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#03 - Merlina.

¿Cómo se habrá sentido Merlina de 'Wednesday' cuando caminaba por los pasillos llenos de estudiantes que la miraban como rara?... ¿Cómo habrá visto a aquellos estudiantes que le hacían paso y se alejaban de ella mientras cuchicheaban entre ellos? ¿Con odio, tal vez?

Mina tiene la leve sensación de que es igual a lo que siente ahora mismo. Disgusto.

Cada paso que daba eran varios pasos que daban los estudiantes para apartarse de su camino, y le encantaba aquello pues le daba espacio para no tocar ningún pedazo de sus presencias. Lo que no le encanta es que la miran tan fijamente que empieza a ponerse enojada de que el centro de atención sea ella.

No se veía mayor que ellos más que de un poco de altura. Podía tener sus dieciocho años y medio pero con todo lo que tenía encima ni se notaba.

¿Qué era lo que llamaba la atención entre todos?

Tal vez sea que este usando flequillo para tapar parte de su rostro, junto a lentes de sol, tapabocas y un buzo con capucha que la hacía apenas tener a la vista su cabello oscuro. Nada de su rostro podía percibirse, y todo en ella era color negro.

Su buzo era negro, sus pantalones también, sus zapatos, sus guantes sin dedos, su tapabocas, sus lentes, su cabello. Negro oscuro que daban la sensación de ocultar algo o de estar escondida.

Incluso la camisa debajo del buzo era manga larga y de color negra, de hecho. Mina recuerda que hasta su ropa interior era de algún color oscuro, tal vez gris o algo parecido, no logra recordarlo muy bien.

Respiraba con lentitud y sus ojos iban directamente hacia el frente, con el mentón en alto pero su rostro completamente tapado. Se veía... rara.

Entre todos los colores llamativos y brillantes, Mina con el color negro hasta por los poros llamaba la atención de cada estudiante en el gran pasillo.

Se arrepintió de escoger ese tipo de vestimenta, o por lo menos, ese color en su vestimenta, porque así estaba logrando lo que no quería; llamar la atención.

— ¿Y esta qué tiene? Parece una mancha entre tanto limpio.

Mina podía escuchar sus murmuros para nada discretos.

— ¿Es alérgica a la luz chocando con su piel o qué?

— ¿No será la que se rumorea que es terrorista?

— De seguro es tan fea como para taparse completamente.

Y había risas entre algunos grupos de personas, pero a ninguno le dirigió la mirada más que de reojo. Se miraban como los típicos estudiantes inmaduros y alborotados.

Mina solo esperaba poder adelantar años como antes lo había hecho, su intelectual la hizo que a los trece años hubiera pasado primero de preparatoria, pero ahora ni siquiera tenía aquellos ánimos de estudiar y ser la mejor, pero esperaba poder salir de sus estudios lo antes posible.

Hace cuatro años que no pisaba una preparatoria, la tenía asfixiada de tanta gente y atención. Casi había olvidado lo chismosas que son las personas a esas edades.

Mina piensa un poco y estaba en la edad donde debería estar estudiando para la universidad o incluso ya habría logrado graduarse, pero eso le llevó a tener otros recuerdos que deseaba enterrar. Si no fuera por aquel suceso, ella estuviera totalmente más animada con su familia.

La distracción la llevó a chocar con alguien aúnque parecía que este alguien también estaba siendo distraído... o distraída.

— Lo siento, lo siento, lo siento — y se notaba nerviosa por solo un choque contra ella. Mina miró hacia abajo cuando no encontró a nadie a su altura y pudo ver una cabellera castaña recogiendo cosas del suelo — Lo siento, lo lamento mucho — repetía una y otra vez pero a Mina no le importaba.

No importaba que se disculpara mucho, lo que le importaba es que fuera por su culpa que una chica esté disculpándose.

Se agachó firme y de inmediato para ayudarla a recoger esas cosas y echarlas a la caja que llevaba, la de cabellera castaña solo calló y quedó estática mientras Mina delicadamente juntaba sus cosas y las acomodaba casi simétricamente en la caja.

