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#55 - Lo escondido en sus cicatrices.

Mina seguía con su vista en el horizonte, había terminado su largo relato resumido, y no tenía la valentía de ver a Dahyun, pues una parte de ella tenía miedo de lo que la rubia exprese sea solo disgusto por ella. Le había confiado su historia, su más privada historia, la cual la había convertido en lo que era ahora.

Esa historia, que la convirtió en lo que los demás hicieron de ella, un desastre andante tratando de sobrevivir en esa sociedad de miradas incómodas y algunas otras de desprecio.

Cuando empezaría a llorar ella por el miedo de ser rechazada por Dahyun, escuchó un sollozo ajeno. Dirigió su vista hacia Dahyun, quien tenía su cara llena de lágrimas mientras trataba de limpiar ese llanto aún cuando seguía creciendo.

— No... — Dahyun sollozó de nuevo, interrumpiendo lo que diría, hasta tomar un respiro y querer decirlo bien — N-No sé cómo pasó por esa tonta cabeza tuya... hacerme la tonta propuesta de promesa de no llorar, M-Mina... — la rubia la apuntó, entre el llanto y molesta — ¿Cómo no querías que llorara? — cuestionó, mientras que Mina se arrastró hasta acercarse y abrazarla, dejando que Dahyun se aferrara a ella mientras murmuraba cosas inentendibles contra su pecho.

Mina tragó saliva, no sabiendo qué decir. Si ella le quiso hacer la promesa en primer momento, era porque no le gustaría ver a Dahyun herida, aunque sea por algo de ella. Ahora viéndola llorar, confirmaba que no le gustaba verla sufrir. Quisiera que esa sonrisa apareciera, y por lo tanto ignoró su propio llanto para sonreír, limpiar su cara y separar a Dahyun del abrazo.

— Está bien. Mira — Mina palpa su propio abdomen, sonriendole para querer tranquilizarla. Dahyun la miró fijamente, con un rostro casi enojado por todo lo que había sufrido Mina sin merecerlo — Estoy bien, ahora, contigo.

Dahyun se abalanzó a otro abrazo con Mina, pues Mina decía esas palabras sin ser conciente de que lágrimas bajaban por su rostro hasta caer por su mentón. La pelinegro parecía estar convenciendose de que estaba bien ahora, pero no lo estaba del todo.

— ¿Has escuchado el dicho de 'Está bien no estar bien'? — Dahyun le pregunta suave, tranquilizando un poco más su llanto. Mina asiente, tensa por la fuerza que hace en no entrar sollozos — Eso va para ti, Mina. No tienes por qué estar bien ahora. Mejorarás. Pero está bien no estar bien — Mina solo desvió la mirada por unos segundos y se decidió por fin.

Entró en un llanto descontrolado, empezando por un sollozo bajo, pero después muchos otros más fuertes que acompañaban con temblores y de aferrarse a Dahyun como si no quisiera soltarla nunca.

Fueron unos minutos en los que Mina por fin se calmaba, habiendo dejado salir todo lo que había tenido guardado por mucho tiempo.

Esta vez había dejado ir las emociones abrumadoras en llanto, había contado la historia de manera detallada para dejarla ir como el pasado que hizo de ella lo que es ahora, había confesado a Dahyun sus sentimientos para por fin dejar ir el miedo de no ser correspondida.

Lo guardado en su pecho por fin pudo salir, dejándola con un sentimiento de alivio y ligereza, que ocasionó que se recostara en el pecho de Dahyun mientras ésta recargaba su espalda en el tronco del árbol. Las caricias en su cabello, y otras en su mejilla, la hizo cerrar los ojos para disfrutar ese afecto que ahora deseaba tener siempre.

Dahyun besaba una que otra vez su frente, buscando darle cariño para que se relaje.

— ¿Te sientes mejor? — Dahyun preguntó suavemente, inclinándose hacia atrás para verla a los ojos, por lo que Mina los abrió y la miró, notablemente más calmada, así que asintió con una pequeña sonrisa que Dahyun no se resistió en besar.

