Maia, la bruja ciega, nos había dejado en la habitación que... en realidad sí estaba bien hecha. Tenía todo, la cama era muy cómoda y resistente para el celo de dos Alphas. Ella tenía razón, no notaba los efectos del celo por el viaje... pero a la mañana siguiente me di cuenta de que ya estábamos empezando la semana. Mi cuerpo ardía y mi intimidad palpitaba de manera dolorosa.

-Jake... por favor... -pedí ya que él me estaba tentando con solo sus dedos.

Él sonríe volviendo a besar mis labios mientras adentra su miembro en mí. Me arqueé y lo acerqué más para abrazarlo pero con mis piernas lo hice entrar de golpe y por eso solté un gemido más fuerte. Él se movió rápido y duro, mientras disfrutaba de ver mis expresiones y escuchar mis gemidos.

-¡J..Jake...! ¡Ah...!

Me sentía tan bien y sabía que él igual, pero queríamos sentirnos mejor. Salió de mí y me movió hasta dejarme boca abajo, agarró mis caderas y me puso de rodillas. Sujetó con una mano mi nuca pegando mi pecho al colchón y con la otra agarró mi cadera para moverme y entrar en mí de nuevo.

Me aferré a las mantas con fuerza mientras sentía como golpeaba mi trasero hasta hacerlo arder más que mi cuerpo.

-¡Ah... sí, Jake... ahí, ahí me encanta! -hablé entre gemidos.

Él golpeó aquel lugar con más fuerza y velocidad haciéndome perder la cordura. Yo me corrí pero él seguía necesitado... Me jaló del brazo hasta que se sentó y me hizo colocarme sobre él estando frente a frente. Sus ojos dorados brillaban con lujuria y me miraba tan intensamente que podía excitarme de nuevo con eso solamente.

-¡Mhm...! ¡Jacob!

Entró en mí y me hizo saltar sobre él. Me aferré con mis uñas en su espalda y él gruñe de satisfacción. Muerde mi cuello y baja hasta encontrar mis senos, se encarga de dejar marcas en ellos y succionar mis pezones provocándome tanto placer que me sentía que iba a correrme de nuevo. Eso es lo bueno de la semana de calor... puedo correrme todas las veces que quiera y seguir aguantando hasta que mi Mate termine.

Lo empujé por el pecho hasta acostarlo, me sostuve con ambas manos sobre él y mis rodillas a ambos lados de sus caderas. Movía mi trasero en un vaivén, Jacob sujeta mi barbilla y me hace verlo para besarme los labios y meter su lengua en mi boca. Una de sus manos aprieta mi seno y la otra pasa por mi espalda hasta mi trasero y termina metiendo dos dedos en mi otro agujero.

-¡Mhmg! ¡Nhgah...!

Lo sentí correrse dentro nuevamente. Incliné mi cabeza hacia atrás y me arqueé al sentir como me llenaba por completo.

-D..Diosa... Jacob... se siente tan bien...

-Aún no hemos terminado, todavía nos queda una semana -sonríe de una manera que me hizo temblar de placer.

Así como lo dijo, teníamos toda una semana en la que no salimos de aquí. Incluso lo hicimos en el baño, en la ducha y en el lavamanos, además del jacuzzi que también había.

Jake sabía dónde tocar y cómo hacerlo, me conocía tan bien y mis zonas más sensibles. Volvió a marcarme cada día y no me dejó descansar, aunque... debo de admitir que yo a él tampoco lo dejé dormir mucho.

-Mi Luna... tiemblas demasiado pero me haces sentir tan bien...

Sujetó mi trasero con ambas manos y lamió mi intimidad haciéndome estremecer y sacar su miembro de mi boca para gemir.

-J..Jake... ¡Nhg!

Volví a sujetar su miembro y a meterlo en mi boca, movía mi cabeza de arriba abajo mientras sentía como la lengua de Jake entraba bastante profundo en mi interior al igual que sus dedos. Movía ambas demasiado bien.

Me enderecé y el me jaló hasta que prácticamente estuve sentada en su rostro al momento de correrme. No desperdició nada de mí mientras salía, me dejé caer a un lado jadeando y temblando pero él se acomodó de nuevo, colocándose sobre mí y entrando en mi interior de golpe.

Luego de correrme como unas cinco veces antes ahora estaba tan sensible que esto se sentía mucho más intenso y mejor. Él embestía mi punto exacto pero entonces cambió al otro agujero haciéndome arquear. Me encanta... Jacob me encanta, me hace sentir tan bien... que no quiero parar estando con él.