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El baile

El baile de máscaras 

📷

POV: Marina

— Sara, ¡déjame hacerte el eyeliner ya! ¡Quédate quieta!— exclamó la chica morena, frustrada con las manos manchadas de negro.

Mi mejor amiga no paraba de moverse, complicando el trabajo de maquillarnos a todas para la mascarada.

— No. ¿Y si me lo haces feo? ¿Y si no me queda bien? ¿Y si me da alergia el producto? ¿Y si-?

— ¿Y si te callas? — Intervine en la conversación.

— No va a pasar nada de eso, paranoica. — Rodó los ojos Scarlet, golpeando su hombro.

— Ay, pero...el caso es que no me fío.— reclamó la rubia, cruzándose de brazos y fulminando con la mirada a Valeria, que, infructuosamente intentaba hacerle el maquillaje.

Qué paciencia tenía esta chica para aguantar el mal humor de Sara Hale, Dios mío. A mí me había conseguido un look bastante atrevido y no me quejaba en lo más mínimo: con pestañas postizas, labios rojos brillantes del mismo tono que mi cabello, sombras ahumadas, y mucho colorete, iba guapísima.

No me extrañaba que le gustara tanto el arte y la pintura, se le daba muy bien esto de dejarte más bonita y realzar tu belleza natural, aunque mi amiguita no pensara lo mismo.

Al final, ella misma optó por hacerse cuatro cosas fáciles: labios nude, iluminador en las mejillas, ojos con un poco de rímel y detalles dorados en el lagrimal.

Seguía siendo la más bella aún así.

Faltaba menos de una hora para que empezara el baile, todas sentíamos nervios. Iba a acudir gente de la élite, empresarios internacionales, alcaldes, presidentes, y nosotras teníamos que estar a la altura de la ocasión.

Normal que Val hubiera preferido saltarse este evento tan...social. Ahora entendía el gran favor que le estaba haciendo.

Nos marchamos en el coche de los padres de Scar, su hermana pequeña se quedó en su casa durmiendo mientras nosotros nos dirigíamos al palacio de los Petters. Nadie podía culparla, ya se habían hecho las 11 y media de la noche, muy tarde para una niña de cuatro años.

"Pasaoslo bien, chicas."

Eso intentaríamos, gracias. Qué simpáticos.

Al salir del vehículo, todos los ojos recayeron en nosotras tres. Mi máscara llevaba detalles negros y plateados, mientras que las de mis amigas eran blancas con toques en oro, muy elegantes.

Me llevé una ingrata sorpresa cuando vi quien rodeaba la cintura de Jessica con el brazo...

Considerablemente egocéntrico, guapo, y astuto: Bruno Duarte.

El protagonista de mi última pesadilla, mi vecino y el hijito del alcalde del pueblo.

Aparté la mirada rápidamente, evitándole y entré detrás de ellos al jardín, donde todo el mundo charlaba animado, con bebidas en las manos y antifaces delicados en los rostros.

Después de unos diez minutos, comenzamos a bailar, la castaña sacó sus pasos prohibidos, le encantaba bailar. Mientras Sarita y yo nos movíamos de un lado a otro, incómodas. En ese momento detecté una presencia que me resultó familiar.

Era el chico de los ojos azules.

Mientras se acercaba tuve un flashback de esa noche que apenas recordaba.

Las suelas de mis zapatos rechinaban a cada paso que daba, ya que estaban mojadas. No paraba de correr, ¿a dónde se suponía que tenía que llegar?

— ¡Más rápido! ¡Vamos! — Reconocí esa voz insoportable.

Y...caí al lago, me había despistado al girar, tomando el camino incorrecto. Demonios.

Sacudí la cabeza, extrañada por la viveza de esa escena que se acababa de reproducir en mi mente.

— Buenas noches, bonita. ¿Me permite este baile? — Levantó la palma de su mano hacia mí, ofreciéndomela.

Wow, nunca había vivido algo tan próximo a una película romántica como hoy.

Acepté su invitación, sonrojada. El traje que llevaba, azul marino combinado con una corbata negra, le marcaba los músculos. 

— ¿Cómo te llamas?— Sonreí cuando los violinistas comenzaron a interpretar una canción de música clásica. Adoraba a Beethoven, Mozart y Bach, ya que me recordaba a mi etapa de estudiar piano.

— Feliks Rutkowski. Aunque para ti seré otra cosa.— susurró, su voz baja prometía problemas.

— Ese apellido no es de aquí.— recalqué, enarcando una ceja en su dirección.

— Porque no soy de por aquí.— Una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios carnosos y rosados.

Nos movíamos al compás de una melodía suave, armoniosa, más su forma de bailar no tenía nada de tranquilidad. Parecía incómodo entre tantas personas, aunque lo disimulaba muy bien.

— Necesito hablar contigo sobre un tema. Tus padres biológicos han muerto en el hospital, esta tarde.— Me hizo girar sobre sí misma a la misma vez que recitaba esas palabras.

¿Cómo que estaban muertos? Si a mí me dijeron los trabajadores del orfanato que podría ir a verlos la semana que viene si quería conocerlos.

— Eso es imposible, yo...— balbuceé, abrumada por tata información de repente.

— Tú estás en peligro Marina.— Su expresión se tornó seria.— Ven conmigo un momento.

¿A dónde? No podía fiarme de un extraño que acababa de decirme esas cosas sobre mi familia.

— Dime cómo sabes mi nombre.— exigí, desafiándole con la mirada.

Sus ojos azules relampaguearon, brillantes.

— No me creerías.— expresó, divertido por la situación. — Pero te aconsejo que mantengas las distancias con los Duarte. No todo lo que es oro reluce.— me advirtió en el oído.

Joder, qué puto miedo.

— Tranquilo, no lo haré. — asentí con la cabeza, entendiendo a lo que se refería.

Y un disparo rompió con la calma, desatando el infierno, la locura.

La fiesta glamurosa se convirtió en tremendo caos en cuestión de segundos, en ese instante me pregunté quién sería la siguiente víctima.

Porque el alcalde se retorcía de dolor en el suelo, con la camisa blanca empapándose de sangre a la velocidad del rayo.

Miré a Feliks, sintiendo el peso de nuestra conversación en nuestros hombros. Mierda. Debía salir de este salón maldito ya.

— Nos veremos pronto, bonita. Cuídate.— Besó mi mejilla con mimo, y ese gesto tan genuino consiguió calmarme un poco.

Pensé en Val, cayendo en la cuenta de que yo vine a sustituirla. Su modo de agradecerme el favor, su ímpetu en maquillarme...Joder.

Ella sabía desde el primer momento lo que iba a ocurrir, por eso me pidió que la reemplazara.


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N/A: Buenos días a todos, jeje. Retomo con este capítulo Huir no es la solución. <3 Estoy contenta porque esta historia es distinta a lo que se suele leer. Es decir, poco romance va a haber. :)

Los protagonistas tendrán sus intereses románticos, pero el género de esta novela se centra en el suspense y el misterio.

Espero que la disfrutéis mucho, que conectéis con la trama y os enganche.

Gracias por leerme. ❤️‍🔥

- KawaiiWorld8


P.D.: Recordad que este domingo actualizo Dulce odio, chaooo.

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