y segundo, ¿cómo sabes que es uno de los mejores? Es imposible que una chica como tú sepa de estos lugares.
¿Una chica como yo? Una carcajada seca e incrédula raspa mi garganta. Al parecer sí debí seguir en actuación cuando pequeña, porque si Jung Hoseok dice que no soy de aquí es porque me merezco un puto Oscar.
— Bueno, a veces estar aburrido y tener internet ayuda a que la gente se culturice, ¿no crees?
— Dios... —se lamenta, mirando el cielo unos segundos— había olvidado lo irritantemente sabelotodo que podías ser.
— Aww, ¿ya agoté la paciencia de Hoseoki? —formo un puchero, haciendo que los ojos de él bajen a mis labios pintados rojos. Frunce el ceño así que me apresuro en mantener nuestro ataque verbal— Para ser un "bailarín profesional" como dices tienes muy poca tolerancia, Ho... No, espera, ¿cómo era? ¿J-hope?
Rápidamente sus orbes vuelven a mis ojos brillando por el malestar que le causó mi burla a su nombre artístico. Suspiro mentalmente al ver que el carmesí de mis labios pasaron a segundo plano.
— Mira, niñata, de verdad estás poniendo mi paciencia a su límite—masculla entre dientes, deteniendo su andar— No te aproveches de mi amistad con Jeon Jungkook, Bae. Porque como bien dices, que seas su novia no significa que nosotros tengamos que aguantarnos —lame sus labios y tras mirarme de pies a cabeza, esboza una sonrisa maliciosa que eriza todos mis pelos—... y por lo tanto, tampoco debería seguir callando estás visitas al bar, ¿no crees? Con solo decirle a Kook que su adorada novia ha venido ya dos veces donde trabajo tu papel de santa se arruinaría, ¿no?
Sin dejar el contacto visual, cruza sus brazos sobre su pecho mirándome con superioridad. Mi sangre hierve bajo mi piel, mi mandíbula duele al tensarla demasiado y no me permito demostrar el terror que me da el solo imaginar a Jungkook enterandose de mis visitas a este lugar. Sería un retroceso a todo, porque si Hoseok se lo dice a Kook los demás se enterarán y por ende mis amigas igual.
No me puedo permitir decepcionarlos. No de nuevo.
— Aunque... —mis ojos vuelven de inmediato a su rostro y mi estómago se contrae. Sus labios vuelven a curvarse con sorna mientras se inclina hacia mí para estar a la misma altura— Una foto dice más que mil palabras, linda, y una tuya inconsciente en la barra creo que diría incluso más.
Siento palidecer.
Él no se atrevería, ¿verdad?
Busco algún indicio de arrepentimiento o ese pequeño brillo que siempre estaba en sus ojos indicándome que discutir conmigo le entretenía de alguna forma... Nada, sus pupilas dilatadas y sus facciones tensadas daban veracidad de sus palabras.
— Hoseok... ¿E-estás de coña, verdad?
Mis labios, que había pintado rojos después de que hace unas semanas Jungkook me dijera que ese color no era para todas, temblaban. Era un pequeño gesto hacia mi persona tras haber estado dejando que otro decidiera sobre mí. Pero ahora me encontraba temblando bajo esa máscara de seguridad, de mi idea de desconectarme un momento y dejar de ser la "perfecta novia de Jeon Jungkook" a volver ser yo: Bae Minjae.
Jung Hoseok arrebató la última oportunidad que tenía de ser por un momento libre.
— Bueno, en parte sí y en parte no —Da un paso hacia atrás, haciendo su postura más relajada pero sus facciones no volvían a ser las mismas del chico extrovertido— No pienso cagarte la noche de inmediato, no me caes tan mal, Bae... Pero sí vuelves a colmar mi paciencia este complejo de Hannah Montana se va a la mierda con un solo click, ¿entiendes?
Un frío recorre mi espalda, no encuentro mi voz así que solo asiento quedo.
Él repite mi acción como si estuviéramos cerrando un trato antes de girarse y desaparecer por la entrada neón del local. Boto todo el aire que inconscientemente había retenido, trato de relajar un poco mi cuerpo pero el cabello castaño de Hoseok vuelve asomarse por la puerta sobresaltandome.
— Ah, no creas que no me fijé que estás usando ese labial rojo que Kook te dijo no usaras, incluso creo haber escuchado que Jungkook te hizo botarlo, ¿es verdad?
Abro los ojos en sorpresa. ¿Cómo sabe él eso? Es imposible que Jeon se los contara, quizás sí lo primero pero...
— ¿Quién te dijo eso?
Una de sus cejas se arquean pero termina negando.
— ¿Sabes qué? No importa, solo diré que a pesar que Kook sea mi amigo y a ti no te soporte, tengo una hermana y no me gustaría saber que a ella un tipo le ande prohibiendo usar cosas que le gustan. Así que si quieres usarlo, úsalo.
Forma una mueca parecida a una sonrisa de labios cerrados en forma de despedida para volver a desaparecer. Parpadeo bastante confundida por lo sucedido en esta última hora pero como el castaño, niego no dándole mas vueltas. La situación está clara y a pesar de su pequeño apoyo a mi labial, su advertencia estaba patente en mi mente.
— Malditas seas tú y tu puta bocaza, Minjae.
Bufo para después copiar las acciones del castaño.
Ahora no solo necesitaba olvidar mi estúpida ilusión de hace unos días con la maldita leche de plátano sino que también el peligro que representaba Jung Hoseok a mis noches de recaída.
°°°
LO LAMENTOOOO, estuve muy desaparecida y lo acepto.
Ha sido un mes de mierda pero aquí está el capítulo de hoy, dándole la bienvenida a mi bebé Hoseok
Hoseok durante todo el capítulo:

Ahora, cualquier cosa no duden en comentar, así si es un error yo lo puedo arreglar.
Espero que estén bien y tengan un buen fin de semana (lo que queda de el) 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro