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#39 - Entre cerezas dulces y uvas verdes.

— ¿En serio vas a acostarte de nuevo con Felix? — Mina preguntó, pareciendo que lo hizo hacia la nada por su mirada perdida hacia la televisión. Veía una serie, no muy concentrada, en la habitación de Momo, mientras ésta última parecía arreglarse para cuando Felix llegase al encuentro que tendrían. Mina no estaba de lo más cómoda. De hecho, estaba rígidamente parada en medio de la habitación, sin moverse y sin mirar a su mejor amiga.

— Mh... — Momo asintió — ¿Qué tiene de malo? — Momo sabía que tenía todo de malo para Mina, pero quería escucharla para ver si tenía la oportunidad de romperle la cara esta vez.

Una vez, una vez más que la insultara, y Momo estaba segura que se abalanzaría a una pelea.

— Sabes muy bien qué — Mina respondió tranquila, mostrándose no muy preocupada hacia que Momo empiece a atacarla.

— No te afecta, Mina. Deja de querer armar pelea y disfruta tu cita. Sabes bien cómo acabarás si no lo haces — con eso dicho, entró al baño para no tener que arruinar el día. Mina también pareció recobrar un poco de sentido, debía estar presentable para su cita, no con golpes por todo su cuerpo.

Dahyun se había tomado el tiempo de pedir permiso, de alistar sus cosas, de confiar en ella aún cuando era un lugar donde fácilmente su mente explotaría si se pierde... Mina no quería que se decepcionara de ese viaje, mucho menos por un problema que ella y Momo han tenido desde hace unos dos años.

Salió de la habitación de Momo cuando consideró que Dahyun ya ha terminado de vestirse para la salida.

Chihiro había salido junto a Hikaru a Kobe, solo dijeron que regresarían al día siguiente por unos asuntos y que confiaban que las mayores (Mina y Momo) se harían responsables de las menores por solo un día.

Momo se aterrorizó porque la dejaron con la responsabilidad, pero Mina estaba muy tranquila, ya que veía muy capaz a Sana de cuidarse y cuidar a Tzuyu, así como también se veía capaz a sí misma de cuidar a Dahyun. Y Momo... pues Momo tenía casi veintiún años, se sabía cuidar bien, eso cree.

Suspiró mientras una sonrisa se instalaba en su rostro al entrar y ver a Dahyun acomodando cosas dentro de su mochila. Mina le había dicho que tenían que llevar una mochila por si querían comprar algo, y pues Dahyun tenía bastante dinero de sus padres para comprar algunas cosas.

— ¿Todo está listo? — preguntó al adentrarse y tener la atención de la rubia alegre, quien asintió enseguida.

— De hecho, lo está como desde hace diez minutos, solo estoy verificando que todo esté — cerró la mochila para luego ver que su ropa estuviera bien. Mina solo le había dicho que usara algo de todos los días, por lo que un suéter tejido y unos pantalones de mezclilla fueron su fuerte, junto a sus Converse nuevos. Se colocó bien sus lentes, y la caja de estos junto a su limpiador estaban ya en la mochila.

— No necesitas llevar mucho — Mina en un instante estaba detrás de ella, viendo todo por encima de su hombro.

— Es lo que necesito, mi celular, el dinero, cargador, y cosas pequeñas. La mochila está casi vacía. ¿Qué llevaras tú?

— Celular, cargador y cartera. Todo lo que necesito está allá — Mina se encogió de hombros y Kim frunció el ceño al verse de nuevo intrigada por aquel comentario de 'allá', porque realmente esperaba con ansias la sorpresa.

— ¿Podemos irnos rápido? Ya quiero ver qué es — reveló lo ansiosa que estaba, mientras rodeaba el torso de Mina, abrazandola y sintiendo cómo Mina se entregaba tranquila al contacto.

— Vámonos.

Mina la apartó solo un poco, moviéndose a un lado para mantener un brazo sobre sus hombros. No podía decir que no tenía inquietud de que alguien la reconociera y que se viera obligada a un escándalo, o peor, que alguien dañara a Dahyun.

Estamos en Osaka, no en Kobe, se repitió a sí misma aquello.

Dahyun hizo una expresión confundida cuando pasaron por la habitación de Momo, escuchando tan solo unas pocas risas que fueron interrumpidas por gimoteos.

