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#40 - Con y como los animales.

— ¿Se me ve bien? — ¿bien? Mina no cree que esa palabra describa lo bonita y tierna que se miraba Dahyun con la camiseta gris y el overol de mezclilla. Se veía más pequeña de lo que a veces podía ser.

Ahora entendía muy bien cómo se sentía Daniel cuando la veía a ella con ese overol.

— ... Te hace ver muy bien — Mina se limitó a decir aquello y a girar su rostro, sabiendo que muy probablemente estaba sonrojada por la sonrisa extensa que la coreana mantenía de una manera casi permanente.

— Estás roja, ¿estás bien? — Dahyun se acercó, viendo lo diferente entre la vestimenta de ella y Mina.

Mientras ella era una camiseta de mangas cortas, overol hasta sus tobillos y zapatos negros, la camiseta de Mina era manga larga y con un gorro, casi era como un suéter y el overol con pantalón por encima. Se le veía bonito, pero un poco extraño considerando que hacía un poco de calor. Tenía sus guantes negros comunes (no quiso los que Dahyun le regaló, ya que no quería estropearlos), y la camiseta le tapaba el cuello.

Seguramente podría excusarlo de taparse del sol, pero Dahyun sabía que no era así.

— ¿No sientes demasiado calor? — Dahyun se quedó un momento quieta, revisando si el aire a su alrededor era muy caliente, pero en realidad era bastante fresco.

— Estoy muy bien — Mina se restregó su rostro, raspando su rostro por accidente con los guantes. — Vamos, que Sunnie a esta hora debe estar comiendo — se acercó a Dahyun, tomando su mano para guiarla hacia afuera, aunque la puerta tenía una nota que informaba sobre la salida.

— ¿Sunnie? — la expresión confundida de Dahyun hizo saber a Mina que se olvidó de hablarle sobre los nombres.

— Un caballo llamado Sun, aunque yo le digo Sunnie — Mina estaba feliz, eso demostraba su sonrisa, pero Dahyun ya se estaba escondiendo detrás de ella, mientras tímida observaba por sobre su hombro todo lo que era la parte trasera — ¿Te da miedo? — Mina notó ese comportamiento, preocupándose al instante.

— Nervios, nunca he estado cerca de un animal tan grande... exceptuando a Amane — lo último no pudo evitar soltar, y entonces se dio cuenta de sus propias palabras porque Mina se rió.

— Eso es un halago para él, y un insulto para los animales — Mina defendió a las pobres criaturas, negando divertida mientras Dahyun veía admirada todo lo que era un gran terreno, de corrales, cercos y naturaleza.

Si podía ver a lo lejos, había dos caballos detrás de un cerco, después, separadas por otro cerco, había tres vacas. Los cerdos estaban más cerca, en un pedazo más pequeño, pero lo suficiente grande para no sentirse sofocados.

— Atrás de los cerdos, hay cinco ovejas, y junto a éstas hay una cabra — Mina empezó a explicarle, apretando su mano para que se acercaran a ver.

— Esto es muy bonito — la rubia, tímida, iba por detrás viendo todo. Era tan grande terreno que se sentía muy pequeña, pero podía ver que era agradable.

Los árboles compensaban con aire fresco, mientras que el sol les daba directamente, aunque en cada parte había sombra.

— ¿Siempre están encerrados en un solo lugar? — Dahyun preguntó, dando unos pocos saltitos alrededor de la japonesa, quien sonreía.

— No exactamente. Cada cuatro o tres días a la semana, los trabajadores de aquí los juntan para que socialicen entre sí, jueguen, coman juntos o solo descansen — Mina se acercó al corral de los caballos, viendo que a lo lejos estaban ambos comiendo.

Lo bueno es que no estaban queriendo tener sexo. Ambos son machos pero en temporadas de calor y sin ninguna hembra, pues no había problema.

— ¿Socializan? — Dahyun se recargó en la madera, sintiendo feliz el cómo Mina se acercaba y la abrazaba por detrás, no dejándola caer.

