#34 - Visitas.
Dahyun abrió sus ojos, sintiendo su cuerpo apretado contra otro cuerpo cálido que le traía comodidad. Sus ojos adormilados fueron viendo alrededor, notando que obviamente no estaba en su habitación.
Por un pequeño momento se desconcertó mucho al verse en una habitación que desconocía, pero luego recordó bien dormirse en el sofá viendo una película, junto a la familia de Mina... Después de eso, probablemente Mina fue quien la trasladó a la habitación.
Se sonrojó y sonrió un poco, pero se sonrojó aún más cuando miró a Mina a su lado, abrazandola por la cintura y escondiéndose en su cuello de una forma aferrada. La respiración de la japonesa pegaba en el cuello de Dahyun, logrando hacerle cosquillas y una calidez allí por el aliento.
La pelinegro se removió, abrazándose más a lo que en sus sueños era una almohada cálida, pero una risita logró despertarla un poco, lo suficiente para notar que lo que abrazaba no era un almohada.
Mina chilló y se exaltó, tanto que casi caía de la cama, sino fuera por la rubia que la tomó del brazo y la jaló para evitar su caída, abrazandola de nuevo al ver a Mina avergonzada.
— Oh, eh, mmh... ¿Buenos días? — la voz tímida y grave hizo a Dahyun separarse y mirar a Mina. ¿Así era una mañana despertándose con Myoui Mina? Su cara soñolienta pareciendo risueña, sus labios y cachetes un poco más abultados de lo normal, sus ojos entrecerrados mirándola tímida... Todo de Mina le llamaba para que la besase. Quería inclinarse y besar a Mina; juntar sus labios y probar si el sabor era tan bueno como la apariencia.
La japonesa pareció tener los mismos pensamientos, porque en ese momento no estaba mirando los ojos de Dahyun, sus pestañas cayeron mientras sus ojos veían también los labios ajenos.
Mina, en un impulso de confianza, alzó su mano (que desafortunadamente para ella, no estaba enguantada) y tomó cuidadosamente el mentón de la rubia, viendo cómo ésta solo se acercaba a su rostro.
Afortunadamente para Mina, Dahyun estaba lo bastante absorta en sus labios como para poner atención en la cicatriz notoria de su palma.
Dahyun puso su mano completa abarcando una mejilla de la pelinegro, logrando que esta cerrase los ojos y dejara de pensar, también logrando acercarse más. La rubia subió una de sus piernas, colocandola al costado del muslo de Mina, suspirando y rozando sus narices.
¿Estaba haciendo lo que pensaba que estaba haciendo? ¿Estaba a punto de besar a Mina?
Solo a punto, porque en la puerta hubieron unos pequeños toques y luego se abrió. Dahyun en un solo segundo estaba del otro lado de la cama y Mina estaba cabizbaja con su cabello tapando su rostro.
— ¿Mina, Dahyun? — la voz baja de Sana casi hizo eco en la habitación, y entonces ese cabello naranja se vio mientras unos ojos curiosos las miraban — ¿Están bien? — preguntó al verlas alejadas y cada una tapándose el rostro de diferente manera.
— Sí, lo estamos — Mina se apresuró a asentir, mientras tomaba los guantes de la mesita y se los ponía de espaldas a las dos chicas — ¿Qué haces aquí? — preguntó en un tono suave, no queriendo que se malinterprete su pregunta.
— Ninguna fue a clases, tampoco Momo — a eso, ambas en la cama se preguntaron, ¿qué hora es? — Y Dahyun, no avisaste que te quedarías aquí, tu madre pensó que te quedaste con Chaeyoung o algo así, pero cuando la llamó esta mañana, Cheyoung dijo no haberte visto desde ayer saliendo de clases — Dahyun abrió mucho los ojos, intentando buscar en sus recuerdos si tal vez le dijo a su madre que estaría con Mina, pero no encontró algo — Tus padres fueron a la preparatoria, y como Chaeyoung tenía un trabajo importante en el club de arte, yo los acompañé aquí. Están abajo esperándote, no muy felices, mh — agregó lo último con una mueca.
