Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

#29 - Hablar con una muerta.

- No estires completamente tus codos, eso puede lastimarte y darte calambres - Sana tomó una respiración y lo volvió a intentar, suspirando cuando volvía a verse patética, según ella, en aquel lugar de entrenamiento privado.

Momo estaba bien a gusto comiendo y tomando refresco, viendo con interés cómo Mina le enseñaba a Sana a cómo dar golpes. Había un saco de boxeo, el que mayormente nunca usaban pero a Momo le gustaba entrenar a veces para no perder su figura y su habilidad.

Había pasado una semana desde que fue el cumpleaños de Jihyo, y Mina parecía muy ida desde entonces, aunque también podría ser que casi se cumplían cinco años de la tragedia que todavía la persigue con el pasado. Sea lo que sea, Momo no estaba muy dispuesta a dejar que Mina se hundiera de nuevo como casi todos los años pasaba.

De hecho, faltaban once días para que Mina estuviera de aniversario, un aniversario de la peor situación que pudo haberle pasado en toda su vida.

- Cuando peleé con ese Kim Jongin de tercer año, recuerdo que tomé un lápiz y lo empuñé - a eso dicho por parte de Mina, Momo puso expresión de interés y jadeó dramáticamente.

- ¿Y lo apuñalaste? - preguntó, consiguiendo una mala mirada de Mina.

- Lo usé contra uno de sus amigos - Mina agregó ignorando a Momo en su totalidad.

Estaban las tres solas, si descontamos que Hikaru estaba tirada en el suelo bien dormida, nada nuevo.

- ¿Y se murió?

Mina ignoró a Momo de nuevo.

- Un puñetazo, mientras tengas una pluma o un lápiz empuñado, duele más a la hora de darlo - Mina hizo énfasis con su mano - Eso te puede servir luego - Sana asintió sin comprender mucho pero anotandolo igual - Pero ahora debemos terminar, estás muy cansada y es tu hora de comer - Sana dejó de jugar con sus manos y asintió emocionada

Quería comer, deseaba comer, no,... necesitaba comer.

Había dejado su anillo para no lastimarse los dedos cuando diera golpes, aunque los guantes servían para no lastimarse, pero aún así sentía una ansiedad recorriendola que solo se calmaba cuando se distraía poniéndole atención a las indicaciones de Mina.

- ¿Qué hay de comer? - Momo preguntó, a pesar de haberse acabado recientemente una pizza entera.

Sana no dejaba de sorprenderse del pozo sin fondo que tenía Momo.

- Para ti, nada - Mina le bajó las ilusiones - Para Sana, una buena comida china, y una rebanada de pizza que logré robarte - empezó sacando algunas bolsas que había escondido de los ojos de Momo.

- Mala amiga - Momo dijo de broma, riendo un poco pero paró su risa cuando Mina tenía una mirada perdida y contestó algo que la hizo angustiarse.

- Tal vez - su tono de voz fue uno cansado, que llamó la atención de Sana de inmediato.

- No lo decía en serio - Momo aclaró, acercándose a ambas para sentarse en el suelo junto a Sana, quien abría las cajas de comida y miraba a Mina con curiosidad.

Mina tenía una expresión vacía, no normal de ella.

- Pero yo lo creo - Mina dijo, asintiendo y viendo la comida siendo prácticamente devorada por Sana. Sana paró de comer cuando miró directamente a Mina.

¿Por qué esa mirada le era tan angustiante?

- Nadie a tu alrededor lo cree - Momo le dijo de una manera firme, un semblante serio como si estuviera ordenando algo a un soldado.

- ¿Mina? - Sana llamó en cuestión, ladeando su cabeza y lamiendo sus labios para quitar un poco los pequeños restos de comida que habían.

- ¿Qué? - simple y corto, Mina le contestó teniendo su mirada en ella, pero realmente esa mirada ni siquiera parecía estar presente... Esa mirada parecía ser de alguien muerto.

- ¿Estás bien? - Sana preguntó preocupada cuando la comparación de un muerto y de Mina le llegó a la cabeza. Momo se mantuvo viendo seriamente y suspiró sobando un poco sus sienes a lo que le esperaba los próximos días. Febrero no era de sus meses favoritos, nunca lo sería.

