#25 - Una confesion en grupo.
Sana no se había dado cuenta cuando de repente había pesado ya casi ochenta kilos en tan poco tiempo. Su mente siempre le decía que solo pegara un mordisco a cada comida. Y otro, y otro, y otro. Todo hasta acabar grandes porciones de comidas chatarras.
Desde el secuestro que sufrió y el casi abuso, odiaba que su cuerpo fuera bonito. Siempre había amado su cuerpo porque le era hermoso, pero después de ver lo que provocó en alguien... lo odió. Odió tanto ese cuerpo delgado y delicado, quería uno que a la gente le diera asco, uno que la gente despreciara y que les diera total incomodidad de acercarse.
Iba a ese plan hasta que Sharon llegó, nadie más que Chan la habían ayudado alguna vez con el bullying.
Días conociendo a Sharon, hasta conocerla como 'Mina'. Conociendo a su mejor amiga, atrayendo más amigos, tener un poco mas de confianza, poder acercarse a Chou Tzuyu. Sin Mina, Sana no se creía capaz de hacer todo eso alguna vez, pero ahora estaba allí, junto a Tzuyu a punto de decirle sus más grandes pesadillas desde hace meses.
Tzuyu merecía saber el por qué se comportaba así. Si tenían alguna vez una relación, Sana quiere que se base en sinceridad, respeto y comunicación, además de amor por supuesto. Lo habló con Mina, y esas cosas eran fundamentales para una relación sana.
— Me gusta estar en tu casa, mucho más si está solo, pero dijiste que querías contarme algo, ¿qué era? — Tzuyu de repente le dijo, sacándola de sus pensamientos. Su voz tan curiosa y dulce fue tan linda y tierna que Sana sonrió inevitablemente.
La sonrisa se le borró cuando recordó el tema que debía hablar con Chou.
— No es algo lindo y probablemente cambie tu vista hacia mí — susurró lo suficiente seria como para que Tzuyu se aleje de su abrazo y la mire atenta.
— ¿Has salido con alguien más? — a la pregunta de Tzuyu, Sana pensó un momento porque no sabía de dónde venía eso.
— Amistosamente, sí. De alguna otra forma, no — dijo recordando haber salido con Mina y Momo, hace tan solo horas, al centro comercial por alimentos saludables para ella misma.
— ¿Le hiciste daño a alguien? — Tzuyu volvió a preguntar algo y Sana frunció el ceño.
— No... No que yo recuerde — agregó buscando en sus recuerdos y niega de nuevo.
— ¿Mataste a alguien? — la pregunta de la morena le hace exaltar.
— ¿Qué? ¡No! — Sana respondió rápidamente, frunciendo el ceño.
— Entonces no veo cómo cambiaría mi vista de lo que tú eres, Sana. Dilo y hablamos — la voz de Tzuyu volvió a ser dulce y amable, logrando tranquilizar un poco a la japonesa que estaba nerviosa.
— No he contado casi nada sobre mi pasado, ¿lo has notado? — empezó, recibiendo un asentimiento corto de la morena — Siempre lo evito porque todavía tengo pesadillas con algo que paso hace un considerablemente poco tiempo — a eso Tzuyu frunció el ceño — Pero no quiero que te hagas preguntas o suposiciones, quiero que me conozcas.
— No tienes que decirlo si todavía no estás preparada — Tzuyu dijo. Aunque se moría de curiosidad, quería que su enamorada esté cómoda.
— Mina y Momo lo saben — Sana agregó repentinamente y Tzuyu frunció le ceño, sin poder evitar las siguientes palabras que le vinieron de inmediato a la garganta.
— Entonces yo también puedo saberlo — Sana rió sabiendo que pasaría aquello — Digo, no, no — Tzuyu se retractó cuando se dio cuenta — Si es privado, puede seguir siéndolo — dijo con pesar escondido.
