— ¿Por qué compras tanta comida? ¿Para quién es? — Momo preguntó a su lado mientras tomaba las bolsas y se dirigía a la salida, con su mejor amiga siguiendola siempre a unos pasos de distancia — ¿Me das o qué?

— Es para Sana, para ti y para mí — lo que Mina dijo fue festejado por Momo mientras ambas entraban a la preparatoria, saludando ligeramente al guardia que era muy amable desde que Mina le había dado un pastel, tal vez esperando otro, pero Mina siempre pasaba y le daba una paletita solo porque quiso.

— ¿Hay algo en especial? — la pregunta fue muy mal recibida, pues Mina no quería hablar sobre eso.

— Solo voy a hacerme cargo de la alimentación de Sana y su ejercicio. Vendrá con nosotras cada fin de semana a casa para entrenar — a eso a Momo se le borró la sonrisa y observó con curiosidad la tranquilidad de Mina.

— ¿Te refieres a aprender a pelear? — quiso verificar lo que decía. Mina no era alguien que le gustara enseñar a la gente sus técnicas o algo parecido. Le gustaba usar violencia casi siempre, pero mayormente nunca enseñaba nada ni siquiera de broma.

Observó a Mina suspirar y frotar su muñeca. El cubrebocas y lentes le hacía difícil leer sus emociones, pero pudo sentir que Mina demostraba inquietud.

— Me rehuso a que tenga que meterse en peleas, pero es lo apropiado para que no dependa de nosotras — a eso Momo entendió la cosa. Sana era muy vulnerable si la dejan sola algún día — A parte que hará ejercicio y es bueno para que no salga a parques. Ya sabes por qué les tiene pánico — cuando se reunieron en la casa de Mina, Sana le había contado todo a Momo, todo lo que Mina sabe.

Ya que cuando Momo quedó bien dormida en el sofá después de comer, Sana y Mina hablaron en su habitación sobre el sobrepeso que estaba teniendo Sana. Había subido fácilmente cinco kilos en pocos días para su salud, y por eso Sana se preocupó que no pueda remediarlo.

Le dijo a Mina sobre todo lo que estuvo escondiendo hasta de ella y Chan.

Se refugiaba mucho en la comida.

— ¿Lo de su pasado Tzuyu lo sabe? — Momo preguntó recordando las veces que Tzuyu parecía un guardaespaldas de Sana aunque tenga una carita que dice la palabra 'infantil' por todo el rostro.

Una carita de bebé y una altura junto a una mirada que podía intimidarte.

Sí, Sana se había enamorado de eso.

— Sana no está segura de decírselo pero quiere — Mina comentó, murmurando un poco mientras se la pensaba un momento — De hecho, dice que quisiera decírselo a todo el grupo para que puedan entenderla, para que puedan ser más cercanas sin secretos — a eso, Momo la miró con una ceja alzada. No entendía cómo Mina podía permitir aquello. Mientras más lo sepan, mas riesgo del severo.

— Eso no se necesita para ser cercanas — Momo comentó, frunciendo el ceño y sus labios un poco.

— Lo sabe. Pero se siente mal al ver que las demás chicas cuentan todo de su pasado, presente, e incluso planes del futuro, y que ella tenga que decir que 'es privado' para que no la cuestionen más — ya había pasado dos veces la situación.

Tzuyu le había preguntado sobre eso a Sana mientras estaban todas juntas y Sana desvió le tema por lo que todas prefirieron dejarlo pasar. En otra ocasión, Chaeyoung fue quién preguntó sin pensarlo, luego arrepintiendose y negando que respondiera.

— Algunas cosas se tienen que guardar. Si todo sale a la luz, probablemente se tendrá que cambiar de institución otra vez — Momo se mostraba preocupada por ello, aunque Mina no sabía si preocupada por Sana al tener que estar en un lugar desconocido, o preocupada por su mejor amiga al no tener cerca a una persona que se volvió cercana en poco tiempo.

