#08 - El club de lectura de último año.
Kang no le dijo aquello.
Kang no le aclaró que sería tan perfecto y que sería difícil dejar de aferrarse a aquello.
Mina solamente suspiró feliz por recibir de sus propias manos un pedazo de manzana que ella misma partió. Veía con relajación a aquel televisor de la sala, en donde pasaban rutinariamente todos los días a la serie de 'The Loud House'. Mina no entendía mucho pero se divertía con los chistes infantiles de la caricatura.
Incluso reía de un chico moreno porque le sangraba la nariz. Se recuerda a sí misma sangrando de la nariz por la emoción de haber tenido a un perro, como a sus siete años.
Ni siquiera pasó por su mente que aquel perro estaba muerto ahora, simplemente su felicidad era imperturbable.
Solo miró de reojo su celular porque le llegó una notificación que decía 'Facebook' y la eliminaría porque sabía que era cualquier publicación de alguna página que seguía, pero su mirada risueña quedó en aquella pantalla.
Más específicamente en el costado donde estaba la hora en números grandes. Esos números la saludaron alegremente junto a unos letras acompañando.
Mina quedó un rato mirando con una sonrisa, sin saber por qué su cabeza quería decirle algo pero no lograba saber qué era.
2:10 lun., 12 de agosto.
¿Qué era lo que querían decirle aquellas letras y esos números? Parecían gritarle en la cara, pero que sus voces eran tan pequeñas que Mina no las entendía.
Miró las notificaciones y estaba allí una alarma llamada simplemente como 'Hora Preparatoria' y algo por fin hizo click en su cabeza.
— ¡La preparatoria! ¡Es lunes! — se exaltó completamente y buscó sus pertenencias así como limpió el lugar a velocidad de rayo.
La felicidad y relajación fue terminada. Ya había huido por mucho tiempo, ahora era hora de regresar a la realidad.
Corría de un lado a otro mientras luego salía con sus cosas de aquel departamento, cerrando con llave la puerta y yendo hasta el ascensor, se exasperó al estar bajando pero calmó tomando un respiro.
— ¿Cómo pude olvidar algo tan importante? — estaba casi segura que a Sana la hicieron la cosa más humillante que encontraron aprovechando que no estaba ella. Recuerda vagamente que Bang no iba a poder asistir en toda la semana y se siente peor.
Llegó hasta el primer piso y dejó la llave con la recepcionista, agradeciéndo los servicios. Corrió alterada hasta su casa donde se preparó y tomó la mochila que siempre llevaba.
Todo fue apresurado pero pudo hacer todo muy bien para salir corriendo a la preparatoria. Compró un pequeño pastel en el camino y se lo dio al guardia para que la dejara pasar aún llegando tarde. Afortunadamente aquel hombre lo aceptó y hizo como si no hubiera visto nada.
Mina se dio cuenta que todos estaban en hora de receso así que se relajó un poco y caminó rápido hacia la cafetería donde debería estar Sana.
Chocó con algunas personas que se quejaron de su brusquedad, pero nunca volteó hacia atrás, solamente hacia el frente hasta divisar la puerta de la cafetería.
Fijó su mirada por las ventanas de aquellas puertas y su aliento se fue de la rabia. Su ceño se frunció y sus labios se apretaron mientras sus ojos veían aquella escena que, aparentemente, acaba de terminar. Unos chicos le tiraron la comida a Sana en la ropa y luego se fueron de allí dándole una patada en uno de sus pies, riendo y burlándose.
Mina suspiró para calmarse porque tenía el plan perfecto en un segundo. Se escondió cuando los tres chicos salieron por esas puertas y luego entró recibiendo toda la atención de estudiantes que presenciaron el abuso contra Minatozaki.
Todos parecían estar sorprendidos por su entrada justo después de que humillaron a su amiga, pero también tan atentos que a Mina le daban asco.
Se acercó a Sana ignorando que ésta se apresuraba a quitarse la comida del cuerpo. Mina ignora que Sana acomodaba todo para parecer que nada estaba pasando antes de que llegara, como si tuviera miedo de Mina, y eso Mina no podía permitírselo.
