UN TIEMPO ANTES.

— Estoy seguro que fue él, ese maldito de Amane lo acosó hasta hacerlo tomar esa decisión — Hyunjin dijo directamente, después de que su amiga llegara junto a él a acompañarlo en su soledad.

— Lo sé — Mina soltó un suspiro, haciendo su mayor esfuerzo para no ir hacia Amane y romperle la cara. De todos modos, sabía que Momo fue a eso — Un día lo vi acosandolo, lo detuve y se fue, pero no supe si Amane siguió.

— Jisung era mi amigo... — Hyunjin soltó un sollozo bajito, dejando las lágrimas salir — Tal vez ya no tanto, pero lo fue por un buen tiempo — bufó, pasando su mano por su cara para intentar borrar las lágrimas, y se detuvo un momento, pensando. O más bien, recordando — Me apoyó siempre incondicionalmente. Cuando empecé a acosar, no es que fuera mi orgullo eso, pero Jisung me apoyó aún si le disgustaba. Él sabía que mi ex padrastro me obligaba, y podía confiar en él para desahogarme — se detuvo para mirar a los ojos a su amiga, y Mina pudo notar sus ojos rojos — Y yo lo dejé a su suerte cuando más me necesitaba, Mina — eso lo hizo enterrar su rostro en sus piernas, llorando.

— No sabías por lo que pasaba — Mina intentó consolar, acercándose para pasar su brazo por los hombros del chico que se exaltó.

— ¡Sí lo sabía! — Hyunjin soltó otro sollozo — Un día me pidió ayuda, me dijo que si podíamos hablar y se le notaba ojeroso y desesperado... — pareció recordarlo por un momento — Yo le dije que no me volviera a hablar porque no quería meterme más en lo de los acosos, le dije que fue un error haber hecho todo eso, y que ni mirarlo quería. Él lo aceptó y se fue — negó repetidas veces con la cabeza — ¡Cuando fui yo el que lo guió hacia los acosos!

Mina solo pudo acercarse para abrazarlo y consolarlo, sin tener palabras qué decir. No era buena consolando, no tenía palabras de aliento, así que solo lo abrazó y susurró algo que también deseaba.

— Amane pagará por todo.

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ACTUALMENTE.

— Claro que Amane pagará por todo — Chihiro dijo totalmente molesta, hacia las palabras del director Jeon — Usted encárguese de conservar su puesto, porque lo que menos necesitamos es otro director, y yo me encargaré de Amane — fue lo último que dijo para irse de la oficina.

Su trayecto no se desvió, hasta llegar a las afueras del instituto. Se dirigió hacia su auto, uno nuevo que había comprado aquí en Corea como señal de que se quedaría en el país junto a sus hijas. Dentro, en los asientos traseros, estaba Mina junto a Hikaru y Dahyun, mientras que por más que quiso contactar a Momo simplemente la respuesta fue nula.

Mina estaba más calmada, recargaba su torso en su hermana y tenía sus piernas arriba de las de Dahyun.

No tenía su camiseta, solo un sostén tapando sus senos, pero eso era indicio de que alguna de las dos la habían calmado con besos en sus cicatrices. Probablemente Hikaru, ya que era la única con un ligero labial rojo y quedó marcado pocas veces en los hombros de Mina.

— ¿Qué ocurrió? — Hikaru preguntó, pues era la única sin saber por qué su hermana se había descontrolado tanto y el por qué Momo no estaba haciéndole compañía.

— Amane y sus amigos proyectaron en la sala de teatro esos vídeos, y también uno sexual de Momo — Chihiro le contestó con molestia, colocándose el cinturón, haciendo a Hikaru fruncir el ceño.

El director incluso le había enseñado el en vivo que no pudieron borrar ya que se extendió por todas partes, como morbo entre los estudiantes. Fue un total desastre y Chihiro se encargaría de que Amane se hundiera por completo.

— ¿De Momo?