— Estamos de acuerdo que si sale a la luz no sería por las chicas que fueron a la reunión, ¿o sí? — Momo negó de inmediato pero lo meditó un poco por unos segundos.

— Una persona comete errores, puede ser que se les salga — terminó por responder la mayor mientras se adentraban en el campo al aire libre, donde a lo lejos estaba Sana hablando con Bang mientras reían.

Ambas se dirigieron hacia allá mientras todavía hablaban en su idioma natal por si cualquier estupido o estupida quiera entrometerse en la conversación.

— No son personas impulsivas por lo que he visto, sino que ellas sí piensan antes de hacer sus acciones. Sana puede decírselo, o no decírselo, solo esperemos que tome una decisión correcta — Mina dijo suspirando y observando a Sana que por fin las captó en su vista y les sonrió. Mina solo alzó su mano porque sabía que su sonrisa Sana no la podía ver.

— Bien. Yo quiero la parte de arroz rojo con salsa y un poco de carne — Momo cambió rápidamente el tema cuando llegaron con Sana, tanto para que esta no escuche como para empezar a comer.

— Bien — Mina aceptó fácilmente aquello — ¿Hiciste lo que te pedí? — Mina se dirigió a Sana con aquella pregunta, ocasionando que la menor hiciera una mueca pero asintiera.

— Me duele el estómago, estaba acostumbrada a comer mucho las cuatro veces el día y mucho — dijo con una voz baja acariciando su panza en un gesto, mientras pronto se escuchó un ruidito y Sana se avergonzó al notar que era un gruñido de su estómago.

— ¿Qué le hiciste hacer, Mina? — Momo preguntó mientras se sentaba a una grada antes de Bang, quien solo estaba en silencio al escuchar que hablaban en japonés, aunque él lo sabe muy básico.

— Que no desayunara, porque tendría una comida aquí — Mina dijo, y muy rápido sacó la comida que era de Sana para darle una caja que fácilmente abrió y empezó a comer, conteniendose a tomar rápido todo porque podría vomitar.

La ansiedad la carcome al no haber desayunado como lo hacía antes. Tiene las manos temblando ligeramente que incluso se le hace exagerado que su cuerpo reaccione así al pasarse una comida a la hora común de antes.

— ¿Me dijiste que no tienes alergias? — Mina dijo, mientras abría su mochila y sacaba una libreta junto a una pluma, abriendo ésta en la primera página para empezar a anotar algo desconocido para los presentes.

Sana hizo un ruido afirmativo mientras murmuraba ruiditos de placer por la comida que estaba calmándola un poco.

— Sólo soy intolerante a los huevos solos, pero no tengo ninguna alergia — dijo mientras sus dedos iban de aquí allá tomando lechuga para poner un poco de carne dentro, enrollarlo y solamente comerlo con un gesto de satisfacción.

— Entonces huevos no van haber — Mina afirmó anotando en su libreta aquel dato para tenerlo en cuenta.

— ¿Y también me traeras comida a mí? Soy tu mejor amiga — Momo se quejó dando una pequeña patada a la madera bajo sus pies, para luego sonreír cuando Mina aceptó.

— Quejosa. Sí, te voy a comprar comida. Después de todo, estás viviendo de mi dinero — aprovechó para decir sólo para molestar a Momo con aquello ya que sabe del disgusto que Momo le tiene a depender financiaríamente de alguien.

— No me lo recuerdes, aquí no puedo trabajar — Momo comentó secamente y también empezó a comer lo que Mina traía en las bolsas.

— Lo sé. ¿Hay algo en específico que no te guste, Sana? — preguntó anotando algunas cosas en la libreta como la fecha del día para tener en cuenta que ese mismo día empezaba la dieta. Tal vez puedan ver cuánto avanzaba Sana en bajar de peso y cómo empezaba a avanzar en movilidad del cuerpo, ya que Mina sabía que Sana ni siquiera podía tocar las puntas de sus pies sin doblar las rodillas.