— Empezaré, así que pon atención y luego puedes pensar lo que quieras — Tzuyu asintió, acomodándose en la cama para ver atentamente a Sana — Hace unos cuatro meses o cinco, realmente no los cuento, yo vivía en la cuidad vecina. Yo fui al parque y estaba como siempre, jugando con niños mientras los padres hablaban en las bancas de siempre. Un chico que yo conocía se me acercó y me dijo que me ayudaría a limpiar mis heridas, pero en su casa — a eso Tzuyu frunció rápidamente el ceño. Sana en casa de un chico ya le daba un sentimiento feo — Yo en mi inocencia sí pensé que me curaría las heridas, pero cuando llegamos a su casa me golpeó dejándome inconsciente.
Bueno, el sentimiento feo de Tzuyu se volvió mucho más feo.
— Cuando desperté estaba totalmente amarrada a una silla, las muñecas estaban rasgando la piel y sangrando porque fue fuerte y rasposo — Sana quitó las mangas del suéter para dejar ver sus muñecas ya sin vendas, no había marcas rojas, pero si ligeras cicatrices en los costados, muy pequeñas y apenas notorias, pero Tzuyu las captó.
Sana estaba temblando, de nervios de no haber tenido su hora de comida y del sentimiento de asco que le llegó al ver sus cicatrices.
— Me iba a violar, pero no logró porque Chan, mi mejor amigo, entró — su voz se rompió un poco pero siguió viendo la pared en un método de separarse del sentimiento que le llegó — Chan había ido por mí al parque porque íbamos a salir juntos a un estreno del cine, pero al no verme preguntó a los padres y madres que ahí estaban, luego llegando a la casa del chico y entrando. Dijo en la declaración que escuchó ruidos, entró y ahí fue cuando me vio en el sótano. Golpeó al chico y llamó a la policía — terminó sintiendo rápidamente como todo un cuerpo le rodeaba la espalda, y en su recuerdo se le hizo desagradable el tacto en ese momento, pero cuando volteó y miró a Tzuyu llorar en su hombro, pudo calmarse un poco.
Sintió un fuerte alivio al verla llorar de enojo en igual de pena, porque estaba cansada de pena.
Sabía muy bien que la pena era un sentimiento de compasión que poseen una gran cantidad de seres humanos, y por lo tanto es normal sentirla, pero no quisiera que Tzuyu la viera con lástima y se quedara a su lado por pena. Quería que se quedara a su lado por querer, por eso, por querer.
— Pedí mudarme y mi familia accedió porque sentía lástima de mí. Chan me siguió a esta cuidad cuando se lo dije, y en dos semanas en la preparatoria de aquí fue cuando Sharon llegó y pude empezar a sanar un poco — Sana confesó junto a leves balbuceos, parpadeando un poco para quitar las lágrimas que la amenazaban.
Tzuyu hacía lo mismo desde su hombro. ¿Su estado? Estaba destrozada. Tantos celos por parte de ella hacia Mina por la conducta que tenía con Sana, cuando ahora entendía el por qué de ese comportamiento. ¿Quién no lo tendría por Sana?
Estaba enojada. Sin saber pelear, quisiera moler a golpes al chico que quiso hacerle daño a Sana, o que mal, le hizo daño en realidad.
— ¿Cómo? — Tzuyu se atrevió a preguntar, sorbiendo su nariz y dejándose llorar. Desde hace mucho no lloraba, pero ahora sentía mucha ganas de llorar.
— Siempre me había gustado mi cuerpo, pero me empezó a dar asco cuando vi lo que podía causar un cuerpo bonito en la gente — Sana empezó a explicar, sonando con una voz rota pero seguía queriendo parecer fuerte — Empecé comiendo mucha comida chatarra, por eso aunque llevaba dos semanas de ese suceso, me empezaron a llamar 'gorda' — Tzuyu cerró los ojos recordando cuando habló con sus amigas de eso, después de haber visto cómo acosaban a Sana a unos metros de ellas — Los primeros días asistí con mi ropa normal, la ropa pegada que siempre usaba pero al ver todo el acoso que empecé a recibir, cambié a ropa más holgada y hasta le quité a Chan alguna prestada — rió un poco más relajada, recordando a ella misma burlándose de Chan por cuál camisa quitarle prestada, porque en realidad todas camisas eran iguales, solo de diferentes colores bajos.