Sana estaba realmente nerviosa. El contacto físico desde hace mucho le es terrorífico y el contacto social, exceptuando con su familia y Chan, le era un infierno.

¿Ahora qué hacía? ¿Cómo reaccionaría? Ni siquiera había reaccionado cuando sus cosas ya estaban perfectamente acomodadas en la caja que traía.

Sana se levantó cuando notó que la otra chica lo hizo, con nervios hizo unas tres pequeñas reverencias seguidas y quiso marcharse con la cabeza baja pero una mano sujeto su muñeca, más específicamente donde tenía las vendas, esas vendas tapadas por la manga larga de su blusa. Se alarmó por aquello y jaló su brazo de regreso a ella.

Pero Sana sentía que la chica la miraba detras de esos lentes oscuros de una forma que decía: 'Ya lo sé'. Y le alarmaba aquello.

Mina la miró por un largo rato, ignorando las miradas tan atentas de los demás en el pasillo. Después de unos segundos suspiró y pasó su mano por la manga de su buzo de forma de distracción.

— ¿Me podrías decir dónde está la oficina del director, por favor? — preguntó por lo que inicialmente detuvo a la chica, aunque se sorprendió al tentar con sus sensitivos dedos algo más duro en las muñecas de la chica. Mina sabía lo que eran, pues ella misma tenía de esas en sus muñecas.

La chica castaña la miró un rato y luego se compuso a quedar derecha con la cabeza un poco gacha y los hombros un poco encorvados hacia delante. Apuntó al pasillo de su izquierda.

— Derecho, luego a la izquierda, hay un cartel en una puerta que dice dónde es — la tímida voz solo hizo a Mina sospechar un poco más pero asintió a la información.

— Gracias — volvió a asentir para luego dirigirse por el pasillo que le indicó la castaña.

A punto de dar vuelta a la izquierda como dijo aquella, dio una mirada hacia donde había chocado con la chica y la encontró en el suelo mientras un chico le pisoteaba, y pateaba, la caja con sus cosas.

Mina abrió los ojos en grande al ver al chico.

Sintió que su corazón se detuvo.

— No puede ser, no puede ser, no puede ser — empezó a repetir mientras caminaba más rápido y más encogida por el pasillo donde todavía pudo sentir miradas sobre ella, pero ahora le era indiferente aquella atención — No, no, no, no — negó con la cabeza hasta alzar su mirada y toparse con el cartel en una puerta que decía en grande y en mayúscula:

'OFICINA DEL DIRECTOR JEON.

TOCAR ANTES DE ENTRAR, POR FAVOR. PROHIBIDO EL PASO SIN PERMISO.'

Suspiró y negó de nuevo, no aceptando haber visto lo que había visto. Suspiró por última vez y alzó su mano para tocar con sus nudillos la puerta, pero esta se abrió dejando ver a un chico castaño de menor estatura que salió y la miró amablemente.

— Perdone, ¿usted ha visto a una chica castaña con una pequeña caja en manos? — ¿era una broma? Era justamente la chica con la que acababa de chocar.

Mina solo asintió, sin decir nada.

— ¿Me ayudaría diciéndome dónde? — el chico no parecía haber estado molesto por no recibir respuesta, más bien insistió especificando mejor.

— A la derecha del siguiente pasillo — su voz un poco ronca salió y su mano apuntó a la dirección dicha. Después de todo, no parecía ser un mal chico, y Mina no era tan alejada de personas como para solo ignorarlo.

— Se lo agradezco. Que tenga buen día — hasta ahí el chico castaño se fue, dejándola sola con la puerta de la oficina abierta.

Suspiró y aún así tocó la madera con sus nudillos, pues aúnque estaba abierta, no quería entrar sin ningún permiso dado. No quería ningún problema, solo terminar estudios y ya, era su propósito en esa preparatoria.