— El lugar es uno de mis favoritos — Mina la distrajo, haciendo una mueca al escuchar sonidos eróticos de Momo. Afortunadamente Dahyun la miró atenta, olvidando lo demás — Daniel me lo mostró, dijo que algún día yo encontraría a alguien que me gustara, y entonces lo llevaría allí... Creo que te gustará — murmuró, entrando al elevador junto a la rubia al lado.

— He estado ansiosa de saber dónde y qué lugar es, ¿no me podrías decir por lo menos una pista? — Dahyun pidió, esos ojos suplicantes pudieron derrumbar todo de Mina.

— Mmh... ¿Te gustan los animales? — preguntó, ladeando una pequeña sonrisa.

— Claro. ¿Estaremos cerca de muchos? — a Dahyun le brillaron los ojos. Ella no es que tuviera muchas mascotas, ni tampoco fuera la más vegana, pero siempre se ha fascinado con los animales.

— Sí, habrá muchos animales — Mina asintió y bajaron del elevador, para así salir.

Ya en el auto Dahyun estaba atenta a la ventana, claro, con el celular grabando o Chaeyoung la mata por no grabar nada. Mina estaba a su lado, tomando su mano y también viendo el paisaje de la cuidad.

Ella solo había estado en Kobe, así que le era bastante interesante ver un poco, aún más si fue un lugar donde Sana había vivido, y aún más si Dahyun estaba a su lado acompañándola con sus manos entrelazadas.

El conductor afortunadamente era callado, así que solo se escuchaba una poca de música pop japonesa que hacía a Dahyun mover su cabeza de un lado a otro. El ambiente estaba fresco por el aire acondicionado, mientras que las ventanas estaban cerradas para no dejar escapar el frío de adentro. En marzo ya hacía bastante calor, que detuvo a Dahyun de pedir abrir la ventana para ver mejor hacia afuera. Por ahora se conformaba con ver detrás del vidrio.

Mina estaba bastante cómoda sin hablar, solo veía de manera intercalada a el paisaje y a Dahyun, logrando tener tranquilidad en el viaje.

Dahyun pudo notar el cambio en el paisaje, mientras que antes pasaron por parques, algunos edificios educativos como una preparatoria y un kinder, ahora estaba más librado de cuidad.

Había más campo, Dahyun incluso pudo ver algunos huertos por el camino. Se estaba alejando bastante, ni siquiera supo cuánto tiempo tardaron, ya que estaba absorta con la vista despejada y verde.

— Ese es de cerezas, es pequeño y solo una vez vi a la dueña — la voz de Mina la sorprendió, pero pudo entender que se refería a el huerto considerablemente más pequeño que los demás — Sus cerezas son más dulces que las que se compran en Corea, tal vez quieras un poco — le sonrió al verla.

— Estaría bien — Dahyun asintió sonriendo, ya podía saborear cerezas tan solo imaginar. No era algo de su favoritismo, pero tampoco eran malas.

— Que bueno, porque ya las compré, a donde vamos hay algunas. También hay uvas — agregó lo último con una sonrisa, le gustaban las uvas, más las verdes sin semilla.

— ¿Incluye comida a donde vamos? — Dahyun preguntó con los ojos brillando, de reojo viendo que le conductor no les pusiera atención, éste las ignoraba y podía también ser que no sabía coreano obviamente, estaban en Japón.

— Cuando platiqué el plan con Momo, no me dejó en paz hasta asegurarle que habría comida, aún cuando yo ya había tenido asegurado que la habría — Mina sonrió burlesca, recordando bien a Momo escandalizada — Pasaremos tiempo allí, si no hubiera comida, estuviéramos todo el día sin comer — comentó con una pequeña mueca.

— ¿Quiénes más saben sobre a dónde me llevarás? — Dahyun preguntó curiosa, se le quedó un poco el que Momo sabe sobre la cita.

— Mi madre, Hikaru y Sana — Mina se dio cuenta que sí eran varias las que sabían, mientras Dahyun no — Es que no sabía a dónde llevarte, nunca tuve una cita, y ellas me ayudaron a decidir... Aunque estoy segura que casi ninguna ha tenido una cita decente — pensó seriamente, estaba a favor que Sana sí las tenía, pues Tzuyu se veía del tipo de persona dedicada.

— Estoy a favor que Sana solamente — al parecer Dahyun tenía el mismo pensamiento — O Chihiro también — Mina no creía mucho, porque su padre Reo no era el ejemplo de persona romántica. Aunque no sabía si su madre tuviera alguna cita en su pasado antes de Reo, ya preguntaría después.

