#12 - Estas cosas no se comparan.
Cuando Sana miró a Felix llegar corriendo con la respiracion acelerada y obviamente cansado, sintió un mal presentimiento instalarse en ella y Jiwoo al parecer también.
— Están atacando a Sharon unos universitarios — dijo el chico agarrando aire pero Sana lo dejó con Jiwoo para luego salir corriendo hacia su amiga, no supo dónde estaba pero pudo encontrarla cuando la empezaban patear en el rostro.
La cabeza de Sharon se volteaba por cada patada y no paraba de erguirse tranquilamente de nuevo, hasta que la vio y Sharon explotó levantándose y haciendo maniobras tan rápidas que Sana ni siquiera pudo ver totalmente bien. Solo pudo ver como un chico que la tenía agarrada huía, los dos hermanos Kim estaban en el suelo, y Hwang estaba en una esquina adolorido.
Sharon se levantó y enderezó tan tranquilamente como si no le hubiera rajado la cara a un chico y golpeado a otros dos. Sana la consideró alguien más admirable por saber defenderse de tanto, aunque no le gustara la violencia.
Sana notó obviamente que Sharon mostró su rostro a Hyunjin, todos lo notaron y también pudieron notar lo pálido que éste se puso, así como se veía destrozado que interpretaron de otra forma esa reacción.
¿Sharon era tan fea como para causar esa expresión de horror?
Sana decía que no, pues reconocía que la expresión de Hyunjin no era de horror, sino de puro pánico y tristeza combinada con abrumador llanto.
Sana solo pudo acompañar a Sharon a la enfermería mientras esta la tomaba de la mano y le daba un suave apretón que no sabía cómo interpretar. Tal vez como diciéndole 'Estoy bien' o un 'Gracias por estar aquí'. El que no se pueda ver la expresión de Sharon le hacía difícil saber qué significaba eso.
Giró su cabeza a un lado notando a Chou Tzuyu mirándola de una manera indescifrable. Sana anotó hablar con ella pues ahora eran amigas y quería ver si Tzuyu tenía algún problema con ella, ya que toda la mañana la ha evitado y hasta ha sido grosera con ella las veces que quiso acercarse a hablar.
Cuando entraron el enfermero se ofreció a curar sus heridas pero Sharon se lo negó totalmente y decidió que Sana lo haría.
— A ella le tengo confianza, ella lo hará — condenó Sharon cuando el enfermero insistió en que podía ser grave, así que aquel hombre tuvo que salir de allí sin decir mucho y Sana cerró la cortina para poder estar a solas - Yo te diré cómo hacer cada cosa. Solo prestame un espejo — dijo y Sana nervios esculcó entre sus mochila para buscar un espejo propio, dandoselo a Sharon.
Cuando el cubrebocas iba a ser apartado, Sana desvió la mirada no queriendo parecer muy entrometida porque Sharon podía incomodarse. Sharon soltó una risa divertida y quitó sus lentes primero.
— ¿No tienes curiosidad por cómo es tu amiga todo este tiempo? — cuestionó sonriendo debajo de aquel cubrebocas — No soy tan fea, ¿sabes? — a eso, Sana se apresuró a negar — ¿No? Pues ahora lo sabes — Sharon dijo con la intención de molestar, mientras que Sana volvió a negar sin querer que se malinterpretaran sus gestos.
— Quiero ver, pero pensé que podía incomodar y querrías hacerlo tú sola con el espejo — mencionó Sana haciendo una pequeña mueca.
— No te preocupes, solo tengo algunas cicatrices por mi rostro pero no tantas. Moja un trapo para limpiarme el rostro — empezó a decirle que hacer a Sana para luego quitarse la mascarilla, dejando al descubierto su rostro. Quitó su gorro del suéter para hacer su flequillo hacia atrás y atraparlo con el gorro, dejando ahora si al total descubierto su rostro.
Nunca usaba maquillaje, ni tenía alguna otra cosa más que el piercing en la ceja, pero ese pues era solo decoración para su bonito rostro, el rostro que tenía una cicatriz en la ceja izquierda -donde también estaba el piercing- , algunas cicatrices de cortes por la mejilla derecha, y otra en el lado izquierdo del puente de la nariz.
— Eres bonita — yeso era algo que no le gustaba a Sharon, no por el halago o en sí que no le gustaran que la elogiaran por su presunta belleza, sino que al no tener mascarilla sus reacciones vergonzosas se activaban y la hacían sonrojarse fácilmente — ¿Lo que veo es un sonrojo? — Sana pinchó la mejilla rellenita de Sharon, sonriendo por el sonrojo que empezaba a expandirse por toda su cara.
