#31 - Todos los padres se van.
— Te cuidas mucho, comes bueno, cuidas a Momo. Sabes muy bien que es dos años mayor que tú, pero sigue siendo una adolescente alborotada con unos tornillos sueltos, la conoces — rió un poco y siguió — También cuida a Sana, se ve buena amiga. Diviértete, llama si hay algún problema. Puedes ser mayor de edad, pero si estás en algún problema, aún así voy por ti, Mina. Cuando regreses tendré cocinado algo bueno para ti, y puedes traer a tus amigas, solo me avisas para hacer mucha comida. Ahora ve y haz que tu madre esté orgullosa... Ya lo está pero no hace daño un poco más — susurró lo último como un secreto, haciendo reír un poco a Mina.
Mina por fin fue separada de su madre ya que ésta la tomó por los hombros y la miró.
— ¿Por qué hablas en coreano? Todas aquí hablamos japonés — Mina preguntó notando eso de su madre, y sonrojandose por todo lo que le dijo.
— Nos quedaremos tiempo, tengo que acostumbrarme al idioma después de no hablarlo mucho. Eso lo hablaremos cuando regreses — prometió con una sonrisa, alzando su mano para pinchar la nariz de su hija y reír cuando ésta renegó acomodándose el cubrebocas y sus lentes.
— Te amo, mamá.
— Te amo, mi pequeña — le regaló un beso en la frente y por fin dejó que su hija menor saliera al patio, donde Sana y Momo la esperaban para irse juntas a un nuevo inicio de semana escolar.
Hikaru también se despidió ya que no encontró un verdadero motivo por el cual quedarse en aquella preparatoria (más que el quedarse bien dormida en todas las clases, las cuales ni siquiera comparte con su hermana), así que se quedaría con su madre en aquella casa.
Mina estaba mucho mejor, Sana notó eso. La llegada de su madre Chihiro parecía un buen estimulo a su felicidad. La manera en que la señora Chihiro trataba a Mina, era algo tan tierno para Sana, que por momentos envidió aquello, queriendo algún día que sus padres hicieran algo así por ella.
Claramente no lo harían, pero hubiera sido lindo.
— Chihiro dice que yo necesito comida para que me crezcan más neuronas y pueda pensar por mí misma, así que saca, saca, Mina — Momo, a menos de cinco pasos lejos de la casa, empezó a reclamar por comida.
— Mamá también dice que te bañes y no te he visto meterte a la ducha todo este fin de semana, eh — Mina, todavía conservando su tono perdido, le dijo y siguió el camino — Aparte de que acabamos de desayunar — sí, Sana estuvo incluida en el desayuno de las Ezaki y de Momo — Lo que traigo en la mochila es solo unos sándwiches de atún que mamá insistió en llevarme, son diez, hizo muchos desde que le conté sobre que ahora tengo amigas.
— Pues eso, saca mi sándwich. Entre todas solo somos nueve, así que estoy a favor de que quién termine primero el suyo, puede repetir — sí, Sana comía mucho, pero incluso ésta se sorprendía de la desesperación de Momo por la comida — Dame, dame.
— Te lo daré, pero no se puede repetir... El décimo se lo daré a Hyunjin, mamá puso su nombre, y hace rato que no lo veo — dijo luego de pensar un poco, agarrando de su mochila una bolsa de plástico, de la cual sacó un sándwich enrollado en aluminio (una protección que su madre debió haber puesto para que no se regara todo el atún y las pocas verduras que tenía). Momo lo tomó y abrió como si fuera la última comida del mundo — Sana, el atún es pescado, ¿no es marisco?, ¿lo comes? — la pelinaranja asintió recibiendo el sándwich y guardandolo, ya que no sentía tanta hambre como Momo.
Su madre había puesto el nombre en cada uno de los papeles aluminios. Mina recuerda en la mañana como su madre le preguntaba por los nombres de sus amistades para ponerlos de diferentes colores y dibujarles algo bonito.
