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#11 - Mono juega a los bolos.

Un mes, un maldito mes.

¿Por qué en todo un jodido mes no dejaba de ser un tema de que hablar entre la preparatoria?

¿Por qué todos la seguían viendo cada que llegaba a la preparatoria?

¿Por qué no simplemente se olvidaban de ella?

¿Qué tenía de importante?

Mina no sabe cómo pasó de huir antes una vez al mes para luego hacerlo cuatro o cinco, o sea, cada fin de semana. La abrumaban tantas cosas que se cerró por completo y ahora Sana era la única que podía hablar con ella por el momento.

A todos que le dirigían la palabra los ignoraba, incluso a aquel equipo de vóleibol que empezó a parecer muy bueno y ser amigos de Sana. Sana siempre la excusa con ellos con que no le gusta, y se le hacía tierno la manera en que la defendía muchas veces.

Mina sabía que su comportamiento era extraño, siempre estando parada firmemente con las manos a la altura de su barriga mientras jugaban o se removían. Su rostro tapado y su cuerpo igual sin darles alguna expresión visible a los demás. También la manera en que gira su cabeza hacia ellos para incomodarlos intencionalmente.

Todo era ya extraño pero lo hacía en defensa, de modo de protegerse de todo el mundo.

Ya la decepcionaron una vez sin esperar nada, ahora esperar algo bueno solo le traerá una más enorme decepción.

Mina suspiraba cada vez que pasaba por un grupo de jóvenes y estos parecen que toman el aprovechamiento para leer todos los rumores que había sobre ella. Le hartaba y por eso iba al departamento de Kang muy seguido, ocasionando que se acerque un poco a el mayor Jackson quien era un hombre casado, con hijos, y de negocios.

¿Recuerdan las miradas que le echaba a Kim Dahyun? Pues ahora no la mira ni de reojo, haciendo que Kim siempre buscara su mirada desde su propio lugar, pero nunca encontrando algo porque Sharon la evitaba completamente.

Sharon era un nombre que se susurraba por los pasillos de diferentes maneras, y Dahyun era la que más le interesaba Sharon pero no por esos rumores, solo le interesaba.

Aprovechando que Sana no estaba en esa clase, Hyunjin se sentó junto a ella, haciendo el ambiente entre ellos un poco incomodo, porque todos miraban ese dúo y cualquier interacción.

Más no hubo ninguna.

Sharon lo ignoró completamente y Hyunjin solo a veces la miraba de reojo para ver qué estaba haciendo por curiosidad.

Hyunjin quedó atrás cuando Sharon salió del aula y Sana ya la esperaba afuera con una pequeña sonrisa la cual ignoraba a todos a su alrededor. Mayormente era así o que la pasaba hablando con Bang, pero a Sharon no le importaba mucho.

Mientras Sana fuera feliz.

Aunque la ha visto muchas veces junto a amigos como Jeongin y Felix, también con amigas como Dahyun o Chaeyoung... o más bien todo el equipo que fueron en vóleibol. Tal vez fue porque demostraron no ser tan extrañas esa vez, o tal vez porque les tocó la suerte de que fueran buenos estudiantes que no les importaban mucho los rumores.

O tal vez se querían aprovechar. Sharon anotó eso en su cerebro.

— ¿El lunes habrá nuevos? — Sharon preguntó cuando terminaron asuntos en el club de arte. Había escuchado por ahí que habría nuevos estudiantes en su grado y eso podía significar dos cosas, que no le importa o le importa demasiado. Sana le asintió — ¿Por qué? Ya empezó hace meses el año escolar.

— Pues son pocos, pero aún así — Sharon asintió alzando un poco su cubrebocas para meter por debajo un trozo de su sándwich. Sana le había dado un cuchillo de plástico para que pudiera cortarlo en pedazos — ¿Cuántos amigos tienes o tenías, Sharon? — la pregunta de Sana la sacó de pensamientos.

— Antes de mi situación, tenía dos. Después de mi situación tenía una, o tengo, realmente no lo sé — lo mejor para Sharon es que con decir 'situación' Sana entendía que significaba.

Sana asintió y hasta ahí terminó esa charla.

Mina no entendía como es que Sana no se aburría a su lado, pues apenas era interesante hablar con ella. Ha pensado que tal vez sea porque encuentra refugio en ella, pero a la vez Sana siempre prefiere almorzar y hablar con ella que con cualquier de sus otros recientes amigos. Mina simplemente tenía esa duda de que tendrá de interesante para Sana, pero dejaba todo atrás, sin preguntar tan tonta cosa.