Se acercó llegando a tiempo cuando Sana se sentaba y ponía una mano discretamente en su mejilla para tapar una marca roja que tenía allí. Se veía creíble, como si no hubiera pasado nada y Mina fingió lo mismo para ver qué estaba haciendo Sana.
— Llegué tarde porque me dormí muy tarde anoche — mintió sentándose frente a Sana, quien asintió sin decir nada — Lo siento. ¿Pasó algo? — Sana negó inmediatamente mientras suspiraba un poco. Sharon la miró por un rato y acercó su mano para que Sana dejara de tapar su mejilla, dejando expuesta la marca de una mano que estaba en su mejilla — ¿Quién? — preguntó pero Sana negó.
— Nada, solo no hagas nada — le dijo intentando pasar por alto lo que le pasó.
— ¿Quién fue, Sana? — volvió a preguntar recibiendo una mirada dudosa de parte de Sana — Tengo algo preparado, necesito saber quién fue. ¿Fue Hwang? — cambió de pregunta que sabía la respuesta pero esta vez recibió sinceridad.
— No. Fueron unos chicos de último año. Kai era el que me hizo al mayoría y sus dos amigos solo se burlaron — susurró como si tuviera miedo de decirlo, algo que Sharon notó.
— Te dijeron que no me dijeras — confirmó al ver que Sana parecía tener miedo a los alrededores.
— Son de mucho dinero. No les hagas nada, por favor — Sana le pidió. Sharon suspiró junto a un bufido y negó.
— Ese no es ningún problema. Tú ve al club de lectura y quédate lo más cerca de Kim, ya que no te pasara nada — Sana quiso replicar que con Dahyun le pasaría de todo porque no servía de nada estar con ella, pero calló porque Sharon habló — Yo iré a ver algunas cosas con los de último año. Aquí tú no tienes por qué preocuparte y yo tampoco — las palabras tan seguras simplemente le dejaban a Sana una sensación de estar protegida, pero también una pequeña preocupación por las consecuencias que Sharon podía enfrentar — Créeme que le dinero no puede contra mí, eso es lo de menos — lo dicho por Sharon solo le confirmó a Sana un rumor de los estudiantes, tenía mucho dinero — ¿Confias en mí?
— Confio en ti — Sana aceptó yéndose de la cafetería mientras Sharon se quedó sentada y luego se levantó para irse hacia otra zona del establecimiento educativo.
Tenía una sensación de orgullo porque Sana confiaba en ella y eran amigas, pero también un enojo seguía allí y no terminaría hasta dar inicio a un plan que formó en us cabeza.
Las consecuencias podían ser que se lleve un regaño, pero nada más.
Suspiró, sacudió su cabeza para dar un carraspeo, y suspiró de nuevo. Llegó a cada aula de clases tratando de ver a aquel chico y preguntó una que otra vez a personas de ella si conocían a un tal Kai, recibiendo que le digan la ubicación de éste.
El club de lectura de último año.
Algunas personas amables le apuntaron en dónde estaba y agradeció para acercarse. Entre tanto estudiante de último año se encontraban algunos de su edad pero no se sentía muy aceptada allí tampoco. Miradas iban y venían para su presencia, y no eran muy buenas tampoco.
Paró en el aula donde una chica iba saliendo hablando con su amiga entonces les habló.
— Disculpen, ¿podrían decirme quién es Kai de los que están en esta aula? — preguntó Mina notando las miradas sorprendidas de ambas chicas.
— ¿Nos dices a nosotras? — la de lentes preguntó mientras se apuntaba a sí misma y a su amiga con su propio dedo.
— Sí — Mina les dijo con tono simple.
— ¿Cuál fue tu pregunta? — la chica de lentes le preguntaba mientras acomodaba su accesorio para sus ojos y se acercaba un poco a Mina para escucharla.
— ¿Podrían decirme quién es Kai de todos los que están en esta aula, por favor? — Mina pidió más educadamente para que no puedan decirle que no, tenía menos posibilidad.