Sana tenía su nombre de un color rosita y un dibujo de una carita feliz con un perrito al lado. Y Momo igual, pero con un gatito.
En los demás, también se repitieron los animales, ya que su madre no era excelente dibujante o algo así, pero era un bonito detalle que hacía a Mina alegrar.
— ¿Por qué hay tanta gente reunida en la entrada? — Sana preguntó después de toda una caminata hasta la preparatoria — Parece ser algo malo — murmuró tratando de ver para entender lo que pasaba.
— No, es solo el idiota de Amane llamando la atención — un compañero aleatorio les dijo al lado, después de escuchar a Sana — Está llorando por algo de la muerte de su madre y todos están allí, aunque realmente se ve falso — les dijo para luego desaparecer a como apareció.
— Bueno, al parecer Amane se ha encargado de tener también enemigos aquí que ven su verdadera cara... — Mina dijo despreocupada. Probablemente Yoshi sí perdió a su madre, pero también muy probablemente no le importa no tener una progenitora — Bueno, vámonos — Sana y Momo la siguieron igual, pasando por el tumulto e ignorando los lamentos que Amane parecía incluso sonar más cuando ellas pasaron por allí — Acabo de recordar que Chaeyoung me va a matar o agradecer hoy.
#♡>☆
Dahyun llegaba a la preparatoria sin prestar mucha atención a su alrededor, iba viendo su celular y por lo tanto ignoró que en la entrada había un tumulto.
Cuando estaba por entrar a su aula, vio la hora y encontró que era temprano todavía. Iba a ir al patio pero encontró un poco helado el clima que prefirió estar en el salón de clases que allá en pleno febrero.
Lo interesante de su día empezó cuando a su lado se sentó, lo que pensó primero, un chico bajito, que se le hacía muy conocido como para en realidad ser un chico. Su rostro enojado ya lo había visto varias veces cuando perdía en algún juego o no podía conseguir el aparato electrónico que deseaba...
— ¿Chaeyoung? — cuestionó con el pensamiento de que tal vez pase vergüenza si se equivocaba y ese en realidad era algún chico nuevo. Ese pensamiento se fue cuando su mejor amiga volteó hacia ella con una cara retadora.
— Si te ríes o burlas, verás que puedo hacer mucho más cosas que ver un teléfono celular, ¿me entiendes? — aus palabras fueron claras, pero Dahyun ya estaba sonriendo sin creerlo tanto — Esto me lo hizo tu novia, le dices que ya tiene menos puntos como cuñada — eso solo logró sonrojar a Dahyun.
— ¿Por qué? — preguntó con la risa aguantada en sus mejillas.
— ¡No lo sé! Salió corriendo dejándome con esta nota — ya tenía preparada su explicación, porque en la mano tenía la nota y la dejó en la mesa, donde Dahyun empezó a leerla y carcajear.
— Chihuahua pelón — repitió Dahyun, carcajeando y viendo cómo Chaeyoung no podía evitar una sonrisa divertida también por las palabras — Te voy a agendar así — y sí, sacó su teléfono para hacerlo.
— No me importa. ¿Cómo vas con que Mina vio tus mensajes alterada? — a sus palabras, Dahyun dejó de hacer lo que estaba haciendo y le golpeó un hombro.
— ¿Por qué se lo enseñaste? — reclamó molesta. Solo ella y su madre saben cuántas veces gritó con la cabeza hundida en una almohada. Fueron varias las veces que le mintió a su madre porque ésta no sabía sobre que estaba bien alterada por una persona, aunque probablemente lo esté sospechando, pero lo que no esté sospechando puede ser del hecho de que esa persona no es un chico, sino una chica... y japonesa, para recalcar, porque su madre tenía un resentimiento con Japón y Dahyun no sabe hasta dónde puede llegar.