— Por favor, pase — la voz de un mayor la hizo asentir para sí misma y entró a la oficina, dejando emparejada la puerta porque no sabía si tenía que cerrarla — Por su complexión, adivino que usted es la señorita Ezaki Mina, ¿no? — Mina asintió a lo dicho — Soy Jeon Jungkook, director de esta preparatoria. Ya tengo listo su horario.

Mina no dijo ninguna palabra y solo asintió mientras el director abría un cajón y sacaba unos papeles. No le gustaba hablar mucho pero tenía un tema que tocar.

— Cualquier cosa puede informar a mí o al subdirector Jung Hoseok, quien es este hombre a mi lado — Mina apenas notó al hombre sentado al lado del director. Ni siquiera había puesto atención a la oficina.

— Sí tengo una cosa — Mina sorprendió a ambos cuando dijo, en palabras rápidas, aquello, ya que nadie decía algo cuando eran sus primeros días — Un estudiante hacía bullying en medio pasillo, a primera hora, a una chica. No es bonito que se te reciba así en tu nueva preparatoria. ¿Qué hacen en estos casos? — la pregunta dejó en silencio esa oficina.

El director pues nunca tenía estas quejas, ya que todos tenían miedo de todo estudiante que haga estos actos, hasta él mismo ya que esos estudiantes tenían dinero hasta para demandarlo. El subdirector pues solamente no esperó nada de lo dicho por la chica y quedó con una mueca.

Mina pudo ver al director Jeon tragar saliva y acomodar su uniforme mientras pensaba.

— Estaremos viendo aquello. Puede irse a sus clases, que está a punto de empezar la primera clase de su horario — Mina notó el repentino cambio, y suspiró en silencio, ya sabiendo qué pasaba.

— Si no toman cartas en el asunto la demanda que les llegará a ambos será la mía, director Jeon Jungkook y subdirector Jung Hoseok — dijo, haciendo una reverencia de despedida — Me despido y que tengan un mal día — Mina recordaba los regaños de su madre cuando decía eso.

'Que tenga mal día' era algo que le repetía a todos como broma y se ganaba algunos enemigos pero nada que le importaba de verdad a Mina.

Aúnque ahora Mina no lo decía de broma, nunca le gustó el innecesario deseo de los demás al querer hacer sentir humillado a alguien, y que esos hombres dejaran que eso pasara en ese establecimiento de educación la tenía de mal humor.

Se dirigió a la primera clase, que era matemáticas, donde ni siquiera se presentó y solo pasó haciendo una reverencia hasta sentarse en un lugar vacío. El bullicio que había dentro del aula pareció callar al verla a ella y todas las miradas fueron a parar en su presencia.

Se acomodó y puso su horario en la mesa para empezar a leerlo y memorizar ese día.

— Oh, una nueva rara — la conocida voz hizo a Mina estremecer y más cuando una mano quitó el papel de sus manos. No levantó la mirada de la mesa pero tenía la certeza de que esa voz dramática era la misma de hace casi cinco años, un poco más gruesa pero la misma — Oh, comparte muchas clases conmigo. Divertido, ¿no, nueva? — unas risas hicieron que levantara le rostro lentamente.

Por sus lentes oscuros, pudo ver el rostro de lo que antes conoció. En su adolescencia cuando conoció a aquel chico tímido y dramático, muy diferente a este chico ya crecido con aires de grandeza y con burlas de la década pasada.

— Umh, te me haces conocida, por qué no ver a el nuevo juguete, ¿eh, rarita? — la voz un poco más baja pero burlesca la hizo poner atención otra vez al mundo real y pudo percibir uan mano acercándose a su rostro, con la pura atención de arrebatar su privacidad y dejar ver su rostro lleno de imperfecciones a el público presente.

Pero esa mano no logró llegar a su destinatario porque Mina la tomó firmemente de la muñeca, incluso lastimando un poco que hizo al chico fruncir el ceño.

— Muchachos, muchachas, hoy tenemos nuevos compañeros, guarden silencio y tomen asiento — afortunadamente, antes de que le chico intentara pelear, la profesora llegó aplaudiendo para llamar la atención de los estudiantes.