— ¿No preguntarás nada? — Mina frunció el ceño al cuestionar, mientras que Dahyun ladeaba la cabeza en confusión — Si tienes alguna duda, puedes preguntar lo que quieras.

Dahyun la abrazó contra su pecho, para que se recostara, y le dio un pequeño beso, en sus pensamientos buscando alguna duda que le haya quedado de la historia.

— ¿Los Kang no te molestaron? — ladeó la cabeza para ver a Mina recostada, la mejilla de la pelinegro abultada al chocar con su pecho, al igual que sus labios un poco esponjosos.

— Creo que temían a que yo haga algo contra ellos, ahora yo era millonaria así que podía hacer algo — Mina le contestó con tranquilidad, unos pocos sorbidos de su nariz para quitar la mocosidad, pero estaba más calmada.

— ¿Nunca tuviste comunicación con Hyunjin después de que se fuera?

— Él se iría definitivamente, eso dijo, y no queríamos alargar todo — Mina negó suavemente con la cabeza — Nos despedimos, y terminó allí. No esperé reencontrarme con él siendo bullying, y molestando a quien sería mi mejor amiga Sana — apretó los labios, recordando el amargo sabor de boca al ver a su mejor amigo siendo una mierda que ella odiaba.

Ella fue bulleada, humillada frente a muchas personas, a causa de los chicos y chicas que eran como Hyunjin de aquel tiempo. Mina no está muy cómoda con él, pero estaba bien, no es su obligación que le vuelva a agradar, él cambió para bien, y no se necesitan como amigos, ya no.

Dahyun también lo pensó, mientras suspiraba y dejaba un beso en la cabellera negra. Mina disfrutaba mucho esos besos, sintiéndose casi abrumada por ellos, a veces pensando que no los merecía, pero agradecida de que solo se den en ella.

— ¿Nunca supiste más sobre Chaewon? — esa pregunta se fue junto a un suspiro en el viento, al igual que la calma en Mina, pues Dahyun pudo sentir el cuerpo de la pelinegro tensarse, y se vio en la necesidad de dar un reconfortante masaje en sus hombros.

— Un tiempo después, recibí la noticia de su suicidio — a eso Dahyun pudo entender lo tensa que estaba Mina — No había podido contra la depresión, se suicidó con pastillas en su baño. Sus padres se comunicaron conmigo, sabían que era importante aún si ya no teníamos comunicación — Mina podía recordarlo, el sentimiento de tristeza profunda que le trajo el saber que Chaewon no había podido salir adelante como ella. Ese suceso de Chaewon, incluso la hizo pensar en la posibilidad de suicidarse, en la posibilidad de que todo mejore si ella se iba, pero afortunadamente estaba allí, y solo afortunadamente porque tiene buenas amigas y una preciosa chica que la veía con unos ojos cariñosos. Recordó también, en un momento abrupto, el cómo nunca asistió a velar a Chaewon — Nunca me animé a visitar su funeral o su tumba.

— Vamos — la respuesta de Dahyun fue inmediata, como impulsiva, pero no se arrepintió de ella, y calmó a Mina cuando ésta dio un saltito.

— ¿Eh? — Mina inclinó su cuerpo hacia atrás, buscando ver fijamente a la rubia para poder ver sus ojos y asegurarse de lo que dijo.

— Vamos a visitarla. A los Miyawaki, y a Chaewon.

— Amm... — Mina desvió la mirada, acomodándose hasta que Dahyun quedase acorralada contra el árbol, y que sus propias manos sostuvieran su cuerpo para no aplastar a la rubia — Nunca los he visitado — apenas y tiene conciencia de en qué cementerio están.

— Creo que les gustaría tu visita, Mina — Dahyun dio su opinión, haciendo a Mina pensar seriamente en visitarlos pronto — No estabas lista en aquel momento, no te sentiste bien yendo, pero visitarlos podría ser lo mejor — Mina siguió pensándolo por varios segundos, hasta tener esa mirada firme de ya tener una decisión.