¿Sería exagerado si no la dejara salir con alguien japonesa solo por el hecho de ser de Japón? Sí, xenófobo también un poco
— ¡Estaba detrás mío, y ambas estábamos viendo un video! Solo lo leyó, no fue mi culpa — mintió un poco, y cuando Dahyun iba a responder, una morena llega revolviendo el poco cabello de Chaeyoung.
— ¿Quién te rapó y por qué yo no? — Tzuyu preguntó sentándose en los asientos delante de ambas rubias — Pensé que Ezaki también te lo iba a pintar — comentó después de recordar que Mina fue la que le haría algo en el cabello a Chaeyoung.
— ¡Ni menciones ese apellido!, que en cuanto pase por esa puerta voy a convertirme en otra persona — Chaeyoung prometió, pero cuando Mina entró junto a Momo, pareció considerarlo.
Dos japonesas casi expertas en peleas contra ella experta en estar todo el tiempo en su celular... Mmmh, no, no había posibilidad.
— Hola, Mina. Este es un bonito día. ¿Cómo estás? — saludó Chaeyoung en cuanto Mina se sentó detrás de ellas, junto a Hyunjin quien estaba muy concentrado en su celular con audífonos puestos — Una pregunta, ¿por qué me hiciste esto en la cabeza? — con sus amigas peleando, pero ahora parecía no hacer ningún daño, no podría de todos modos.
— ¿No te gusta? — preguntó en lo que Momo, quien se había sentado junto a Tzuyu, se reía viendo a Chaeyoung.
— No es eso, solo quiero saber el por qué — en eso, Mina dio una mirada a Dahyun y luego hacia Chaeyoung, preguntándose si debía decir que la idea se la había dado Kim Dahyun principalmente.
— Escuché que hace un tiempo te querías cortar el cabello así, porque en tu vecindario viste a un chico que le quedaba bien — a eso Dahyun se pudo rígida y se cuestionó por qué no estaba corriendo en ese momento. Chaeyoung envió una mirada sospechosa a su mejor amiga y siguió escuchando a Mina — No supe muy bien cómo era que ese chico lo tenía, pero se me ocurrió y solo escogí un corte que te quedará bien... ¿Jeongyeon te dijo lo que yo le dije?
— Sí... ¿Los ojos no importan?, ¿era así? — Chaeyoung no diría que estaba lo bastante alterada como para haber puesto atención en las palabras de su amiga Yoo.
— Sí, algo así. Yo quería que cumpliera tu deseo de aquel tiempo, entonces... solo lo hice.
Mina también era experta en dejar en silencio a las demás.
— Oww, ya eres mi cuñada favorita — Chaeyoung dijo, olvidando el enojo y la intriga — Si no te casas con mi amiga, te voy a publicar en por lo menos veinte grupos de facebook como terrorista — Mina solo bajó la cabeza para sacar de su mochila la bolsa de sándwiches.
— Mi mamá lo hizo — comentó mientras leía los nombres de cada sándwich y se los daba, escuchando las quejas de Momo por ya no tener uno — Tú también, mono. Estaba emocionada por saber que tú estabas aquí en Corea — dijo hacia el chico a su lado que tomó el sándwich y la miró sin entender, hasta que vio el aluminio y recordó cómo hace cinco años recibía de esos en la casa Ezaki.
— ¿Tienes mamá? — la pregunta de Tzuyu causó que Dahyun le diera un golpe — ¡Agh! Es que nunca la ha mencionado y tampoco vive con ella, pensé que no tenía y ya — se explicó mientras sostenía su sándwich y luego lo guardaba para más tarde.
— Vino el sábado desde Japón, me sorprendí cuando llegué a casa y la vi en el sofá, dijo que volvía para ayer — pensó un momento, viendo a su alrededor para notar las miradas que no se iban desde que entró a esa preparatoria.
Se preguntaba del por qué la miraban ahora y mejor lo dejó atrás, Amane debía tener algo que ver con eso.