— Se llevan bien, menos Sky y Piggi — Mina apuntó respectivamente a un caballo y a un cerdo.

— ¿Llamaron a un cerdo 'Piggi'? — Dahyun se giró hacia atrás, divertida y casi burlesca.

— Yo no fui, Daniel no tenía imaginación — la pelinegra desvió su mirada, sus mejillas tomando un tono rosado — Lo bueno es que yo nombré a Sunnie — y esa sonrisa alegre se hizo presente.

— ¿Entonces Sky y Piggi pelean? — Dahyun quiso imaginarse una pelea entre un caballo y un cerdo, pero realmente no tenía imaginación. El caballo era grande y con unas patas mortales, mientras que el cerco más pequeño, pero gordo y escurridizo.

— A Piggi le gusta molestarlo, corriendo entre sus piernas para hacerlo tropezar, mientras que Sky le tira patadas, así que evitan juntarlos. Con los demás no hay problemas — Mina pudo ver cómo Sky y Sun se acercaban corriendo, ambos caballos emocionados, la reconocían todavía muy bien.

— ¿Cuántos animales son? — Dahyun preguntó, mientras inconscientemente se quiso hacer para atrás, porque los caballos ahora se veían tan gigantes, pero Mina la mantuvo entre su cuerpo y el cerco, atrapada.

— Son tres vacas, dos caballos, tres cerdos, cinco ovejas y una cabra — Mina pensó un momento, también había dos gatos colados que alimentan de vez en cuando, y un perro pastor belga que era de un trabajador, pero no sabía si esos estarían por ahí.

— ¡Oh, mira! — la voz aguda y feliz de Dahyun fue porque un caballo café se acercó, olisqueando y buscando contacto.

— Este es Sunnie — Mina le indicó, el café era Sunnie y el mas claro era Sky, ambos buscaban sacar la cabeza por el cerco para ser acariciados.

— Es muy bonito — Dahyun dijo con sus ojos brillando y una sonrisa asombrada al tener que ver hacia arriba.

— Se le conciente mucho, y no le disgusta para nada. Acaricialo, a él le gusta. Es normal que si te acerques, vengan de inmediato hacia ti, son muy apegados al contacto de las personas.

— Evita que me quede con ellos a solas, y estoy bien — la rubia rió, porque ahora estaba feliz de verlos, pero si se quedaba sola iba a estar paranoica por cualquier situación de su mente.

— ¿Quieres entrar al corral? — Mina ofreció, viendo hacia la puerta que solo tenía una cerradura casi nada de fuerte, ya que los animales nunca intentaban salir a la fuerza o algo parecido.

— Si entras conmigo, está bien — Dahyun aceptó rápidamente.

— Sí, pero ten en cuenta que ya los están juntando en el corral grande, así que estarán todos — Mina le apuntó a un muchacho, que estaba abriendo una puerta entre los caballos y las vacas para que pudieran estar juntos, y el muchacho ahora iba hacia los cerdos para tambien liberarlos.

Dahyun miró eso indiferente, pero inconscientemente se apegaba a Mina.

— ¿Puedo arrepentirme?

— No. Vamos — Mina rápidamente se apartó del abrazo, mientras tomaba de la mano a la rubia y la llevaba hacia la puerta, abriendola sin mucha demora.

No pasó mucho cuando Dahyun se reía y casi corría porque los animales la perseguían para olerla y conocerla, pegando chillidos cuando algún cerdo o oveja pegaba su nariz a su pantalón.

Mina solo la veía riendo, estando arriba de Sun, aunque casi nunca lo montaba. De hecho, ni siquiera había sillas de montar, porque no se necesitaban.

— Asegúrate de que no te coman el overol — la japonesa se burló, recibiendo una mirada tiernamente enojada de Dahyun. Se burlaría más, si no hubiera sido por unos ladridos y un perro grande corriendo felizmente — No te asustes, se llama Chan — Mina aclaró rápidamente, no queriendo que el pastor belga, con su tamaño y casi ferocidad, empiece a asustarla.