— No, claro que no. Son los golpes — aclaró agachado su cabeza. Sana rió pero aún así al dejó en paz para luego limpiarle el rostro con el trapo húmedo. A Sharon le ardía pero no se inmutaba, había recibido tantas torturas en su vida que simples heridas de patadas no eran nada comparado — ¿Soy bonita? — Sana no pudo evitar quedar divertida por lo tímida que ahora Sharon parecía ser, jugando con sus manos y sonrojándose hasta las orejas por un cumplido.
No eran tan diferentes, después de todo.
— Lo eres, simplemente tu rostro es hermoso y tu personalidad igual... Bueno, para mí es hermosa — comentó empezando a ponerse tímida, porque la mirada de Sharon ahora le atravesaba el alma siempre mirándola a los ojos y se preguntaba si eso también lo hacía con los lentes puestos — ¿Qué hago ahora? — preguntó al querer cambiar de ambiente.
— Usa gasas húmedas en alcohol para desinfectar mis heridas — Sharon le dijo mirando hacia el frente con un pequeño mohin que Sana miró con ternura.
¿En realidad Sharon siempre hacía eso detrás de la mascarilla y los lentes? Porque se perdía de mucho. Era tremendamente tierna.
Escucharon a alguien entrar y eso solo activaba el modo 'hablar en japonés' en ellas. Solo Sana pudo ver por la abertura de cortinas que eran Dahyun y Hyunjin, para luego cerrar la cortina y seguir limpiando y admirando el rostro de su amiga.
— Solo queda el labio roto... ¿No te arde? — preguntó cuando Sharon no movía ningún músculo de su rostro al limpiar su ceja abierta, su mejilla raspada, y su nariz con un pequeño corte.
— Te dije que antes sufría de bullying, ya me ha pasado todo esto... mucho peor. De hecho, la cicatriz de mi mejilla y mi nariz son de eso, la de la ceja es de mi situación — a lo que dijo Sharon tan serena, Sana se preguntaba si su propia situación era tan importante como la de Sharon. Veía a su amiga y parece sufrir todavía muchísimo, incluso puede tener mayores efectos y ella llorando porque un chico casi al abusa lo que ni siquiera llegó a ocurrir
Le es difícil no hacerse menos incluso en esa situación.
— Siento que lo mío no puede ser comparado con el tuyo — confesó en un susurro y por un momento se asustó por al mirada seria que le regaló Sharon.
— Tenemos diferentes situaciones, parecidas sí, pero no iguales. Somos personas diferentes que aunque haya pasado una situación igual a mí probablemente no actuarías como yo, y yo tampoco como tú. Todos tenemos diferentes reacciones a una situación, diferentes efectos y consecuencias — Sharon sonreía suavemente diciéndole aquello, con comprensión y serenidad que contagió a Sana — El cómo actúas por tu situación es a causa muy comprensible, solo te hace falta ayuda para sanar — Sana lo sabe, Sana sabe completamente que no ha sanado y probablemente no sanará.
Su situación la hace tener pesadillas, la hacía tener miedo de las calles, de la gente, del contacto, de las relaciones sociales y físicas, de los chicos, de la soledad, de muchas cosas más.
No ha sanado nada.
— Claramente no se puede comparar, porque cosas como estas no se comparan... Se ayudan y apoyan — Sana podía decirse que estaba llorando, aunque no realmente, pues tenía la lagrimas al borde de los ojos y no dejaba salir sólo porque no quería llorar ahora.
Sharon solo le acarició la mejilla y le sonrió.
Sana solo siguió con su trabajo, desinfectado el labio de Sharon para luego ponerle algunos curitas que encontró por ahí. Lastimosamente no había de pingüinos pero Sharon sacó de su mochila algunos y dijo que se los cambiara, como una niña exigiendo algo infantil pero Sharon lo decía muy en serio.
Ella quería curitas de pingüinos.
Sana se puso uno ella misma en el puente de la nariz solo por gusto, y porque Sharon le sonrió tan tiernamente que se alegró de hacerla sonreír.
Sharon orgullosa la miró y cuando su rostro estuvo curado, se dió en la libertad de dejar su rostro libre de cualquier cosa para quedarse en la camilla descansando, ignorando que su ropa estaba mojada, con una Sana que se sentó a su lado para hacerle compañía.
— ¿Extrañas a alguien en Japón? — Sana preguntó de repente, iniciando un platica con la duda que tenía desde que Sharon se veía un poco perdida en sí misma.
— Sí. Mi familia está allá — Sharon comentó mostrando una sonrisa para luego mirar a sus manos. Sana asintió conforme.
Recuerda bien a su madre diciéndole que coma todo o Santa Claus no le traería regalos en Navidad. Tonta cosa que aún sirve a sus dieciocho años pero no porque crea en Santa Claus, sino porque quiere regalos en Navidad.
Aunque no le gusta Navidad.
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