- Lo estoy... - asintió vagamente - ¿Por qué no lo estaría? - cuestionó teniendo un hipo que la interrumpió. Sana le dio agua al verla tomando aire como si estuviera deshidratada.

- Sabes muy bien el por qué, Mina - Momo dijo en un tono que iba hacía lo grosero, pero no lo era. Sana miró entre ambas queriendo saber qué pasaba ahora que no sabía, ni siquiera había cerrado los ojos y ya había algo nuevo que la tenía confundida.

- ¿Por qué? - Mina cuestionó, con sus ojos cerrándose un poco.

- El dieciocho de febrero se cumplen cinco años de tu secuestro - Sana abrió mucho los ojos cuando Momo lo dijo tan firme y sin ninguna duda en su voz. Mina pareció asentir y pensar, nada afectada en lo que oía, y con sus labios tomando el agua que Sana le había dado

- ¿Sí? - Mina cuestionó a pesar de no verse realmente confundida por ello.

- Y no estás sola - Momo agregó, notando que esta vez no sería como el año pasado. La anterior vez fue que Mina estaba paranoica y alterada, pero por lo menos reaccionaba, y hoy parecía estar muerta, lo que parecía ser peor.

- ¿Y por qué me siento así? - Mina cuestionó.

Sana solo se limitaba a quedarse en silencio pero habló en ese instante para intentar que Mina por lo menos reaccionara en algo. Le estaba empezando a preocupar mucho, y Momo no podía negar que a ella también.

- Porque te sentiste mucho tiempo así, pero no lo estás ahora - alzó una mano para acariciar el rostro de Mina y apartarle un mechón de cabello del rostro, el cual tenía despejado desde hace ya más tiempo - ¿Quieres festejar tu cumpleaños? - cambió de tema al entender que el cumpleaños de Mina pasaba por ese aniversario que duraba dos meses enteros.

- No lo sé - Mina se encogió de hombros, alzandolos como un peso muerto.

- ¿Quieres que Dahyun esté en tu cumpleaños? - Momo agregó a Kim, queriendo ver que tan importante era para Mina y si su mencion le causaba algo más que indiferencia. No, Mina se mantuvo igual de perdida.

- Quiero estar con ella - asintió vaga, tragando saliva y volviendo a tomar agua pero ya se la había acabado toda.

- ¿Quieres su compañía en tu cumpleaños? ¿Quieres que te apoye? - Momo volvió a cuestionar, viendo cómo Sana rellena el vaso de agua para dárselo a Mina. La ahora pelinaranja se mantenía viendo, intentando entender lo mejor posible.

- Quiero verla ahora - Mina confesó.

- ¿La llamo? - pero cuando Momo propuso eso, Mina negó de inmediato. Bueno, por lo menos reaccionó un poco más.

- No, no estoy bien - a diferencia de antes que respondió que estaba bien, ahora parecía confesar la verdad, siendo inconsciente de eso en todo momento.

- El dieciocho de febrero, ¿quieres alejarte o estar en compañía? - Momo para no pensar demasiado al preguntar más, tomó un poco de la comida de Sana, y Sana le hubiera renegado, si no fuera que estaban en una situación seria.

- Me gusta la compañía de Dahyun - Mina asintió de nuevo.

- Puedes invitarla a salir - Sana propuso y Mina negó casi luciendo triste. Momo prefería verla triste a de esa manera como un zombie vacío.

- Lo arruinaré... como siempre - hizo una mueca pequeña de los labios, tomando más agua.

- La alegraras, así como ella a ti - aseguró Sana, tomando una de las manos de Mina, y ésta, viendo el gesto, se sintió repentinamente emocional.

- Me siento mal.

Momo limpió su mano y tocó su frente notando que si estaba un poco caliente pero no era fiebre, sino que estaba aguantando las ganas de llorar. Había tomado mucha agua por eso, estaba para aclarar su garganta y evitar llorar.

- ¿Quieres ir a dormir? - preguntó a punto de levantarse, pero cuando Mina habló se quedó quieta.

- Me quiero morir.

Un silencio se instaló entre las tres, mientras Mina apretaba la mandíbula y todavía aguantaba el llanto que la estaba torturando internamente. Se sentía muy mal, no podía describir un dolor específico, porque el dolor lo tenía en todo el cuerpo.

Momo no supo qué contestar, pues Mina nunca había dicho eso tan directamente y con tanta simpleza. Entonces fue Sana que ya entendía mejor el por qué.

