-Me odias? me perdonas? no quería ya sabes golpearte con el jarrón, solo quería detenerte y fue buena idea utilizar el jarrón ya que si te detuvo.

Me detuve, había dado tantas vueltas que la enfermera se marió y vomitó en el bote de basura.

-Hija!

-Cómo está Artur? Tiene suficiente suturas como para que me odie por el resto de la vida?.

-Estará bien, solo le cogieron varios puntos, por suerte no fue nada grave.

La cara de papá era de suficiente cansancio como para tirar se al suelo para dormir dos minutos.

-Hablaste con Ariel? No contesta mis llamadas.

-Ariel está en el segundo piso...

-Cómo? Él ya pasó a la habitación de Artur?

Papá se rasco el cabello, preocupado.

-Ariel tomó unas pastillas para dormir, fueron muchas así que, le hicieron un lavado de estómago.

-Qué? Porque no me lo dijiste? Fue antes o después de lo de Artur?

-De hecho, Margaret lo encontró mal en su habitación, vomitando, ella lo trajo, mientras nosotros esperabamos la ayuda para Artur, tranquila, todo estará mejor.

-Estoy tranquila!

-Deja de morderte las uñas.

-Si, lo siento, puedo ver a Ariel?

-Segundo piso, puerta 190.

Fui a ella, tomé las escaleras y caminé a la 190.

Abrí la puerta como dueña de la habitación.

-Idiota!. - mi hermano abrió sus hermosos ojos claros, abatido. - necesitamos hablar!.

-Lo sé.

Sus palabras fueron con consentimiento, así que no dude en sentarme en la camilla, tenía un suero, según papá era vitamina por la deshidratacion que también tuvo.

-Que sucedió? Que tomaste?

-Solo necesitaba dormir...

-Espero haya sido eso y no otra cosa, no eres tonto para no saber lo que haces. - lo regañe, asustada por él. - sabes que te amo y no soportaría que otro de mis hermanitos me odie.

Sonrió con alivio.

-Y esta vez, cuál fue la excusa de su pelea? No te habla?

Estaba a punto de morderme las uñas, de nuevo.

-No creo que haya sido algo malo, sabes que Artur también te ama, y no se enojará por mucho tiempo, eres su hermanita pequeña.

-Lo golpeé con un jarron, dejándolo inconsciente y de hecho con varias suturas.

Los ojos de Ariel se agrandaron, no se esperaba mi respuesta, normal, desde pequeños, las peleas más grandes terminaban con una muñeca envuelta en fuego y un balón pinchado con una aguja, eso era lo más fuerte que había sucedido en tanto tiempo, el resto sólo eran golpes insignificantes.

-Abril!. - era obvio que seguía impactado con la mala noticia. - que hizo?

-De hecho fui yo, estaba discutiendo con Jordan. - empecé a hablar sin parar. - él me encontró en la habitación del hotel con James, simplemente tergiversó todo, dijo cosas muy hirientes al igual que yo, para desgracia mía, Artur escuchó todo o al menos lo más importante, al enterarse que James estaba en mi habitación, no dudó en ir y quererlo golpear como sacó de arena, en serio, no se detenía, creí que lo iba a matar, papá ni se movía, impactado ante todo, al igual que yo, no se detenía y ahí estaba la solución, un jarron de flores rojas, no dudé en impactarlo en su cabeza, ahora crees que Artur no dejará de odiarme por el resto de la vida?

-Detente! Jordan? Nuestro amigo?

-El mismo!

-No me digas que tú y él...?

Asentí.

-Si, lo sé, soy de lo peor.

-Pero si ese idiota tiene novia!

-No lo supe hasta hace unas semanas.

-Y tú, estas enamorada de él?

Quería tirarme por la ventana antes que responder esa confusa pregunta.

-Y quién es James? Abril solo me perdí unas horas mientras estaba en el quirofano y ahora de repente me sales con toda esta información, es mucho.

-Ves, esto es difícil, papá medio lo sabe, Artur igual, tú me odias y hasta yo lo hago, es difícil no ser la favorita de Dios.