— Aunque Hikaru tambien ha estado saliendo últimamente, tal vez sea con esa tal Bahiyyih o Dayeon — agregó, viendo la expresión confundida de Dahyun, quien no sabía quiénes eran. De sus cien amigos antiguos en toda la preparatoria, no recordaba a alguien llamado así.

— ¿Mh? — soltó intrigada.

— Ah, unas chicas raras de la preparatoria que aparentemente son cercanas a Hikaru — explicó cortamente.

Dahyun no pudo evitar notar algo.

— Tu familia se está... adaptando muy bien a Corea, ¿no? — sus palabras fueron sutiles, un tono algo sospechoso que escondía algo, pero Mina no encontró nada extraño en su pregunta.

— Así parece — la pelinegro asintió, aunque luego supuso el por qué ese tono sospechoso de Dahyun — Creo que esto será en definitiva — agregó sonriendo, también recordando su platica con su madre.

— ¿Ah? — Dahyun murmuró, volteando a verla, y Mina no se molestaba en disimular su boba vista hacia su perfil bonito.

— Bueno, yo no sé nada sobre relaciones a distancia, así que qué mejor que instalarnos aquí del todo — ambas quedaron un momento en silencio, porque ahora mismo no podían negar que habían pensado seriamente el lugar definitivo de hogar de Mina.

Mina lo había pensado muy seriamente desde que habló con Chaeyoung aquella vez cambiando su cabello al corto que ahora tenía con comodidad. Dahyun lo pensó desde la plática que tuvo con Mina, aquella vez de su primer beso en plena calle.

— ¿Tu familia se quedará en Corea? — Dahyun preguntó impresionada, y mucho más emocionada porque ahora tenía respuesta concreta de que Mina se quedaría.

— No hay nada que las amarre aquí a Japón, tal vez hoy solo fueron a Kobe por cosas privadas a la casa — dijo y se encogió de hombros.

Había hablado con su madre. El cómo Chihiro se estaba aprendiendo el idioma fue una consecuencia también de que ella ya había decidido crear su hogar en Corea. Su hogar eran sus hijas, sí, pero hablaba más de un lugar donde crear una vida social, económica y estable.

En el pueblo de Kobe no tendrían eso, ese pueblo solo dañaba mucho a Mina. No servía quedarse allí.

— Eso es... ¿bueno para ustedes? — Dahyun preguntó un poco insegura, viendo la sonrisa de Mina hacerse presente aún más extensa.

— Lo es, aquel pueblo no nos beneficiaba en nada, tal vez incluso mi madre empiece a dar clases en Corea, cuando aprenda bien el coreano — eso también lo hablaron, a Chihiro le gustaban los niños, así que no tardaría en pedir trabajo en algún instituto de educación infantil, era buena en su trabajo así que tampoco habría mucho problema con conseguirlo.

De pronto el auto se detuvo y por la ventana Dahyun pudo ver un gran portón de madera. A los lados habíamos dos arbustos con hojas que los hacían ver esponjosos, y luego de allá había un cerco de troncos y alambre.

— ¿Ya llegamos? — preguntó, viendo y escuchando cómo Mina hablaba amenamente con el conductor. Solo pudo entender pocas palabras y Mina le dio una sonrisa feliz.

— Sí, aquí pasaremos el día — afirmó mientras bajaba del auto para dar la vuelta y ayudarle en salir. Dahyun se encontraba un poco tímida, no conocía nada, pero con Mina ayudándole lo hacía más cómodo.

El auto se fue después de Mina diciendo algunas palabras. Mina se aseguró de que el hombre supiera que tendría el trabajo de recogerlas cuando anocheciera, ya que éste solo iba a descansar cerca y luego también les sería de conductor.

Dahyun pudo ver cómo una persona desconocida abría la puerta y todo adentro era un paraíso.

— ... No sé por qué no me lo imaginé — murmuró absorta, Mina tenía dinero, claramente la traería a algún lugar que cueste muchísimo dinero.

Dahyun recordó a Mina diciéndole sobre uno de los lugares de Kang Daniel, ese debería ser uno donde aquel hombre le gustaba pasar, donde un millonario hombre le gustaba pasar. Dios, no lo procesaba bien. De hecho, nunca había procesado bien que Mina era realmente una chica millonaria con gestos de amor extraños y seguramente de regalos con cantidades de muchos ceros a la derecha.

Dahyun no era alguien que no se comprara ciertos lujos como algún aparato tecnológico que quisiera o vestimenta bonita, pero ya otros lujos la abruman.

Tal como el gran terreno que seguramente costaba mucho dar solo un paso en el hermoso pasto verde.