Mejor recordó cuando antier llegaba a casa esperando encontrarse con un gran desastre de Momo y Hikaru, pero en igual de eso estaban ambas chicas en los sofás mientras comían lo que su madre había preparado, y su madre estaba con ellas hablando y esperándola. ¿Lloró? Mucho. En cuanto la vió se abalanzó para abrazarla y llorar, quedándose unas cuantas horas pegada a su madre, al punto de que ésta durmió con ella.
— ¿Escuchas, Dahyun? Ya puedes conocer a tu suegra — Chaeyoung molestó a la rubia que desde hace mucho rato estaba sonrojada comiendo el sándwich que le acaban de dar.
— Me dieron ganas de cortarte más el cabello — con la amenzada de Mina, Chaeyoung se puso el gorro de su suéter y se apartó lo más que podía de la japonesa.
Antes de que se defendiera, la profesora entró a dar la clase y tuvieron que guardar algunos sándwiches para no recibir regaños.
#♡>☆
Iba pasando distraídamente por el patio solitario. Había ya pasado el almuerzo y les había entregado los sándwiches a sus tres amigas de tercer grado. También había entrado ya a clases pero se había sentido sofocada, un poco sin aire, así que se quitó el cubrebocas, después de ver alrededor que no hubiera nadie a la vista.
Terminó en las gradas, sentándose silenciosamente en una de las tablas de madera, para luego ver hacia donde escuchaba una discusión.
Le estaban perturbando la paz y entonces se acercó un poco hasta ver lo que estaba pasando.
— ¿No se le había muerto la madre? — murmuró al ver a Amane gritando insultos hacia un chico que se mantenía de rodillas llorando. Mina vio un poco sin saber qué hacer en esa situación. ¿Debía defenderlo o irse a clase? No quería entrometerse, pero ella recuerda cuando estaba en la secundaria y muchas personas le hacían lo mismo.
Recuerda la vulnerabilidad que se sentía.
Se acercó y se recargó en la pared, carraspeando y haciendo exaltar un poco al joven Amane.
Yoshi claramente era amable para todos allí y que alguien lo descubriera era un pequeño problema, pero al ver a Mina se relajó y enojó también. ¿Qué mierda estaba haciendo Ezaki allí?
— ¿Qué se te perdió? — preguntó bruscamente, pateando en el rostro al chico que había intentado huir al verlo distraído — ... ¡¿Qué mierda buscas, Ezaki?! — preguntó exasperado al ver que Mina solo se quedaba recargada en la pared y veía expectante. Empezaba a ponerlo incómodo que no pudiera leerle la expresión por los lentes y mascarilla — Mira, idiota, sinceramente eres patética — empezó a insultar al ver que Ezaki ni siquiera hacia algún ruido — Pareces un maldito animal, además de una asesina, ¿qué esperas para matarte de una vez, eh, Ezaki? Nada aportas a este mundo — dijo molesto.
— ¿Y tú sí? — Mina preguntó calmadamente, recibiendo aquellas palabras por un oído y sacandolas por otro.
Amane apretó la mandíbula y pateó al chico de nuevo, dándose a su huida sin decir más. Mina se quedó un buen rato mirando al chico tirado, notando que era uno de los ex amigos de Hyunjin, ¿Jisung, era su nombre? Pues ahora no parecía tan rudo como antes.
Todavía recuerda cuando le dio un buen golpe en los testículos, se lo había dado fuerte, no le sorprendió verlo asustado hasta por su presencia.
— Si te sigues dejando, terminará por matarte — le dijo en voz alta. Cuando confirmó que el chico escuchó, se fue de ahí dándole un pañuelo para la sangre que le salía de la nariz.
