» ¿Cuánto más podré soportar? «

Eso es lo que me pregunto cada vez que abro los ojos y lo único que veo son los rayos de luz colándose entre la cortina mal cerrada por él. En mi "oficina", cuando debería estar respondiendo correos con nuevos proyectos o aprobaciones de otros. En la cocina, sentada en la pequeña mesa de madera dejando que mi café se vaya enfriando de a poco al no beberlo de inmediato como antes haría. Incluso en la noche, cuando Jungkook decide que es hora de acostarse y él se queda dormido de inmediato, sin darme las habituales "buenas noches" que antes me daba junto con un beso y colocarme entre sus brazos, mientras yo me quedaba ahí despierta mirando como los faroles de afuera alumbran las frías noches porque no soy capaz de desconectar mi mente y silenciar las miles de dudas que tiene.

» ¿Hoy será el día que todo vuelva a la normalidad? «

» Y si no lo es, ¿será el día que ya no podré aguantar más? «

Esto también me lo cuestiono ahora, estando sentada junto al hombre que amo frente a sus padres y hermano, siendo solo una espectadora de la agradable cena familiar de los Jeon. Estoy tan inmersa en mi papel de buena novia que ni siquiera soy consciente de lo que hablan con tanta seriedad mi novio junto su padre, ni de lo que tanta gracia les hace a la Sra. Jeon y a Junghyun, y tampoco caigo en la mirada fija de Jeon Yoonmi, esposa del mayor, que se encontraba igual que yo.

Expectante de cualquier cosa que involucre nuestro papel de buenas mujeres.

Miro su perfecto rostro junto sus dulces facciones que no demuestran sus treinta años, su maquillaje liviano y natural que iba perfecto con su vestido rosado palo, el cual acentuaba su pequeña pero bien proporcionada figura, y como no fijarme en el juego de perlas que lucia con elegancia su cuello y orejas. Me gustaba, el conjunto que llevaba hoy estaba hermoso, era totalmente su estilo. Al alzar la vista de nuevo alcanzo a pillarla haciendo el mismo escaneo que yo acababa de hacer.

No recuerdo exactamente cuando este pequeño juego entre nosotras empezó, siendo sincera, antes de que mi relación empezara a tintarse de negro no recuerdo haber compartido más que los saludos y despedidas cordiales de todos los jueves. Siempre la consideré una mujer intimidante, silenciosa y a la vez muy educada, sin embargo nunca cometí el error de catalogarla como típica esposa coreana; Yoonmi podía actuar como tal frente a la familia de su esposo pero afuera de estas puertas era una mujer con vida.

Siempre admiré su capacidad de convertirse en la mujer perfecta con solo pasar el umbral de la entrada principal. En solo segundos la empoderada arquitecta Jeon Yoonmi se transformaba en la esposa perfecta, dejando atrás su humor negro, su impresionante capacidad de insultar, su lengua filosa que no dejaba nada en su mente —lo que piensa lo dice, sin filtros—, su empatía y, lo que mas me deja en perpleja... dejando atrás sus increíbles opiniones sobre cualquier cosa, mas si son temas tabúes, son los que más le gusta debatir. Todo eso dejaba para ser una sonriente, callada y servicial esposa.

Nunca creí que eso fuera algo muy bueno por eso siempre me mantuve fiel a como era, no había una versión mía complaciente para nadie, como era con cualquiera lo era con mi novio y su familia. Por eso fue sorpresivo para ella cuando en una de las cenas estábamos en medio de una anécdota con la señora Jeon y de repente Jungkook me interrumpiera molesto ordenando que me callara porque estaba hablando algo importante con su padre pero no lo podía escuchar por mis gritos. Bien, seamos francos, no fue solo una sorpresa para ella sino que también lo fue para el resto de las personas de la mesa, incluyéndome.

Al sentir como el ambiente se tensaba y un nudo crecía en mi garganta lo único que hice fue asentir:

—Entendido, Kook. Lo siento, señor Jeon.

Para ese instante Yoonmi ya no podía esconder su extrañeza con la escena...

Siento una patada bajo la mesa y en mi campo visual vuelve a aparecer el rostro de la protagonista de mis pensamientos.

Su ceño fruncido y su "¿qué sucede?" silencioso fue lo que me recordó en lo que estábamos. Niego con la cabeza y muevo mis labios respondiendo: "Nada, unnie", el cual ella no se cree porque entrecierra sus ojos hacia mí y gesticula un "mentirosa" antes de tomar de su copa.

Entorno los ojos por su comportamiento, miro de soslayo a Kook quien seguía inmerso en la conversación con su padre antes de devolverle la patada a la pelinegra frente mía, el rojizo líquido se sale un poco de sus comisuras ante el golpe y ella rápidamente se limpia pero sin alcanzar a tapar su tos.

—¿Cariño, estás bien?

La voz preocupada de Junghyun se alza entre la tos de su esposa y el chirrido que hace su asiento al levantarse para darle leves palmadas en la espalda. Entre el bochorno y la preocupación del haberse ahogado, la pelinegra alcanza a mirarme con molestia. Le sonrío de la forma más inocente que puedo, tratando de retener mi risa por el alboroto que están haciendo por un poco de vino.