- ... Está bien, a veces está bien sentirte así - asintió acariciando una mejilla de Mina, la cual cambió de pensamiento de un momento a otro.

- Quiero que mamá venga.

- Le puedo decir que tome de inmediato un vuelo para acá - Momo inmediatamente tomaría el teléfono y lo hizo cuando Mina asintió sorbiendo la nariz y restregando su mano en uno de sus ojos, el guante raspandole el parpado.

- Sí, la quiero aquí.

Momo envió algunos mensajes, que tuvieron respuesta inmediata. Podría que Mina se arrepintiera de sus palabras, pero ahora no podía echar para atrás, porque Chihiro llegaría lo antes posible solo por unos pocos mensajes que Momo le envió.

- Ella estará muy feliz de verte - comentó todavía en el teléfono, con Sana de alguna manera consolando a Mina, dándole caricias en el rostro o en la mano.

- Y yo también de verla a ella - sonrío un poco, por primera vez en todo el día.

- Sana tiene algo que decirte - Momo dijo al no encontrar algo más que decir que pudiera alargar la sonrisa de Mina.

- ¿Eh? - ambas soltaron al unísono.

Sana se volteó hacia Momo como preguntando con la mirada, y Mina se volteó hacia Sana con la misma expresión de confusión. Cuando Sana entendió un poco, se volteó hacia Mina y sonrió.

- ... Te quiero mucho, Mina - la mencionada se quedó en silencio un momento, borrando su sonrisa de antes y pensando.

- ... Y yo a ti - susurró sintiendo una lágrima bajar por su mejilla y perderse en la curva de su garganta. Estaba abrumada y se sentía en un sueño, algo no real.

- También yo te quiero mucho... - Momo también se agregó, teniendo la atención de Mina - Chihiro también, Hikaru también, también tus amigas, Dahyun específicamente - a eso, Mina casi jadeaba y negó repetidamente.

- Dahyun no me quiere, no me conoce - un poco de razón tenía, pues no se conocían bien a la otra, pero Sana hizo una mueca y negó, sabiendo bien que aunque sus interacciones fueran pocas, de alguna manera se tenían cariño, se querían.

- Deja que te conozca, y te querrá aún mucho más - la pelinaranja le aconsejó, viendo como Mina estaba en duda pero asentía.

- ¿Sí? - de verdad, estaba en duda.

- Ambas estamos seguras de que sí... ¿Te sientes mal? - Momo ahora habló, después de guardar el teléfono cuando Chihiro le mandó un último mensaje que le comunicaba que tomaría el vuelo más temprano para llegar a Corea.

- M-Mucho - inevitablemente soltó un tartamudeo que preocupó a Momo, pues Mina casi nunca tartamudeaba a menos que estuviera en un punto de llanto descontrolado.

- ¿Quieres llorar? - y por lo mismo, preguntó.

- Mucho - Mina asintió, soltando uno que otro chillido pequeño, producto de la emoción, pero negándose a sollozar.

- ¿Por qué no lloras? - Sana le cuestionó, acariciando por debajo del parpado de Mina, donde una lenta gota quería caer, pero la secó rápidamente.

- No... No puedo - negó. No podía, no quería, no debía llorar. Asaki y Asahi siempre se lo decían; no debía llorar ni hacer ruido porque le iría peor. Ambos pares de ojos, ese color gris lleno de maldad que la traían loca de una manera paranoica.

- Está bien llorar. ¿Recuerdas lo que nos dijo Felix? - Sana se confundió al escuchar el nombre, pues lo desconocía en su totalidad. Mina pensó un poco y asintió recordando a uno de los clientes, y buen amigo, de Momo. Recordó que éste tenía grandes problemas de emociones, como ella.

- Él nos dijo que lloraba mucho, y que a veces también tiene ganas de morirse - recordó las veces que Felix les mostró una bonita canción, triste y nostálgica. Felix había dicho que cuando se sintieran mal, podían cantarla y sentirse mejor.

- ¿Él cómo está? - Momo cuestionó buscando que Mina pensara lo mismo que ella.

- Creo que bien. Es tu amigo, no el mío - pero Mina no entendía y solo podía seguir tomando agua para quitar el nudo de su garganta.

- Él está bien, porque está bien tener ese sentimiento a veces, pero no dejarte llevar por él, ¿bien?

