1/04/2021

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Presente

¿De mí? Vaya tontería, si solo era una estudiante inofensiva, incapaz de matar a una mosca, creo que esa es la mayor estupidez que había escuchado en toda mi vida.

Cuando llegué al edificio repleto de libros me sentí como en casa, dentro de un espacio cálido acompañado de un aroma relajante y el maravilloso silencio. Sí, adoraba el silencio, la calma y leer, quizás por eso me consideraban los chicos del instituto un poco rara o friki. 

Scarlett y Sara se acercan a la mesa donde me he instalado al fondo de la sala, están charlando de Harry Styles, no dudo en unirme a la conversación. Aunque sigo preocupada, Valeria destaca por su puntualidad y que la hora acordada ya haya pasado me perturba.

El reloj marca las siete y veinte, una oleada de perfume invade mis fosas nasales, qué alivio.
— A ver, chicas, perdón por el retraso.—  se disculpó mientras tomaba asiento a mi lado.

— No pasa nada, Val, pero ve al grano, por favor.

Sara le echaba miradas un tanto desagradables, incapaz de disimular su odio hacia ella. A veces su manía de guardar rencor me molestaba un poco.

— Ya voy, ya voy. Bueno, como ya sabréis, mañana la familia del alcalde va a celebrar una fiesta muy lujosa, dirigida especialmente a personas de altos cargos, presidentes y empresarios y... yo estoy invitada.— explicó, orgullosa de sí misma.

— Vale, ¿qué tenemos nosotras que ver en eso?— No entendía a dónde quería llegar, a esa fiesta tan exclusiva no podía ir cualquiera.

— Mucho, mi novia vuelve por la noche de Nottingham y me gustaría verla.— Su tono se vuelve tímido a la vez que agacha la cabeza.

— Oye, Valeria, nunca te avergüences de amar a una persona.— Scarlett le aconsejó, tomándole la mano de forma maternal, un tanto cariñosa.

La pelirroja intentó seguir animada, pero su expresión claramente decayó un poco. Su historia era bastante dolorosa, nosotras la acompañamos en todo momento, sin embargo, dejó graves marcas que todas preferimos no recordar. Su familia nunca aprobaría su relación y siempre la humillaría por su sexualidad.

— ¿En qué podemos ayudarte entonces?— Se ofreció mi mejor amiga, con voz suave.

— Como yo no voy a poder asistir y es un evento obligatorio, se me ha ocurrido la brillante idea de que Marina se haga pasar por mí. — Se estiró en la silla, colocando sus delgados brazos detrás de su nuca.

 — No funcionará. — Ya estaba tardando Sara en darnos "ánimos".

— Sí lo hará, el tema es un baile de máscaras, no se le verá la cara. — Valeria, sin lugar a dudas, era astuta.

— Mmmm... acepto, con una condición.— señalé, con firmeza.

— ¿Cuál?

Toda su falsa seguridad se evaporó. Bingo.

— Tú me dejarás tus vestidos y te encargarás de mi maquillaje. Si vamos a hacer esto, que salga bien. También podrán venir conmigo Scar y Sara.— afirmé.

Ella no se opuso en nada, al contrario, se puso a dar pequeños saltos y a abrazarme, emocionada. 

Lo que no sabía es que aprovecharía la oportunidad e investigaría sobre el disparo del otro día. El plan estaba en marcha y no me permitiría fallar. No esta vez.

— Me hace muy feliz escuchar eso, Marina. Déjame que te cuente los detalles...— Su voz cantarina nos contagió de alegría. La pelirroja realmente se había ilusionado con la idea de que yo le ayudaría.

Qué pena que así, comenzara el inicio del caos.

Cuando volvimos a casa Sara, Scarlett y yo, no nos dimos cuenta de que había una persona acechando detrás de la Iglesia. Escondida bajo las ramas de los naranjos, nos observaba atentamente, sin perder ni un mísero detalle.

Al día siguiente, la policía nos llamó a declarar a su despacho. Vosotros, queridos lectores, seguramente os estaréis preguntando por qué.

Entendible.

Sin embargo, el por qué de lo que sucedió esa tarde no lo sabía yo, sino alguien mucho más alto, interesado y manipulable.

El culpable de la desaparición de Valeria Higgins.

"¿Quién sería capaz de llevarse a una chica de 16 años sin dejar apenas ninguna huella?"

¿Quién tendría un motivo lo suficientemente bueno como para secuestrar a la hija de la oposición política del alcalde?

Pues, el arrogante del vecino.

Bruno Duarte.

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POV: Bruno

Mi padre me agarró del cuello de la camisa, tirando con fuerza hacia arriba. La vena de su cuello se había agrandado de la rabia que debería estar sintiendo ahora mismo.

 — Te dije que me ayudaras a ganar las elecciones, no que secuestraras a una chavala de tu edad.— gritó, con los dientes apretados y el ceño fruncido.

— Yo no he sido, papá.— admití, tranquilo.

Sus manos me soltaron, y su expresión de loco furioso se calmó un poco. Pasaron unos segundos hasta que volvió a hablar, pasándose la mano por su rostro empapado de sudor.

— ¿Entonces quién ha sido?

— No lo sé, pero el que lo ha hecho creo que va a mi instituto.— Saqué de mi bolsillo un paquete de chicles. Joder, eran de menta.

Detestaba los chicles de menta. Puse una mueca de asco, y mi progenitor los cogió de mi mano, tragándose dos a la vez.

Al menos se calmaría un rato mientras tuviera que masticarlos y tal.

— ¿En qué te basas para decir esa locura? — Enarcó una de sus oscuras cejas hacia mí, igual que las que yo había heredado. Mi familia poseía los genes del pelo súper negro y rizado, no era muy difícil saber cuál era mi apellido. Solo con vernos a mis padres y a mí juntos, te podías dar cuenta de que compartíamos sangre.

Repasé lo que había visto esta mañana en clase: Jessica y Peter estaban besándose cuando ella de repente tuvo que responder a una llamada. Mi mejor amigo le lanzó una mirada bastante llena de complicidad, como si ambos se encontraran en una especie de equipo.

Se lo conté todo, añadiendo al final cómo él no me había contestado el teléfono por la noche, cuando le pregunté que si iba a hacer pellas mañana.

Estos dos chicos estaban ocultando algo, y no dudaba de que posiblemente, tuviera que ver con Valeria.

— Bruno, ten mucho cuidado. — Puso su enorme mano en mi hombro, apretándolo con cariño.— El pueblo vive gracias al dinero de unos pocos y el trabajo de muchos, pero mi niño, como se enteren de la realidad...— Un suspiro lastimero salió de su boca.

— ¿De qué realidad? ¿A qué te refieres? — Estaba empezando a impacientarme, y los nervios nunca jugaban a mi favor.

— Ya lo descubrirás, hijo mío. — Acarició mi frente, besándola dulcemente.

Dark Hills, un lugar seguro donde vivir, cada vez se estaba convirtiendo en una comunidad más peligrosa. Y mi familia por mucho que intentara taparlo, no podía disimular más tiempo lo que había ocurrido en nuestra bonita villa.

¿Hasta cuándo podríamos fingir que no estábamos jodidos? 

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                                                         ~~~~~~Notas del autor~~~~~~

¿Qué opináis sobre el capítulo? ¿Y sobre la portada?(La he cambiado mil veces ya).

¿Teorías interesantes?

En fin, gracias por leer.

- KawaiiWorld8

Corrección: 06/08/2024