Entonces Amane seguía manipulando y acosando solitariamente a algunos, eh... Estaba empezando a creer que era una oportunidad para conseguir pruebas, las necesitaba mucho. De alguna manera, en todos sus actos no dejó pruebas sólidas que pudieran encarcelarlo, y Mina sabía muy bien que algo tuvo que ver su madre, pues era una excelente abogada. Pero si seguía haciéndolo, sin una abogada como su madre que lo defendiera y sin tanto cuidado como lo hizo con aquel chico Jisung, podría caer.
El padre de Yoshi solo era un neurocirujano, algo respetado pero no algo que ayudara a su hijo a salir de algún reclusorio. A menos que con dinero, pero Mina tenía mucho más dinero.
Pensó por todo el día aquello, dándose en la libertad de hoy no prestar atención a clases. Era inteligente después de todo, no por nada la adelantaron algunos años cuando era menor. Incluso cuando estaba regando a su plantita Ray, no estaba muy con los pies en la tierra. Su mente estaba en otro lado y no prestaba atención a nadie.
Algo que llamó mucho la atención de Dahyun, quien se había encontrado con las demás haciéndole halagos muy cariñosos a Chae sobre su cabello para avergonzarla. Se suponía que saliendo tendría una cita con Mina, pero ahora no veía algo de cercanía con la japonesa, sino que la veía distante al mundo.
Incluso cuando ella fue a su lado para regar a su planta, llamada Ronnie, Mina no le dio alguna mirada. O eso cree, ya que aquellos típicos lentes le impedían ver aquellos ojos cafés tan bonitos.
Se preguntaba si en la cita también tendría sus accesorios usuales o se los quitaría, porque en realidad quisiera verle el rostro otra vez. Le había gustado Mina antes de conocerle el visual, pero al verla... le había seguido gustando más. Simplemente verle se le hacía un placer, pero también era algo a lo que no vería si Mina decidía que no se quitaría la mascarilla y lentes.
Miró a su plantita Ronnie y la comparó con la de Mina, viendo que la de la pelinegra estaba el doble de grande y tenía más cantidad de hojas. ¿Por qué la suya se quedaba tan pequeña? Es hereditario, pensó inevitablemente y casi se da un golpe por el tonto pensamiento de su estatura y la de la planta.
— ¿Nunca has tenido pareja, Mina? — se dio la valentía de preguntar cuando las demás estaban bromeando entre ellas. Mina paró lo que sus manos estaban haciendo y Dahyun pudo darse cuenta que la escuchó, ya que todo lo demás de lenguaje físico le daba a entender que la estaba ignorando.
— ... No — y la respuesta llegó enseguida — Solo tuve dos amigos de mi edad; Hyunjin y Momo, tuve a mi hermana Hikaru, y a algunos amigos de la tercera edad con los que iba a tomar té o café en las tardes. Nunca formé una relación amorosa o fuera de la amistad con alguien — se soltó un poco mientras Dahyun la miraba atentamente.
Eran solo algunas veces que Mina decía información de su pasado, y le interesaba escucharla siempre.
— ¿Todavía tienes amigos en Japón? — su pregunta causó que Mina pensara un momento.
Desde que salió a la luz su homosexualidad, no, no tenía muchos amigos mayores que quisieran pasar las tardes con ella. El único que se quedó fue Kang Daniel, un señor mayor y perfeccionista que le gustaba tomar chocolate caliente y hablar con Mina. Pero éste murió y Mina tiene un tipo de enemistad con toda la familia Kang después del testamento, porque la mayoría de la gran fortuna fue dejada a ella.
— No... Ya no tengo a alguien cercano allá desde antier que mi madre llegó aquí — sonrió aunque nadie pudo verla — ¿Sabes de dónde vino todo mi dinero? — la pregunta dejó confundida a Dahyun, pues no se lo había cuestionado.
— ¿No fue de la empresa de construcciones que mencionaba el padre de Jeongyeon? En el desayuno del otra vez, mencionó algo así cuando hablaban un poco contigo — algo había escuchado esa vez que los mayores Yoo charlaban con Mina.
