𝙲𝚘𝚗𝚏𝚎𝚛𝚎𝚗𝚌𝚒𝚊.
Llegamos al estacionamiento del centro comercial, aún nerviosas y riéndonos por lo que acababa de suceder.
-Pensé que nos tomarían fotos para prohibir nos la entrada al lugar.
Lesly seguía riendo sin vergüenza alguna ante las pocas personas que habían en el estacionamiento.
-Yo también creí eso, nunca volveré a este lugar.
Subimos al carro y salimos del lugar a velocidad, corre que te agarran.
-Ariel mencionó que mañana darías un discurso, eso es verdad?.
-Hablas con Ariel? Pensé que los odiabas.
Me dio una mirada divertida.
-Como dijiste, los odiaba del verbo odiar en pasado, ahora en el presente me caen ahí, más o menos. - me burlé.
-Ahora entiendo, del odio al amor hay un paso, veo que ese paso es muy pequeño, entre tú y Ariel... Recuerdas que robamos el CD de grabación de los pasillos del campus?. - respondió un sí, y seguí. - lo que dijimos no era verdad, la verdad yo soy la culpable, ya sabes la que apretó el botón.
-Que botón? De que hablas?.
-Fui yo, de acuerdo. Jordan y yo fuimos los que activaron la falsa alarma de incendios.
Casi se le cae la cara a Lesly, causa de la sorpresa y curiosidad sobre el tema.
-En serio? Me lo juras?. - me reí, porque esta mujer no era normal?. - Oh diablos Abril, eres una caja llena de diversión.
-No lo creo, ahora, tengo que dar un breve discurso acerca del respeto y todo eso.
-No te preocupes, nadie se lo tomará mal, llevo mucho tiempo aquí y lo mas grave que ha pasado fue el día que activaste la falsa alarma, no te preocupes.
Las palmas de su mano, me golpearon el hombro de una manera amistosa.
-Ahora que escucho tus palabras me siento mejor. - dije con sarcasmo.
***
Lunes.
Día de la conferencia.
-Relájate, nada malo va a suceder, te lo aseguro. - caminábamos por el campus con Lesly y Sarah, la chica del hermoso cabello azul. - nosotras estaremos observando te.
Asentí, más relajada.
Me daba terror olvidarme de alguna palabra ante todos.
-Si, después de eso podemos ir al cine, tengo tantas ganas de ver el nuevo thriller.
Lesly me miró, recordando lo que nos pasó en aquel cine.
Nos reímos con complicidad, no le habíamos contado a nadie sobre la vergonzosa escena.
-Tengo tarea. - me excusé.
-Si, también tengo tareas, pero, podemos ir a la biblioteca juntas. - habló Lesly, mordiendo sus uñas.
-Me parece buena la idea. - opinó Sarah.
Llegamos a la sala de conferencias, encontrándonos con una gran habitación, chicos sentándose y profesores preparando todo sobre la plataforma.
Cada segundo que pasaba el lugar se llenaba más y más por universitarios que preferían perder horas y horas escuchando al decano, que estar en sus debidas clases, la verdad no los culpo.
Mi positivismo salió a flote, lo que me obligó a dejar a Lesly y Sarah que debatían sobre algunas cremas de cabello.
Dije algunas palabras y empecé a bajar los pequeños escalones, prácticando la parte de mi discurso, llegué hasta la plataforma, subí los escalones, saludé amablemente a algunos de mis profesores.
-Vamos Abril, tu puedes nena. - las dulces palabras de mi tutora llegaron a mis oídos, dándome fuerzas, aunque ya las tenía, me preocupaba que se me olvidarán algunas partes del discurso, a pesar de que me había pasado toda la noche y parte de la madrugada repasando el texto.- Solo tienes que parecer afectada por tus actos.
Mi tutora era todo un amor, en estos últimos días no se había aprovechado de mi castigo, según el decano si mi tutora quería que besara el suelo, tenía que hacerlo, pero, la mujer era felicidad pura, lo más difícil que me había mandado a hacer fue ir por el biberon de su pequeño hijo y ordenar algunos documentos, nada difícil.
-Voy a poder!. - dije animada.
-Vas a poder, nena!
-Camila, pueden empezar. - dio la orden el secretario del decano.
