𝙷𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚒𝚝𝚘𝚜.
Levanté a Ariel, como si fuera un saco y lo llevé hasta el baño, para luego meterlo en la bañera.
Abrí la llave del agua fría.
Con algo se le tenía que pasar la borrachera ¿no?.
-Aas. - escuché un quejido pequeño.
-Deja de quejarte. - salí del baño, para ir por ropa, saque un calentador y una camiseta, regresé al baño. También dejándole una toalla.
Me puse un abrigo largo, que cubría mi pijama, salí de mi habitación y caminé en los pasillos que se encontraban solitarios, bajé las escaleras, llegando al segundo piso, fui a la cocina, de la máquina de café, preparé uno.
Duda.
Preparé dos cafés.
Salí tratando de hacer ruido. Y volví a mi habitación.
Me senté en los pequeños muebles que habían, para esperar que el ebrio salga del baño.
Después de varios ruidos provenientes del baño, salió mi hermano.
Me levanté y le di un café, para que ayudara y se le pasara el efecto del alcohol.
Ademas quería saber el chisme.
Caminamos a mi habitación, de nuevo, Lana estaba acostada jugando World Chef.
-Arturito, ven aquí, que te sucedió. - Lana siempre solía confundirlos, era rara vez, cuando los identificaba sin preguntar.
-Ni lo menciones, tía.
Se terminó el café y se acostó en medio, dejándome al borde de la cama.
-Que pasó?. - pregunté tratando de disimular la curiosidad. - Alguien te golpeó?
-No quiero hablar. - dijo cortante.
-Dejalo, nena, así se comportan los bebés, cuando están enojados. - recibí una mirada loca de Lana.
Seguir la corriente, eso tenía que hacer.
-Cierto, había olvidado que mi hermanito es un bebé. - le agarré los cachetes. - es mejor que duermas, mañana no te querrás levantar.
Lana le agarro los cachetes.
-Pueden callarse?. - dijo enojado. - no soy un bebé, dejen de decirlo.
-Entonces cuéntanos, lo que sucedió. - dije muy obvia.
Se sentó, mirándonos de frente.
-Artur, eso pasó.
-Ya sabemos que Artur suele ser idiota, eso no nos sorprende. - dije desinteresada del tema.
Con Artur las discusiones siempre eran irrelevantes, por algún descote, ropa ajustada, cosas normales, de hermanos.
-SE ROBÓ A MI NOVIA.- Surprise. - eso pasó.
Lana y yo, nos levantamos de la cama, ambas sorprendidas.
Los gemelos, podían pelear, la mayoría del tiempo se amaban, pero solían tener pequeñas indiferencias, cuando las tenían discutían el tema y se arreglaban, eran como novios, no podían estar alejados el uno del otro. Pero esto, no pasaba, ellos se respetaban.
Además, desde cuando Ariel tiene novia?
-Tienes novia? Girlfriend? Подруга?. - dije alterada, ninguno de ellos había tenido novia, tal vez unos cuantos vaciles, pero nada serio, ambos creían que tener novia, en la universidad, era perdida de tiempo en los estudios. - de verdad tienes novia?.
-Tenía. - dijo con amargura.
-Como te enteraste?. - preguntó Lana.
-Tía que haces aquí, no estabas en Italia?.- contraataca.
-Larga historia, la tuya suena genial. - la miró mal. - triste, suena triste, casi lloro.
-Dannia, la conocí hace tres meses, empezamos a salir, me comenzó a gustar, salíamos. - recordaba. - nos hicimos novios.- recordó algo que no le agradó. - estaba haciendo una tarea grupal, en cuanto llego a la fraternidad, sorpresa, Artur estaba encima de mi chica.
Ex.
-Lo golpeaste?. - pregunté un poco aturdida y preocupada.
-Claro que sí, los hermanos no se quitan las novias. - se acostó, de nuevo. - es más, no se ni por qué te preocupas de él, él siempre es controlador y extremista.
Recordé todas las veces que me arruinaba las salidas.
-Cierto.
-Eso es un tatuaje?. - me preguntó con interés.
-Tengo sueño, hasta mañana.
Apagué las luces, deseando que se olvidarán del tatuaje. Tambien esperando que Lesly, duerma como roca, y no haya escuchado nada.
-Duda seria. - declaró Lana, del otro lado de la cama. - estaba encima de ella, sin nada?.
-Ahhh. - dije asqueada, ni siquiera podía imaginar a mi hermano, en esa forma.
-No lo menciones.
Pero no fui escuchada.
-Si. - terminó de decir Ariel.
Le propiné un golpe en el abdomen.
