#45 - La historia de Sharon Mina. Parte 2.
LA HISTORIA DE SHARON MINA. Parte 2.
(Adopción. ¿Qué es Dios?)
- Esta será tu habitación, Mina - la pequeña pelinegro entró, viendo todo con curiosidad mientras sus brazos se aferraban a la pierna de la que ahora era su tutora legal. Le estaban mostrando la casa donde se ahora viviría y está bastante bien.
La mejor cosa, es que no tenía chimenea.
No debía temer por una, eso le dijeron el señor Hinata y la señora Maiko, pues nunca habían tenido alguna en sus casas. Sakura y Hana también le dijeron lo mismo, así que estaba bastante calmada de no encontrarse con alguna.
- Aquí te compramos algunos muñecos, ¿dónde está el tuyo? - Hinata se acercó a la cama, palpando para que la niña se acercara y se subiera, cosa que Mina entendió y se subió para sentarse.
- Lo perdí - confesó, subiendo sus hombros mientras veía que habían decorado muchas cosas de pingüinos, a ella le empezaba a gustar mucho esos animales, así que sonrió - Pingüino - dijo, apuntando hacia la pared donde estaban algunos de esos animales pintados.
- Tú eres un bonito pingüinito - Maiko le dijo, haciéndola reír. Le gustaba eso.
- ¡Mina, Mina! ¡Yo lo dibujé! - Hana entró corriendo a la habitación, apuntando a un pequeño pingüino de la pared. Toda la familia Miyawaki ya tenía la idea de que Mina representaba un pingüino, así que la habitación tenía colores blanco y azul por todos lados.
- ¿En serio? - Mina emocionada se levantó para verlo de cerca.
- Sí, ¿es lindo, no? - Hana le preguntó, recibiendo su obvio asentimiento. Sakura también entró y se colocó a un lado de ambas - ¡Mira este! ¡Lo dibujo Sakura y también lo coloreó! Se pasó tooodo el día haciéndolo bonito para ti - Sakura se sonrojó una vez tuvo la atención de Mina. Por más disgusto que haya expresado hacia ella, todos sabían que le había tomado un cariño, actuando como toda hermana mayor.
Mina se emocionó, rápidamente yendo hacia Sakura para abrazarla a la altura de la cintura, la adolescente solo palpó su espalda e ignoró su sonrojo.
Los dos adultos en la cama sonrieron, mientras que Hana se burlaba.
El proceso de adopción no les fue realmente tedioso como había sido el de Hana hace años, esta vez fue un poco más fácil para ambos adoptar a la pequeña Mina, lo único difícil había sido ganarse la confianza de la niña y poder conseguir que ésta les hablase más.
El conseguir que la niña se expresara mejor les dió puntos con el proceso, pues consideraron que con ellos la pequeña podría progresar de una buena manera.
Ahora legalmente era Miyawaki Sharon Mina, hija menor del estable matrimonio Miyawaki, y también hermana de Sakura y Hana. Mina sabía eso, pero seguía llamando a sus padres adoptivos como señor Hinata y señora Maiko, pues todavía no llegaba a considerarlos un padre y una madre.
Pero eso era parte del proceso.
Mina se iba adaptando poco a poco y mucho mejor.
Continuaba sus estudios y no por nada era la mejor de la clase, a sus seis años sabía leer bastante bien, cosa que sus compañeros apenas estaban aprendiendo o iban a aprender.
No avanzaba mucho en lo social, pues solo logró tener una amiga llamada Joohyun. Siempre almorzaba con ella y jugaban muchas veces.
Saliendo de el kinder, siempre había alguien de la familia Miyawaki esperándola para recogerla y irse a casa. Habían días donde salían al parque, comían en restaurantes, o incluso iban al centro comercial y le compraban muchas cosas.
Todo eso acabó cuando a Hinata le llamaron una noche y le ofrecieron un trabajo en Japón. Acabó en Estados Unidos, porque continuó ahora en Japón.
Mina sabía que sus padres eran de Japón, la familia Myoui era japonesa, solo que antes de que ella naciera se habían mudado hacia Estados Unidos porque su padre empezó a trabajar como encargado de una fábrica.