— Uno de sus clientes la grabó sin su consentimiento — la voz de Mina las hizo exaltar a todas, pues habían pensado que estaba dormida, pero de repente abrió los ojos con una tranquilidad extraña — Momo no es tonta como para dejarse grabar. Se lo creería si fuera con Felix, pero Felix ni pediría tal cosa.

— ¿Te sientes mejor, pequeña? — Chihiro decidió guardar aquella información para después, y mejor preguntó por la menor de sus hijas, que se levantó tomando un profundo respiro hasta sentarse cansada en medio de su hermana y novia.

— Mejor... — asintió ligeramente. Se dio cuenta de su alrededor, de las tres miradas en ella y la avergonzó lo suficiente — Lo siento — agachó la cabeza, pero pronto sintió un beso en su mejilla de su novia.

— Ni te atrevas a disculparte, no tienes por qué — Dahyun le sonrió, y en eso la apoyó Hikaru y Chihiro. Lo que menos querían es que Mina se sintiera culpable de los actos horribles de Amane, cuando Mina era la víctima que quería solo seguir con su vida y avanzar en su estabilidad.

— ¿Y dónde está Sana? — Chihiro preguntó, pero ni Dahyun tenía la respuesta.

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— Lo siento, de verdad — Sana se disculpó por décima vez con su novia, mientras ésta negaba — No te muevas — le enderezó la cabeza para seguir curando el ojo morado que le había dejado con el bate.

Ya había ayudado a Chan y él se tuvo que ir obligatoriamente a clases, con él fue una herida en la frente que solo necesitó desinfección con alcohol y un curita. Ahora estaba con Tzuyu, quien había recibido el golpe en su ojo, estaba de un color morado oscuro y apenas podía abrir el ojo tan solo un poco.

— Tendrás que usar parche — Sana tomó uno de las cosas que tenía la enfermería de la preparatoria. Pasó la gasa por el parpado de nuevo, haciendo a Tzuyu quejarse por el ardor de la gasa húmeda de alcohol — Ya va a estar — Sana pasó el parche para rodear la cabeza de Tzuyu y que esté bien acomodado sin alborotar su cabello — Lo siento — se volvió a disculpar.

— Ya te dije que está bien — Tzuyu la acercó para abrazarla contra su pecho, que Sana correspondió con gusto — Yo también, ¿para que me puse detrás de ti si estabas usando un bate? — bromeó, sintiendo la risita ahogada de Sana en su pecho — ¿Sabes que ocurrió con Mina y Momo? — sacó el tema, y Sana se tensó.

— Solo supe que Momo se fue, y a Mina se la llevó Chihiro. Dahyun debe estar con Mina, no se separaría de ella por nada.

— ¿Dónde estará Momo?

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— ¡Mina! — el llamado en alto de Chihiro hizo a Mina zafarse lentamente de los brazos de Dahyun, cuidando de no despertar a su hermosa novia que había caído por el sueño después del día tan mentalmente cansado.

— ¿Eh? — se dirigió hacia la cocina, dejando a su novia en el sofá de la sala, en una posición cómoda para que no despierte con malestares.

Mina era la más cansada realmente, pero trataba con todas sus fuerzas que los recuerdos recibidos no dañasen su relación, no quería volver desde el principio, no quería volver a ser esa chica borde y evitativa, ya no.

Primero la frustración de no encontrar a Momo, luego su pasado restregandose en su cara como una garrapata sin querer soltarse, después más frustración al pensar en que Momo realmente no tiene a dónde ir (si no es con las ya conocidas amigas), luego pensar en su venganza legal contra Amane, después estresarse más, y lo único que la había calmado era acostarse a solo recibir afecto de su novia. Había pasado ya un día entero, sin saberlo realmente.

Pero ahora se dirigía hacia la cocina, a con su madre.

Sin duda, no esperó que su madre tuviera su rostro pálido, una mano en sus labios en asombro, otra mano en el celular sostenido al lado de su oreja, y sus ojos brillantes de incredulidad

— Momo fue arrestada.

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Iiiiiii ya nos cargó la súper duper mega chingada