— ¿Como el amigo de Sana? — el perro saltó hacia Dahyun, rápidamente emocionado por una nueva persona, oliendo y lamiendo sus manos.

— Mmh... Apenas me doy cuenta de ello — Mina dio un salto hacia el suelo, bajando del lomo de Sun para ir hacia Dahyun, quien estaba rodeada de los animales.

Lo bueno es que Piggi se había tenido que quedar en el corral de cerdos, ya que estaba comiendo, así no coincidiría estar con Sky.

— Este es del chico aquel, ¿no? — Dahyun desvió sus ojos hacia el muchacho, quien parecía limpiar los demás corrales ahora que estaban solos, ningún otro trabajador estaba, así que lo supuso.

— Sí, también hay dos gatos pero no son de nadie, solo son dos colados naranjas, probablemente salvajes, pero aquí se les da de comer y son amigables.

Dahyun se sorprendió al ver que no había gallinas, que de hecho es lo que más esperaba al escuchar que era como una pequeña granja, pero Mina dijo que Daniel solo tenía un gallo, el cual había muerto de viejo hace mucho.

Después de haber jugado a las atrapadas (se podría decir) con varios de los animales, Dahyun sentía que nunca en su vida había hecho tanto ejercicio.

Su overol tenía lodo, polvo, tierra y manchas, pero el de Mina también, ya que ambas habían jugado a querer tumbarse en el lodo favorito de los cerdos.

Claro, Mina se dejó ganar cuando Dahyun se veía triste por casi perder cayendo a el charco. Esa carita triste, esos ojitos brillantes, todo Dahyun fue aliento para Mina, así dando lucha, pero dejando ganar a la rubia.

¿La consecuencia? Es que ahora estaba llena de lodo, aunque está segura que ese lodo no solo era agua y tierra, claro que no. Ese lodo debe ser una mezcla de tierra, orines, agua y defecación de cerdo.

Pero bueno, lo que tenía que sufrir por ver a Dahyun con esa sonrisa orgullosa y ganadora, incluso un poco altanera.

— ¿Te diviertes, no? — Mina preguntó con una pizca de molestia, viendo a Dahyun riéndose por tener lodo hasta en el rostro.

— Todo el día me divertí — la rubia sonaba sincera, y es porque lo estaba siendo completamente. El día fue todo de olvidarse un poco de los nervios por sentirse vulnerable ante tanto animal, y reír mientras jugaba junto a ellos y Mina.

Casi jura que nunca vio la sonrisa de Mina tantas veces, o escuchado sus carcajadas limpias y tiernas, sus encías rosadas haciéndose notar, sus ojos cerrándose un poco, esa alegría genuina en sus ojos luciendo fascinantes. Nunca lo había visto tanto tiempo.

En su primera cita hubo risas y momentos alegres, pero también momentos serios, serenos, silenciosos o amenos, así que en esa no había reído tanto como en esa segunda cita.

— Debemos ducharnos, somos un desastre — la japonesa comentó, viéndose a sí misma y luego a la feliz Dahyun que estaba sonriendo arriba del lomo de Sky.

— Tú primero, creo que lo necesitas más — la rubia no pudo evitar burlarse un poco, no había nada de malo en eso, ¿no?

— ¿No dijiste que no te dejara sola con los animales? — Mina cuestionó, cruzándose de brazos. Desde un comienzo suponía que Dahyun crearía algún lazo afectivo (aunque sea pequeño) con los animales de ahí, pues todos eran amigables o por lo menos soportables, esto último refiriéndose a Kaira, una vaca que era un poco reacia.

— Ahora los conozco un poco más, así que estaré bien — Dahyun reía acostada arriba del caballo, éste caminaba comiendo pasto, así que Dahyun sentía los movimientos y reía contenta sin casi motivo.

— Bueno. Después comeremos algo — la apuntó con un dedo, porque estaba el atardecer y no habían tomado bocado de comida decente en todo ese tiempo, estaban demasiado ocupadas peleando en el lodo.

— Después me voy a duchar — Dahyun dijo divertida, buscando por el gran campo al muchacho de antes, ya que realmente no quería quedarse a solas con los animales, aunque no había cruzado ni miradas con aquel chico, solo una que otra vez lo vio con un celular en mano.