Mina escuchó un bufido fuerte.

— Este es mi asiento, maldita rara — luego sintió como su hombro era empujado con fuerza hasta hacerla caer del asiento. Unas risas se escucharon en el aula, mientras Mina se tomaba el tiempo necesario para levantarse con decencia y delicadeza, sacudiendo sus ropas.

Un carraspeo de la profesora y las risas pararon un poco.

— Por favor, tomen asiento — como Mina esperaba, la docente no hizo nada en contra las acciones del chico aúnque las acababa de hacer claramente. Mina eligió otro asiento solitario donde nadie la quitó — Señorita, ¿su nombre? — la profesora se dirigió a Mina.

Mina, firme y decidida a hacer la pesadilla de los docentes parecidos a esa profesora, negó lentamente mientras seguía con la lectura de su horario.

La profesora carraspeó para apartar un poco el ambiente incómodo que quedó por el silencio de todos los presentes.

— Bueno. Tengo la lista aquí, así que puedo presentarla yo — otra negación lenta y firme de Mina le dio le respuesta y entonces soltó una risa nerviosa por no saber muy bien que hacer — Bien, saquen sus libros y me presentaran la tarea que les deje este fin de semana — se decidió por empezar la clase.

Mina sintió la mirada fija del chico de antes y la devolvió directamente.

Aúnque tenía puestos los lentes oscuros, el chico notó que la nueva lo miraba también y apartó su mirada pensando en por qué se le hacía tan familiar esa presencia.

Mina volteó lentamente a ver su horario y siguió memorizando, aprovechando el tiempo mientras la profesora revisaba tareas que ella obviamente no llevó porque era su primer día.

Mina se decidió porque su nombre fuera un misterio, ya que realmente no quería que el chico la descubriera todavía, le mostraría algo primero. El chico se había convertido en algo que disgustaba tanto a Mina, y Mina se lo demostraría.

Podría decirles a los profesores que la llamaran Sharon, pues así la llamaba su primer familia en Estados Unidos, y era su nombre de allá. Myoui Sharon Mina, un bonito nombre para tan imperfecta persona; como Mina se describe.

Volteó hacia delante teniendo una vista de dos amigas charlando, muy ajenas a sus alrededor, ambas rubias, una con un tipo uniforme que Mina desconocía y la otra con un suéter parecido tejido a mano.

Le resultaba bastante lindo el suéter, que Mina lo miró con detenimiento, le quedaba muy bien a la chica y se preguntaba si tendría crédito por tejerlo ella o lo compró.

No parecían ni siquiera notar que Mina las estaba viendo, hasta que la que parecía tener uniforme le dio por voltear un poco hacia atrás.

La de uniforme se exaltó por ver a la nueva mirando fijamente algo en ellas, aúnque no sabía exactamente qué porque tenía lentes oscuros. La chica estaba con brazos cruzados y no podía ver su expresión, por lo que le resultaba tenebroso.

— ¿Es un fetiche asustar a los demás? — preguntó y Mina frunció el ceño al ver que se dirigía a ella.

— ¿Quieres que te conteste como Merlina o por qué la pregunta? — y aunque el objetivo de Mina era no hablar, se le salió la pregunta al notar el parecido con la escena. La chica que le preguntó rió y la otra parecía estar más concentrada en ver a Mina con un detenimiento que le causó a Mina un poco de inquietud.

— Realmente solo veía si eres de las que copian su personalidad. Todos te comparan con ella — Mina no contestó, solo se quedó como estaba y el silencio llegó a el ambiente.

Mina estaba cómoda con el silencio, pues no el interesaba formar una platica forzada que obviamente no quería, así que ignoró completamente la pregunta por parte de la chica del suéter que cuestionaba su nombre. Mejor se concentró de nuevo en su horario hasta que la profesora empezó a explicar algo y puso toda su atención en la clase.

Después de todo, su propósito era estudiar, no hacer amigos.

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