Ahora entendía un poco, Mina tenía amigos de la tercera edad porque era buena para hablar con los mayores.
— No, no exactamente. Cuando mi padre murió, él dejó la mitad de la empresa a mi madre y la otra a uno de sus amigos, ya que tenía muchos desacuerdos con mi madre y no me quería ni a mí ni a Hikaru. Nos dejó mucho dinero también pero no todo — paró un momento para verificar no decir mucho. Estaba relajada, pero podría arrepentirse de soltarse mucho cuando pensara bien — Mi madre mejor vendió esa parte porque no sabía manejarla, no sabía nada sobre eso. Ella trabaja como maestra en escuelas primarias, y teníamos todo estable con eso — recordó un poco mientras sacaba sus manos de el lodo y veía sus guantes.
Dahyun también vio eso y buscó en su bolsillo el regalo que tenía para Mina, mientras la seguía escuchando hablar sobre su vida privada.
— Cuando murió mi más cercano amigo, él me dejó casi toda su fortuna que yo podría manejar al cumplir mi mayoría de edad — su voz se tornó un poco triste, lo que hizo a Dahyun solo acercarse un poco y posar una de sus manos, ya limpia, en el hombro de Mina — Un ochenta y cinco por ciento fue mío y el otro a su familia. Recuerdo que sus palabras en una carta fueron que yo era su verdadera familia — rió un poco y miró hacia Dahyun.
Esa historia era una que le traía muchas emociones, porque aquella carta le fue emotiva.
Imagina no tener el amor de los hijos, que tú mismo tuviste el tiempo y dedicación de criar (como todo padre debería ser), y que éstos apenas te presenten a tus nietos y apenas te dejen verlos... Daniel tenía depresión, pero sí fue muy sincero en su testamento; Mina sí fue como una hija, nieta y amiga que lo quería realmente.
— De ahí viene todo mi dinero y propiedades. Aunque... si tendría que devolver todo para que él siga vivo, lo haría — sus hombros cayeron y en eso Dahyun tuvo el inevitable sentimiento afligido y triste — Fue amigo, pero también fue como un padre. Pero supongo que nunca podré tener un padre, todos se van — murmuró más para sí misma, con Dahyun escuchándola.
Bueno, había tratado de saber más de ella, pero Dahyun cree que fue mucho.
— ¿Todos se van? — a esa pregunta, Mina sacudió la cabeza al ver que ya habló mucho más de lo que pensó que hablaría.
— Estoy divagando, solo que yo no tengo padre, ¿tú sí? — preguntó ya no queriendo hablar de ella, y también queriendo saber más de Dahyun.
La rubia se notó un poco indispuesta a hablar de ella, ya que quería saber de Mina y apoyarla en lo que sea, pero aceptó el cambio para no hacer presión mala en lo que probablemente era una gran herida.
— Mi padre biológico murió hace mucho, pero tengo un padrastro que considero mi verdadero papá. Físicamente no es nada parecido a mí, es pelirrojo y moreno. Le gustan las plantas — empezó a contar para a ver si cambiaban de tema, algo que Mina agradeció internamente, ya que hablar de padres no le daba bien.
Había perdido muchos como para hablar de ellos.
— ¿Tu madre se parece a ti?
— Sí, es rubia y piel blanca, me parezco mucho a ella también como persona. La religión, la actitud, los gestos... las personas dicen que hasta en los chistes, pero no creo tener chistes tan feos, en realidad — eso hizo reír a Mina... justamente lo que Dahyun quería; hacerla reír. Era tan bonita cuando reía, por más que no pudiera verla.
— No, en realidad no son tan feos — recalcó la palabra mientras veía como sus manos estaban sucias. Necesitaba otros guantes.
— Ah, entonces sí son feos — Dahyun renegó, solo recibiendo otra risa de Mina. La rubia al ver que Mina miraba sus guantes enlodados, sacó su regalo y lo mostró.