Mi tutora asintió sin rechistar y se acercó al micrófono, dándole unos pequeños golpecitos y sonriendo.
Ella era linda y sabía por Lesly, que era una de las más queridas en todo el campus, su buen humor alegraba los pasillos y ayudaba a quien podía ayudar.
Mientras daba por iniciada la conferencia, su corto cabello rubio se movía de un lado al otro.
Buscaba por todo el lugar a mi compañero de castigo, sin mencionar que no lo veía por ningún lado.
El discurso que escribí, lo hice tan largo y conmovedor que pasaban las cuatro hojas, tuve que dividirlo en dos, la primera para mi, la segunda para Jordan, quien aun no aparecía y me estaba empezando a poner nerviosa y fría ante la difícil situación.
Si el niño no aparecía tenía que darlo todo, cuando me refiero a todo, me refiero a su parte y la mía, era mucho de por sí.
Las palmas de mi manos empezaron a picar, un síntoma secundario de mis nerviosismos.
Inspeccionaba el lugar de esquina a esquina, sin obtener buenos resultados, mi mirada quedó en la de Lesly, parecía más nerviosa que yo.
–Señorita Hilton. - entonces entendí, mientras yo buscaba al idiota de Jordan, la señorita Camila me daba el pase para dar mi discurso. - puede empezar.
Asentí repetidamente nerviosa hasta la columna vertebral.
Llegué hasta el micrófono, la señorita Camila me dio un apretón de manos y tomó su lugar.
Aún no había visto al decano, me parecía muy mal de su parte que no estuviera presente, con todo lo que gritó e insistió en esto.
-Mm... Hola. - mis palabras fueron repletas de nervios, lo sabía por la cámara de Lesly y Sarah. - Soy Abril... - levante mi mano, moviendo la de un lado al otro.
Me odiaba, me odiaba entera y completamente, no recordaba ni una maldita palabra, con suerte y me acordaba de mi hermoso nombre.
Todos seguían en silencio, quité mi mirada del rostro de Lesly, que en vez de ayudarme, me ponía más nerviosa. Mire a mi tutora, suplicando eternamente que hiciera algo, cualquier cosa.
En estos mismos momentos le pedía a Dios que mandara un meteorito, un asteroide, una tormenta eléctrica, que derritiera el glaciar más grande del mundo y me llevara con él en sus frías corrientes de agua dulce.
Uno... Dos. Tres.
Uno... Dos... Tres.
-El respeto, sabemos en realidad lo que es? Lo que abarca esta gran y poderosa palabra?.- improvisé, era eso o salir corriendo del lugar.
Mis palabras eran fluidas, instantáneas, me sorprendía lo rápido que improvisaba sobre el tema, había leído mucho pera realizar el discurso, obviamente no sirvió de mucho ya que lo olvidé todo, pero ahora, justo ahora improvisaba, todos estaban atentos a mis palabras, entonces después de un largo y profundo dircurso, llegó la hora de despedirse y seguir odiando al idota de Jordan por el plantón que acababa de hacer.
-Me disculpo sinceramente por mis acciones, se que muchos de ustedes no saben o no lo sabían, pero, fui la responsable de la falsa alarma, no consideré las causas de mis acciones y me encuentro profundamente avergonzada y arrepentida de mis errores-
-Error? Error fuiste al nacer.- esas palabras provinieron de los últimos asientos, no sabía quién era, pero no fue la única.
-Gracias a tu inmadurez, perdí un trabajo de meses.
-Si, ella tiene razón, también me pasó.
-Saque bajo en un examen gracias a ti.
Entonces todos empezaron a gritar, alzando la voz y haciendo que todo el lugar sea un desastre, yo seguía rígida ante las acusaciones de todos, que eran ciertas, lamentablemente.
-Lo sé, me disculpo- me interrumpieron de nuevo.
-Mojigata.
Miraba a los profesores en busca de ayuda, éstos ya se encontraban levantados de sus asientos, intentando calmar la furia de las personas.
Una chica me tiró una bola de papel, directo en mi ojo izquierdo, lo que hizo que lágrimas del dolor y ardor, resbalaran de mis ojos.
Después de esa bola de papel llegaron más y más.
Bolas de papel, cuadernos, un borrador y una funda con canguil, si, más bochornoso no se podía poner la situación.