Hombre al fin y al cabo.
Tzuyu también rió un poco, sin saber exactamente por qué, pero alejando el ambiente devastador por uno más llevadero.
— ¿Quieres seguir hablando de eso o te digo lo que pienso? — Tzuyu preguntó más calmada, mientras que Sana pensó un poco y negó.
— Hay algo más — dijo y Tzuyu pensó en qué otra cosa mala podría haberle pasado a Sana, realmente no podía aceptar la primera porque le daba un enojo que le ardía el pecho — Si no te has dado cuenta, sigo con problemas alimenticios — a eso, Tzuyu miró el cuerpo de la japonesa, ella lo veía muy bien. ¿Tenía problemas con su comida? — Puede darme obesidad o bulimia si sigo así — Tzuyu siguió fijándose en su cuerpo, pero notó que realmente no veía algo de sobrepeso por la ropa extremadamente holgada que Sana estaba llevando — Peso casi ochenta kilos, incluso se nota en mi cara — a eso Tzuyu prestó atención al rostro de la japonesa.
Había un cambio. Lo comparó a cuando se conocieron y había cambiado. Sus cachetes eran más rellenitos, la papada también se veía más notoria, incluso cuando Sana sonreía se notaba esta. Realmente Tzuyu la veía igual de perfecta, que no había notado el peso que había tomado Sana en poco tiempo.
No había notado que Sana estaba realmente mal. Había descuidado tanto por celos e inseguridades, se sintió culpable por aquello, pero un besito en su mejilla y se sonrojó porque pocas veces tenían ese tipo de contacto íntimo.
Un besito en la mejilla. Le era tan bonito.
— Me sigues pareciendo perfecta — se sinceró Tzuyu. Ahora la sonrojada era Sana, mientras agachaba la cabeza y negaba repetidas veces.
— Solamente me miro al espejo y no me gusta — Sana dijo mientras se levantaba, apartándose suavemente de los brazos de Tzuyu para ir hacia el espejo de su armario, viendo su cuerpo entero. Con nervios, tomó los costados de la blusa y los presionó hacia atrás para ver los bultos que destacaban en su torso. Eran sus senos, otro de por debajo de sus senos, y uno más grande abajo. Era grasa, pura comida chatarra — No creo que sea bonito ver eso en mí, Tzuyu. Cuando me conociste no estaba del todo arruinada — comentó soltando los costados de su blusa para ya no ver la silueta de su cuerpo.
Se escuchó los ruidos de el colchón y luego Tzuyu se paraba a su lado.
— No estás arruinada, no es como si no se pudiera revertir con esfuerzo — comentó acercándose para abarazar por la espalda a Sana, y cuando vio duda en sus ojos agregó otra cosa sincera — No es que te mires menos hermosa que antes, Sana, pero si quieres bajar de peso por tu salud, estaré contigo.
— ... Ya estoy en eso — susurró Sana, sintiéndose mucho mejor al ver a por el espejo como Tzuyu la abrazaba, cerrando los ojos, con una sonrisa en el rostro.
— ¿Por eso desayunaste en la preparatoria tan temprano? — preguntó la morena, intentando pasar sus manos por debajo de la blusa de Sana en una caricia de cariño, pero Sana se exaltó y la paró alterada, no queriendo que toque la gordura de grasa que tenía en el torso. Una mirada de Tzuyu por el espejo y Sana dejó que la morena pasara su mano por su estómago y cintura, dejando caricias por ahí sin importarle sentir curvas que antes no hubiera sentido.
Era perfecto ese momento. Sana le daba la confianza de tocar su cuerpo un poco más, aún cuando dijo claramente que no le gustaba. Al verla por el espejo relajada, le traía una felicidad a Tzuyu.
— Sí — Sana asintió rápidamente — Antes de que llegaras, Mina me estaba preguntando algunas cosas de la comida para hacerme una dieta y alguna rutina de ejercicio. Ella y Momo me estarán ayudando también — Sana comentó alegre que en ese momento Tzuyu no pudo sentir celos, se sintió genuinamente feliz porque Sana parecía feliz.