— ¿Quieres ir ahora?

— Quiero que quieras ir ahora — Dahyun sonrió, sabiendo la respuesta a continuación.

— Está bien — Mina lanzó un pequeño quejido al estirar su cuerpo para levantarse, pero extendió una mano a la rubia para ayudarla a levantarse — Vamos — Dahyun aceptó su ayuda, levantándose del suelo para sacudirse y tomar la mano de Mina, jalando levemente su extremidad para llevarla con cuidado hacia abajo de la colina.

— Te tengo un regalo — Dahyun habló de repente — Te lo iba a dar mañana en tu cumpleaños, pero te lo daré hoy — eso hizo a Mina mirarla con ojos brillantes.

— ¿Sí? — aunque había recibido cosas que ya tenía, exceptuando su peluche de pingüino, a Mina le encantaban los regalos que Dahyun parecía darle frecuentemente. Estaba feliz, y pensando en la salida al cementerio, pensó en otro detalle — Si vamos a visitar a mi familia y a Chaewon, no tendremos tiempo para pasear por el parque que te gustó — recordó, y Dahyun se detuvo un momento para pensar.

— Podemos tener un paseo nocturno, ya después en la mañana dormimos en el avión — ideó rápidamente, para continuar su caminata hasta la cabaña, viendo en el camino a los animales ya en sus cercos — Ven — Dahyun volvió a tomar la mano de Mina, llevándola hasta la habitación donde rastreó su mochila.

Cuando la encontró, buscó dentro lo que había comprado, y por ello se lo enseñó un poco dudosa hacia Mina.

— ¿Qué es? — Mina primeramente no reconoció qué era por el embolsado, pero Dahyun sacó las muñequeras de su bolsa y las extendió para dejarlas ser vistas mejor — Oh.

— Sé que no es nada innovador, tan sorpresa, pero las vi cuando compré tu peluche, y son del color de los pingüinos, o por lo menos los de la animación — Dahyun no tenía mucha idea para los regalos, sabía bien que cada uno de ellos eran cosas que Mina ya tenía (el suéter y las muñequeras), o ya tuvo (el peluche de pingüino).

— Me encanta realmente, Dahyun — Mina dijo en un susurro, tomando el regalo para verlo con adoración.

— ¿En serio o lo dices por lástima? — Mina no podía creer lo que Dahyun preguntó de manera insegura.

No importaba si tenía guantes y otras muñequeras de colores oscuros, no importaba si no eran de su gusto los colores pasteles, no importaba si no era un regalo tan inesperado.

Importaba que Dahyun se lo había regalado, había pensado en ella y había gastado de su dinero para darle esas muñequeras de color blanco y azul pastel. Todavía tiene sus guantes blancos con rosa, al igual que el suéter naranja, pero le pasaba a ser sus favoritos, los que se ponía en ocasiones especiales y le gustaba la sensación de comodidad al usarlos.

Mina se quitó el guante que tenía y extendió su mano para dejar ver a Dahyun la marca. La rubia se sorprendió ante lo repentino que fue, y vio la cicatriz que claramente daba a entender que fue causada por algo perforando la palma, algo que Dahyun ya tenía la certeza de que fue un clavo.

Mina dejó los guantes en la cama, ignorando la inquietud que le dio el mostrar ambas cicatrices en sus manos. Antes de que se pusiera las muñequeras para probarla, Dahyun tomó suavemente su mano para detenerla, para ver analíticamente la mano y luego dirigir su vista a la expresión inquieta de Mina. Con una sonrisa, de esas que le encantaban a Mina, acercó la mano para dar un ligero beso en la cicatriz, luego acariciando su palma en un pequeño masaje.

Mina apretó los labios, no queriendo llorar ahora, pero siempre había sentido tan bonito el que besaran sus cicatrices, y más si era a alguien que quería como pareja.