Pero no pasa nada interesante ese día, aunque sí al siguiente cuando pasaban por los pasillos.

Sana se despidió de ella cuando Jinni llegó y les dijo que si querían ir a comer algo antes de clases, ya que era temprano. Sana había mirado a Sharon como pidiendo confirmación y Sharon se lo dio sin mucha duda ahora. Ya confiaba más que Sana podía tener relaciones sociales.

Caminó por el pasillo en busca de perder el tiempo pero sintió que la tomaban de ambos brazos y la volteaba para tirarla al suelo.

— ¡Vamos a jugar un poco con Sharon! — un chico mayor, probablemente de tercer año o ni siquiera estudiante de ahí, exclamó en alto por todo el pasillo, donde muchos estudiantes empezaron a hacerse multitud a los alrededores para ver con atención la escena.

Mina no reaccionó, y no porque no pudiera defenderse, sino porque veía fijamente la cadena de crucifijo que el chico tenía alrededor del cuello, ese cuello que quisiera estrangular con esa misma cadena.

— ¡Vamos a jugar a los bolos! — gritó extasiado riendo.

Uno chico tiró una cubeta de agua en el pasillo y otro roció el suelo con jabón para trastes. Los estudiantes fueron apartados para hacer buen espectáculo en el pasillo. Mina tampoco supo cómo la tomaron de las extremidades para luego darle velocidad y empujarla para deslizarse por el pasillo, resbalando su espalda por el resbaladizo piso.

No era doloroso, pues era muy resbaladizo que solamente se deslizaba por todo el pasillo. Lo doloroso fue cuando, por la velocidad con la que la empujaron, se estrelló contra la pared del final del pasillo recto, haciendo que su nuca y su espalda colisionaran contra el concreto.

Risas y vítores se escucharon del grupo que le hizo aquello, mientras que los otros presentes solo hicieron una mueca en seña de que les iría mal, pues conocían que Sharon sabía pelear bastante bien... muy bien.

El pasillo fue silencioso cuando los jóvenes culpables callaron al ver que nadie en los pasillos les seguía a las risas solo por estar concentrados en qué hará Sharon.

La chica pelinegro que ahora estaba sentada con sus piernas estiradas y su espalda un poco encorvada, mientras miraba directamente a sus atacantes por detrás de aquellos lentes negros.

— Oww, bebé Sharon quiere asesinarnos — el chico que la parecer mandaba, se acercó a hacerle una caricia maliciosa en el cabello, a lo que Sharon se dejó sin inmutarse.

Estaba más concentrada en Hyunjin quien tenía una botella de jabón en la mano y parecía muy disconforme, como si no lo hubiera querido hacer o estuviera indeciso de hacerlo.

Mina se miraba en el mismo lugar donde se encontró, por primera vez, con Sana, y el recuerdo le vino de inmediato. Han acosado también a Sana allí, y ahora a ella.

Hwang la miraba y miraba sus propias manos como dudoso de él mismo, pero había participado, algo que Mina decidió que parará todo eso hoy.

Si no era con consecuencias leves, sería con consecuencias graves.

— Bebé Sharon no debió meterse con mi hermanito Kai. ¡Pide perdón, maldita estupida! — el chico castaño le exigía, tomándola del cabello para alzar su rostro — ¡Pide perdón y suplica por no quedar en el hospital, uh! — el joven Kai llegaba con una sonrisa para meterse y posicionarse atrás de su hermano mayor.

Mina sintió una patada en su ceja, ya que cuando no contestó ni inmutó, el chico le dio por patearla en la cara hasta que hiciera lo que exigía.

— ¡Que pidas perdón, maldita puta! — volvió a pegarle otra patada en la cara cuando Sharon no respondía ni quejaba. Sharon solo sentía su rostro irse a un lado por cada patada hasta que llegó la cuarta y Sana apareció en la escena.

El límite de Sharon llegó cuando detuvieron a Sana y la inmovilizaron en un agarre de sus brazos. Verla con ojos llenos de pánico por tanto contacto físico la llenó de una rabia que hizo acelerar su respiración.

— ¡Llegó tu putita, vas a pedir perdón frente tu noviecita! — una quinta patada que la mareó un poco y hizo su rostro voltearse, Sharon se levantó sin inmutarse a la sangre que tenía en su rostro y caía por su barbilla hasta el suelo — ¿Qué haces? ¡De rodillas y pide perd-... ! — no terminó de repetir porque Sharon lo tomó de el cabello y lo bajó hasta su rodilla donde lo golpeó con la misma.