Vaya, tienen hasta tiempo para ir al gym.
Todos cerramos la boca y los ojos, para dormir.
Con lo cansada que estaba, ni bien cerré mis ojos y ya estaba soñando.
Hasta que empezó a hacer calor, comenzaron a golpearme.
Pum!
Alguien se cayó de la cama, pero me valió una manzana y seguí durmiendo.
La alarma empezó a sonar, moví mis brazos, sin saber de donde venía el sonido.
Abrí mis ojos, enojada, no tenía clases hasta las diez de la mañana.
Parpedee un par de veces, para acostumbrarme a la luz.
Me encontraba en el piso, con una simple sábana.
El sonido terminó, la cama se movió y unos grandes pies me aplastaron.
-Eres ciego o te afecta la mañana?. - le di una mirada de odio a Ariel.
-No, no grites, mi cabeza duele.
-No estoy gritando. - me levanté del piso. - eso te pasa por beber.
Agarre mi toalla para ir al baño, antes de que lo ocuparan.
Cuando salí ya bañada, me encontré en la puerta a Lesly.
-Hola, disculpa por no avisar de que no llegaría, pero las chicas me convencieron y fuimos a una fiesta.
-Tus ojeras lo afirman.
-Que mala.
El cabello rubio de Lesly, parecía un nido de palomas, por no decir ratas.
Desde mi lugar se veía lo enredado que estaba, debajo de sus ojos había rimel, en sus labios quedaba labial rojo.
-Solo digo la verdad. - me senté y me bebí el café que estaba en la mesa.
-Alguien está en tu habitación?.-preguntó mirando mi puerta. Negué. - creí escuchar que hablabas con alguien.
-No, no, siempre hablo así, aunque no haya nadie, ya sabes problemas de universitarios.
Lesly parecía confundida, agarrando su cabello.
-Bueno, iré a bañarme, reza para que se me pase esta resaca.
Asentí, tomando café.
-Por cierto, ese era mi café.
-Era. - me levanté y fui a mi habitación, uno miraba a la nada y la otra seguía roncando.-Que hacen, levantate. - le tire una almohada a Lana. - y tu. - mire a Ariel. - deja tu viaje astral y anda a tu casa.
Saque un vestido rojo, era corto y fresco,
llevaba ciertas florecillas.
Me encargué de ponerme una ropa interior más cubierta, me cubriría el pequeño tatuaje y todos lo olvidarían.
Me vestí rápido, con el vestido y con unos tenis blancos, dejé mi cabello suelto.
-Puedes ir a mi casa y traer ropa. - Ariel suplicaba con los ojos. - y no le diré nunca a Artur ni a papá, que tienes un tatuaje.
Manipulación. La traición.
-De esa forma, me pagarás por dejarte dormir aquí. - alcé los brazos, dramáticamente, cubriendo mi rostro.
-Pues, él sabe hacer tratos.
-Tía. - la regañé por estar del bando opuesto.
Tomé una postura más seria.
-Para la información de ambos. - alterné mi mirada, en la tía Lana y en Ariel. - es un tatuaje temporal.
O eso espero, porque la noche que lo hice estaba muy ebria, que no distinguía el suelo y el cielo.
-Como sea, traeré tu ropa. - terminé de hablar.
-Te amo hermanita, eres la mejor.
Ariel apretó mis cachetes, dejándolos rojos.
Caminé, directo al ascensor, envié un mensaje de texto a una línea de taxis que se encontraba en el campus, ya que debía admitir que era muy grande y fácil de perderse.
Después de agarrar el taxi y llegar a la casa de mis hermanos, le escribí y esperé a que abrieran.
-Que haces aquí?. - preguntó Jordan.
Lo ignoré y entré a la casa.
-Cuál es la habitación de Ariel?. - pregunté subiendo las escaleras.
-No piensa venir?. - las palabras frías de Artur, venían del sofá.
-Desde cuando te convertiste en, quita novias?. - no podía evitar mi curiosidad.
Decidí avanzar, por el silencio de Artur.
-Desde que también me mienten. - me gire a él. - No sabía, que ellos estaban saliendo, ella no lo mencionó, Ariel tampoco.
Lo observe mejor, tenía un gran morado en su ojo.
-No sabias? Me sorprende que les hayan visto la cara a los dos, con lo inteligente que son.
Viéndolo de ese modo, Dannia había jugado con ambos, mientras uno no estaba, quedaba el otro, curiosa jugada.
-Pequeñas piedras en el camino.-se levantó, llegando a mi. - podrías decirle a Ariel, que vuelva, no me puede echar la cruz por una chica.
-Dicelo tú.