-Ahora lo veo... Deberías hablar con Artur, seguro te perdonará, ya lo veras, él no puede dejar de mandar en tu vida y para eso tiene que hablarte y eso hará, solo llévale unos chocalates y eso solucionará algo.

-Siento que los tirara sobre mi cara.

-No seas negativa, tal vez se los coma y luego te eche de la habitación.

Empezó a reírse con alegría hasta que se cansó.

-Haz lo que te digo y tal vez tengas suerte y te perdone, si eso no llega a funcionar le dicimos a papá y él lo obligará.

Abostezo cubriendo su rostro.

-Además en pocas horas es tu cumpleaños, puedes perdirle perdón como regalo.

Me tiré sobre él, para darle un cariñoso abrazo, hasta que se quejó de dolor.

-Lo siento!

-No es nada, me lo merezco por idiota... Pobre de nuestro padre, anuncia que se va a casar y que casi sus hijos terminan muertos.

Si no lo estuviera viviendo en carne propia, seguro que ni lo creía, pero era tan cierto, pobre papá seguro y piensa que Diosito lo detesta, al igual que yo lo pienso cuando las cosas no van como quiero.

-Tomaré tus consejos, pero, donde Artur no quiera escucharme y lo tiró por las escaleras.

Asintió, despidiéndose para poder dormir.

Me preguntaba si podía ver a Artur, si ya estaba bien.

Seguro y si estaba bien, pero, bien cosido de la cabeza.

-Hey! Abril, ves, ya pronuncio bien tu nombre.- la comprometida de papá me habló. - querida, necesitaba hablar contigo, claro si me lo permites y no estas cansada con todo lo que ha sucedido.

-No te preocupes, lo pasado ya es pasado, y ahora vas a casarte con mi padre, yo solo quiero que el sea feliz, se lo merece y no seré yo quien lo impida.

-Si importa y necesito que me perdones por robar las rosas del jardín de tu casa, luego lo negaba si, pero esque los pretendientes de mi hija eran tontos y se olvidaban de llevarles flores y pues, pues los mandaba a tu jardín, porque tus rosas eran muy bonitas y su aroma era exquisito, muy buen jardinero tenían eh!

Vaya dato!

-De hecho yo no sabia nada de lo que acaba de decir.

-Si, el último al que mandé a tu jardín, ese desgraciado terminó tomando fotos de tu ropa interior, que luego se hizo viral en tu escuela y sé que te molestaron por eso, perdónanos si?

-De hecho, Margaret, no sabía de nada de lo que dices, hasta ahora, esa ropa interior era de mi tía Lana, cuando vivía con nosotros y era algo descuidada al tender su ropa en el patio.

La cara de Margaret era de  "la regué".

-Creí que eran tuyos por los dibujitos en ellos.

-Si y yo creía que Artur era el responsable de aquellas fotos con el mensaje donde decían que yo era la dueña de aquella ropa interior.

-Querida Abril, perdóname por eso y todo lo demás, si?

-Esta bien, Margaret, ya te dije que si mi padre es feliz contigo, no soy quien para impedirlo.

Ella me dio una fuerte y asfixiante abrazo.

-Por cierto, tu hermanito Artur ya despertó y quiere hablar con tú papá, iré a buscarlo, seguro está en el café.

Asentí y la ví alejarse.

Ahora que estaba en frente de la puerta de Artur y que él ya había despertado, sentía que esto era cosa del destino, de hablar con Artur, teniendo suerte y capaz y me perdona.

Entré después de tocar dos veces, Artur ya hacía recostado sobre la camilla, con un vendaje en la cabeza, sus ojos parecían decaído, al igual que Ariel llevaba un suero pinchado en su muñeca, llevaba grandes ojeras debajo de sus ojos y la palidez de su cara se podría camuflar con él mismo color amarillento del cuarto.

-Hola, puedo pasar?

Al verme, viró su cara, enojado.

-Ya que pasaste...

Caminé a la camilla, con mucho cuidado de no estropear el momento diciendo alguna estupidez.