— Mis padres — Dahyun murmuró levantándose, pero como su pierna se enredó en la cobija, casi cayó al suelo. Se hubiera dado un buen golpe si no fuera porque Mina la ayudó — Estoy bien — por ahora, porque realmente se avergonzaría cuando sus padres le den la regañada de su vida frente a toda la familia Ezaki.
— Les diré que en un momento bajas, ¿sí? — Dahyun asintió hacia Sana y la pelinaranja salió de allí dejando un silencio en la habitación.
¡¿Por qué justo fue cuando estaban por besarse?!
— Mi madre debe estarle explicando y hacerlos comprender, ella es así — Mina habló, ignorando el tema que tenían en pensamientos — Es mejor que vayas y también les expliques tú... Yyy, lo siento, debí despertarte ayer y no llevarte tan libremente a mi habitación — lo que recibió fue solo una pequeña sonrisa.
— No te disculpes, está bien. Yo ni siquiera les dije con quién saldría y me pasé de la hora acordada con mi madre, fue más mi culpa — dijo mientras tomaba su suéter, el cual estaba posado en un tocador. Se lo colocó y vio a Mina de espaldas poniéndose calcetines. ¿Se los había quitado sin miedo? ¿Confío en que no los vería, o si el caso fuera sí, que no la juzgaría? Dahyun esperaba que todo eso fuera muestra de confianza hacia ella, no estaba segura, pero eso esperaba con ansias — ¿Irás también? — preguntó al ver a Mina abriendo la puerta. La pelinegro asintió, echando su cabello hacia atrás y acomodando su sudadera para que no se le vea piel.
— No sabes el camino, no es tan grande la casa, pero realmente no sabes el camino de mi habitación a la sala. Es un poco largo, y hasta Momo se confunde a veces — Dahyun entendió y la siguió, tomándole la mano para dar una muestra de que todo estaba bien entre ellas, que aquel casi beso no debía tornar incómodo algo entre ellas. Mina pareció bien con el toque, sonriendo y apretando su mano.
— Están mis padres, ¿no llevarás lentes o mascarilla? — Dahyun preguntó curiosa, y la pelinegro negó con duda.
— Estoy en eso de mostrar mi rostro — eso sorprendió un poco a Dahyun, porque ella quisiera ver todos los días aquel rostro — Me siento... menos mal, ahora mostrándome poco a poco — Mina agregó.
— Si eso quieres, está muy bien, Mina — la rubia sonrió y empezó a jugar con sus pies, dando brincos y caminando chueco a propósito.
En la sala, estaba Momo totalmente echada en el sofá, Sana solo sentada a su lado, Hikaru al lado de Sana, y tres adultos estaban en el otro sofá hablando amenamente entre ellos, hasta que notaron a ambas llegando.
— Kim Dahyun, ¿nos quieres decir algo? — la señora rubia llamó primero, logrando que Chihiro sonriera ladeada hacia las dos nerviosas chicas que se soltaron las manos.
— Yo, este... Lo siento, olvidé avisarles y me dormí por accidente — enrojeció aún más con las risas de sus dos padres.
— Nos referimos a otra cosa — el moreno pelirrojo comentó y Dahyun alzó una ceja sin saber qué decir. ¿Y esa mirada cómplice entre sus padres qué era? ¿De qué hablaban? La pequeña rubia volteó hacia Chihiro, viendo la misma sonrisa cómplice y entonces se quedó pensativa, hasta que Momo habló.
— ¡Bien! ¡Lo admito!, ¡les dije '¡Vinieron los suegros de Mina!' y me di cuenta que no son sordos! — Momo confesó con su rostro fingidamente culpable. Sana rió, tapándose el rostro con un cojín del sofá, porque Mina parecía tener una cara de asesina peligrosa en abstinencia.