— Puedo comerlo, pero no me gustan la mayoría de mariscos. Igual no creo que eso sea parte de lo que traigas — Sana contestó sin siquiera mirar arriba, notando como Chan a su lado se ponía a hacer trabajos adelantados por distracción.

— ¿Cuántas veces comes al día? — Mina preguntó rápidamente anotando lo que Sana le había informado.

— Paraces su doctora — Momo le comentó con un risa característica de ella cuando quería molestar.

— Estoy haciendo algo saludable para Sana — Mina le contestó sin inmutarse a su provocación.

— Cuatro veces al día. Desayuno unos minutos después de despertar, comida a la una de la tarde, otra comida a las seis de la tarde, y la cena a las diez de la noche para luego irme a dormir — Sana se sintió un poco avergonzada por ello pero aún así se sinceró e ignoró sus mejillas sonrojadas.

— Y yo comiendo porquerías a cualquier hora — Momo hizo el ambiente más divertido como siempre lo lograba hacer.

— Callate, puerca — pero Mina quería seguir el cuestionamiento sin interrupciones — ¿Hacías ejercicio antes? — preguntó aún sabiendo levemente la respuesta.

— No — Sana negó de inmediato — Me la paso en mi habitación, mayormente comiendo cosas pequeñas pero que me duran en la boca para que me tengan entretenida, como paletas o dulces duros. Todo eso cuando no estoy con amistades — y pocas veces era que salía con amistades, aunque hace rato ya estaba saliendo un poco más con Tzuyu.

— Para cuando acaben las clases, tendré todo un horario para que comas bien — Mina terminó, escribiendo algo rápidamente y cerrando el cuaderno cuando Momo quiso ser metiche y leer lo que había allí.

— ¿Tendré que aguantar hambre? — Sana dijo preocupada, pues le iba muy mal el eso de aguantar no comerse todo lo que había en el refrigerador.

— No. Comerás hasta llenarte pero saludablemente y con ejercicio — lo dicho por Mina le trajo a Sana un sentimiento grande de alivio.

— Pero no sé hacer ejercicio — Sana recordó, mientras frunció el ceño y abultó sus labios, teniendo las mejillas llenas de la verdura con carne que masticaba.

— Cada fin de semana, Momo y yo te ayudaremos con lo de saber defenderte — Momo la miró indiganda al no saber que ella también estaba metida en eso — Y en eso también te ejercitas, pero tendrás que hacer algunas cosas en casa como estiramiento para que tu cuerpo se acostumbre a movimientos.

— Sí pareces toda una doctora — Momo comentó viendo con curiosidad hacia su mejor amiga.

— Nadie te preguntó, Momo — Mina dijo fingiendo seriedad, haciendo reír a Momo por su dicha — ¿Ustedes dos ya arreglaron su problema? La vez de la reunión estaban peleadas, no me lo pueden negar — sacó tema de la duda que tenía.

— Llegamos a la conclusión que ambas nos preocupamos por ti, pero de diferentes formas. Ya no importa — Momo dijo rápidamente, agradeciendo que Sana tenía la boca llena de comida como para poder responder.

— Bien. ¿Has pensado en decirle a Tzuyu, Sana? — Mina se dirigió rápidamente a Sana, haciendo que esta tragara la comida con pesadez, pensado un poco hasta asentir un poco y mirar a su amigo que había estado en silencio en todo momento.

Sana habló en coreano para que pudiera entenderle.

— Había estado hablando con Chan sobre eso — el mencionado alzó la cabeza rápidamente al escuchar su nombre — Quiero saber si saldría en serio conmigo, aún sabiendo de eso — comentó enviando una mirada insegura a su mejor amigo.