Ahora Mina estaba emocionada montada en su asiento del avión con Sakura mareada a su lado, a Sakura no se le daba bien viajar en cualquier transporte, siempre terminaba con el estómago revuelto y una expresión cansada. Mina no era fanática de viajar pero tampoco le molestaba, así que estaba muy bien viendo por la ventana todas las nubes y la vista hacia abajo.
- Mina, ¿me harías el favor de cerrar la ventana, por favor? - Mina al escucharla hizo un pequeño mohin pero hizo el favor y cerró la ventanilla para ayudar de alguna manera a su hermana a estar más calmada - Gracias - Sakura se veía realmente mal.
- ¿Quieres que llame a mamá y papá? - Mina preguntó, inconsciente del como había llamado al matrimonio Miyawaki. Sakura estaba lo bastante mareada como para fijarse en eso, así que solo negó y se recostó para intentar dormir.
Mina entonces se recostó igual, no teniendo nada más qué hacer. Pronto fue que cerró los ojos y con el aburrimiento pudo dormirse a los pocos minutos.
Aprender japonés no fue tan malo, pues aprendía rápido y memorizaba bien. Aparte de que sabía lo muy básico gracias a la familia Myoui, quienes le habían enseñado.
Sakura y Hana intentaban siempre enseñárselo en casa, Hinata y Maiko también le hablaban en japonés cada vez más, agregando que siempre hacían señas o gestos que la ayudaran a entender. Así que, con esa ayuda, y la profesional de un tutor no fue difícil adaptarse a Japón.
Claro, en el tema social no le fue tan bien, pues su timidez no la ayudaba a hacer amigos, así que en la escuela mayormente estudiaba y comía.
A sus recién siete años, Mina vió por primera vez a dos chicas juntas. Claro, se cuestionó a sí misma por qué nunca había visto eso, pero luego se encogió de hombros y supuso que, así como mamá y papá, esas dos también estaban enamoradas.
Y por supuesto, Sakura casi dió el grito de su vida al ver que Mina la había descubierto besándose con su "mejor amiga".
- M-Mina, ¿qué estabas haciendo? - Sakura rápidamente se levantó del sofá, su novia sentándose en este pero a un metro lejos y con las manos tapando su rostro enrojecido de la vergüenza.
Se suponía que estaban con la casa sola, con la hermana menor dormida en el piso de arriba. Ninguna creyó que la pequeña saldría y las vería de manera confusa.
- ¿Por qué no dijiste que tenías pareja? - y es que eso era lo que más confundía a Mina, ¿por qué Sakura no mencionó tener una novia? Lo tenía bien escondido.
Sakura la miró por un momento, balbuceando respuestas incompletas y llevando su mirada a todos lados.
- ¿Tienes hambre? - la mayor prefirió por cambiar de tema, no sabiendo bien qué hacer para sacar de la incomodidad a su novia y a sí misma por la intromisión.
- De hecho, bajé porque tenía hambre - Mina confesó, haciendo un puchero y tocando su estómago adolorido, le rugía mucho y lo sentía vacío.
- Te haré un sándwich - Sakura rápidamente encontró el cómo zafarse - En un momento regresó - le dijo a la chica sonrojada de su lado, quien asintió mientras tomaba su libreta. Habían estado haciendo el trabajo de tarea, de hecho, solo con besos de por medio.
- No me has contestado - Mina volvió a sacar le tema una vez llegaron a la cocina.
Sakura suspiró, volteandose para agacharse a la altura de la pequeña y sonreírle casi suplicante. Mina no entendía su cara pero no le cuestionó la alteración.
- Por favor, Mina, no menciones nada de esto a mamá y papá, ni siquiera a Hana, por favor - juntó sus manos, apretando los labios mientras veía a su hermanita fruncir el ceño, más confusa que antes.
- ¿Qué tendría de malo? - Mina preguntó, alzando los hombros.
Sakura rápidamente intentó idear otra cosa. Sabía bien que Mina antes no socializaba, así que muy seguramente no pudo llenarse de los prejuicios de la homosexualidad, y probablemente tuvo una familia que no le inculcó estos, así que Mina en ese momento debería solo pensar que su hermana escondía una relación, no una aberración (como sus padres podrían llegar decir).
