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#05 - Lo que le hubiera gustado que hicieran.

Sana se sentó entre tambaleos en la camilla que había allí y estaba temblando, no sabía si era porque no conocía a la chica o porque el golpe le hizo más daño de lo que creyó. Tal vez eran ambas opciones.

— No tienes por qué tener miedo, solo me voy a asegurar de tus heridas. Me llamo Sharon — la voz calmada y levemente ronca la hizo abrir los ojos en grande y ver que la chica solo se había quitado los lentes de sol para ponerlos en un mueble — Te digo todo lo que estoy haciendo, si quieres — Sana asintió, prefería saber que era todo lo que estaba haciendo para estar segura de todo.

Tenía miedo de estar allí y agradeció que la tal Sharon no la dejara sola a su suerte con el enfermero porque Sana se alteraba más con hombres que con mujeres. Aúnque el enfermero no se veía por allí, probablemente estaba almorzando.

— Primero te voy limpiar los rastros de sangre con un trapo mojado, ¿bien? Puede doler — Sana asintió a aquello y miró a Sharon tomando un trapo y humedeciendo el trapo en el lavabo pequeño que había allí. Después notó el trapo acercándose a su cara y cerró los ojos cuando fue hacia su frente. Sharon no solo estaba limpiando los rastros de sangre, sino toda su cara.

— Me llamo Sana, Minatozaki Sana — murmuró cuando Sharon se alejó después de limpiar su rostro.

— ¿Japonesa? — Sana asintió a aquello y bajó la mirada, aunque Sharon tomó su mentón y alzó su rostro — Ahora te voy a desinfectar, también puede doler porque es alcohol, ¿está bien? — Sana solo dio una pequeña sonrisa y asintió, se sentía bien después de todo. El único trato así lo recibía de Chan y éste tuvo que irse a un llamado del director.

Se entristeció por eso, ya que la caja que llevaba esa mañana era de Chan y eran cosas que necesitaba para un trabajo importante del semestre, y al destruirse todo, esta pidiendo al director si podía haber alternativa para volverlo a hacer. Sana sentía culpa por dejar que destrocen la caja, aunque Chan le había dicho que todo estaba bien, y que de todos modos el director Jeon era amable siempre. Sana recordó la manía y gusto de Chan de hablar con docentes siempre, ya sea amigablemente o solo una platica casual, así que se anima con que su amigo podrá hacer ese trabajo de nuevo y estará todo bien.

¿Dónde está tu amigo? Sería bueno que estuviera aquí por ti — Sana se sorprendió por la pregunta y le comentario, no porque Sharon supiera de su amigo o algo así, sino porque el idioma en que lo dijo fue en japonés, un idioma que hacía a Sana sentirse en casa, más específicamente en la casa de su abuela, quien fue su familiar más cercano antes de fallecer. Sonrió por ello.

Tiene un trabajo. Ya que es de primer año y yo de segundo, no tenemos las mismas clases — le siguió al idioma mientras sentía a Sharon pasando algodón por su frente, donde tenía un dolor agudo pero por lo menos ya no estaba mareada — ¿Eres japonesa o es que solo hablas el idioma? — le preguntó con una leve timidez, y escucharon a alguien entrando por la puerta principal de la enfermería.

Con curiosidad, Mina abrió la cortina, topandose con Hyunjin siendo guiado por la chica rubia de antes. Mina tapó sus ojos lo más que pudo con su flequillo y todo quedó en un silencio ya que dos chicos a quienes golpeó y una rubia la estaban viendo a ella y a Sana.

Hyunjin quiso escapar pero la rubia lo tomó por el cuello de la camisa bruscamente, ahogandolo un poco, y lo llevó con ella a otra camilla. Con esa escena, Mina cerró la cortina con firmeza y volvió a su labor con Sana, quien había bajado la cabeza en cuanto miró a Hwang y al amigo de Hwang junto a Dahyun. Era demasiado amable como para solo serlo, demasiadas suposiciones iban en su cabeza sobre Dahyun.

Sana, por unos momentos consideró que Dahyun podría ser algo como amigas pero resultaba cercana a su abusador.

¿Estas triste? — la pregunta de Sharon la regresó al mundo real y se dio cuenta que había estado haciendo un mohin y sus cejas habían estado fruncidas, dando una expresión triste hacia Sharon. Agradeció que siguiera hablando japonés porque no quería que los de la otra camilla entendieran su plática.

No creí que Dahyun fuera cercana a Hyunjin, creí que p-podría ser mi amiga, ya que me lo ofreció una vez — Sharon frunció el ceño y Sana supuso que era porque no conocía a Dahyun — Da-Dahyun es la rubia — Sharon asintió y siguió desinfectado las heridas de Sana.