— Dime que no te hará pasar hambre porque no me importará recibir un golpe por reclamarle — Tzuyu dijo rápidamente, pero Sana negó riendo un poco.
La japonesa se cansó de estar parada y las llevó a ambas a la cama para sentarse como al inicio, solo que ahora con menos nervios después de ver a Tzuyu apoyarla y quererla allí.
— También le pregunté y dijo que comeré cuatro veces como siempre, me llenaré pero con comida saludable, y haré ejercicio tanto con ellas como en casa — esta vez lo dijo con un tono nervioso que Tzuyu notó.
— ¿Qué pasó? — a la pregunta, Sana se quedó en silencio desviando su mirada hacia el techo.
— Siento que la dieta me traerá más consecuencias. En dos días no he comido comida chatarra y siento mis manos temblar siempre — mostró ambas manos, que por más que quisiera pararlas, solo temblaban. Tzuyu vio esto y puso su propia mano encima de la izquierda de Sana, apretando y acariciando — Se lo comentaré a Mina.
— Por eso siempre pasas mucho tiempo con ella, ¿verdad? — Tzuyu preguntó, recordando todas las veces que vio a Mina tan cercana a Sana. Todas esas veces las recordaba antes con celos, pero ahora le viene un sentimiento diferente, uno más de comprensión por esas acciones.
— Mina lo supo desde el primer día, porque nos conocimos chocando en un pasillo, allí me tomó de la muñeca y me preguntó sobre la oficina del director. Sintió las vendas de mi muñeca, ya que en ese tiempo todavía las tenía al nunca desinfectar la herida o dejarla tener más aire fresco — Sana dijo rápidamente la explicación, dejándose caer en el pecho de Tzuyu para relajarse.
La situación la tenía feliz. Estaba feliz.
— ¿Cómo supo exactamente lo que eran? — a esa pregunta, Sana dejó la felicidad y el nerviosismo la atacó.
— E-Eso en un asunto privado de Mina — Tzuyu asintió resignada, soltando un pequeño bufido — Ella supo algo así y luego fue que me defendió en la cafetería, me llevó a la enfermería y ahí hablamos de eso. Fue mi primera amiga aquí, así que siempre estuve detrás de ella porque me hacía sentir segura y feliz. Aunque estoy intentando no ser tan dependiente a su protección — agregó lo último con un brillo de emoción.
— ¿Cómo?
— Ella y Momo me enseñarán a defenderme — dijo emocionada y Tzuyu abrió ligeramente la cabeza a la imagen que se le vino. No creía que debería hacercele sexy la imagen de una Sana golpeando a los que la golpearon antes, pero ahí estaba imaginando y sonriendo — Es parte del ejercicio también — agregó, sacudiendo un poco sus manos para quitar los temblores por un momento.
— Eso es... grandioso, Sana — comentó con una sonrisa, admirando la sonrisa emocionada de la japonesa.
— ¡Lo sé! No me gusta la violencia pero es para no estar indefensa cuando no esté con ellas — sonrío dejándose caer de nuevo en el pecho de Tzuyu, a gusto — Ya terminé de contarte, ahora dime qué piensas.
— ¿Qué pienso? — Tzuyu repitió recibiendo un asentimiento entusiasta de la japonesa — Pienso que serías la mejor novia — dijo apresuradamente y dejó un beso en la frente de Sana, quien abrió los ojos impresionada y feliz — Ahora duerme antes de que me de penita — Tzuyu dijo, pasando una mano por la cara de Sana, haciendo que cierre los ojos, pero la japonesa los volvió a abrir y rió feliz al ver a la morena esconderse en su cuello con vergüenza
— ¿Vas a dormir conmigo?
— Tus padres no llegaran, así dijiste, así que me quedaré... ¡pero no me mires a la cara porque me sonrojo, Sana! — se quejó, sonrojada.
Y Sana solo rió... mirándola a los ojos.