— ¿¡Por qué creíste que serían sordos!? — Mina preguntó, escandalizada por la vergüenza que abarcó a Dahyun y a ella. Momo tenía que ser, no podía ser alguien más.
— ¡Es un decir! ¡En realidad, solo se me salió y pues no son fáciles de engañar! — Momo se acomodó bien en el sofá, lo más cerca de Sana por si Mina quería atacarle en ese momento.
— ¡A mí se me va a salir matarte, Hirai! — y Mina realmente parecía que se iría hacia ella en cualquier momento. Para aclarar, Dahyun no la detendría, eh.
— ¡Inténtalo! ¡Todo lo que sabes yo te lo enseñé, maldita! — Momo se golpeó ligeramente el pecho, luego sobándolo al sentir un pequeño dolor culpa de sí misma al golpear sin medir la fuerza que usaba. Antes de que Mina contestara, Chihiro prefirió intervenir entre ambas.
— Mina, Momo, dejen de pelear. Hay visita y tampoco es algo malo — suavemente les sonrió mientras los mayores Kim parecían divertidos de la escena y no se veían ni un poco disgustados con la posibilidad de su hija con Mina, se veían felices.
— No somos novias — aún así, ambas respondieron al unísono al ver las miradas puestas en ellas.
— Están tan conectadas~ — Momo dijo con una voz soñadora, luego sonriendo con burla — ¿Las amigas duermen juntas y abrazadas? — preguntó sacando un poco su lengua.
— Momo, te aferrabas a mí como si me fuera a morir cuando dormíamos juntas — Mina dijo de repente, viendo recordando a un koala llamado Hirai Momo aferrado a su torso varias veces.
— ¡Eso no cuenta! — Momo exclamó apuntando con un dedo amenazador.
— Sana también daba abrazos mientras duerme, a ti o a mí — Mina apuntó a la pelinaranja quien se sonrojó por la mención y asintió de acuerdo con el comentario, porque sí era así.
— Ella tampoco cuenta — Momo hizo un gesto restante.
— Hyunjin de pequeño también nos abrazaba — Mina volvió a agregar a alguien y fue que Momo puso sus manos en la cintura, fastidiada de que su casual manera de molestar no esté funcionandole ahora, frente a visitas.
— Ahora te metes hasta en la infancia — atacó ya sin saber que decir, viendo a Sana riéndose de ella. Lo bueno que Hikaru no sabía coreano, porque si fuese así, estuviera burlándose.
— Fue hace cinco años — Mina sonrió viendo a Momo sonrojarse y verla de una manera harta.
— ¡Eso es mucho! — exclamó y casi se levantaba del sofá de un salto.
Chihiro de nuevo interrumpió, porque si no, la pelea sería eterna. Era entretenida, pero había otros asuntos, y realmente ahora tener a Momo y Mina peleando estaba siendo una pequeña distracción para el desayuno.
— Dahyun, linda, ¿por qué no mejor le explicas la situación de ayer a tus papás? — se volteó hacia la joven rubia que quitó abruptamente su sonrisa boba, la cual tenía desde hace mucho y no se había dado cuenta que conservaba.
— A-Ah, sí... ammh — murmuró un momento y suspiró para decir la verdad, no quería alguna excusa, aunque sabía que tenía un castigo esperándola — Ayer después de ir a la tienda del papá de Tzuyu, acompañé a Mina hasta aquí, entonces fue que me entretuvo todo lo de aquí y olvidé avisarles. En algún momento de la película que veíamos, me dormí y Mina solo me llevó a una habitación para dormir más a gusto. Perdón por preocuparlos — terminó y tenía su rostro arrepentido, lo conservaría si no fuera porque le confundió el comentario en japonés que Momo soltó.
— Dormir la dicen ahora, Hikaru — Momo se burló y Hikaru se quedó un momento viendo a la nada, queriendo entender el comentario. La hermana mayor Ezaki ya había aprendido a ignorar cuando la excluían por su poco coreano, así que se quedó un momento pasmada.