Mina la tomó de la mano, sacándola de sus pensamientos que la espantan un poco.

— ¿Y? ¿Qué te parece? — la japonesa le sonreía orgullosa de ver su expresión asombrada. Ambas veían la casa de madera que se veía al final del camino de cemento. Alrededor había pasto, plantas y flores que eran el paisaje del camino.

Detrás de ellas iba una mujer, que era quien les había abierto el portón, aunque ella se mantenía distante a su platica. Mina nunca le ha hablado, pero cree que es la jardinera, por eso hay tanta vista verde y flores coloridas en buen estado.

— Es... realmente grande — Dahyun solo pudo comentar, caminando al lado de Mina hacia la casa.

— Lo es, pero así lo debe ser, tras la casa hay muchos animales, como una pequeña granja — Mina pudo notar los ojos brillantes de Dahyun viéndola después de escucharla, sus manos entrelazadas se mecieron un poco.

— ¿Tienes una granja? — la rubia preguntó, viendo hacia la casa y suspirando al imaginar los animales, no encontraba momento para ir con Mina a verlos.

— Sí, aunque solo pago para que la cuiden. No sé nada sobre animales — Mina confesó un poco avergonzada, ahí había animales que no eran tratados realmente como animales de granja común, sino como mascotas porque Daniel los consideraba eso.

Ya sean cerdos, vacas, caballos, Daniel los consideraba mascotas y éstos actuaban como unas, eran dóciles y muy bien relacionados con el contacto humano.

Claro, no podían reproducirse, estaban esterilizados. Daniel se había encargado de eso para que no hubiera una pequeña sobrepoblación y tener que vender.

A Mina le gustaba específicamente jugar con un caballo que Daniel dijo, era su mejor amigo, uno llamado Sun, que Mina apodaba Sunnie porque sonaba tierno.

— Hasta ahora proceso que realmente tienes muchos terrenos, casas, y otras cosas lujosas — Dahyun confesó en lo que había pensado antes, mientras Mina sonrió y se acercó para rodear sus hombros con su brazo, atrayendola hacia su torso para un pequeñao abrazo ladeado.

— Y sigue procesando porque te llevaré a todas — pudo observar a Dahyun sonrojarse, más cuando le dio un pequeño beso en la mejilla — Y cuando esté lista te llevaré a la más importante — susurró pensando en su lugar secreto de Corea.

— ¿La más importante? — Dahyun la volteó a ver curiosa por sus palabras misteriosas. Mina siempre debía ser tan misteriosa y eso la intrigaba cada vez más.

— ... A donde voy cuando me escapo — eso hizo a Dahyun abrir mucho los ojos, porque eso era de suma confianza. No pudo evitar que sus ojitos brillaran de emoción, y Mina lo notó — Cuando esté lista, Dahyun — aclaró rápidamente.

— Cuando estés lista — y no fue realmente difícil para Dahyun aceptar eso, pues parecía ser así siempre; esperar a Mina a que esté lista y después descubrir más sobre ella, al igual que enamorarse de cada secreto que tenía, de cada actitud que descubría.

Cuando se adentraron a la casa, Dahyun no pudo evitar quedarse ensimismada, viendo lo bonito que era todo. Tenía miedo de tocar y romper algo, pues todo estaba muy bien puesto.

— No tengas miedo, eres libre de ver o tocar lo que quieras — Mina al parecer vio su cuerpo tenso y se acercó para abrazarla por detrás, su mentón recargado en el hombro de la rubia — Pedí que pusieran una pequeña nota en cada puerta, así sabrás dónde es cada cosa. Ellos no sabían coreano, pero sí inglés — apuntó a la pequeña puerta del otro lado de la sala principal, decía en letra entendible 'Cocina'.

Dahyun sonrió por la consideración, así sabría sin tener que preguntar, aunque un recorrido no le vendría mal.

— ¿Quieres un recorrido? — la pregunta de Mina la sorprendió, porque coincidió con su pensamiento.

— ¿Eres adivina o algo así? — preguntó divertida, causando la risa de Mina, quien ignoró su cuestionamiento.

— Vamos, no es tan grande por dentro como parece por fuera, así que no caminaras tanto — se separó del cálido abrazo, pero aún así la tomó de la mano para primero llevarla a la cocina, era la puerta más cercana.

Dahyun rió al ver las cerezas en la mesa. No era nada mentira lo que Mina decía, realmente había pedido cerezas dulces para ambas. Era un gesto bastante tierno.

