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#06 - Un camino que no se encuentra.

Si la letra es cursiva es en otro idioma, en este caso, japonés.

. . . . .


¿Esto te pasa seguido? — Mina escuchó la voz tímida y baja de Sana a su lado, mientras caminaban por el pasillo hacia la clase. Sana notoriamente más libre y un poco menos cohibida pero aún estando encogida lo más escondida posible.

Ojalá no — Sharon le contestó de vuelta, en un murmuro casi amortiguado por el cubrebocas pero Sana logró escucharla — Es mi primer día y ven algo nuevo, supongo que ya se pasará — lo esperaba en serio.

Los estudiantes parecían ver a la pareja del año mientras las observaban con ojos prejuiciosos que Mina tanto odia. Recuerda muy bien esos ojos porque eran los que la persiguieron por años y la juzgaban como si tuvieran el derecho de hacerlo. Unos ojos grises específicamente eran los que estarán tatuados en su retina y le recordarán quienes fueron los líderes de sus pesadillas.

Pero ignorarlo es lo mejor, no tienen nada mejor qué hacer — Sana asintió a lo dicho por Sharon pero aún así bajó la cabeza y siguió andando detrás de Sharon, quien la tomó de la mano y la guió a su lado — No me gusta que estén detrás mío, camina a mi lado — Sana bajó, aún más, la cabeza y asintió.

Las únicas veces que recibía el tipo de atención de los estudiantes era cuando Hyunjin la humillaba o los primeros días cuando la juzgaron por su manera de verse físicamente. El primer día no se había vestido con ropa que cubriera todo de ella, sino que la común que ya tenía pero al parecer solo fue un objeto de burlas por verse "gorda", así que ahora vestía de manera diferente, al punto de pedirle ropa hasta a Chan. Desde aquel suceso todo le ha ido mal.

De estar pensando en ello, casi se pasaba el aula de sus clases pero Sharon la tomó ligeramente del brazo para guiarla hacia dentro donde eligieron los asientos vacíos desde atrás.

Unos asientos que le "pertenecían" a un chico rubio, el cual caminaba sobando un poco su mandíbula mientras hacía una mueca. Caminaba hacia su clase de historia que probablemente ya empezó.

Había salido hace minutos de la enfermería agradeciéndole a Dahyun por su favor de ayudarle. Jisung, su amigo, había quedado con una recomendación de ponerse hielo y alguna crema para moretones en su miembro. Hyunjin solo con ponerse una crema en los golpes que tenía quedaría bien.

Hyunjin no encontraba qué excusa decirle a su madre de sus golpes en el rostro, pensaba y pensaba pero ninguna excusa pasaba por su mente. De hecho, por su mente pasaba las palabras de Dahyun.

— ¿Qué excusa le diré a mi madre? Me matará si se entera. Será sospechoso si uso algo para cubrirlo como un cubrebocas o lentes — había dicho en ese momento mientras estaba sentado en la camilla.

— No deberías estar preguntándote qué pensará y hará tu madre. Deberías preguntarte por qué molestas o humillas a los demás, y llegar a la conclusión de que no deberías hacerlo — Dahyun lo había callado con esas palabras tan tranquilas que mejor calló y su amigo Jisung igual había parecido avergonzado por lo dicho.

Por el pasillo, parecía que la voz suave de Dahyun se lo decía una y otra vez, como si fuera repetitiva reproducción de un audio. Llegó a la clase y le enojó ver su asiento siendo usado por la asquerosa gorda pero al ver a la nueva a su lado prefirió tomar otro, ya le quedó un poco claro lo que podía hacerle y no quería más golpes que esconder de su madre. De seguro tendría graves problemas al llegar a casa pero ahora mismo se tomaría el tiempo de pensar un poco más libremente, y qué mejor que dormirse a media clase para pensar calmadamente.

En cambio, Dahyun iba muy tranquilamente hacia su clase, y también muy lejos de Hyunjin a quien ahora no quería volver a ver. Después de verlo quejarse por las consecuencias de sus actos, pero no de sus actos, dejó de tenerle esperanza en algo al chico. Probablemente Chaeyoung ya había llevado su libreta a la clase así que caminó sin preocupación para poder llegar a su clase.

No había visto otra vez a Sana ni a la otra chica porque cuando abrió la cortina, la cual tapaba la camilla donde estaba Hyunjin, ninguna de las dos estaba en la camilla donde las había visto. Dahyun se preguntaba cómo es que Hyunjin pudo hacerle tanto daño como para que se quejara así de fuerte, solo la hacía sentir peor pensar en ello.

Llegó al aula correspondiente y se fue directo al asiento donde Chaeyoung estaba junto a Tzuyu. Se sentó en la mesa al lado de ellas y solo agarró la libreta para ponerse a dibujar alguna cosa aleatoria, como el panorama que se veía por la ventana.