— Me gusta todo lo que venga de ti, me encanta de verdad. El que hayas pensado tan solo segundos en mí, me hace muy feliz — Mina confesó en voz baja, sonriendo y se refugió en los brazos de Dahyun para disfrutar de la calidez que le brindaba un abrazo.

La hacía sentirse pequeña y protegida, con fuerza y segura de sí. Los abrazos de Dahyun parecían ser tan reconfortantes y cálidos, al igual que los masajes que daba ligeramente en sus hombros y brazos.

Cuando Dahyun guió sus manos al suéter que traía puesto, hasta el final para alzarlo levemente, Mina no se opuso. Con más seguridad, dejó que Dahyun apartara el suéter, para después la blusa de manga larga, y pronto estaba con solo el sostén evitando su vergüenza de estar desnuda de la parte superior de su cuerpo.

Las cicatrices de su torso, algunas más grandes que otras, o mas notorias que otras, de diferentes tamaños y formas abstractas, eran lo que parecían hacer más insegura a Mina, pero Dahyun solo la hizo sentarse en la cama para pasar su mano por cada una, como si quisiera acariciar cada parte y reconfortar el dolor que pasó hasta tenerlas permanentemente.

— ¿Te pones cremas? — Dahyun preguntó en un murmuro, y Mina salió de su ensoñación donde sentía cada caricia con disfrute.

— Sí, siempre he querido que se reduzcan y algunas cremas ayudan con eso. Eran más notorias y grandes algunas — confesó algo que Dahyun ya había sospechado. Las cicatrices eran de grosor, una en específico de la espalda, pero Dahyun no creía que en algún momento de su vida Mina no haya buscado la forma de disminuir todas esas marcas.

Dahyun se sintió casi dichosa de poder verlas, de tener la confianza de Mina como para que mostrase lo que tanta inseguridad le daba, pero Dahyun quería apartar esa inseguridad, quería demostrarle que eso no importaba para ella. Importaba su pasado, el que la sigue persiguiendo, importaba el que la sigue hiriendo, pero no importaba para poder tener una relación, quería tener esa relación, quería apoyarla.

Sus cicatrices no influían en cuánto la quería, sino en cuán fuerte la veía, en su perspectiva.

Porque su perpectiva cambió inevitablemente. Antes sabía que Mina sufrió, que tuvo problemas, pero al saberlos tuvo conciencia de lo fuerte que era, del cómo salió adelante, de que era alguien que seguía creciendo, que a veces se portaba como una niña obsesionada con pegatinas o pingüinos animados porque no pudo disfrutar su infancia igual que otros niños, era alguien fuerte que pensaba en sí mismo como alguien débil.

Dahyun no podía soportar que Mina tuviera una perpectiva de sí misma como algo débil, porque aunque todos tenemos momentos vulnerables, Mina era fuerte al superar cada uno que se le puso en frente, en luchar contra sus pensamientos y tormentos.

Dahyun casi no podía creer que la bonita chica en la cama sufrió tanto, pero las cicatrices de su torso la hacían creerlo.

Mina no pudo predecir el beso en el que se vio involucrada, pues Dahyun fue repentina al inclinarse y tomar sus mejillas para atraerla a un beso del cual no pudo, ni quería, escapar.

Cuando Dahyun se movió lenta y ágilmente hasta sentarse encima de Mina, y esta última no impidió que el beso se intensificará, ambas supieron de inmediato que la visita al cementerio se retrasaría un poco, porque Mina por fin había dado el '' a lo que tanto Dahyun pensaba y deseaba, pero se abstenía para no incomodar o hacerla pasar un mal rato.

Y por eso mismo, Dahyun se concentró en disfrutar del momento y darle el mejor disfrute a Mina, queriendo hacer de ese suceso algo inolvidable y placentero para ambas.

Aún si ninguna nunca había tenido algo así de íntimo con alguien antes, ambas sabían que todo estaría bien, que todo estaba bien.


. . . . .

Solo les aviso que el tiempo pasará algo rápido, y algunos sucesos también.

Habrá muerte 👹☠

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