— Prueba. Aún no es hora del desayuno, pero para que calmes el hambre — cierto, Dahyun apenas se da cuenta que no habían desayunado, estaba absorta con su alrededor que no había notado su estómago vacío.

— Realmente te gustan las uvas, ¿ah? — no pudo evitar comentar al ver a Mina ir rápidamente hacia el refrigerador, de donde sacó un pequeño bote con uvas verdes dentro.

— Son las mejores, no tienen semillas y el sabor es exquisito — Mina rápidamente defendió, su expresión infantil de pelea y su mano escondiendo casi recelosa a las uvas, pero aún así ofreció a Dahyun divertida.

Después de unos cerezas y uvas, Dahyun consideró muy calmada a Mina y le aventó sutilmente una cereza a la mejilla. Abrió mucho los ojos al ver que Mina se exaltaba y la miraba amenazante.

— No te atrevas, Ezaki Sharon Mina — su dedo amenazador no era suficiente para parar la uva que le llegó al pecho.

Dahyun se lleva y no se aguanta.

— Ten en claro que yo no empecé — Mina quiso parar la pelea cuando Dahyun estaba mostrando sus ojos brillantes de emoción y malicia.

— Entonces tampoco lo terminarás — Dahyun solo le tiró una más — Bueno, ya, están muy buenas las cerezas como para desperdiciarlas — excusó queriendo que Mina no le aviente otra uva, pero claro que Mina rencorosa no lo dejaría así.

Tal vez estuvieron un poco ocupadas en una pequeña pelea entre cerezas y uvas, que salió Dahyun como ganadora, e ingeniosa, porque claramente Mina se quedaría como boba después de darle tremendo beso abrupto y profundo en los labios.

— La combinaciones de cereza y uva no es mala, ¿no crees? — Dahyun se separó, sonriendo por el cómo Mina miraba boba hacia sus labios y sus ojos.

— Ajá — se veía que Mina no le puso verdadera atención a sus palabras, pues su atención estaba en acercarse un poco más y volver al contacto de labios que tanto le gustaba.

Dahyun no se lo hizo difícil, se acercó para rodear su cintura y besarla. Mayormente era Mina quien la tomaba de la cintura, pero Dahyun ahora inició eso y Mina tímidamente puso sus manos en los hombros de la rubia. Dahyun nunca había intentado hacerlo diferente, porque era considerablemente unos centímetros más baja, pero se sentía igual de bien.

Dahyun pudo escuchar su canción favorita sonar de repente, se dio cuenta que era su celular sonando por una llamada. Se separó y Mina la abrazó por los hombros, esperando a que viera su celular.

— Chaeyoung — Dahyun pudo leer, pero no pudo contestar para cuando en la pantalla apareció que fue una llamada perdida — Debe querer molestar porque no le he enviado fotos — murmuró en el oído de Mina, yendo a la aplicación de mensajes para hablar con su mejor amiga.

— ¿Fotos? — Mina se separó un poco, pensando, sus manos bajando levemente al pecho de Dahyun y quedándose allí firmes, no queriendo tocar algo más privado.

— Dice que así tendría una vista más realista de Japón, quería ver mi punto de vista de aquí — Dahyun explicó sonriendo, dejando a Mina pensando.

Dahyun
<< Después te enviaré fotos, esto es genial, así que tomaré varias.

Mandó el mensaje y rápidamente Chaeyoung estaba escribiendo.

Chaeyoung
>> NO TE LLAMABA PARA ESO, OCURRIÓ ALGO EN LA PREPARATORIA.

>> Aunque si lo pienso bien, no quiero arruinar su cita.

>> No es nada que les incumbe mucho realmente, es solo un chisme.

>> Pero hablando de fotos, NO ME HAZ ENVIADO ALGUNA, KIM.

Todos los mensajes fueron escritos tan rápido, pues llegaron simultáneamente antes de poder escribir alguna corta respuesta.

Mina también miró curiosa los mensajes y rió, notando que Dahyun tenía agregada a Chaeyoung como 'Chaeng', un bonito apodo como Chaeyoung le tenía a Dahyun: 'Dubs'.

Dahyun
<< Bueno. Te las enviaré al final del día, quiero disfrutar.

Dahyun contestó rápidamente, viendo a Mina sonreír después de leer su mensaje. Dahyun solo esperaba que Chaeyoung no dijera algo vergonzoso, no quería pasar pena con Mina.

La respuesta fue inmediata.

Chaeyoung
>> ¿Yyy a dónde te llevó?