- Bien - Mina asintió, tomando aire. El lugar se quedó un momento en silencio y luego Momo habló sacando un tema que pocas veces hablaron. Mina solo hablaba de eso con su terapeuta.

- ¿Recuerdas lo que te pasó? - sabiendo a qué se refiere Momo, Mina asintió quedándose perdida en el suelo.

- Sí.

- ¿Cómo te sentiste? - Momo se mordió el labio, temía que Mina se alterara por tocar ese tema más profundo.

- Me quería morir.

- Y ahora estás aquí. Han pasado casi cinco años y no te dejaste llevar por eso - Momo dijo en un tono más animado, intentando contagiar a Mina pero ésta ni siquiera le dio una mirada, sino que hizo una pequeña mueca.

- Y me siento mal - comentó, otra vez, tomando agua.

- Yo también - Momo prefirió ya no animarla, sino que mejor se le unió. En realidad, también se sentía mal en ese momento. Sana estaba un poco incómoda solamente, porque no estaba acostumbrada a estar en ese tipo de charlas con un trasfondo más profundo, pero ahí seguía.

- ¿Por qué te sientes mal? - Mina cuestionó, alzando la cabeza para mirar a Momo.

- Porque las amigas también sienten dolor cuando sus amigas sienten dolor - miró a Sana, quien asintió y tomó una mano de Mina en busca de apoyarla también con ese comentario. De alguna manera Sana y Momo parecían entenderse en ese especifico momento de una Mina tan vulnerable.

- ¿Estás sintiendo lo que yo? - Mina preguntó incluso sorprendida, porque Momo se veía mejor que ella. La mayor negó y volteó hacia atrás, notando que Hikaru estaba despierta mirándolas y dándoles espacio de que hablaran. Hikaru también sabía lo que probablemente estaba pasando.

- No, pero hay diferentes formas de sentirte mal. ¿Quieres dormir un poco? - esta vez, Mina asintió restregandose la cara con una mano, su guante raspando sus mejillas - Vamos y duermes un poco con Hikaru, yo acompaño a Sana - le hizo una seña a Hikaru para que se llevara a Mina, y ésta se levantó para ir con si hermana y abrazarla.

Momo se quedó un momento observándolas, hasta que desaparecieron de ahí y volvió su vista a Sana, quien raramente había perdido el apetito.

- ¿Había pasado antes? - Sana preguntó al ver que Mina ya se había ido. Momo suspiró y negó, era de esas veces que Momo no estaba para bromas ni chistes.

- No... Estos días se supone que se altera y huye como siempre, pero me preocupa más esta faceta suya - por suerte, Sana le dio de su comida, así podía distraerse.

- ¿Podría ser depresión? - Sana preguntó, más hacia sí misma, mientras tomaba el anillo de oro que Mina le había regalado para su ansiedad. Lo observó por un rato y se lo colocó.

- No lo sé - Momo se encogió de hombros, pareciendo cansada.

- La depresión a veces es así, no se muestra triste, se muestra... muerta - Momo estuvo de acuerdo con ella, por lo que Sana pensó un rato y hizo una mueca - Aunque a veces la depresión hasta puede verse en una persona aparentemente feliz. Mina necesita ver a un terapeuta - llegó a la conclusión, la cual bastante obvia era, pero no fácil.

- ... Pero Mina no quiere ir a terapia ya - no era fácil porque Mina estaba muy reacia a hablar de sus problemas con alguien más. Era cerrada, reservada, defensiva y se rompía con facilidad cuando alguien tocaba el botón indicado hacia sus profundas emociones.

- Y ella me aconsejó que fuera - Sana recordó los primeros días de amistad.

- La necesitas tú también, junto a Mina. Deberías intentar convencerla, con tal de ir ambas - la gran idea se le vino a la mente. Mina no querría ir sola, pero si tal vez Sana le decía algo como: 'Voy a ir, solo si tú vas conmigo', la podrían convencer.

- ¿Querrá? - Sana no tenía mucho problema, más que con quitarle dinero a sus padres, pero podía ver eso después. Por Mina, hasta podría robarles a sus progenitores.

- Chantajeala con Dahyun... De todos modos, no podrá avanzar en nada con Dahyun si no va terapia.