- Ehh... No les he pedido permiso - afortunadamente encontró excusa rápida y creíble.
- ¿Se tiene que pedir permiso para tener pareja? - Mina se impresionó, abriendo mucho los ojos y luego haciendo una mueca. Ya tenía una excusa para nunca tener pareja, no quería que luego le negasen el permiso.
- ... Sí - Sakura dudó por un momento, pero tuvo que afirmar, no sabiendo bien cómo explicar que para las relaciones no se necesita permiso pero la sociedad siempre exige eso.
- ... ¿Mi sándwich? - Mina recordó cuando su estómago rugió.
- Oh, sí - Sakura se levantó, sonriendo y yendo por los ingredientes que necesitaba.
- No diré nada, no te preocupes, Sakura - Mina la calmó un poco, acercándose para abrazarla por la cintura y dejarle un beso en el abdomen, ya que no podía alcanzar a la mejilla. La mayor sonrió, acariciando su cabello - ¿Me puedo quedar con ustedes? No hay nadie en la casa - Mina aprovechó la oportunidad para ver la televisión.
- No creo que a Chaewon le moleste tenerte ahí.
En minutos, Mina estaba echada en el sofá, comiendo de su sándwich y su vista estaba entre el sofá y la pareja de su hermana. Sakura y Chaewon hacían la tarea, compartiendo algunos besos pequeños y riendo de cosas que Mina no entendía.
Frunció el ceño preguntándose el por qué su padre o madre negaría el permiso. Chaewon se veía muy linda, físicamente y de su personalidad también, incluso le dió un dulce, eso era genial en la mente infantil de Mina.
Chaewon se dió cuenta de su mirada y le sonrió, haciendo que Mina se sonroje pero siguiera teniendo su ceño fruncido.
- ¿Ocurre algo, Mina? - Sakura preguntó al verla tan metida en sus pensamientos. Mina miró a su hermana y le dió un mordisco a su sándwich.
- ¿Por qué mamá o papá te negarían el permiso? Chaewon se ve muy bien - ninguna de las dos chicas esperó que sacara de nuevo el tema, pensaron que estaba cerrado, pero Mina tenía preguntas
- Aaa... - Sakura esta vez no supo qué decir, miró a su alrededor y luego a su novia para ver si se le ocurría algo.
- Por la edad, sí, tenemos solo quince años - Chaewon fue rápida, sonriendo convincentemente y con confianza, con Sakura haciendo el intento de su misma sonrisa.
- Casi dieciséis - Mina sonrió orgullosa al saberlo, ella ya sabía contar a muchos números.
- Sí, pero para los adultos siempre el problema es la edad, como cuando no te dejaron comer picante al ser muy pequeña, ¿recuerdas? - Sakura le dijo, haciendo un tono de voz quejoso.
- Eso es injusto - Mina se quejó, dándose vuelta para seguir viendo el televisor, ahora enojada de recordar cuando no pudo comer picante. Tenía seis años, era pequeña pero no consideraba que fuera tan pequeña, no como para no poder consumir unas papitas picantes.
El episodio de Bob Esponja le distrajo, fue suficiente para estar calmada y muy divertida por lo chistosos que eran los personajes.
#♡>☆
- Oh, Sakura, mira - Mina de inmediato se levantó, apuntando a la televisión para que su hermana mayor mirara a la bonita mujer de la televisión.
- ¿Mh? Oh - Sakura casi se congela al ver que pasaba una escena de dos mujeres siendo cariñosas entre sí, pues eran pareja y hasta se besaban por segundos. Mina apuntaba a una de ellas, sonriendo inocentemente hacia ella.
- Hana, quita ese canal - Hinata rápidamente ordenó quitar esa escena de los ojos de Mina, mientras que Maiko también frunció el ceño.
- Pero es una buena película - Hana se quejó, a ella no le importaban las parejas, sino que la trama estaba en su mejor momento.
- Quita ese canal, le esta enseñando malas cosas a Mina - Hana no tuvo más remedio que cambiar el canal y bufar fastidiada, pero tuvo que sonreír cuando su madre la veía mal.