— ¿También tendrás unos? — Mina preguntó feliz, viendo los guantes en las manos limpias de la menor.
— No, bueno, sí, tengo un par míos que compré, en mi mochila, pero estos los escogí especialmente para ti — sus palabras parecían que no convencieron a Mina, o por lo menos la japonesa no las creyó — Son tuyos, en serio. Ayer estaba por el centro comercial con mi madre y los compré como regalo para nuestra cita — comentó bajando la mirada.
Mina todavía miraba concentrada a los guantes. A diferencia de todos los que tenía (que eran color negro o grises), esos eran blancos con una decoración rosa en los nudillos.
Eran lindos, como la persona quien los regalaba.
— Pero como ahora ensuciaste los que traes, puedes ponerte estos — Mina miró sus manos y no podía tomar el regalo con esas manos llenas de lodo — ¿Te los meto en el bolsillo? — a su ofrecimiento, Mina pensó un segundo y asintió.
Definitivamente no esperó que Dahyun se levantara y la rodeara por la espalda, con su mano dejando el par de guantes en el bolsillo del suéter, para solo apretarla en un abrazo y luego apartándose para irse.
— Nos vemos en la hora de salida, Mina — se despidió, yendo hacia Chaeyoung para ver que ésta había estropeado su planta.
Mina miró por un momento a la dirección de Dahyun, estática y verdaderamente sorprendida con lo que pasó. Una cosa era abrazarla en privado, y otra era que en la vista de todos la abrazara.
Se fijó discretamente en las demás, notando que sí la miraban y hablaban entre ellos. Lo esperado. Según palabras de Sana, Dahyun era amiga de casi toda la institución, o lo era antes, claramente recibirá atención si estaba tan cerca de la presunta asesina, como Amane esparce el rumor.
No era raro que la miraran como algo radioactivo, pero sí algo molesto porque empezaban a hablar sobre Dahyun.
Que hablaran de ella, daba igual, pero que hablaran de Dahyun... era algo que no le gustaba para nada, porque a ella no le afecta las habladurías de la gente, y con Dahyun no sabe si pasa lo mismo.
Mina apretó los labios, levantándose para ir a lavarse las manos y probarse su bonito regalo.
Ya casi era hora de salida, una clase más y se iría esa cita que esperaba ansiosa. Recordó que no le dijo a su madre, tenía que mandarle un mensaje o dejarle un aviso con Momo... Mejor le enviaba un mensaje.
Sacó su celular y envió un corto mensaje, lavándose las manos en el baño para lavar sus guantes. Cuando sus manos estuvieron secas, se iba a colocar los guantes.
— Oh, ¿esas marcas dejaron mis tíos en ti? — Mina se exaltó al escuchar esa voz repentina, dándose cuenta que Yoshi estaba allí.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó al verlo relajado, recargado en la pared. Se colocó los guantes para tapar sus cicatrices y mejor ver bien lo que sea que Amane pretende hacer.
— Y esos guantes te los regalo tu nueva novia, uh... — los miró con interés — Una buena chica, hablé hace un rato con ella y hubieras visto cómo me habló. Le ofrecí mi amistad y la rechazó por completo — sus comentarios solo fueron ignorados, porque Mina nunca creería algo que viniera de Yoshi — De alguna manera, encontraré la forma de dañarte profundo, Mina... Si tengo que dañar a tus seres queridos, lo haré — dijo con la intención de instalar miedo en la pelinegra.
Solo que Mina no le creía mucho, sino que escuchaba para mantenerse atenta solamente.
— Si tengo que matar para defender a mis seres queridos, lo haré, Yoshi... Y disfrutaré hacerlo, no dudes de eso — susurró lo último para salir del baño y dirigirse a la profesora de Educación Física, quien hablaba con dos chicas sobre algo, algún trabajo probablemente.