— Estoy casi segura que aún así te querrá. Si no, vi una técnica nueva de romper la muñeca en internet y no tengo con quién probarla — lo dicho por Mina fue rápidamente visto por Sana y Bang, mientras Momo soltó una carcajada — ¡Quita esa cara!, ¡estoy bromeando! — Mina aclaró al ver la carita rellena y preocupada de Sana.

— En casos como este no sé si son bromas, porque es algo que tú sí harías — Sana comentó haciendo carcajear más a la mayor presente.

— Si me lo pides, sí — Mina dijo encogiendo sus hombros.

— ¿Puedo sentarme? — otra voz sobresaltó a el chico, Sana y Momo, mientras que Mina solo se volteó tranquilamente para ver a Tzuyu unas gradas abajo, con su rostro serio y con su mochila en hombros.

Mina palpó la madera al lado de Sana, afortunadamente la morena entendió su seña y se acercó para sentarse felizmente al lado de su... casi algo.

— La cosa es que no le romperás la muñeca a alguien — Sana dijo tomando un poco de carne para envolverla en lechuga y ofrecérsela a Tzuyu, quien abrió la boca en cuanto Sana se lo pidió.

— ¿Por qué le quieren romper la muñeca a alguien? — la morena preguntó sonando un poco mal por tener ahora en la boca algo de comida.

— Es una nueva técnica que vi en internet y quiero probarla... — Mina le aclaró, sonando igual por la comida en su boca — ¿Te la muestro? — ofreció inclinando su mano hacia las de Tzuyu quien rápidamente las escondió detrás de su espalda.

— No, gracias — contestó simple, haciendo reír a Mina por la rapidez que usó.

— Ustedes no tienen sentido del humor — Mina les dijo a todas en general mientras negaba supuestamente decepcionada.

— Tu humor es raro — Tzuyu le dijo sin ninguna duda en sus palabras o rostro. Mina la volteó a ver inmediatamente para quedarse quieta unos momentos, intentando incomodar a la joven Chou con su quietud, pero Tzuyu ni se inmutó a ella.

— Si no fueras novia de Sana, te hubiera golpeado por eso — a lo dicho por la japonesa, la morena se quedó quieta un momento, pensando, mientras Mina volvía a su comida con total tranquilidad.

— ¿Es tu humor raro, o es en serio? — a Tzuyu se le dio la necesidad de preguntar, teniendo su voz en un tono neutral.

— Claramente humor, Chou — Mina dijo divertidamente, pero repentinamente dejó su comida de lado y se inclinó hacia Tzuyu para susurrarle: — Después de todo... no son novias — con todo el propósito de provocar.

Se alejó riendo, viendo el semblante de Chou que ahora parecía más pensativo que otra cosa. Sana estaba sonrojada mientras se tapaba con su propio cabello, Bang miraba todo consternado, y Momo se había ahogado por las risas que salían de sí misma.

— Sí, claramente fue humor, ¿quién tomaría en serio a alguien que ni siquiera muestra su rostro? — las risas de Momo pararon para ver con impresión hacia la morena que dijo aquello. Le sorprendía que Mina no se le haya echado encima. Momo se estaba divirtiendo con todo esto.

Mina apretó los puños y apretó la quijada, notando la tranquilidad de Tzuyu al mirarla directamente sin ningún miedo.

Pensó en que tal vez Tzuyu se sentía protegida por ser algo de Sana, y le demostraría que podría golpearla, pero la mirada preocupada de Sana le dijo que no usara la violencia.

Y recordó algo en el fondo de su mente.

— Tienes razón, Chou — dijo mientra llevaba su mano a su oreja y quitaba el cubrebocas para dejarlo en la madera de la grada, luego desapareciendo los lentes para también dejarlos junto al cubrebocas. Se había volteado para que solo las tres chicas pudieran verla y el chico.

Recordó que Tzuyu ya la había visto antes, Momo también, Sana tambien, y Bang que se sume a ello.