#♡>☆
Afortunadamente Sana pudo contar la historia de nuevo, más calmada. Al día siguiente al ver que las demás llegaron temprano, les había pedido reunirse en las gradas para charlar con ellas mientras desayunaba lo que Mina le había hecho. Ensalada de pollo, con tostadas de maíz, un poco de mayonesa por si quería echarle, y un jugo de naranja que la ayudó a pasar el nudo de la garganta cuando contó el suceso que sufrió.
Chaeyoung y Nayeon hicieron un escándalo preguntándole si el chico estaba en la cárcel, si estaba suelto, si necesitaba ayuda, si estaba bien, si quería un sándwich... si había visto Monster High. Le preguntaron de todo pero con un dramatismo que hizo reír a Sana y contestarles sin mucho problema.
Jeongyeon y Jihyo reaccionaron igual que Tzuyu, llorando, pero con enojo, preguntándole de inmediato si el chico había recibido lo que merecía.
— Está en una correccional por ser menor, pero cuando sea mayor pasara a la cárcel ya que mi familia no lo dejará así — Sana comentó recordando levemente todo lo que su padre dijo. Mina la miró cuestionante y Sana prefirió aclarar — Recuerdo que mi padre dijo que se sentiría completamente avergonzado de dejar a ese chico suelto después de dañar el apellido 'Minatozaki'
— Espera, ¿no es por ti, verdad? — Chaeyoung preguntó recibiendo un golpe por parte de Dahyun, pero Sana contestó sin problema.
— A mi familia no le importo realmente yo. Les avergüenza que yo sea la víctima de eso y les doy pena, pero realmente no los veo como mi verdadera familia — aclaró viendo los rostro disgustados de las demás.
— Aquí es el momento donde nos dices que nosotros somos tu familia, Sana — el comentario emocionado de Chaeyoung, hizo reír a las demás mientras Sana se sonrojó.
Tzuyu se mantenía a su lado, tomando su mano, recibiendo burlas de parte de Momo y Chaeyoung por la muestra de afecto pero a la morena no le importaba mucho eso.
Dahyun era la más callada pero porque desde hace días está callada, aún así está ahí con una sonrisa y apoyandola.
En realidad la rubia estaba callada viendo hacia Mina, pero eso no tenía por qué admitirlo en ningún lado. Discretamente posaba su mirada en cómo Mina comía por debajo del cubrebocas y escuchaba todo con un buen humor casi no proveniente de ella.
Le interesaba completamente conocerla, pero nunca se sintió tan nerviosa y tímida en su vida... exceptuando cuando en primaria le pegaron un balonazo en la cara frente a todos, claro, lo común.
— Mina — Sana llamó a su mejor amiga, aprovechando que las demás estaban charlando entre ellas ya muy normal de ellas después de haber dado su apoyo a Sana. La mayor la miró atenta y pudo observar cómo Sana mostraba sus manos temblando frente a sus ojos — La ansiedad de comer chatarra me tiene así, no sé qué hacer. Estoy en abstinencia — confesó en un susurro, preocupada.
Mina dio un saltito de donde estaba sentada y tomó su mochila a una velocidad que llamó la atención de las demás.
Momo estaba a su lado aguantando la risa, la mayor de todas parecía todos los días morirse de risa, era una espectadora encantada y divertida.
Mina esculcó en la mochila por un rato hasta encontrar la cajita que llevaba y era muy importante. Lo había mandado a hacer inmediata y especialmente para Sana. Lo mostró a Sana pero ésta quedó confundida al ver la cajita en sus manos.
— Sana... las cajas obviamente se abren — hasta que Mina le dijo eso, la menor de las japonesas asintió junto a una risa para abrir la caja y encontrarse con un anillo dorado — Eso te servirá.
— ¿Cómo se supone que servirá? — Tzuyu preguntó viendo con curiosidad aquel anillo.
Era dorado, con una línea delgada donde habían esferas que se movían depende al lado que las nuevas. Incluso Nayeon miró aquello intentando ver qué es o si tal vez lo reconocía pero no pudo encontrarlo en su mente.