—Minjae, ayuda a Yoonmi noona y acompáñala a tomar un poco de aire —dice Jungkook, sin mirarme ni a Yoonmi, dando un sorbo de su copa—, a penas recupere la compostura, vuelvan y traigan el postre de paso, por favor.

Su padre lo mira desconcertado al igual que su madre, que lo mira con sus ojos más grandes de lo habitual ante su comportamiento pero yo no me inmuto, lamentablemente, ya me había acostumbrado a los tonos fríos del castaño.

—Claro, Kook —sonrío hacia los señores Jeon tratando de que no hagan ningún comentario pero es tanto su estupor que solo me miran incómodos, y con una reverencia me levanto de la mesa sin mirar a mi pareja—. Vamos, unnie, quizás un té igual te haga bien.

Entrecruzo nuestros brazos, ignorando el hecho de que su tos ya se detuvo mirando sin expresión mis acciones y que la mirada de mi cuñado no daba a creer tanto mi comportamiento como el de su hermano, por educación me disculpo con él al alejar su esposa de sus brazos. Y casi llevando a rastras el tenso cuerpo de Yoon nos dirijo a la cocina, cerrando la puerta detrás nuestras.

—¿Qué mierda fue eso, Minjae? —pregunta al segundo de escuchar el click de la puerta al cerrarse, liberando su brazo del mío. Suspiro encaminándome a los muebles en busca de la tetera.

—No estoy de humor para esto, Yoonmi.

—Nunca estás de humor para hablar de lo que está pasando entre Jungkook y tú, niña, y ya me estoy cansando de toda esa actitud sumisa de mierda.

Coloco la tetera al fuego, sin inmutarme a su queja:
—Baja la voz, Yoonie.

La pelinegra bufa pasando por mi lado, imitando de forma infantil mi voz entre murmullos, para alcanzar un vaso y llenarlo de agua. Aún con la cabeza baja, observo el fuego moverse lentamente hasta que la imagen empieza a verse nublada, muerdo mi labio tratando de que las ganas de llorar pasen, que vuelvan a esconderse por otro rato más y así continuar esta fatídica cena en paz pero sentir unas manos agarrando las mías y después unos brazos rodearme fueron suficientes para mandar destruir todo esfuerzo.

No dice nada, solo se queda ahí abrazándome con fuerza como si temiera que al soltarme iría a perderme para siempre.

» ¿Será hoy? «

» ¿Será mañana? «

Aprieto más al delgado cuerpo de la mayor antes de que por segundos la idea de estar ensuciando su hermoso vestido con mi maquillaje me preocupe, hago el amago de alejarme pero ella no me deja al retenerme con una fuerza sorprendente para sus delgados brazos.

—U...unnie, voy a... dejar todo man... manchado tu vestido —logro decir entre sollozos contra su pecho. Generalmente no perdería la compostura tan rápido pero el estar aguantando esto por casi dos meses y las dos copas de vino que me tomé por sentado me estaban jugando en contra.

—Aish, niña, de las cosas que te preocupas —me da un leve zape sin fuerza alguna para después volverla a posarla sobre mi cabeza con cuidado—. Lo único importante ahora eres tú y ese mocoso de Jungkook que no sé cuál bicho le habrá picado para andar de machito.

Una sonrisa amarga crece en mis labios pero se borra de inmediato al escucharlo llamándome como indirecta de que me estoy demorando demasiado en mis acciones.

—Minjae, no —su voz se escucha ahogada al ver cómo me alejo del calor que me dan sus brazos.

Evito hacer contacto con sus ojos porque sé que al hacerlo mi voluntad flaqueará, por lo que me limito a tomar sus manos entre las mías.

—Mi novio me espera, unnie, al igual que su familia. En un o dos minutos el agua estará lista, te dejé la taza y el té en la encimera, cuándo termines vuelve a la mesa a comer el postre.

Hago una reverencia y finalmente me atrevo a mirarla. Le sonrío lo mejor posible tratando de tranquilizarla pero mis labios tiemblan al ver como esas facciones dulces de ella están contraídas en preocupación y temor. Trago saliva, apretando mis dientes y antes de salir a mi pesadilla de nuevo me giro hacia la mujer.

—Todo estará bien, Yoonie.

» ¿Será hoy el día que mi corazón ya no soporte más? «

» Y si no, ¿cuándo? «

.
.
.
.
.
.
.
.

Human fue una de mis primeras fanfics que me he tomado en serio, o más bien, que he escrito con madurez.

Antes tuve una de Harry Styles pero con solo decirles que tenía doce años al escribirla se deben imaginar cómo era. Por eso le tengo tanto cariño a esta historia, la cual sé no es la mejor ni está muy bien desarrollada pero es la primera con la que me dije: "sí, ¿por qué no?, la voy a publicar"

A lo que vooooy es que quiero trabajarla bien, darle el desarrollo que se merece y la atención que merecía al momento que la escribí. Ahí entra este nuevo capítulo con unos personajes no vistos en la versión original.

Espero que igual capten algún que otro cambio en mi forma de escribir y les guste porque he estado trabajando duro para mejorar mi escritura.
Cualquier aporte, es bien recibido y no duden en darme su opinión respecto a la historia, me ayudan a mejorar.

De paso espero que estén bien por lo que está pasando.

Cuídense, y gracias por leer.