Dahyun leyó y se quedó un momento pensando sobre si decirle o seguir diciendo 'Te digo al final del día'.

— Puedes decirle, ¿sabes? — Mina le dio permiso, sonriendole mientras todavía tenía sus manos en el pecho de Dahyun, y ésta todavía tenía una mano en la cintura ajena.

— ¿Sabes qué? — Dahyun frunció el ceño, abrazando a Mina para tener el celular a la espalda de la japonesa, donde Mina no pueda ver — No mires, no quiero que diga algo vergonzoso cono la anterior vez — se sonrojó mientras Mina soltaba una carcajada al sentir el apretado abrazo.

— Eso solo fue porque Chaeyoung me lo mostró, ahora no sabe que estoy viendo — la pelinegra se encogió de hombros, sonriendo.

— Ajá. Espera... ¿Dices que Chaeyoung te lo mostró? — Dahyun se separó mostrando su expresión consternada y volviéndose amenazante, pero Mina no lo notó todavía.

— Sí, yo no recuerdo qué dije y ella me lo mostró — Mina no encontraba el por qué no decirlo, pero después notó el semblante serio de Dahyun y su rostro se tornó confundido.

— Dijo que veían un video juntas y accidentalmente lo viste — ahí Mina entendió que había metido la pata.

— ... Ya eché a Chaeyoung al pozo, ¿verdad? — se quiso asegurar, mientras que Dahyun solo ladeó una sonrisa y la tomó de la mano.

— La voy a torturar un poco — ambas salieron de la cocina entre risas, dejando un poco aquellas cerezas y uvas por el suelo o mesa. Incluso en la estufa había algunas que se colaron en la pelea.

Dahyun envió algunos mensajes amenazantes hacia Chaeyoung, para luego ignorarla para torturarla, aunque bien sabía que para el final del día Chaeyoung ni lo recordaría.

Pasaron por las habitaciones, un pasillo donde habían puertas con etiquetas; 'Habitación principal', 'Habitación de invitados', 'Baño'. Mina le enseñó todo, indicándole dónde podría dormir si estaba cansada, aunque no tenían planeado dormir.

Pasaron un momento en el recorrido y Mina pensó en seguir hacia el desayuno, pero en realidad ambas estaban llenas de cerezas y uvas, así que decidieron saltarse eso.

— Solamente nos cambiaremos, para no ensuciar la ropa ya que el ambiente de los animales no es tan limpio para nosotras — Mina le dijo, mientras giraba la perilla de la habitación y le daba el paso a Dahyun hacia la habitación principal.

— No tengo ropa — Dahyun aún así entró y miró con atención toda la habitación, una noche allí le sería fantástico. Se preguntó por un breve momento si Mina aceptaría pasar la noche allí.

— Lo sé, no la necesitas. Aquí hay la que te puedes poner — Mina se dirigió al pequeño armario, que tenía pantalones con overol de mezclilla, al igual que una blusa gris para tener por debajo del overol — Aquí Daniel guardaba cada traje mío. Cuando más crecía, compraba uno ideal para mí — sonrió, mientras mostraba a Dahyun la ropa colgada.

— ¿Te gustaba mucho ese traje? — la rubia preguntó, acercándose mientras Mina descolgaba un traje anterior, solo una talla más pequeña que el que usaría, ese quedaría bien en Dahyun.

— Él decía que me veía tierna con overol y aparte que combinamos vestimenta, solo que él usaba camisa negra — sonrió recordando a Daniel, aunque luego sacudió la cabeza y le mostró el traje a Dahyun — Este usarás, es el anterior que yo usaba... Te hubiera dado uno especializado para ti, pero no tuve tiempo, ya que la mujer que los hacía estaba en el hospital por un problema de salud, y entonces yo solo pensé en esto y-... — se interrumpió su explicación innecesaria, porque unos labios la callaron.

Dahyun solo había sonreído ante su explicación nerviosa y se había acercado para besarla, casi diciéndole que no se preocupara por esas cosas.

— ¿Podría ir al baño a ponermelo? — Dahyun preguntó sonriendo divertida. Mina no supo muy bien el por qué pedía permiso pero se dio cuenta que se había aferrado a la cintura de Dahyun, manteniéndola consigo

— Oh, sí, sí. Digo, no — Mina de repente negó y tomó otro overol — Yo en el baño, tú cambiate aquí — se apresuró a salir, sonriendole a Dahyun para luego cerrar la puerta.

Miró su overol, mientras lo abrazaba hacia su pecho.

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