Lo repitio varias veces, tres rápidamente y luego tomó un puñado de su cabello para estrellar su cabeza con la pared. Dos golpes contra la pared y el casi inconsciente chico ni podía hablar de la sangre en su boca. No eran cualquier golpe, eran brutales.

— Uno último de cortesía para tu domicilio — Sharon murmuró estrellando su cabeza con una ventana de cristal, haciendo que los vidrios rasgaran la cara del chico y a la vez la cara del chico rompiera la ventana.

Los vidrios hicieron soltar quejidos al chico castaño mientras que el joven Kai intentó defenderlo (apenas reaccionando), pero Sharon solo lo tomó de la nuca y lo estrelló contra su rodilla para dejarlo inconsciente de lo fuerte que fue.

Uno salió corriendo y el otro último era Hwang que recibió solo dos puñetazos en el rostro que lo hicieron caer a una esquina del pasillo, adolorido y arrepentido, ya que lo convencieron de hacerlo pero realmente fue presión lo que usaron para arrastrarlo allí.

Sharon suspiró, escuchando algunos murmuros de los estudiantes mientras se acercaba a Hwang. Se sacudió levemente y se paró decentemente aún cuando su ropa estaba mojada por deslizarse por el suelo. Caminó y el joven Hwang la miró con curiosidad.

Eso tiene a Sharon con supocisiones. Hyunjin no le tenía miedo, sino que tenía intriga sobre ella y eso era porque la está reconociendo.

Pero llegó la hora.

— ¿Recuerdas las veces que te decían 'Bajate del árbol, Jinnie'? — Sharon preguntó acercándose y bajando su cubrebocas, así como quitando sus lentes para dejar al descubierto su rostro sereno con algunos golpes.

Todo tipo de recuerdos llegaron al adolescente sentado en el suelo al ver ese rostro tan conocido.

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— ¡Bajate del árbol, Jinnie! — gritó su madre mientras él se balanceaba por las ramas y Mina lo cuidaba desde abajo por si llega a caerse. Dos niñas japonesas estaban bajo de él, una atenta por si se cae, y otra retando que se caería y se reiría de ello.

Él rió y contestó a su madre con alegría.

— ¡Soy un mono! — exclamó alegre para luego caer y pegar un grito agudo, dramático y exagerado, pero Mina lo tomó en brazos y lo abrazó riendo por su dramatismo en caer como una princesa — Mi príncipe azul, ¡Minari!

— ¡Hyunjin! ¡Ten cuidado que no siempre estará Mina para ayudarte! — su madre volvió a decir, luego agradeciendo a Mina por su ayuda y dejando solos a los tres amigos adolecentes allí.

La chica mayor entre ellos se reía a carcajadas por el actuar del menor Hwang, mientras que Mina tenía acelerado el corazón por la posibilidad de que su mejor amigo terminara lastimado.

Hyunjin confiaba totalmente su vida y protección a Mina, siempre lo haría, se lo prometió.

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¿Y qué pensaba ahora? Mina fue quien lo golpeaba por ser tan imbecil, y lo aceptaba, lo aceptaba porque supo que fue un imbecil.

Muchos recuerdos más donde su mamá le decía lo mismo de bajarse del árbol, hasta llegar al recuerdo donde cortaban ese árbol y Hyunjin lloraba porque tenía muchos recuerdos en él.

Ese árbol no era solo un gran árbol estorboso, era un lugar de juegos y diversión para el pequeño Hwang, pero cuando fue talado, Mina y su otra amiga estuvieron allí consolando sin juzgarlo por llorar tan ridículamente por un árbol.

Lo apoyaron siempre.

Mina ahora lo miraba como nunca pensó que recibiría una mirada de ella.

— Sabes muy bien que tanto odio a los que hacen esto. Me decepcionas.... estoy tan decepcionada de ti por este comportamiento, Hyunjin — esa palabras fueron más dolorosas para el corazón sensible del adolescente — Nunca pensé en tener tanta decepción por ti — fue lo último que dijo para colocarse el cubrebocas y los lentes.

— Mina... — susurró notando que la chica se volteaba para irse.

— Sharon — recalcó la japonesa sin ningún tono suave como antes lo hacía, ahora era indiferente.

Sharon se fue junto a Sana, quien preocupada la seguía para ayudarla con sus heridas.