-Recuerdas cuando las fotos de la ropa interior de la tía Lana, se hicieron viral en la escuela? Te eché la culpa, porque creía que lo habías hecho vengando el play station que había roto, pero resulta que fue uno de los exs de la vecina.

-Si Abril, lo recuerdo, como no olvidarme de eso, si por tu culpa papá me castigó y no me dejó ir a una cita que tenía con una de las chicas más bonita de la escuela.

-Bueno ahora que ya sabemos la verdad, quería disculparme por eso.

-Eso es a lo que venias? Le pedí a Margaret que quería ver a papá no a ti, así que puedes irte y cerrar despacio la puerta, ya que me duele la cabeza del jarronazo que me diste.

Seguía enojado y resentido.

-Vas a tener que soportar mi presencia hasta que papá llegue, él está muy cansado y fue a la cafetería.

-A que fue?.

-Supongo que por algo de café.

-Lo esperaré solo, puedes irte.

-Voy a quedarme un rato.

-Hazlo, pero afuera, necesito tranquilidad y es evidente que tú no la traes.

-Pues voy a quedarme de todas formas.

-Entonces hazlo en silencio.

-Pero quiero hablar.

-Vete.

-No vas a escucharme? Solo quiero que me perdones, no quería golpearte, bueno si, pero solo para que dejaras de golpear a James.

-Entonces prefieres a otros que a mi, yo que soy tu hermano y no un desconocido.

-Lo sé, pero no tenía opción, estabas muy enojado y no escuchabas nada, tú único propósito era lastimar a cualquiera que se te apareciera por el camino... Además él no es un desconocido.

-Entonces quien es? Porque a pesar del fuerte golpe en mi cabeza recuerdo todo y en ningún recuerdo lo mencionas a él.

-Es porque ninguno de ustedes lo conoce.

-y que esperas? Cuéntame!

Cómo decirle a mi hermano, el más controlador, que este chico había sido una de las razones del intercambio, sin que se enoje más.

-Es difícil de explicar, nos conocimos por el novio de Sheyla, mi amiga en la universidad y así nos hicimos amigos.

-Ese chico te gusta?

-No lo sé, todo es complicado.

-Entonces me golpeaste por un sentimiento que todavía ni reconoces! Casi matas a tu hermano por un simple amigo? Esto es peor de lo que imaginaba, como veo las cosas, capaz y él fue la razón de tan repentino regreso.

Yo no lo negué, porque acababa de sacar conclusiones que al final eran ciertas.

-Siempre creí que eras dulce, amable y sincera, que eras la mejor de los tres, pero ahora que lo veo mejor, no eres más que una mentirosa, siempre lo has hecho, mentirnos y de esta forma, sabes que para nosotros la familia lo es todo, volviste con tu excusa de "los extraño demasiado" pero seguro hiciste algo muy malo para volver así, sin mas... Mamá no era así, seguro estaría avergonzada de cualquier comportamiento inapropiado que has cometido.

Sus palabras eran tan certeras que no negué, no me enojé, solo estaba triste, todo era verdad, ante los demás yo era una chica madura, responsable, pero evidentemente las cosas se me salieron de las manos.

Los ojos me picaban, queria llorar, pero no lo haría, pero no todo iba mal, cierto? Al menos no estaba gritandome.

-No puedo cambiar lo que piensas de mi, solo quiero que me perdones.

-Abril! Como podría hacerlo? Cuando llegaste estaba tan feliz de tener a mi hermanita de vuelta, pero, a ti eso no te atrajo a nosotros, siempre he sido muy estricto, todos los sabemos, pero no puedo evitarlo, cuando mamá murió, asumí esa responsabilidad, de cuidarte y molestarte como hermano, pero, ahora siento que no te conozco, te fuiste tanto tiempo y al volver no eras la misma... Por favor, dejame solo.

Sin querer una lagrima rodó por mi mejilla, la atrapé antes de caer de mi rostro.

-Quieres, quieres que me vaya?. - pregunté triste y con temor a su respuesta.

Asintió sin verme, ni por un segundo.

-Bien, lo que tú digas.

Artur era tan bueno como orgulloso, lastimé sus sentimientos sin quererlo y probablemente me odiaba.