- ¿Qué malas cosas? - Mina se apartó de la pantalla, frunciendo el ceño al ya no ver a la mujer que le llamó la atención.
- No está bien dos mujeres besándose - Hinata dijo, negando muy seriamente, pero las órdenes no eran parte de Mina.
- ¿Por qué? - la pequeña cuestionó, con su paletita en mano.
- Porque deberían ser hombre y mujer, Mina - el padre pensó que ahí acabaría la explicación, pero por supuesto que no.
- ¿Pero por qué? - Mina casi exigió, recordando a Sakura y Chaewon besándose hace unos días. Miró a Sakura por un segundo y ésta estaba tragando saliva y casi hiperventilando discretamente.
- ¿No te lo enseñaron en el orfanato? Dos mujeres no deben estar juntas - Hinata le dijo, no entendiendo el por qué eso todavía no estaba en la mente de Mina, si su orfanato era religioso.
- ¿Pero por qué? Tú y mamá están juntos - Mina los apuntó acusatoriamente a ambos, si eso estaba mal, en ellos también lo debía estar, ¿no?
- Sí, somos hombre y mujer - Hinata apuntó al hecho, cosa que a Mina no le dió mucha importancia. La pequeña miró por otro momento a Sakura y frunció el ceño.
- Pero si las dos mujeres se aman, al igual que ustedes dos.
- ¿No te enseñaron lo que es Dios? - Maiko le preguntó, acercándose para estar a su altura y tomar sus manos.
- ¿Qué es Dios? - Mina preguntó, notando que toda la familia ponía sus ojos en ella, parecían sorprendidos. ¿Debería saberlo?
- Estabas en un orfanato con monjas, ¿cómo no puedes saber quién es Dios? - Hana fue la que le preguntó, más divertida que enojada en realidad.
- ¿Qué son monjas? - otra vez la miraban sorprendidos, cosa que a Mina le disgustaba porque no era la atención que le daban cuando había abrazos o besitos.
- ¿Cómo les decías a las que te cuidaban? - Hinata preguntó, acercándose a ella y sentándose en la alfombra, frente a Mina. Estaban en la sala, un sábado muy común de no hacer mucho, pero Mina había ocasionado una platica interesante.
- Cuidadoras, porque cuidaban - si no fuera porque estaba demasiado nerviosa, Sakura se hubiera reído de la simple respuesta que Mina dió.
- ¿Nunca tuviste clases de Dios? ¿La Biblia, la Iglesia? - Hinata le preguntó, intentando que encontrara familiaridad con alguna palabra. Alguna de esas palabras tuvo que escuchar en ese orfanato, habían clases de la religión, así que Mina debería tener alguna cercanía con eso.
Ninguno sabía que las veces que Mina escapaba eran en las tardes, sí, en las tardes donde se suponía que tenía clases.
- Aaa, ese Dios - Mina por fin pareció recordar de qué hablaban, así que suspiraron pensando que sería más fácil explicarle - No me importa, es aburrido - a Sakura casi recuperó todo el aire que había perdido, conteniendo una risa junto a su hermana porque sus padres realmente parecían enojados.
- Mina, no puedes decir eso. Dios es quien nos cuida - Maiko le tomó las manos de nuevo, aún cuando Mina las tenía manchadas de dulce por agarrar mal su paleta.
- ¿Él cuida a todos? - Mina preguntó, teniendo una expresión extraña en su rostro, y recibiendo un asentimiento de su madre - ¿Y por qué no cuidó a mi familia del incendio? - su carita triste fue suficiente para que Sakura se acercara y la separara de su madre, abrazando a la pequeña que se quedó en su pecho.
- ... Oh. Bueno. Mina, eh - Maiko no sabía muy bien cómo explicarle a una niña de siete años sobre eso, además que Mina nunca había sacado el tema de la tragedia de su familia biológica.
- Antes se me hacía aburrido, ahora no me gusta - Mina quiso ignorarlos ahora, escondiendose en el pecho de Sakura. El vivido recuerdo de su casa hecha fuego y su padre muerto en el piso, seguía en su mente
- Te explicamos mal. Dios es bueno - Maiko le aseguró, sonriendo.