¿Quieres una amiga?

Mina podía no ser muy sociable. Su única amiga está en Japón probablemente llorando porque se fue, o buscándola, o tal vez solo esté intentando seguir con sus cosas de su trabajo. Podía ser no muy sociable pero veía a Sana como una versión menor de lo que ella fue y sabe más o menos lo que Sana está pidiendo.

Hace cuatro años ella pedía silenciosamente ayuda, con un amigo o con su familia, pero a la vez ninguno parecía entenderle y solo lograban que se asustara. Mina puede verse a sí misma en Sana, una pequeña buscando desesperadamente ayuda y cuando la consigue no es como la que necesita. Mina ve eso, y de alguna manera sus planes de solo estudiar y no hacer amigos se caen en picada. Sana parece buena.

Tan buena que le asusta pero la entiende de alguna manera.

Sana asiente tímidamente, en el fondo sintiéndose muy avergonzada porque todos tienen amigos y ella solo busca pero no encuentra, aunque Chan es mucha ayuda.

Respondiendo a tu pregunta, tengo descendencia japonesa y viví desde mis siete años en Japón, pero nací en Estados Unidos — al información sacaron a Sana de un tema y recordó la pregunta que hizo antes de que las otras tres personas llegaran.

De ahí tu n-nombre — Sharon asintió, humedeciendo una gasa en alcohol para seguir con la herida en el puente de la nariz de Sana, era una raspadura que podría irse en menos de unos cuatro días pero igual pasó la gasa por ahí para luego poner un curita que encontró, más específicamente de un pingüino que le gustó a Sharon — Lindo — a Sana también pareció gustarle, algo que enorgullecio a Sharon.

No soy mucho de amigos pero puedo ser tu amiga, creo que tenemos en común más de lo que imaginas — lo dicho por Sharon sorprendió a Sana pero también le trajo una sonrisa que arrugó levemente su nariz y hizo que se removiera el curita. Sharon frunció el ceño por esto y acercó su mano para pegar bien el curita, pues no quería que se despegara ni nada.

¿Qué tenemos en común? — Sana preguntó, por inercia llevando su mano a su brazo por los nervios de tener una amiga después de hace un tiempo. Cuando Sharon mostró accidentalmente sus vendas de la muñeca al querer tomar, de un estante alto, más gasas para sus propios nudillos lastimados, Sana entendió a lo que se refería.

Sharon solo carraspeó y tapó sus muñecas.

N-No me refería específicamente a eso — dijo tapando todo lo que podía con su manga aquella zona.

¿Cómo sabes que yo las tengo? — Sana preguntó, desviando su mirada al suelo y una que otra vez hacia las muñecas de Sharon.

De alguna manera, y aunque suene mal, a Sana le aliviaba que Sharon tuviera esas vendas allí, le traía una sensación de comodidad por saber que no era la única, pero había una pregunta en su mente.

Las sentí cuando te detuve para que me dijeras dónde estaba la oficina del director — murmuró sacando las gasas de su empaque para humedecer en alcohol — Y ya estás bien, por cierto. Tal vez te puede sangrar la nariz pero no lo creo — cambió de tema, pero Sana no se fue por el hecho de ya estar bien, mejor se quedó allí viendo como Sharon limpiaba sus nudillos con un trapo y luego desinfectaba.

¿Pue-puedo hacerte una p-pregunta sobre lo tuyo? — Sana se animó a preguntar, queriendo cerciorarse de algo. Sharon entendió de que tema hablaba y asintió con un poco de duda — ¿Te cortas o te lo hicieron? — Sharon se tomó un minuto de silencio, pues había esperado un '¿Qué te sucedió?' como mayormente harían todos.

Me lo hicieron, hace cuatro años — y aunque lo último Sana no lo pidió, Sharon decidió decirlo.

¿Sabes mucho sobre enfermería? — Sana preguntó después de unos segundos pensando en si decirle o no, ya que ni a Chan o a su familia le ha dicho sobre porque todavía trae vendas. De hecho, ni siquiera saben que todavía las tiene puestas, pero Sharon parecía entenderla por experiencia propia y le gustaba como a la vez le preocupaba.

Pues lo básico, creo — la respuesta de Sharon no la convenció mucho, pero aún así, Sana apretó los labios y asintió para sí misma, pensando en cómo decirlo ahora.

¿P-Podrías...? ¿Podrías verlas? — la pregunta confundió a Sharon, quien levantó la vista de sus nudillos hacia Sana para ver a que se refería y la vio tocando sus muñecas.

¿Verlas?, ¿por qué? ¿No te pondría incómoda? — por lo menos, a Sharon le incomoda que vean sus heridas, y solo está hablando libremente de ellas porque Sana parece estar en un situación igual o parecida a la que tuvo ella.