Sana asintió poco de acuerdo con hacer chantaje, pero sintiéndose mejor al encontrar una posible respuesta a los problemas que parecían hacer acto de presencia en esos meses.

Sí, febrero no estaba siendo de sus meses favoritos.

#♡>☆

PEQUEÑO EXTRA FELIZ.

- ¡Hey, Sana! - la mencionada, si estuviera hace como hace meses, se hubiera encogido de miedo al suponer que la golpearían como siempre. Pero ahora al escuchar esa voz, de uno de sus principales ex acosadores, la hizo solo voltear con una indiferencia increíble - ¿Podría hablar contigo en privado, por favor? - Hyunjin pidió juntando ambas manos. En igual de pidiendo, le rogaba.

Sana miró de reojo alrededor, y sí, era mucha atención la que recibía el solo estar cerca de un chico que la humilló mucho, pero no le tomó mayor importancia.

- Está bien - aceptando, Hyunjin la guió por detrás de las gradas mientras sus manos jugaban entre sí - ¿De qué querías hablar? - su tono de voz no era el más amigable, pero tampoco el más malo.

Hyunjin se quitó la gorra que tenía para empezar a jugar con ella y pensar sus palabras que se le habían ido de la vergüenza.

- He estado pensando mucho, y es que me he disculpado con todos a los que humillé... menos con la principal persona... con la que debería disculparme - ¿estaba Sana escuchando lo que quería desde hace mucho? Parecía ser que sí. Hwang por fin se estaba disculpándose con ella - Entonces he venido a pedirte disculpas de verdad, no espero realmente que me perdones porque realmente fuiste la más afectada de mis actos. Solo me disculpo porque no te merecías todo aquello. Si quieres algo, golpearme, no verme nunca, que me aleje o algo, dímelo, por favor - pidió terminando con sus palabras improvisadas y sinceras que tenía.

Sana lo miró por un momento, en completo silencio.

Su rostro curioso terminó por convertirse en serenidad y asintió lentamente ante las palabras de Hwang.

- Golpearte - murmuró haciendo confundir al chico que no la entendió del todo bien - Me sentiría mejor si te golpeara - dijo en un tono más alto.

- Oh... Bueno - realmente él no lo había esperado, pues Sana era muy tímida, pero aún así asintió - S-Solo deja prepararme porque realmente no desayuné y creo que voy a desmayarme si recibo un golpe ahor-... - bueno, creyó mal.

Porque no se desmayó, pero sí cayó hacia atrás con su nariz chorreando y su cabeza dando algunas vueltas.

Sana simplemente había hecho su brazo para atrás y se había impulsado realmente rápido para darle un buen golpe. Mina no le había enseñado a tener remordimiento.

- Listo - su tono simple apareció. Hwang tenía su mirada baja pero sintió la suave y revoltosa caricia en su cabello que le dio Sana - Espero seamos buenos amigos, Hyunjinnie - deseó en un tono divertido para luego dar una palmada en la mejilla del joven Hwang y irse corriendo de lo más feliz con la vida.

Hwang se quedó en silencio momento, terminó por reír divertido y asentir para sí mismo, levantándose para ir a la enfermería y limpiar su rostro.

- ¿Y esa sonrisa? ¿Vienes de con Tzuyu? - Momo preguntó, desde su mesa en la cafetería, al ver que Sana llegaba con una espléndida sonrisa.

- Acabo de hablar con Hyunjin, me pidió disculpas y me ofreció darle un golpe - les informó sin problema alguno, tomando asiento junto a una Mina silenciosa.

- Oh. Dime, por favor, que le diste un buen golpe - Momo rogó viéndola con esperanza.

Hyunjin era su amigo, sí, pero todavía debía pagar por sus estupidas acciones. Tenía que tener consecuencias. Y aparte, es que Sana no había golpeado a nadie nunca en su vida.

Casi se le salía una lágrima de orgullo.

Sana desvió la vista hacia abajo, un poco avergonzada de lo que confesaría, pero al ver hacia sus manos (las cuales estaban en su regazo), se dio cuenta que tenía una mancha. Con una sonrisa orgullosa, Sana alzó su mano derecha para que Momo notara sus nudillos con un poco de sangre.

Hasta Mina sonrió al verlo.

- ¡Ahh! ¿¡Por qué no estuve para grabarlo!?

Momo seguía siendo Momo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro