#14 - No se consuela a un culpable.
Amane Yoshi.
El mismísimo Amane Yoshi estaba frente a todo el salón mientras sonreía como si de un angelito puro e inocente se tratara. Su sonrisa parecía no caber en su rostro, y todos parecen estar sonriendo con él por su aura amigable y alegre.
Hyunjin y Mina eran dos que lo conocían perfectamente.
Falso, hipócrita, controlador, manipulador, mentiroso, narcisista, e descaradamente un ninfómana que emborracha a chicas para tener relaciones manipulando todo, hasta las decisiones de sus parejas sexuales. Alteraba las frases dichas por los demás para hacerlas a su favor y echar la culpa a alguien más. Vivía de los que se comían sus mentiras sobre las aventuras que ha tenido toda su vida. Vivía de hacerles la vida un asco a las personas.
Y Mina ya ha sabido de cinco suicidios que él, por sus actos indirectos o directos, ha causado.
Pero tiene dinero. Un ricachón asqueroso.
Y el chico también pudo verlos allá. Hwang viéndolo incrédulo y Ezaki... pues no podía ver su expresión. Mina no creía que llegó ahí por ella, y lo confirmó cuando el chico Amane tuvo una genuina expresión de sorpresa. El chico Amane no los esperaba allí, solamente había asistido a una nueva preparatoria después de mudarse de Japón. Él lo tomó como ventaja, ya que en su antigua preparatoria estaban dudando de sus dichas mentirosas y no pudo aceptar ello, por lo que cuando sus padres le dijeron sobre mudarse, aceptó gustoso.
— ¿Tiene algún problema, joven Amane? — la profesora preguntó confundida, cuando dijo que se sienten donde estén desocupados y solo la joven Bae tomó aquella acción sentándose en un asiento de en frente.
Una expresión enojada apareció en el joven Amane Yoshi que tenía una sonrisa maliciosa en su mente que quería escaparsele, pero eso no sería buena actuación. Empezó el espectáculo.
— Sí. ¡¿Qué hace esa asesina aquí?! — exclamó en alto mirando directamente hacia su primera presa. Una presa en la cual destruiría porque se lo juró a sí mismo. Ezaki Mina tendría que pagar por lo que le hizo a sus dos tíos, y por ser una asquerosa lesbiana — Profesora no puedo permitir que todos estén en el mismo espacio de alguien tan peligroso como es Ezaki Mina, ¡me pone inquieto! — su voz temblaba haciéndolo más creíble.
Hasta su inquietud parecía tan real que todos empezaban preguntarse si lo que decía era realmente cierto.
Siempre haciéndose la víctima.
Sharon no dijo nada, solo apretaba los puños a la altura de su pelvis mientras sentía en su cuello venas sobresaliendo por la rabia y los recuerdos.
Hyunjin no estaba lejos de estar igual, pero este sí explotó con lo otro que dijo Amane Yoshi.
— Profesora, yo la conozco, no puedo dejar que este aquí junto a su cómplice — sus ojos preocupados, tan falsos, tan creíbles, daban una sensación de odio a casi todo el salón hacia Sharon y Hyunjin.
El joven Hwang se levantó bruscamente chocando su puño contra la superficie de la mesa, haciendo exaltar a todo el salón, el mismo salón que no sabía reaccionar a lo que estaban presenciando. Todo era confuso, y a la vez tan claro, pero ninguno sabía reaccionar a lo que estaba pasando, a lo que el nuevo Yoshi Amane decía.
— Ya recordé el por qué mi mudanza a Corea fue más llevadera, porque tomé positivo estar lejos de alguien tan descaradamente narcisista como tú, Yoshi — dijo entre dientes con todo el odio acumulado que le tuvo y tenía a ese joven que se burló muchísimas veces de él. Dahyun se levantó detrás de él por si se metía en una pelea, según estaba mejorando y pelear no sería una mejoría. Hwang solo veía a aquel joven. Ese joven que le decía miles de veces que era un maldito afeminado asqueroso, que le decía que se comportaba como una niñata irritante, que iba a quedar solo toda su vida, que de seguro a él le daban en una relación, o que se suicidara porque sería lo mejor para todos. Todos esos comentarios el joven Yoshi se lo dijo en su reciente adolescencia, solo recibiendo el apoyo incondicional de sus dos amigas, pero no significaba que no doliese — Alguien tan peligroso aquí, eres tú, Amane.
Y Amane disfrutaba de ello, lo sabía.
— Hwang, tú siempre estando detrás de ella aunque ni te ponga atención por ser lesbiana. ¡Personas como ustedes les quitaron la vida a mis tíos! — a esto todo presente giró su cabeza hacia Sharon, incluido Hyunjin, pues éste no sabía que había pasado en los últimos años y eso lo desconcertó.
Mina no soportó todas las venas queriendo explotar en su cuello, se levantó y estrelló su puño con la mesa, que a diferencia de Hyunjin, se escuchó probablemente en los aulas siguientes por lo fuerte que fue. Mina sabía dar un buen golpe, dio uno en la mesa que se escuchó tan potente lo que lo confirmaba. Quería dar su mayor golpe en aquel rostro de Yoshi para callarlo.
Los recuerdos eran lo peor que podía haber y quería desaparecer eso.
Temblaba y casi parecía estar a punto de abalanzarse contra el chico Amane y éste retrocedió, queriendo sonreír porque si Mina lo golpea todos le creerán a él.
Mina calmó su cuerpo, se sacudió levemente entera y suspiró pensando en cada consejo de su madre. Miró a Yoshi y ladeó su cabeza para verlo con mayor atención.
Yoshi le tenía miedo.
— ¿Personas como nosotros? ¿Cómo somos, Amane? ¿Inventaras algo tan grave como un asesinato solo por tu homofobia? — lo llenó de preguntas porque sabe que Yoshi nunca pudo lidiar con formar varias respuestas tan pronto. Y sí, el joven quedó un poco desorientado tratando de inventar algo que quede con la realidad.
Las mejores mentiras tienen algo de verdad.
— ¿Todavía no superas que tus tíos se suicidaron porque no querían lidiar con el hecho de que irían a la cárcel por secuestro, tortura y abuso a menores? — cuestionó haciendo que el aula quedara en silencio.
¿La profesora? Desde hace mucho que no sabía qué decir, más específicamente desde que el joven Amane empezó todo eso.
Una chica se asomaba por la ventana con curiosidad notando la escena y frunció el ceño para luego sonreír al ver a Mina dentro, ¡junto a Hyunjin! Iba a dar su entrada épica.
— ¡No me gusta la atención, pero tú das hasta una vida por ella, Ezaki! — no encontró otra cosa más qué decir, que culpar de todo a la misma que no parece caer ante sus provocaciones — Tú los acosaste hasta que se suicidaron, tú los mataste — obviamente todo estaba siendo confuso.
Amane Yoshi seguiría diciendo alguna otra cosa si no fuera porque otra chica mayor llegó a con él sigilosamente y con un pie pateó sus dos piernas para hacerlo caer, haciendo que inevitablemente se escucharan unas pocas risas entre estudiantes. Fue tan aleatorio que parecía divertido a cierto punto.
— Y yo que pensé que me libraba de ti al venir a Corea. No creí volver a alguien tan narcisista como tú, Toshi — la descripción que usó con el solo hizo que el grupo mirara a el joven Hwang. El apodo que le dio también hizo al joven Yoshi enojar, pues ese apodo solamente alguien se lo decía, y ese alguien estaba muerto.
— ... ¡Maldita, tú eres igual a ella! — el joven Amane ya no sabía qué hacer, no estaba saliendo lo planeado.
— ¿Señorita, usted... ? — la chica prestó atención a la profesora cuando ésta de le quedó viendo. Supo que quería su nombre.
— Oh, Hirai Momo, ex compañera de él — apuntó al joven Amane que se levantaba del suelo enojado por su interrupción — Ya sabe, él está... loquito — susurró haciendo una seña con su mano hacia su cabeza — Solo no queda en el psiquiátrico porque tiene dinero. No le hagan caso — aconsejó haciendo que la profesora asintiera ya entendiendo el problema, pues en sus informes salían los problemas mentales del joven Yoshi y cómo lidiar con ellos.
Mina, la joven japonesa sólo miraba estática a Momo. ¿Qué hace allí? ¿Qué está haciendo? ¿Qué pretende? Supuestamente no la vería en mucho tiempo, o nunca probablemente. A la vez tenía ganas de darle un golpe porque no debería estar allí, o un abrazo porque la extrañó tanto esos meses.
Hyunjin estaba igual, o peor, porque se le veían las lágrimas por las esquinas de sus ojos mientras apretaba la mano de Dahyun que lo apoyaba en lo que sea que esté sucediendo.
— Joven Amane, no me haga llamar a sus padres, vaya a un asiento — la voz de la profesora sacó a todos de sus pensamientos.
— ¡Estos tres son amigos, son cómplices de asesinato! ¿No va hacer nada? — alterado y fingiendo estar preocupado e nervioso, el joven Yoshi intentaba hacer entender a la profesora.
Pero eran puras mentiras.
Ninguno ahí sabía que Mina estaba a punto de romperse, de tener un ataque que disimulaba muy bien, ninguno allí sabía lo que afectaban la palabras del joven Amane, afectaban porque le recordaban de todo a Mina.
"Hasta tu rostro da asco."
"Te adoptaron por pena."
"Estas delgada, come más, perra."
"Dios te va a proteger si te quiere en su reino, obviamente ahora no te quiere y morirás."
"Gente como tú se irá la infierno, yo solo te llevaré allá más pronto."
¿Lo peor? Es que Mina creyó en todos esos comentarios en ese tiempo, creyó en que lo que era solamente demostraba asco, que debería morir y intentó morir.
Se levantó completamente con los dedos removiendo el espacio entre sus palmas, en puños fuertes y rudos que querían estrellarse contra la cara del joven Amane Yoshi.
Momo no esperaba más, ella le enseñó después de todo.
— ¡¿Qué?! ¡¿Vas a golpearme?! ¡Hazlo! ¡Lo único que sabes hacer es matar, toda tu vida lo has hecho! — y Mina rememoró todo.
La muerte de su familia biológica, la de su familia adoptiva, la de su otro padre adoptivo, la de los Amane... La suya propia.
Porque ella cree estar muerta.
No aguantó más allí y salió corriendo de allí, con pasos pisandole los talones y sabía muy bien quién era. No paró aún así y siguió corriendo hasta la cancha al aire libre donde quiso tal vez saltar la cerca y irse a su casa o al apartamento de Kang, solamente quería irse.
A medio camino, iba a escalar pero un cuerpo chocó con el suyo, haciendo que caiga al suelo rodando junto al otro cuerpo que se estrelló contra ella. Se removió gruñendo, intentando quitarse aquellas manos que la rodeaban abrazandola.
— Calma, calma, soy Momo — a Mina no le importó mucho y quiso quitarse pero Momo la inmovilizó debajo de ella sin importarle mucho que hubieran algunos pocos en las canchas, aunque estos mayormente no les prestaban atención y ya se iban a sus clases — Soy yo, soy Momo. Mina, ¿qué te pasa? — preguntó cuando Mina pataleó y gruñó en busca de deshacerse de su agarre — Soy tu amiga, Mina. Nada te pasara. Estoy contigo — susurró a cómo muchas veces lo hizo en el pasado cuando Mina veía una cruz.
Mina empezó asintiendo, creyendo aquello, con todo su cuerpo tembloroso que Momo podía sentir directamente.
Momo tomó la mascarilla y los lentes para quitarlos sin importarle mucho que Mina se removiera, ya habían hablado de quitar eso hace mucho pero Mina mayormente nunca cumplió ese trato.
— Soy Momo, Mina. Nadie te juzga conmigo — pero cuando llegó alguien más, Mina trató de ocultarse volteando su cuerpo para enterrar su cara en el suelo — Es Hyunjin, él tampoco te juzga. Quédate quieta. Está bien — Momo la inmovilizó dejando su rostro libre de ocultarse, llorando y aguantando sollozar. Mina no le creía, pues Hyunjin no sabe lo qué le pasó, no estuvo en ese tiempo porque se mudó.
— Mina — Hyunjin se acercó haciendo una seña a Dahyun para que se quedara un poco lejos — Minari — Mina volteó a verlo con su cara llorosa y respirando con dificultad.
Mina no miró al chico imbecil que la acosó por un tiempo, no miró al estupido que tomó malas decisiones... Ahora mismo estaba mirando a su amigo, y necesitaba apoyo de él. Necesitaba a sus dos amigos, pero quería irse también.
Momo la levantó murmurando cosas en su oído y la abrazó donde Mina se escondió en su hombro a sacar todo lo que ha estado conteniendo. Cuando iba al apartamento de Kang, ella contenía aquellas emociones, dejando que se alojen en su cuerpo pero que se calme un poco, y ahora tocaba dejarlas salir.
Hyunjin se acercó y no la abrazó, pero se posicionó al lado de ambas donde Mina tomó su mano y la apretó. El chico llevó su mano a la espalda de Mina solo acariciando allí mientras Momo dejaba que su camisa se mojara de las lágrimas que Mina soltaba junto a sollozos, hipos, espasmos, y algunos murmuros.
— Es mi culpa, Momo. Todos... menos mamá Chihiro... — dijo siendo interrumpida por una serie de sollozos.
Sana llegó, pero al ver lo íntimo que era, retrocedió y decidió por sentarse en las gradas junto a Dahyun, quien estaba distraída mirando el suelo. Sana había visto pasar correr a alguien conocido por su aula, y pidió ir al baño pero encontró con que había toda una escena en el aula donde había estado Mina, y entonces salió corriendo buscando a su amiga.
— Todos murieron por mi culpa, Momo — sollozos desgarradores se escuchaban a los que Momo dejaba que dijeran lo que sea — El fuego de la chimenea, los ladrones, mi orientación. Todo fue a causa mía y todo causó muerte. Mis padres, quienes me dieron hogar y me trataron como realmente una hija, Momo — murmuraba siendo interrumpida de nuevo por espasmos en su pecho por el llanto — Yoshi es idiota pero tiene razón en esa parte... Yo maté a mis familias y... no sé cómo mamá Chihiro... sigue viva — unos sollozos más y Mina se soltó con brusquedad — No se consuela a un culpable.
Momo quiso seguirla pero Mina la alejó de nuevo y salió corriendo. Momo la siguió pero, esta vez, no pudo alcanzarla ni siquiera con la ayuda de Hyunjin.
Hirai jadeó a media calle, el lugar donde perdió a Mina de vista. Gruñó, tomó su cabeza entre las manos, y se descargó en una pared, mientras sentía a Hyunjin acariciando su espalda en algo como apoyo. Momo se volteó viéndolo y lo abrazó, porque no lo había visto desde hace muchísimo.
— Se me escapó — comentó enojada consigo misma, viendo la llegada de otra chica castaña a quien desconocía y de una rubia bajita. Ambas con preocupación escrita en el rostro — Genial — bufó sarcástica.
Lidiar con más personas era lo menos que quería hacer, aunque le agradaba la compañía extra.
— ¡Soy Hirai Momo!, ¡amiga de Mina y su nueva compañera! — sonrió alegre junto a un guiño y tronando los dedos al mismo tiempo.
Hyunjin no pudo evitar reír, era igual a antes.
La preocupación seguía, pero Momo pudo con la situación.
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