— ¿Qué te sucedió? — la pregunta de Tzuyu hizo a Dahyun salir de su concentración y voltear hacia la morena — Pareces muy alterada — y es que Dahyun no se había dado cuenta que estaba siendo muy apresurada en sus movimientos, como si algo le dijera que fuera más rápido haciendo sus movimientos, lo que la hacía ver alterada.

— Solo no me agrada Hyunjin — contestó sacudiendo su cabeza y volviendo a su dibujo.

— ¿Te dijo o hizo algo? Porque si es así, entre todas si le damos un entierro — Chaeyoung dijo, frunciendo el ceño y sacando su vista de su celular — Entre toda la preparatoria porque la mitad de estudiantes lo odian.

— ¿Y la otra mitad? — preguntó Dahyun intentando cambiar de tema.

— La otra mitad tiene variados, algunos les da igual, otros le siguen por miedo, y unos pocos lo apoyan — Chaeyoung contestó con su vista en su celular de nuevo. Dahyun acomodó sus lentes solo para volver a su dibujo — ¿Te hizo algo?

— No, solamente no me agrada estar cerca — le contestó y siguió con lo suyo.

— No tienes obligación de ayudarlo. Sé que mayormente lo haces porque 'siempre hay que ayudar al prójimo' pero algunas veces el prójimo no quiere ser ayudado — Dahyun no le supo bien qué contestar, y mucho menos cuando la profesora entró a dar la clase.

Mayormente ninguna tocaba temas como la amabilidad y lo servicial que Dahyun era, ya que sabían que fue criada siempre así; amable, comprensiva, servicial, tranquila, sonriente y creyente.

Aunque, a diferencia de la mayoría de creyentes de Dios, Dahyun afortunadamente no tenía nada en contra de la comunidad LGBT, pues Chaeyoung era parte y Dahyun lo sabía, así como la apoyaba.

También Tzuyu quien fue acosada por un tiempo por eso, hasta encontrarse con Dahyun y esta la ayudó sin importar mucho su orientación. Solamente Dahyun no veía relevante eso para una amistad, ni tampoco sacaba el tema muchas veces.

Suspiró y asintió para sí misma, en busca de solo despejar su mente. Como dijo Chaeyoung, hay personas que no quieren tener ayuda, así que Dahyun solo aceptó eso internamente.

Guardó su dibujo que apenas llevaba un poco y prestó atención a la clase.

#♡>☆

Mina, algunas horas después, salía de aquella institución dejando atrás a todas las miradas prejuiciosas y intrigadas. Solo se despidió bien de Sana cuando ésta se fue con su amigo Chan, a quien Mina no quería conocer porque, aunque era buen chico, no le interesaba conocerlo, así que ni lo saludó y se fue caminando hacia su casa.

Cuando entró y subió las interminables escaleras, dejó sus cosas en la mesa de estudio que tenía. Apartó el cubrebocas y los lentes mientras apartaba su flequillo para dejar su cara libre de todo, dejando que aire fresco chocara con sus poros y relajará su piel un poco. Apartó su suéter y sus pantalones, quedando en una blusa y un bóxer, le gustaba más usar de ese tipo de ropa interior.

Miró por un rato sus piernas y luego quitó sus ojos de allí al recordar unos orbes grises mirándola. Sacudió la cabeza y se recostó en la cama, tapando completamente su cuerpo ya que hacía frío en su habitación.

Era acogedor, pero la casa estaba totalmente sola, y la hacía sentir más segura pero a la vez muy miserable, miserablemente sola.

Pensaba mucho en si era mejor solo no avanzar en aquella amistad improvisada con Sana, pues ella no quería amigos, no quería esa responsabilidad. Sabía que tener amigos era, además de un gusto, una responsabilidad, ya que amigos se ayudan entre sí, se apoyan, se quieren, se mantienen juntos en los peores momentos, pero ella no quiere tener que hacer todo eso.

Recuerda su única amiga, afortunadamente amiga de verdad, que se quedó con ella aún con la situación que pasó. Aún cuando Mina solo miraba la pared y tenía miedo a las personas, su amiga estaba allí hablándole de todo lo que le pasaba de su día a día, diciéndole que la extrañó mucho y que verá que pronto todo mejoraría y la ayudaría para que pasara lo mejor y rápido posible.

Aquella chica tonta.

Mina negó con la cabeza, sonriendo con un pequeño sonrojo mientras recordaba a ella misma muy perdida y su amiga acompañándola para guiarla por un camino hacia su lugar, aunque Mina todavía no lo encuentra.

Ahora ella era quien extrañaba a su amiga, y seguramente su amiga también.

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