- ¿Por qué? ¿Lo conoces? - Mina preguntó, tallándose los ojos al sentir que iba a llorar. Ambos adultos negaron y no pudieron hablar ya que Mina los interrumpió - ¿Entonces por qué sabes cómo es?
- Para que sepas te llevaremos a una iglesia, ¿sí? - Maiko esperó su afirmación, mañana mismo podría llevarla a la iglesia para que aprendiera sobre la religión, pero Mina negó de inmediato.
- Ya he ido a una, es muy aburrido - su gesto desinteresado casi ofendía a ambos adultos, pero era una niña y Sakura la tenía bien abrazada a su torso.
- Si has ido a una, ¿cómo es que no sabías quién es Dios? - Hana preguntó, estando más curiosa que sus dos padres. Ella ya había devuelto al canal que le interesaba, asegurándose que la pareja ya no protagonicen una escena cariñosa, eso para que sus padres no la reprendan.
- Porque no me interesaba - Mina confesó, alzando sus hombros y viendo que su hermana ahora tenía el pecho pegajoso por su paleta.
- ¿Y por qué querías que Sakura viera a la pareja de la televisión, Mina? - Hana le preguntó, haciendo que Sakura se pusiera nerviosa de que Mina la deje en descubierto.
- Una mujer tenía el mismo cabello que Chaewon, negro con un poco de amarillo, ¿verdad, Sakura? - Mina se emocionó un poco, sonriendo hacia su hermana.
Sakura ahí recordó que una de las mujeres tenía el cabello negro con mechones rubios, al igual que una coleta alta; justo como Chaewon lo tenía esa vez que Mina las encontró en el sofá. Un alivio le recorrió el cuerpo entero casi de inmediato.
- Sí, era igual - afirmó, llevando a Mina para que se duchara, ya que ambas tenían dulce por todos lados por la paleta.
#♡>☆
Mina cumplía sus siete años y medio, ya había pasado dos años de su tragedia.
Mina lo sobrelleva mejor de lo esperado. Claro, si parar de llorar y huir cada que tenga un problema, era mejorar, pues por supuesto que sí. Ella lo sobrelleva muy bien.
Sakura era la que siempre intentaba ayudarla, la aconsejaba mucho y siempre la alentaba a mejorar realmente. Sus padres y Hana también, pero no eran la gran ayuda que era Sakura, su hermana más mayor era a quien más confianza le tenía, pues habían coincidido en guardar muchos secretos.
Mina sabía que Sakura había tenido ya una novia anteriormente, pero la actual era Chaewon, la pelinegro con mechones rubios que cada que la veía le daba un pequeño dulce; un pase para caerle bien, en opinión de Mina. Mina también sabía de las escapadas que Sakura hacía en algunas noches, yendo para alguna fiesta con amigas y su novia. Oh, también la encubrió en muchas ocasiones para que pudiera tener citas secretas com su novia.
Sakura le había explicado levemente el por qué realmente se escondía.
Cuando fueron a la Iglesia, Mina escuchó tantas cosas que realmente se cuestionó si la homosexualidad estaba bien, pero Sakura se encargó de explicarle -sin inculcar odio o religiones- de cómo era realmente la situación. Mina era inteligente, entendió la mayoría.
Mina ahora entendía más o menos el por qué debía ser discreta en el tema, más en el entorno que la rodeaba.
Entendió mucho más cuando un día llegó de la escuela y sus padres gritaban hacia Sakura, mientras Hana en el sofá parecía ver todo con una expresión de impacto, parecía en shock.
- ¡¿Por eso salías tanto?! ¿¡Eres lesbiana!? - su padre le gritaba en la cara a Sakura, y estas con los ojos llorosos tragaba saliva mientras se negaba a soltar el primer sollozo de impotencia.
Mina no entendió, se mantuvo viendo con una expresión atemorizada y desconcertada.
- ¿¡Qué mierda son esos mensajes!? ¡Todos este tiempo viéndonos la cara con tu mejor amiga! - su madre parecía muy enojada, apuntalado a Sakura con un dedo mientras seguía gritándole.