— Yo escuché ruidos — comentó hacia Mina para acusarla.
— Yo igual, fue Momo roncando — pero Mina tenía su buena coartada justificada y verdadera.
— Ah, sí, ella es así — Hikaru aceptó, volviendo a quedarse callada.
— ¡Se supone que debes estar ayudándome! — Momo escandalizó al verse en ridículo frente a dos personas nuevas en el círculo de ambiente que tenían, aunque éstas no le entendían. Hikaru se levantó exaltada
— ¡Me desperté seis veces por eso!, ¡¡seis veces!! — alzó sus manos para alzar los cinco dedos de una mano y el dedo índice de la otra mano.
— Y eso es todo, ¿me van a castigar? — Dahyun interrumpió al ver que no entendía la pelea. Necesitaba cerrar lo que sea que pasó con sus padres porque no sabía el castigo todavía.
— Creo que solo una semana sin poder salir más que a la escuela es suficiente para que a la próxima recuerdes no hacer algo que nos preocupe — la mujer rubia dijo sonriendo y recibiendo un asentimiento de acuerdo por parte de su pareja.
— Yo le doy un mes — Momo tuvo que dar su humilde e inocente opinión.
— No le busques, Momo — pero Dahyun no la quería para nada nadita.
— Bueno. Si todo está bien, ¿por qué no se quedan a desayunar? Ha quedado comida ayer y quisiera que prueben un poco — Chihiro invitó, levantándose con una sonrisa en el rostro y viendo a los dos adultos.
Ambos Kim se vieron casi negando al ofrecimiento pero la sonrisa de Dahyun, a algo que aquella pelinegra le dijo al oído, simplemente les dijo que más tiempo allí no era un problema. Se miraron entre sí y se lo dijeron con una mirada simple.
— No vemos el por qué no — el pelirrojo se encogió de hombros y Chihiro sonrió para sonreír y llevarse a Mina por el hombro hacia la cocina, haciéndoles una seña a las demás para que también la siguieran y dejaran a la familia Kim en la sala.
Dahyun tragó saliva al verse con la mirada de su madre, esa que decía que faltaba algo más de lo que hablar.
— Siéntate un momento, Dahyun — pidió su madre y ella lo hizo, sentándose en el espacio que ambos dejaron para que estuviera en medio.
Dahyun sintió cómo la mano de su padre terminaba en la suya, la cual estaba puesta en su rodilla.
— ¿Por qué no nos dijiste que estabas saliendo con alguien? Porque sé cómo miras a tus amigas y a ella la miras muy diferente, mh — la pregunta que le daba un poco de miedo, y más cuando su madre descubrió aquello por alguien más en igual que de su boca.
— Bueno, recordando la vez que no me dejaste aprender japonés, tal vez me dio un poco de miedito — hizo una pequeña pinza con sus dedos, teniendo su voz un poco aguda al final — Ya que Mina es japonesa — se encogió de hombros y miró al suelo.
— Dahyun, no te voy a mentir que cuando Chaeyoung dijo que era japonesa me alteró, pero cuando me aseguró que eran buenas personas entonces pude calmarme — la mayor confesó y miró un poco hacia alrededor, asegurándose que sea una plática entre tres nada más — Hay una razón por la cual te alejo de todo lo relacionado con gente de allá — Dahyun levantó la vista, curiosa y confundida.
— Por lo que nos hizo mi padre biológico — Dahyun dijo, aunque sonó más como pregunta.
Su padrastro apretó un poco su mano para obtener su atención y Dahyun lo volteó a ver.
— Tememos que te busquen de alguna manera y tú puedas entenderlos — Dahyun frunció el ceño a sus palabras — Porque tu progenitor fue importante en algunos negocios del bajo mundo, y no queremos que te relaciones con ello — la menor se quedó un momento pensativa, ¿su progenitor no era solo un hombre alcohólico adicto a las apuestas? — Por eso tu madre te aleja mucho y yo prefiero no hablarte de eso para dejar eso muy en el pasado.