— No olvidé que por los celos entraste a la habitación, viéndome a la cara aquella vez que enfermé — su rostro inevitablemente formó una gran sonrisa, primera vez vista por Tzuyu pero ahora no le importaba — Digo, me han dicho que soy bonita, ¿quién no sentiría celos? Te entiendo, Chou — se burló mientras Sana al fin reaccionaba tomando la mano de Tzuyu cuando esta apretaba los puños.

En una pelea, Sana sabía que Mina ganaría, y no quería que ninguna se golpeara.

— Creo que es suficiente, Mina — la mencionada rió felizmente ahora, fuera de burla y provocación — Estoy empezando a creer que sin cubrebocas y lentes tienes otra personalidad — a eso, Mina se quedó callada con un pequeño mohin en los labios.

— Solo estaba bromeando, Chou. Me agradas — dijo más calmada, dándole una pequeña caja a al morena, dentro contenía una pequeña cantidad de verdura con carne y un poco de arroz revuelto — ¿Dónde está la pegatina que te regalé? — preguntó de repente, volviendo a su semblante serio.

— El adhesivo ya no sirvió, entonces la tiré — a lo dicho por Tzuyu, Mina se quedó quita mirándola, hasta bufar y ignorarla — ¿Tiene algo de malo? — Mina bufó de nuevo por la pregunta

— Un regalo no se tira. Ya no me estás agradando — negó abultando los labios para bufar y de pronto Sana se encogió en sí misma.

— Mina... — la menor la llamó y entonces la miró esperando — Yo también tiré las que me habías dado, ¿eso es malo? — Momo se aguantaba la risa en una grada abajo, mientras veía la cara indignada de su mejor amiga.

— ¡Callate, puerca! — Mina se hartó de las carcajadas de Momo, entonces la insultó recibiendo indignación por parte de la mayor.

— ¡Ya mo me llames 'puerca'!

— Las clases deben estar por comenzar — Mina dijo mientras se colocaba los accesorios del rostro, bajaba las gradas y se iba rápidamente de la escena, dejando a los demás confundidos porque las clases comenzaban en veinte minutos.

— Recuerdo la primera vez que me pasó eso — Momo rió lanzando su cabeza hacia atrás, logrando que sus carcajadas suenen limpias y un poco secas pero iguales de divertidas que antes.

— ¿A qué te refieres? — Sana preguntó.

— Cuando nos conocimos, Mina no era muy social tampoco, solo me demostraba su afecto con pegatinas — empezó la pequeña historia, recordando bien a una adolescente Mina dándole pingüinos en calcomanías — La primera vez que se enteró que yo las tiraba cuando perdían su pegamento, me dejó de hablar una semana entera — rió por la expresión de sorpresa y preocupación que puso Sana — Después le pedí perdón y desde ese momento colecciono todas las pegatinas que me da, las tengo en una cajita, apiladas y en orden. Darte una pegatina es como darte el mejor regalo, porque para ella es su más grande muestra de afecto — a eso Sana se avergonzó de tirar todas las que Mina le ha dado.

— Pero nos las dio a todas en la reunión en casa de Jeongyeon — Tzuyu comentó, estando curiosa de la verdadera persona que era Sharon, nunca la había imaginado así.

— Porque le agradaron, o tal vez porque estaba todavía perdida de la fiebre alta — Momo se quedó pensando un poco — Lo que es seguro, es que si alguna de las demás tiraron aquella cosa, Mina les dejará de hablar — se levantó estirando un poco las piernas — Bueno, a Sana se lo puede dejar pasar, pero no sé más allá — agregó metiendo las cajas vacías en una bolsa para llevárselas — Iré a ver a Mina en su berrinche. Nos vemos en el almuerzo — se despidió rápidamente.

Se encontró con una Mina en una esquina del salón, con Hyunjin a su lado mientras la miraba curioso. Pero Mina seguía refunfuñando para sí misma, sin responderle.

Era como una niña.

Una niña con una obsesión a las pegatinas de pingüinos.