Mina cerró despacio la puerta y se adentró, teniendo la mochila en hombros mientras veía como Hana lloraba en el sofá, parecía estar afectada al escucharlos aún cuando ni siquiera se dirigían a ella.
- ¡Pues no!, ¡porque no es mi mejor amiga, es mi novia! - las palabras de Sakura sonaron por la casa, haciéndole entender a Mina la situación que ahora se estaba desarrollando; habían descubierto el secreto de su hermana.
- ¡Sabes bien que opinamos sobre eso y aún así te valió! - Hinata intentaba que le diera culpa a su hija por sus acciones, pero Sakura lo último que sentía era culpa.
Mina dejó un dulce en la mano de Hana, haciendo que esta levantase el rostro y la mirara con su rostro lloroso.
- ¡Sé bien lo que opinan sobre eso, y amo lo suficiente a Chaewon como para que no me importara! ¡Me ha gustado desde que nos mudamos aquí! - cuando sus padres se iban a acercar, intentando intimidarla de alguna manera, un pequeño cuerpo se atravesó aferrándose a las piernas de Sakura - Mina, por favor, no escuches - Sakura pidió a su hermanita, no queriendo que presenciara la discusión.
- Mina, hazle caso. Ve a tu habitación - el padre de ambas dijo, fingiendo calma mientras apuntaba a las escaleras, queriendo que la menor se fuera.
- ¿Por qué le gritan a Sakura? Es su hija - Mina dijo, abrazando a Sakura como podía con su pequeño cuerpo. Siempre había escuchado que los hijos eran lo más preciado de los padres, ¿por qué ahora no encajaba en la situación?
- Tú hermana está saliendo con una chica, debemos hacerle entender - su padre dió un paso adelante, pero Mina obligó a Sakura a retroceder un paso.
- U-Ustedes deberían entender - no pudo evitar tartamudear, estaba asustada realmente. Nunca ambos adultos la habían visto de esa manera, como si estuvieran irritados por su presencia ahora mismo.
- ¿Ya le metiste cosas en la cabeza? - Maiko dirigió su vista hacia Sakura, quien hasta el momento se mantuvo callada con lágrimas fluyendo por sus mejillas.
- Nadie necesita meterme cosas en la cabeza para que yo pueda entender que le están gritando a Sakura solo por amar a Chaewon - Mina quiso tapar imposiblemente a Sakura con su cuerpo, no queriendo que la miraran de alguna mala manera.
- ... No entiendes a esta edad, Mina. Vete - Hinata apuntó de nuevo hacia las escaleras.
- Entiendo muy bien - Mina aún se mantuvo firme, sintiendo como Sakura tomaba suavemente sus hombros como una advertencia que debería irse realmente de ahí.
- ¡No necesitas estar en la discusión! ¡Ve a tu habitación! - Hinata se había hartado por su terquedad de quedarse, así que no pudo evitar gritar furioso hacia la pequeña, pero recibió que esta le devolviese la acción.
- ¡Yo también soy lesbiana!... - Mina soltó, sin siquiera saber si lo era, en un acto de impulsividad por que dejaran de mirar así a su hermana mayor. En el silencio causado se pudieron escuchar los sollozos bajitos de Hana, así como la respiración jadeante de Mina - ¿¡Me vas a gritar también!? - preguntó alzando la voz, sintiendo a Sakura dar un paso hacia atrás, obligándola a retroceder igual.
- Pff. Estás siendo absurda, Mina. Tienes siete - Hinata bufaba, teniendo una sonrisa irónica en su rostro.
Mina no pudo evitar estar avergonzada por sus bajas risas, pues estaba un poco de acuerdo. Se sentía absurda -sin tener un significado específico de la palabra- , porque realmente decir que era lesbiana fue un impulso que le llegó por desesperadamente proteger a Sakura.
- ¿Por qué meten mi edad en todo? - preguntó, ignorando la vergüenza que sentía.
- Vamonos, Mina - Sakura tenía la voz ronca y débil, pero aún así dijo aquello y la alzó en brazos para llevarla escaleras arriba. Ambas subieron con la intención de encerrarse en alguna habitación, viendo por última vez como sus padres se acercaban a Hana y la abrazaban.