Dahyun se quedó pensando. Ella no recuerda mucho de su progenitor, solo que a sus seis años hubieron peleas entre él y su madre, logrando que su madre tomara su custodia y se fueran a la cuidad vecina, donde ahora vivían actualmente junto a su padrastro. Aquellas peleas fueron porque su padre empezaba a alcoholizarce mucho y a gustar de las apuestas, no creyó que fuera algo importante en cosas peligrosas del bajo mundo. ¿Cómo es que no lo sabía?
— Pero ahora de mayor me dijiste que solo era un apostador con pequeños problemas por el alcohol — dejó salir su confusión, mientras estaba un poco perturbada de cómo eso cambiaba la idea de que su padre murió que sus siete años.
— No quería decirte tanto porque es algo turbio, estaba en drogas y deudas, lo asesinaron por no pagar una deuda — Dahyun miró un momento a ambos y asintió, procesando aquello un poco — Cuando tenías siete, policías tocaron a la puerta, me interrogaron y les dije todo lo que sabía, ahí supe el por qué había muerto — Dahyun volvió a asentir mientras su rostro se tornaba curioso.
— Después de eso, creíamos que entre más ignorante del tema estuvieras, más bien estarías, porque no queremos que de alguna manera esa gente la lleve contra ti por ser hija de él — su padre le dijo suspirando y agachando un poco la cabeza, aquello afectándole tanto como un verdadero padre, algo que Dahyun y su madre notaban siempre.
— ¿Por qué la llevarían contra mí? No soy su hija, desde hace mucho que no — negó y apretó sus labios, pensando mientras veía a su padre.
— La gente a veces está demente, pero todo ha estado bien, así que no es algo tan preocupante como en aquellos años — la rubia mayor aclaró, sonriendo un poco más suave que antes. Dahyun ahora entendió y suspiró.
— Aaaa, te alteraste al escuchar a Chaeyoung decir que salí con una japonesa, porque pensaste que podría ser algo relacionado a aquello — sonrió orgullosa de su pensamiento acertado
— Exacto, pero ahora estamos bien, se ve gente muy agradable — eso la rubia mayor lo dijo, volteando hacia la puerta donde había desparecido aquella familia — ¿Cómo la conociste? — Dahyun jugó con sus manos al ver que estaban empezando a hablar sobre Mina, el tema de conversación más difícil que tenía ahora, pero también el más bonito.
— Ella entró un poco después del inicio del ciclo escolar, no nos llevamos realmente bien por mucho tiempo pero hace poco hemos estado más cercanas — cruzó sus manos y sonrió, no notando las miradas felices de sus padres en ella.
— Ella parece hacerte feliz, Chihiro nos dijo lo mucho que reíste ayer mientras pasabas el tiempo aquí — el moreno comentó, alzando una ceja y riendo por el nerviosismo de Dahyun.
— Sí, estaba muy feliz, quedamos en tener alguna otra cita otro día — comentó mientras alzaba su cabeza, teniendo una sonrisa tímida que pedía permiso para aquello aún cuando ni día acordado tenían.
— Bueno, descarta esta semana nada más y tienes permiso — su madre le dijo, haciéndole recordar su castigo por lo de el día anterior. Rieron y luego una persona apareció por la puerta de la cocina.
— Lamento interrumpir la hermosa charla familiar que me da envidia, pero el desayuno está listo, visitas — Momo les avisó para darse la vuelta — ¡Aviso, se comen todo o no hay postre! — les dijo como si de niños se tratase, y se desapareció por la puerta.
La familia Kim rió para tomar camino hacia un desayuno ofrecido amablemente.
Claramente, Momo dejó un asiento especial para Dahyun, justo a la lado de Mina. Eso fue lo único, de todo el día, que Mina le podía agradecer, ya que lo que restó del día fueron burlas.
. . .
Weee se les invita a mi primer golpe de calor, ¿fecha? Hoy mismo, CASI SON 40 GRADOS AAAAA
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