Se entendían, y por eso estaba cómoda.

Es por algo que me inquieta — Sharon asintió y se acercó un poco, viendo como Sana empezaba a alzar la manga de su blusa y también a quitar la venda de su muñeca — La herida no cierra — murmuró cuando dejó en vista las marcas profundas y todavía frescas.

Sharon tomó la mano por los dedos para no alterar a Sana tomando su muñeca directamente, no era una herida como de años o ya tiempo, sino que se veía de pocos días. Sharon no podía creer como la chica frente suyo podía seguir estudiando, si ella misma se tomó dos años para poder tener ese tipo de contacto con personas, se sintió débil por unos segundos.

Fue hace dos semanas y parece de ayer — Sana comentó en un susurro, temblaba ligeramente pero le transmitía seguridad que Sharon solo parecía verificar que estuviera bien, como una amiga verificando que su amiga esté bien, le agradaba eso — No dejé que nadie las viera, me daba miedo.

¿No desinfectaste? Puede ser que la falta de eso y de que estén en mucho calor las tenga así — Sana giró su cabeza avergonzada hacia un lado, siempre tenía ropas encima para taparse, aunque esté muriéndose de calor, y no desinfectó porque el solo verlas le traía asco a sí misma — Voy a desinfectar y tendrás que tenerlas un poco sin las vendas, por lo menos unos minutos aquí o en tu casa a solas — Sana dudó un poco pero entendió que nunca se irían si no hacía aquello, y no quería esas marcas en su cuerpo — ¿Por qué regresar a estudiar a solo dos semanas de que pasó?, ¿no sería riesgoso para ti?

Convencí a mi familia que no era nada, ni siquiera saben que llevo esto — Sana apuntó a las vendas, mientras agachaba la mirada de nuevo y se avergonzaba por eso. No quería tener la atención de la familia, ya que solo eran miradas de pena, así que solo quería hacer como si nada hubiera pasado — Está bien — dijo pero Sharon la miró de una manera que le decía que sabía sobre esa mentira. Ahora que Sana veía bien, tenía ojos cafés muy bonitos y esa mirada solo parecía atravesarla hasta al alma y ver todas su mentiras. También una pequeña cicatriz en la ceja que no pudo ver bien ya que un piercing en esa misma zona tapaba esa marca, y el flequillo también.

Sharon alzó su manga del buzo y de su blusa, para luego alzar ligeramente las vendas, sin quitarlas pero dejando ver sus marcas que estaban peor que las de Sana aún cuando ya pasaron cuatro años de aquello. Sana se sorprendió al ver que eran incluso más grandes, pero Sharon las cubrió de nuevo y bajó su manga para que no se vieran las otras de su cuerpo, ya que no solo eran en sus muñecas como Sana.

Esto no está bien, por más que traté de que estuviera, no pudo estar mejor hasta que mi familia me ayudó — comentó, acercando la gasa hasta las marcas de Sana pero esta quejó fuertemente cuando su muñeca ardió mucho — Eso solo significa más probabilidad de infectarse — Sharon no era experta, pero algunas cosas así escuchó de su madre cuando ésta la ayudaba con heridas cuando era más menor — ¿Quieres que lo haga rápido y duela todo de una vez, o lo hago lento y que duela así como acaba de hacerlo? — Sana pensó en una respuesta más coherente.

Rápido — dijo y Sharon quitó la gasa para extenderla y pegarla con otra juntas, luego humedeció en alcohol y dejó caer rápidamente la gasa en toda la muñeca de Sana, rodeando las marcas y pegando la gasa — ¡Ahh! — no esperó el tremendo grito ronco que pegó Sana y se exaltó, pero más la exaltó que alguien quiso abrir la cortina.

— No entre, Minatosaki está sin camisa porque es una herida en el abdomen alto — dijo Sharon muy seria, regresando a hablar coreano para que le entendieran y tomando un puñado de cortina para dejar el plástico donde estaba.

— Oh, lo siento mucho. ¿Está bien? — Sharon lo percibió como la voz de una chica.

— Estoy bien, solo fue el alcohol desinfectado mi herida — Sana contestó apenas, agradecida con Sharon por no dejar que nadie entrara y viera sus marcas en las muñecas — Estoy muy bien, Dahyun — mintió porque en realidad seguía teniendo las gasas en sus muñecas y le ardía agudo.

— Bien. Si ocupan algo estoy aquí al lado todavía — de ahí escucharon los pasos alejarse y Sharon suspiró, dejando el coreano atrás para seguir en japonés y que no les entiendan los demás de la otra camilla, ya que se dieron cuenta que siguen allí. Sharon sabe que uno de los tres, que estaban a unos metros, habla fluidamente el idioma, pero que aún así no estaría atento.