Sakura cerró con pestillo la puerta de la habitación de Mina, suspirando una vez se encontró a sí misma y a su hermanita a salvo de cualquier otra discusión.
- Eres muy pequeña para estar en discusiones, Mina - se dirigió hacia la pequeña, quien ya estaba en la cama hecha un pequeño ovillo tierno.
- ¿Tú también vas a meter mi edad? - Mina preguntó, frunciendo el ceño para demostrar su enojo por los comentarios sobre sus siete años y medio.
- Es que a tu edad deberías estar más preocupada por cuántos mocos te comerás al día - Sakura se burló un poco, acercándose para echarse y abrazar a su hermana de una manera aprisionada.
- ¡Yo no me como los mocos! - Mina se quejó, removiendose del abrazo hasta ceder ante él y quedarse a gusto en los cálidos brazos de su hermana.
Sakura se aferró a ella, fingiendo no estar llorando en silencio para no preocupar a la pequeña niña que parecía más inteligente de lo que eran otros niños. Mina la notó, había percibido que su hermana estaba llorando, tenía espasmos en la espalda y involuntariamente soltaba bajos sollozos que callaba con su mano. La pelinegro solo hizo un puchero, acercando su mano hacia su hermana para pincharme la mejilla, soltando un tierno 'Pum' cuando su dedito tocó el rostro ajeno.
Sakura no pudo evitar reír por su pequeña acción, y entonces Mina lo hizo una segunda vez, y una tercera, una cuarta, y más veces para hacerla reír.
- Pum - soltó de nuevo, pero esta vez pinchando la nariz de su hermana. Mina se quedó un momento en silencio, sintiendo la calidez enrollarla pero no se había perdido que Sakura todavía seguía triste, así que ideó un plan para hacerla feliz.
Una idea recorrió su mente y sus ojitos brillaron.
- ¡Ya sé! ¡Vamos con Chaewon! - se levantó, sentándose en la cama, emocionada y con esa sonrisa feliz y orgullosa.
- No creo que sea un buen momento, Mina - Sakura rápidamente negó. Ver a su novia y contarle lo sucedido solo la haría llorar más. Chaewon era una persona muy buena y sin tantos problemas como para molestarla con los suyos. Ni siquiera ella misma podía terminar de creer que estaba oficialmente en una relación tensa con sus padres, todo cambiaría para ella y le era abrumador.
- Escapemosnos, por la ventana como hacías tú para ir con Chaewon - Mina en su inocencia había pensado que su hermana no quería ir por no encontrar cómo, así que apuntó hacia la ventana que tenía un gran árbol fácil de escalar.
- ¿Y si está ocupada? - la mayor preguntó, aún levantándose mientras acomodaba su propia ropa y restregaba su cara para quitar todo rastro de lágrimas.
- Las novias siempre están disponibles para sus novias - Mina se encogió de hombros. Esa lógica suya hizo reír un poco a la mayor castaña.
- Eso no es del todo correcto, pero ya veremos - Sakura negó y abrió la ventana después de haberse colocado el calzado.
- ¿Por qué no es correcto? - Mina preguntó, enfocada en bajar por las ramas, mientras veía a Sakura estando más abajo de ella. Mina traía uniforme, pues había llegado de la escuela cuando presenció la pelea, y no se lo quitó.
- Luego te explico. ¿Sabes que los padres de Chaewon me quieren mucho? Ellos sí saben sobre nuestra relación - cambió de tema, sonriendo al recordar cómo casi daba grito al cielo al saber que los padres de Chaewon incluso la recibieron por primera vez con una exquisita cena.
- ¿En serio? - Mina preguntó, un poco entusiasmada por la historia - Apresurate. Espero que Chaewon me dé un dulce - se quejó un momento, viendo a su hermana por fin llegar al suelo en un salto firme.
- Sí, ellos sí me aceptaron... Y a la única que Chaewon le dará un dulce será a mí - Sakura salió corriendo en ese momento, dando una sonrisa burlona hacia su hermana que se quedó sorprendida por un segundo.