Hyunjin rompió en llanto recordando todo, viéndose vulnerable sin importarle mucho. Y como un pequeño niño, corrió por el pasillo en busca de protección, de huir como le gustaba en ese tipo de situaciones en los que se ponía sensible y sentimental.

Mina o Sharon, él la conoce como Mina pero al parecer esa era Sharon, le hacía mucho a su delicado corazón y simplemente tenía ganas de llorar por un buen rato hasta secarse de tanto llorar.

No le importó mucho aquellos chicos lastimados en el pasillo, simplemente a él no le importaba nada más que protegerse de que lo vieran tan débil.

A su padrastro no le gustaban los 'niñitas delicadas, ni lloronas'. Su respiración parecía apenas entrar a sus pulmones por los espasmos que movían su cuerpo.

Se escondió en las gradas de la cancha al aire libre, atrás de estas donde se escondió para ponerse a llorar, sacando todo lo que tenía dentro desde que su madre tuvo la decisión de casarse con aquel hombre que maltrataba su forma de ser y lo mataba poco a poco.

— ¡Maldito hijo de puta! — golpeó el suelo con sus puños en un intento de sacar la presión en su pecho que empezaba a hacerlo retorcer en el suelo, una presión que le daba un dolor — Mina... Minari — su amiga, su mejor amiga que le daba siempre un beso en la mejilla para que se fuera feliz a su casa. Esa mejor amiga que le decía que estaba bien actuar como era realmente, no era mala actitud de todos modos. Al igual que su otra amiga, ambas un apoyo para su vida.

Las terminó perdiendo por culpa de aquel hombre, y por la de sí mismo.

Golpeó unas veces más aquel suelo, logrando levantar tierra. Bufó y gruñó no satisfecho, necesitaba algo realmente que lo reconforta pero no había algo ahora.

— ¡Hyunjin! — una voz conocida lo llamó y luego unos pasos de acercaron a ella, logrando que él quisiera alejarse a huir pero miró a Dahyun allí.

La rubia había estado con su otra amiga en las gradas charlando animadamente, cuando de repente había observado a su primo Hwang correr con un rostro destrozado en lágrimas y algunos moretones. Solo se excusó con Chaeyoung de que iría a ver si fue grave y fue detrás de su primo para verlo golpeando el suelo con un llanto destrozado y desconsolado. Le fue inevitable no acercarse a intentar hacer algo por él.

— Dahyun... — Hyunjin murmuró entre dientes, teniendo la necesidad de descargarse con la rubia para liberarse, pero la mirada preocupada de Kim lo hacía recordar a una japonesa que extraña tanto. Esa preocupación como si fueran amigos, a Hyunjin le calentaba el corazón eso.

No veía a sus otras amigas en Dahyun, pero veía una posibilidad de amistad en su prima.

Se volteó con violencia y abrazó el cuerpo pequeño de la rubia, haciéndola jadear por el contacto tan repentino. Los brazos fuertes del chico rubio se aferraban a la cintura de su prima para empezar a apretar buscando un abrazo que lo reconforte.

— Lo siento. Lo siento — repitió muchas veces más aquello mientras los sollozos empezaban a salir de nuevo, aferrándose al cuerpo de la rubia con desesperación — Lo siento. Lo lamento mucho, en serio lo lamento, Dahyun — dijo junto a algunos gruñidos, hipos y espasmos que azotaban su cuerpo — Lo lamento tanto por todo.

Aún así, en su tristeza y desesperación, pudo encontrar un poco de calma al sentir unas manos en sus omóplatos, luego la palma estaba acariciando su espalda mientras una voz le susurraba.

— Lo que sea que te pasó, estoy acompañándote — Dahyun le decía suavemente mientras sentía el llanto dejar su cuerpo, sus lágrimas seguían cayendo y espasmos seguía habiendo.

Pero la calma estaba empezando a llegar después de dejar pasar todo.

Cuando acabó, Dahyun lo llevó a la enfermería, donde ignoraron la camilla ocupada por dos chicas que obviamente eran Sana y Sharon. Su prima le curó las heridas y lo acompañó todo el día en la enfermería, donde incluso Dahyun se saltó clases para acompañarlo, haciéndolo reír con lo que encontrara divertido, haciendo uno que otro chiste o comentario aleatorio para alegrar, y apoyándolo aún cuando ha sido un imbecil.

Hyunjin pudo olvidar un poco.

Dahyun era un ángel.




. . . . .

¿Cómo ven a Hyunjin? Sí aparecerá muchas veces después.

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