— Oh, sí. Es aquel de cabello castaño que tiene lentes de sol y está con sus dos amigos riendo — la de lentes apuntó por la ventana hacia un chico que estaba recostado en un asiento y reía con sus dos amigos de forma estruendosa.
Mina preguntaría si esos son sus únicos dos amigos pero la respuesta le llegó sola.
— Inseparables amigos — la otra chica comentó rodando los ojos, al parecer tampoco le caían muy bien.
— Muchas gracias — agradeció y se propuso a entrar en el aula.
— ¿Podríamos preguntar para qué lo necesitas? — la de lentes paró a Mina con una pregunta. Mina pensó un poco mientras la miraba y no le pareció mal decirlo ahora, pues ya lo haría de todos modos.
Afortunadamente ningún docente estaba allí.
Mina asintió y contestó con sinceridad.
— Para golpearlo — contestó y se acercó al chico que ya la miraba desde que entró al aula, parecía no tenerle miedo mientras disfrutaba de la vista — Hola — saludó cuando se puso frente a él — Tengo algo serio que hablar contigo, joven Kai, ¿podrías levantarte para hablar más decentemente? — todo el aula parecía sorprendido por aquello y la miraban con atención.
Algo que le gustó a Kai, le encantaba la atención que ahora tenía encima.
— Por supuesto, Sharon. ¿De qué quiere hablar alguien tan popular con alguien como yo, uh? — preguntó levantándose mientras sus dos amigos le seguían y reían cuando el hacia señas.
Sharon se paró de una manera más delicada mientras preparaba su voz para lo que diría.
— ¿Sabes? Tu cabello es muy lindo — no mentía, el cabello castaño parecía sedoso y muy bien cuidado. El joven pareció sorprendido pero luego sonrió con confianza pasando una mano por sus cabellos castaños en un movimiento atractivo.
— ¿Ah, sí? — preguntó sintiendo que su curiosidad iba a ser saciada cuando quitara aquel cubrebocas y aquellos lentes de la popular chica de la que se habla hace una semana — De seguro tu rostro es lindo, ¿por qué no nos dejas verlo, eh?
— Sonará raro, pero te dejo verlo si me dejas tocar tu cabello — Sharon propuso y todos en el aula ya suponían lo que pasaba.
A Sharon el atrajo Kai, nada nuevo, a muchas personas les gustaba el atractivo y atlético chico.
Kai se encogió de hombros y asintió dejando que la mano se aventuraba a su cabello donde Sharon pasó su mano acariciando primero, sin importarle la mirada de los demás.
Poco a poco y discretamente enredó sus dedos en aquel cabello castaño para jalar la cabeza del chico hacia abajo y hacer chocar su nariz con su rodilla, dejándolo casi inconsciente en el suelo.
Sus dos amigos no reaccionaron porque a uno Sharon le dio un golpe en la entrepierna y luego uno en el estómago para despues empujarlo y dejarlo pegado a la pared a su suerte.
Fue contra el último para solo tomarlo del cuello de su camiseta. Agarró un lápiz de la mesa más cercana para cerrarlo en su puño y dar un puñetazo en la cara del chico. El lápiz solo fue para que duela más el golpe.
Después de el último golpe cambió su postura a una más delicada y decente mientras estaba tan tranquila que no se notaba que dejó a tres chicos noqueados. Sacudió su cabeza un poco para que su flequillo no estorbara su vista. Miró el lápiz en su puño y se dio cuenta que era de una chica de la primera fila que miraba todo sorprendida y asustada porque Sharon la estaba mirando.
— Lo siento por tomar tu lápiz, lo necesitaba. Toma — se lo entregó dejando el lápiz en la mesa para después voltearse hacia el joven Kai, notando que estaba tambaleándose aún en el suelo, respirando profundo y quejándose porque de su nariz salía sangre.