Termine de subir la escaleras, hasta que llegué a la última habitación, todo se escontraba ordenado y en su lugar.
Agarre un bolso pequeño, y guardé dos pares de ropa, no quería a mi hermano viviendo conmigo, causaría muchos problemas.
Salí de la habitación, bajé las escaleras, llegué junto a Artur, le tiré el bolso encima.
-Vamos, tienes que decirle tú mismo, además voy tarde a clases.
Negó.
-No dudaré en arrastrarte y llevarte conmigo, decide.- me agarre en cabello en una bola, dispuesta a llevarlo conmigo. - voy a contar... Uno... Dos... Dos y medio...
-Esta bien. - se levantó del sofá, tomando el pequeño bolso. - si algo sale mal es tu culpa.
Llegamos a la puerta.
-Porque sería mi culpa? Yo no me acosté con ninguna Dannia. - solté mi cabello.
Mi cabello rojo, llegaba hasta mi trasero, era ondulado, sedoso y lo amaba, odiaba llevarlo recogido.
Llegamos al edificio.
Entramos, subimos en el ascensor, al salir de él, caminamos por los pasillos, donde habían muchas chicas, interesadas, más bien, babeando por mi hermano, quien les sonreía abiertamente sin importar nada.
Entramos al departamento, que era un desastre.
Abrí la puerta de mi habitación.
Lana y Ariel, jugaban en el play.
-De dónde sacaron ese play?. - pregunté desconcentrandolos del juego, haciendo que pierdan.
-AHH! Abril, hiciste que perdiera la partida. - ambos me miraron, luego a Artur. - que hace este traidor aquí.
Ariel se levantó molesto por la presencia de Artur, su gemelo.
-Artur tiene algo que decirte. - todos nos quedamos en silencio, observando a Artur, pero este estaba distraído. - Artur.
Lo golpee para que hablara.
-Lo-Lo-Lo.- Artur observo a Ariel, intentando disculparse. - siento. - susurró.
-No te oí, que dijiste?. - preguntó Ariel.
-Lo siento.
-Que cosa?.
-LO SIENTO, PERDONA, LO LAMENTO. -gritó.
-Esta bien ya te oímos. - aclaré.
-Ella nunca mencionó que tenía novio, menos que tú eras el novio, sabes que no haría algo así, sabes que te amo hermanito.- Artur dijo con sentimiento.
Ariel sonrió tímido.
-Estos dos, parecen novios. - se burló Lana, haciéndonos reír.
Ambos se abrazaron, por un largo tiempo.
-Gracias hermanita, por hacernos ver que una desconocida estaba jugando con nosotros. - imité la voz de hombre.
Al final parecía un hombre con diarrea, que apenas podía hablar.
-No seas tonta, ven acá. - habló Artur.
Arrastrandome a ellos, para unirme en ese gran aplastante abrazo de hermanos.
-Yo también. - dijo Lana, quitándose el cabello de la cara, queriendo unirse a nuestro abrazo de hermanos.
Pero en el instante que se iba a unir, nosotros nos alejamos.
-Tengo que ir a clases. - me excusé.
-Tengo que ducharme. - oí a Ariel.
-Por cierto, que haces aquí, tía?. - preguntó Artur.
-Ustedes me llamaron, lo olvidaron? Venía a visitar a mi hermosa sobrina y mis dos gemelos favoritos, pero estos no me quieren y ya me voy.
Lana comenzó a guardar ropa aumentandole drama.
-Oye esa es mi ropa, ni pienses que te la llevaras. - fui a ella, quitándole mi ropa.
-Cariño, esta ropa ya esta fuera de moda, luego te llevo a comprar ropa, antes de irme.
Tomó mi toalla de baño y salió de mi habitación.
-Abril tiene un tatuaje. - soltó Ariel.
Le tiré una almohada.
-Eres un tramposo, dijiste que no le dirías.
Artur había tomado una postura retadora y seria.
-Abril, esta bien, no soy papá para regañarte por todo, nada mas, no hagas cosas de las que te puedas arrepentir.
Las palabras salían de la boca de Artur, tratando de ser menos gruñón y autoritario, no podía negar que era sorprendente.
Le lancé otra almohada a Ariel.
Mostrándole el dedo.
A lo que solo se quejó.
-Además es un tatuaje temporal, se quitará en algunos días. - dije muy segura de aquello, bueno casi segura.
Ambos asintieron, creyendo en mis palabras.
También quisiera creer en mis palabras.
Salí del departamento, para ir y tomar mis clases.
Olvidando todos esos problemas que dejé en Rusia, feliz de no lidiar con ellos, feliz de haber sido cobarde y huir de mis problemas.
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