Verificó que Yoshi siguiera en el baño e interrumpió suavemente la platica de las tres, ocasionando que la miraran.
— Profesora, Amane Yoshi entró al baño de chicas y ahí sigue — movió su cabeza hacia la dirección al baño que claramente dice 'MUJERES' en la puerta.
— ¿Sí? Esperen un momento, chicas — la profesora inmediatamente fue allá para ver lo que pasaba. Mina se quedó parada viendo hacia allá y se iría si no fuera porque le hablaron.
— Ehh, Sharon, ¿no? — era una de las chicas que hablaban con la profesora. Asintió dándose una distancia considerable entre esas chicas — Solo quería preguntar si tu hermana regresará — la pregunta la desconcertó.
Obviamente no contestaría eso.
La otra chica, una castaña mas baja que su compañera, le da un golpe a la chica que habló.
— No preguntes así, idiota — regañó, luego viendo hacia Mina y sonriendo educada — En el primer día de Hikaru, nosotras la invitamos en el almuerzo y hablamos un poco. Mi amiga Bahiyyih quería saber si regresará porque nos agradó. Yo soy Dayeon.
Bueno, así Mina sí contestaba mejor.
— No sabe el idioma, ella solo entró aquí para buscarme. No regresará — dicho eso, la alta se fue de ahí murmurando algo y dejó a Dayeon allí con Mina. La japonesa se iba a marchar pero Dayeon la detuvo.
— ¿Podría haber algo con lo cual mantener el contacto con ella? — su pregunta causó confusión en Mina. ¿Qué cosa ilegal hizo Hikaru como para que la buscaran tanto? — Es que a mi amiga le gustó un poco, se podría decir, y no sé si puedas darme su número o algún lugar de dónde encontrarla.
Con que Hikaru siendo el crush se alguien. Eso significaba algo con lo que molestar a su hermana. Sonrió y sacó su celular.
— Su número — dijo y se vió cómo la chica lo anotó rápidamente, agradeciendo y reverenciando un poco. Mina vió cómo Amane salía avergonzado del baño de chicas, con la profesora molesta detrás. Rió y se dio vuelta para irse de ahí.
#♡>☆
Amane se había agarrado de los lavamanos, enojado y pensando. No se dio cuenta cuándo la profesora entró hasta que ésta carraspeó y estaba recargada en la pared.
— Joven Amane, ¿puedo preguntar qué esta haciendo en el baño de chicas? — su pregunta fue en un tono confundido, y Yoshi no quería convertir ese tono a enojo. Maldita Ezaki, lo había acusado — ¿Entonces? — volvió a hablar cuando el chico se mantuvo en silencio, sorprendido y estático.
— A-Ah, bueno, yo solo... — no encontró una buena excusa. Si decía que era porque los baños de chicos no servían, los revisarán y descubrirán su mentira. Si decía que estaba ayudando a una amiga, sería obvia mentira porque nadie más estaba en el baño. Piensa, piensa, se alentaba a sí mismo — Es que... me equivoqué de baño — sabía muy bien que la cagó cuando no hubo ni un convencimiento en la maestra.
— Salga y acompañeme — esas palabras asustaron al chico. Con eso su reputación se iba nada más se esparza por oídos ajenos.
— ¡No!, es en serio. Todavía me confundo con la letra coreana, soy de Japón. Solo confundí el escrito 'MUJERES' con 'HOMBRES', ¿bien? — bueno, por lo menos algo más creíble.
— Nada bien. Salga y acompañeme. Cosas como estas pueden causar cosas más graves como desconfianza y disputas entre los estudiantes — y no tuvo más opción que seguirla. Con la cabeza baja en verguenza, porque pasaría por las miradas inquisitiva de los demás, miradas nada buenas y no estaba preparado para eso, no todavía.
Mina se las pagaría en algún momento... Solo faltaba esperar.
Las palabras de Dahyun rondaron por su mente, pero las ignoró.
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