Gracias, no me gustaría que alguien más las viera — Sana comentó, regresando al idioma también, y siseando cuando Sharon palpó las gasas en busca de seguir desinfectando.

Está bien. ¿Puedo preguntarte qué sucedió? — al final, Sharon fue la que acabó preguntando lo que ella misma tanto odia que le pregunten, le dio la curiosidad. Sana suspiró y se la pensó un poco, no era muy larga historia pero fue lo suficiente para que la tenga llorando en las noches después de una pesadilla.

Sacarla de ella misma podría hacer que por lo menos estuviera tranquila... o más alterada. Era riesgoso pero se decidió en asentir.

Yo hace dos semanas vivía en la cuidad vecina, donde un día solamente fui al parque y me había lastimado por jugar con niños, en-entonces un chico de mi edad me dijo que lo acompañara a su casa y me curaría las heridas — Sharon escuchaba con atención, también aprovechando la distracción de Sana para desvendar su otra muñeca y también desinfectar — Yo acepté porque lo conocía y era buen chico, pero al llegar solo me dejó inconsciente con un golpe en la nuca y desperté en el sótano de su casa donde me tenía amarrada, las ataduras eran muy fuertes así que por eso las marcas. Mi amigo Chan llegó antes de que abusara sexualmente de mí, lo noqueó y llamó a la policía — todo lo relató lo más rápido posible, sin querer profundizar porque estaba segura que llorará.

Solo se lo contó una vez a la policía y tardó como una hora ya que estaba entre tartamudeos, balbuceos, hipos de llanto y espasmos con sollozos.

Me hubiera vio-violado si no fuera por Chan, así que es el único en quien confío completamente. Mi familia solo me mira con pena y vergüenza. Aunque me aceptaron la petición de mudarnos, so-solo lo hicieron por pena — Sana terminó allí, bajando su mirada y notando que sus muñecas ya estaban libres de gasas.

Realmente no debiste regresar a clases si no estabas bien — Sana bajó la cabeza al tono de reclamo. Podían apenas ser conocidas pero parecía su madre regañandola. A Sana le dio una vibra divertida de eso y una sonrisa escapó de sus labios — Pero entiendo el por qué lo hiciste, tu familia no te apoyaría en una decisión de ir a terapia, ¿verdad? — Sana asintió, su familia diría que era para enfermos mentales aunque la misma policía les diga que no — Aún así deberías buscar por ti misma, tu familia te está haciendo daño ahora mismo.

¿Debería? No creo que sea para tanto — la mirada obvia de Sharon la hizo retractarse.

Te da miedo el contacto físico, te da nervios el contacto social, y desconfias demasiado de las personas. es importante — Sana bajó la mirada al suelo y asintió — Pero después de todo, es un consejo mío, no una decisión que yo deba tomar — lo último hizo a Sana alzar la mirada y mirar como Sharon tomaba sus lentes y se los colocaba — Falta exactamente un minuto para que empiece mi clase. ¿Qué clase te toca? — Sana se la pensó un momento, recordando su horario.

Historia — dijo junto a una mueca, ya que la clase la compartía con Hyunjin.

A mí igual, así que, nueva amiga, ¿vamos a clases? — pero el hecho de que Hyunjin esté ahí no parecía importar si Sharon la acompañaba, así que se levantó emocionada y miró sus muñecas al aire, las cuales ahora le trajeron nervios y buscó las vendas para colocarse las de nuevo — No — Sharon de repente dijo, mostrando sus vendas y tirandolas a un bote de allí.

Sana se alteró. ¿Qué pensaba Sharon? ¿Que saldría allá sin ellas así de repente? Pero se calmó cuando Sharon sacó unas vendas de un estante.

Te pondré nuevas y más livianas, las que tenías las apretabas demasiado — Sana asintió, alegre poniendo sus muñecas al frente para recibir que Sharon colocara una gasa limpia por sus marcas de la muñeca izquierda y luego que una venda ligeramente apretada cubriera la zona, notablemente más floja que la anterior que tenía. El mismo procedimiento pasó con la muñeca derecha — Ahora sí, vamos — Sharon acomodó sus lentes y su flequillo para abrir la cortina y voltearse para verificar que el curita de pingüino siguiera firmemente en la nariz de Sana.

Se alegró porque estaba firmemente puesto y Sana parecía más alegre que cuando la vio por primera vez.

Mina, se felicitó a sí misma de aquello, hizo lo que le hubiera gustado si se lo hacían a ella hace cuatro años.




. . . . .

Lo que le pasó a Mina es parecido a lo de Sana, pero mucho peor ya que fueron bastantes sucesos aparte del que tienen en común.

Ahí se lo pueden imaginar, pero luego lo sabrán.

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