- ¡No, Sakura, no! - Mina rápidamente dió un salto y la persiguió, dispuesta a dar todo por un dulce de esos.
Entre risas, correr y muchísimas miradas de vecinos, ambas llegaron a la gran casa que Sakura ya había visitado algunas veces para darse tiempo de calidad con su novia.
Tuvo que tocar mucho, pues a los varios golpes una adormilada Chaewon abrió la puerta, tallándose una parte de la cara mientras se veía su cabello desordenado y casi un hilo de baba por su comisura.
- Chaewon parece un león - Mina rápidamente apuntó al hecho, haciendo enrojecer avergonzada a la chica de rasgos coreanos.
La de mechones rubios se arregló levemente el cabello y ni siquiera preguntó qué estaban haciendo allí, pues aún estando más dormida que despierta solo les cedió el paso hacia su hermoso hogar moderno, cerrando la puerta una vez todas dentro.
- ¿Estás muy cansada? - Sakura se acercó, preocupada de haber molestado ahora que hace poco salieron de las cansadas clases.
- Las tareas son de lo peor, en la madrugada acabé todas las que tenía pendientes - Chaewon se estiró un momento, dejando un pequeño beso en la mejilla de la castaña - Pero me alegra que vinieras, te extrañaba - se acercó lo suficiente para abrazarla y por encima de su hombro ver a la pequeña pelinegro curiosa - ¿Viniste con un plus? - preguntó, apenas dándose cuenta que también estaba su pequeña cuñada.
- Ocurrió algo en casa y Mina me aconsejó venir acá para alegrarme - Sakura confesó, agachado la mirada mientras Chaewon seguía en sus brazos.
Mina mira la interacción con ojitos curiosos, pues era lo que siempre hacía cuando ambas parecían muy metidas en su mundo aún con más personas a su alrededor. Lejos de sentirse incómoda, Mina se preguntó cómo es que Sakura podía animarse con solo abrazar a Chaewon.
- ¿Algo malo? - la de mechas rubias preguntó preocupada.
- Mi madre accidentalmente leyó nuestros mensajes, fue mi culpa por dejar el teléfono desbloqueado - Sakura rápidamente sintió sus ojos llenos de lágrimas pero se negó a dejarlas ir.
- Ey, no, no. Está bien... En algún momento se debían enterar. ¿Cómo se lo tomaron? - Chaewon se separó momento, tomando las mejillas de su novia para ver cuán afectada estaba y así ayudarla.
- Gritando - esa fue la aguda vocecita de Mina, de quien ambas se habían olvidado por segundos, pero la pequeña las estaba escuchando muy atenta.
- ¿Cómo te encuentras?
- Si Mina no estuviera presente, me hubiera puesto a llorar al solo verte - Sakura susurró, haciendo el esfuerzo porque Mina no escuchara esa frase. Logró con éxito, pues Mina no pudo distinguir sus palabras.
- Mina, ¿quisieras ver un poco de televisión mientras hablo a solas con tu hermana? - Chaewon rápidamente ofreció, yendo a buscar entre los cajones de un mueble que sostenía la televisión. Mina asintió, estaba contenta que Sakura ahora estaba con Chaewon - Bien. Si ocurre algo, solo gritanos - la chica le dió unos dulces que sacó del cajón, rápidamente yéndose a la cocina de la mano con la otra adolescente.
Mina las observó irse, cuestionandose de qué estarán hablando que sea tan privado como para ocultarlo.
Era ajena a que Sakura solo fue a llorar, teniendo a su novia abrazandola para consolarla del abrupto rechazo que sus padres ejercieron por su relación.
Fue una gran sorpresa para los padres de Chaewon, que en igual de ver a su hija desparramada por el sofá, vieran a una niña desparramada por el sofa.
Lo mismo, pero en chiquito.
. . . . .
Un dato curioso es que cuando Amane Yoshi y Momo entran como nuevos estudiantes, Bae Joohyun también venía con ellos como nueva, y casualmente ella también fue la única amiga de Mina a los seis años en Japón.
Pero no es importante, ninguna lo recuerda por ser muy menores. Solo es un dato curioso, innecesariamente necesario.
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