— Pruébalo — animó una Mina sorprendentemente emocionada. Momo la apoyaba detrás mientras estaba recargada en el hombro de su mejor amiga, esperando las reacciones de las demás.
— No sé bien para qué sirva. ¿Es uno de tus regalos como las pegatinas? — Sana preguntó la recordar las calcomanías de las que Mina enojó.
Ese enojo volvió y Mina se fijó en las demás para preguntarles muy seriamente:
— ¿Dónde tienen las pegatinas que les regalé? — a su tono las demás la vieron con confusión pero respondieron.
— Jihyo la tiene en el espejo de su habitación, está pegada allí desde que volvimos de la reunión — Nayeon le respondió sonriendo hacia la mencionada, la pegatina representaba a ambas después de todo.
Mina asintió más aliviada pero faltaban más.
— La pegué en una de mis dagas favoritas que están en los estantes — Jeongyeon alegremente le respondió — Queda muy bien — comentó con una sonrisa y Mina le asintió.
— ¡Aunque no me gustó que me llamaras 'enanito'! — Chaeyoung dejó ver su disgusto por ello — La tengo pegada en una foto que tengo en mi mesita de noche, queda tierna al lado de la foto de el grupo juntas... aunque tengo que actualizarlo — agregó esto último pensando en cómo reunir a todas para una foto grupal.
Y mucho más difícil, todas tienen que dejar ver sus sonrisas. Y Chaeyoung no cree que Mina se quiera los accesorios de la cara solo para una foto, que para ella es un capricho.
Luego se las arreglaría.
Mina asintió y vio atentamente a la última rubia que se puso repentinamente nerviosa por la mirada directa que Mina le daba por atrás de los lentes oscuros.
Dahyun revisó su bolsillo del pantalón y sacó su teléfono celular para mostrar que abajo de la funda trasparente estaba la calcomanía pegada y se lucía para cualquiera tierna, era la mitad, pero ya se sabía quién tenía la otra mitad.
Mina repentinamente desvió la mirada y rió nerviosa.
Momo carcajeó divertida y feliz de cómo estaba pasando el día. Las demás igual vieron lo que estaba haciendo Mina
La japonesa sacó su celular igual y vio atentamente que la otra mitad de la calcomanía de Dahyun estaba con ella, pegada y protegida por una igual funda transparente. La mostró a las demás y se escuchó un escándalo entre las chicas que veían eso.
Mina solo escondió el celular de nuevo y prestó atención a Sana quien también reía por la coincidencia de ambas chicas.
Nadie sabía, pero Sana sospechaba que Mina estaba totalmente roja de sonrojos abajo de aquel cubrebocas y esos lentes. No estaba lejos de la verdad, Mina sentía su cara caliente y tuvo el impulso de quitarse le cubrebocas para que le llegue aire pero paró y negó para sí misma.
— Eso es un anillo para la ansiedad — Mina desvió el tema con una voz nerviosa, apuntando al anillo que Sana se había colocado en la mano derecha. Las demás pararon un momento para ver eso con interés — Mueves las bolitas y sirve para cuando estas ansiosa, así que tienes que llevarlo a todas partes — terminó aliviada de que todas estén interesadas en eso y no en el tema de ella y Kim.
— ¿En serio? — Sana cuestionó mientras veía el anillo y empezaba a jugar con las esferitas. Podía ser entretenido una vez que te concentras en ello. Sana paró al ver que los rayos del sol reflejaban brillantemente el anillo, y borró su sonrisa para luego ver seriamente a Mina — Espera... ¿cuánto te costó? — no le gustaba que Mina gaste mucho en ella.
Ya era mucho con que le pagara toda comida, y eso solo lo aceptó porque perdió la apuesta que Mina había puesto para decidir.
Momo volvió a carcajear y todas ya se preguntaban si tal vez estaba ebria.
Mina tragó saliva y desvío la mirada, pero aún así contestó sinceramente.
— Los anillos comunes para la ansiedad son bastantes baratos — Sana, al notar la sinceridad, suspiró un poco aliviada, pero Mina tuvo que continuar — Pero como ese no es común, lo mandé a hacer y de oro, pues no es tan barato — Mina dijo apresuradamente, riendo nerviosa por las miradas incrédulas que cayeron en ella.