Entonces llegó, llegó el decano, sin que nadie más que yo se diera cuenta, ya que los demás seguían muy ocupados tirándome insultos como si fuera la mejor profesión del mundo.
El hombre sonreía feliz y satisfecho ante la escena.
Si, según él, este era mi merecido, mi castigo.
Me miró con sus ojos victoriosos y su sonrisa al aire.
Un agarrón en mi brazo me trajo de vuelta al caos.
-Abril, vamos. - Lesly parecía que iba a llorar en cualquier momento.
Asenti y la seguí tras las bambalinas de la plataforma, abrimos una puerta y salimos a los pasillos con Sarah detrás.
-Dime que no es cierto lo que vi. - habló nerviosa.
No podía abrir la boca, ni siquiera para decir alguna bobada y ellas lo entendieron.
Al salir del edificio principal del campus, llegamos al césped.
-Santa María, lo que faltaba. - volvió a hablar Lesly.
Las pequeñas gotas de lluvia se volvieron grandes gotas, de esas que suenan en el parabrisas y que caen por microsegundos.
Sarah intentó cubrirse con su bolso, pero su acción no sirvió de mucho y al instante estábamos empapadas corriendo por todo el campus, hasta llegar a nuestro dormitorio, agradecí al encontrarlo caliente ya que el frío nos consumía hasta por tiritar.
-Voy a la cocina por unos chocolates calientes, las maquina los deja deliciosos, debes probarlos Abril.
No dije nada al respecto.
-Voy yo. - se ofreció Sarah, abrió la puerta a la mitad. - ya vuelvo.
-Bien, te doy el pase para que entres primera al baño... Vamos Abril, eso que pasó le pasa a muchos, son desconocidos no pasa nada.
-Si, desconocidos que no se limitaron al lanzar todo tipos de cosas sobre mi, todo es mi culpa. No, no, esto es culpa de la gallina, en cuanto la vea la hago caldo.
Lesly seguía intranquila.
-Deberías de bañarte primero, luego si quieres la hacemos hasta perfume, como en la película.
Le di una pequeña sonrisa y fui hasta el baño, con mis cosas en mano.
Después de que el agua caliente se acabara, salí de la ducha, proseguí a vestirme, una pijama negra que calentaba hasta los huesos y un abrigo que llegaba hasta mis rodillas.
Si cuando me sentía triste me cubría hasta los dientes.
Ni siquiera cepillé mi cabello.
-Bueno, me toca.
-Se acabó el agua caliente. - dije apenada.
-Oh, claro, no te preocupes a veces me gusta bañarme con el agua fría.
Sarah, me entregó el chocolate caliente sonriendo.
-Lo bueno de todo esto es que nadie llegará, cierto?. - le preguntó a Lesly, quien asintió. - cuando llueve nadie sale de donde quiera que esté, la lluvia aquí no tiene tregua, al siguiente día te da una gripa terrible, que ni las aguas raras de las abuelitas te sanan.
-Wow! Ahora moriremos de gripe, grandioso, algo más?. - dije un poco Antipática. - disculpen, solo quiero ir a descansar.
-Bueno, puedes venir a mi dormitorio, si hay agua caliente. - se refirió a Lesly, ella me miró con duda.
-No lo sé, no podemos dejar a Abril sola y triste.
-Puedes venir con nosotras. - dijo Sarah, aún con su cabello azul mojado.
Negué.
-Gracias chicas, pero, solo quiero dormir.
Miramos por la ventana al instante que cayó un rayo en la lejanía del campus.
Diosito, era broma sobre eso de la tormenta eléctrica o el glaciar.
-Esta bien, iré con Sarah, si necesitas algo me llamas que al minuto estaré aquí.
En cuanto se fueron, me tire a mi cama, me arrope hasta el cuello y tiré mis piernas sobre el peluche de oso de Lesly, abrazándolo y mirando por la ventana la intensa lluvia.
Bien, tal vez la gallina no tenía la culpa, la culpa fue totalmente mía, lo sabía, lo sabíamos, si, pero, no podía evitar sentirme triste y sin ganas de nada, solo de llorar y que lo hice.
Porque aquí se llora porque se llora, ni siquiera me hizo falta la música triste, para empezar a recordar todo y empezar a sentirme mal y llorar como una bebé que ha perdido su juguete favorito, aunque lo único que perdí fue la dignidad.
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