Sharon se acercó a él con una tranquilidad que todavía dejaba sorprendidos a algunos. Se agachó y vio de cerca al joven Kai que estaba más concentrado en quitar el inmenso dolor de su nariz, tomándola con ambas manos y masajeando un poco. Sharon se levantó y pisó exactamente donde el bulto común de cualquier chico se notaba en los pantalones del joven Kai, quien quejó y miró a Sharon con furia.
— La próxima vez el golpe será dado en tu virilidad. No creo que puedas tener hijos alguna vez si me entero que le tocas siquiera un cabello a Minatozaki Sana. ¿Se entendió? — presionó su pie un poco más, hablando en voz alta porque ya se dio cuenta que los rumores se esparcen muy fácil.
Es el mejor rumor que habrá, porque protegería a Sana de cualquier persona.
— ¡Tú, maldita rara! ¡En cuanto mi padre sepa de esto llegarás a cárcel, lesbiana asquerosa! — Kai se las arregló para gritarle pero gritó un quejido cuando Sharon puso mucha fuerza en la presión de su miembro.
— Créeme, joven Kai. Tu dinero es un migaja a comparación al mío — le susurró lentamente para que entendiera lo que pasaría si intentaba decirle a alguien. Al ser un susurro, nadie más que el joven Kai la escuchó. Sharon era muy sensitiva, por lo que sus vellos de la nuca se erizaron cuando un poco de aire chocó contra el gorro que traía puesta, el aire que le decía que alguien más quería atacarla.
Se volteó inmediatamente para parar la silla que iba a ser estrellada contra su espalda. La tomó con ambas manos y la estrelló contra el chico que quería atacarla, haciéndolo caer y que la silla quede destrozada junto a él.
Acomodó su ropa de nuevo y la sacudió quitando el poco polvo que tenía.
— Me retiro. Fue un gusto hablar contigo, joven Kai — su voz ronca sonó en el aula silenciada, hizo una pequeña reverencia y caminó hacia la puerta — Que tengan buen día — se dirigió a los estudiantes que solo miraban, los cuales eran los que estaban sentados en los asientos del aula y los que estaban en la ventana observando la escena.
Se pudo retirar hacia su club de lectura de segundo grado, el cual apenas empezaba. Pasó el camino hasta Sana a quien le alborotó el cabello un poco y se sentó a su lado para suspirar feliz.
Aunque recordó que eso le traería más atención.
— Mierda — exclamó inconscientemente alto interrumpiendo el hablar de un estudiante que la miró inmediatamente con reproche — Lo siento mucho — se disculpó inclinando su cabeza y volteando hacia Sana quien se reía bajito de ella.
Sharon bajó un poco sus lentes para verla directamente y sonreír, haciendo que Sana pudiera ver aquellos ojos volviéndose dos media lunas con adorables arrugas en el inicio del puente de la nariz, quedó inevitablemente concentrada en ver esas facciones.
Se preguntaba cómo es que se veía el rostro de su amiga y si tal vez Sharon alguna vez se lo mostraría. Dejó de lados sus pensamientos cuando escuchó una risita por parte de Sharon. Se había quedado mirándola fijamente y avergonzó por ello, escondiéndose en sus manos para tapar su sonrojo.
Sharon se rió mas de ella y negó con la cabeza, divertida de toda reacción en Sana. Aunque Sharon sabía mucho que tendría las mismas reacciones si no tuviera el rostro totalmente tapado.
Toda interacción siendo captada por una mesa atrás de ellas. Chaeyoung porque se le hacía tierno y no tenía mucho qué hacer, mientras que Dahyun con alguna manera de mal humor.
La rubia Kim bufaba de vez en cuando y casi deseaba poder estar allí. Dos chicas que rechazaron su amistad de alguna forma.
Sharon ni siquiera quiso decirle su nombre, y Sana le dijo que no directamente para luego huir de ella.
Esas dos chicas estaban ahora muy cercanas y le traía una sensación de que tenía que hacer algo, pero no quería arruinarlo, así que suspiró y se dedicó a ver la interacción con otros ojos que no sean celosos.
Unos más enternecidos porque nunca había visto a Sana tan feliz.
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