Momo seguía riendo muy entretenida hasta que Mina harta la empujó de las gradas, sonó un gritito hasta después seguir escuchándose algunas risas pero más alejadas.
— No puedo aceptarlo, Mina, debió ser muy caro — Sana lo iba a quitar de su dedo pero Mina puso su mano por encima y lo impidió.
— El dinero me sobra, no me importa. Eso gastó básicamente nada a comparación de lo que compro otras veces solo por estupideces de Momo — comentó despreocupada, alzando un poco el cubrebocas para meter una pajilla entre sus labios y beber del jugo de uva que se había comprado.
— ¡Hey! — Momo se quejó volviendo a subir para sentarse donde mismo.
— Pero es muy caro — Sana dijo ignorando a Momo mientras veía el anillo en su mano.
— Es como las pegatinas — dijo después de un rato pensando una idea — Sé que Momo les contó la historia como lo chismosa que es — resaltó hacia la chica mayor a un lado suyo que solo sonrió con falsa inocencia — Si no lo aceptas, me ofende — terminó de decir para alejar sus manos de las de Sana.
Esta vez la japonesa menor no lo devolvió, sino que suspiró derrotada y lo dejó en su mano para seguir mirándolo.
— ¿Habías pensado en eso desde antes? — Tzuyu preguntó al darse cuenta que no tuvieron que pedirle nada a Mina, esta ya lo tenía en su mochila.
— Claro. Tengo una libreta donde anoto las consecuencias, también donde anoto la soluciones a esas consecuencias — Mina contestó palmeando su mochila y sonreír debajo del cubrebocas.
— ¿¡Nayeon, por qué no nos regalas cosas como Mina a Sana!? — Chaeyoung rompió el silencio que había quedado entre todas la escuchar a Mina. La mencionada modelo se indignó y empezó a pelear con la menor.
— ¡Buscate trabajo, vaga!
— ¡Eres como mi hermana!, ¡regalame algo lindo!
Mina dejó de escuchar cuando Sana minutos después colocó una de sus manos en su hombro. Aunque no lo dijo en voz alta, Mina pudo ver a Sana articular un 'Gracias' con los labios.
Se sonrojó y su corazón saltó acelerándose.
No de la aceleración como le pasa con Kim, sino una aceleración de emoción y felicidad después de mucho tiempo no sentirse así.
Estaba en un grupo de amigas, siendo tratada como una más, no siendo mirada mal, no sintiéndose incómoda.
Era tan raro, que se le hacía imposible.
Pero se olvidó de todo, más cuando Dahyun cambió de lugar discretamente y se colocó a su lado. Sentía su presencia a centímetros y se animó a unir por lo menos el meñique de ambas.
Dahyun no fue muy reacia a ello, sino que también entrelazó los meñique y sonrió hacia abajo por el simple y pequeño contacto que le gustó.
Era una pequeña cercanía, tan pequeña que parecía ser ningún avance, aunque Dahyun no le creía así.
Eso era una cercanía que les decía a ambas que estaban sintiendo lo mismo, que estaban siendo correspondidas -por lo menos en una pequeña cantidad- por la otra.
Dahyun lo veía claro.
Ella estaba dispuesta a conocer a Mina, hasta el fondo, aún si había consecuencias en ello.
Simplemente tenía el deseo.
Y Mina, por más que lo niegue, estaba igual.
. . .
Fuente de madre Google: Un “anillo de ansiedad” es literalmente un anillo de joyería para usar en los dedos de la mano, el cual está compuesto de una serie de cuentas circulares que pueden ser rodadas por la circunferencia de la pieza con ayuda de otro de los dedos. Se pretende modificar los malos hábitos, calmarnos y ayudar a que nos relajemos manteniendo los dedos ocupados.
En México, algunos tienen el precio menor a 120 pesos (6.65 en dolar), o incluso algunos cuestan 20 pesos (1.11 en dolar).
Lo escribo por la gente, como yo, que no los conocía.
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