— Sí, pero después de eso, a comer, no haz comido nada — Mina se acercó, subiéndose un poco al cerco de madera para alcanzar a la rubia y robarle un pequeño beso.

— Está bien, no tardes — Dahyun le murmuró, acariciando su mejilla mientras Mina se bajaba e iba con esa sonrisa contenta.

— No lo haré — Dahyun no pudo ver sus mejillas sonrrojadas, pero Mina podía sentirlas calientes en su piel.

Después de una extensa ducha, donde tuvo que enjabonarse dos veces y lavar su cabello tres veces para poder sentirse limpia, Mina se cambió con la ropa que anteriormente traía.

Observó por la ventana, viendo a Dahyun reír y ser perseguida por la única cabra, jugando como una niña y de vez en cuando dando caricias a las ovejas que estaban cerca.

Señorita Mina, aquí está lo que me pidió — la voz masculina y agradable la sacó de su concentración donde observaba a Dahyun jugar contenta. El muchacho de antes, el dueño de el pastor belga, le tendía su celular con una sonrisa amable.

Oh. Muchas gracias, de verdad — se inclinó, tomando su teléfono de vuelta para mirar con una sonrisa éste.

No fue nada, fue lindo verlas. Permítame decir que su novia es muy linda, al igual que usted. Hacen muy bonita pareja — Mina se volvió a inclinar, ahora sonrojada por el comentario amable, mientras que el chico se fue al ver su trabajo terminado.

Sí, ese muchacho estaba con el celular todo el tiempo, Dahyun lo notó, lo que no notó es que él tenía el teléfono de Mina, aún cuando era notable en la calcomanía de pingüino que tenía en la funda (la otra mitad de la calcomanía de Dahyun), y Dahyun tampoco notó que las grababa discretamente por pedido de Mina.

Con el celular en manos, Mina suspiró sintiendo su cuerpo fresco. Salió para ir hacia Dahyun y abrazarla silenciosa y ligeramente por detrás, escuchando un pequeño chillido de Dahyun y luego sus risas al darse cuenta de que era ella.

— Te voy a ensuciar, tonta — Dahyun le avisó, riéndose por la cara de sorpresa que Mina hizo en ese momento.

— Oh — Mina se separó, viendo de inmediato hacia sus ropas, pero afortunadamente el lodo en Dahyun ya era medio seco, solo le dejó manchitas que no se veían a la primera.

— Es mejor que también me duche, así comemos — la rubia salió del corral, con Mina detrás para adentrarse en la casa, entrando por la puerta de la cocina.

Mina se aseguró que los animales se quedarán dentro, luego viendo cómo el muchacho se encargaba de guiarlos a sus respectivos corrales.

— ¿Quieres que nos regresemos al anochecer o prefieres dormír aquí? — la japonesa preguntó, dejando a Dahyun pensando porque no sabía que podía elegir aquello, había pensado que solo se regresarían una vez tuvieran esa cita.

— Donde te siente mejor, para mí es igual de agradable — se encogió de hombros, pues en cualquiera de los dos eran lugares desconocidos, solo con Mina siéndole de comodidad y calidez.

Mina sí se la pensó muy en serio, reflexionando sobre ambas opciones y llegando a una menos desastrosa.

— ... Aquí sería calmado, tranquilo y satisfactorio por no despertarnos por gritos de Momo, pero luego está la otra opción. Momo tiene un piso completo para ella sola y no creo que haga algo bueno con esa libertad, así que nos regresamos y la amenazamos para dormir en paz — asintió orgullosa de su conclusión, escuchando la carcajada divertida de Dahyun — ¿De qué te ríes? Ve a bañarte mejor, ya te camuflas bien con los cerdos — Mina falsamente se enojó, solo recibiendo un abrazo de Dahyun y luego ésta salió corriendo entre risas maliciosas.

Entonces Mina se dio cuenta que la había ensuciado más.

El amor de su vida era tramposa.

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