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Capítulo 30

Entré a la manada viendo como ya todos estaban mirando los restos que quedaron de la manada. Miré a todos lados en busca de Jacob y cuando lo encontré sonreí y corrí hasta él.

-Jake...

Estaba hablando con James de algo que parecía ser muy serio, no me miró enseguida. Se enderezó y me volteó a ver con un rostro severo y brazos cruzados, pero su vista quedó en el collar que traía.

-¿Y ese collar? -pregunta repentinamente.

¿Por qué preguntaba sobre esto?

-Me lo ha dado Sebastián como ofrenda para dejarme en paz -respondí confundida-. Solo espero que lo cumpla...

-Ya veo...

Ladeé la cabeza sin comprender su actitud tan... distante. Me acerqué más.

-¿Jacob? ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?

Él suelta un suspiro pesado pero su vista pasó a un sobre grande que estaba sobre la mesa tras él. Él lo agarró y observó un momento, parecía estar teniendo un conflicto interno... Podía sentir su decepción y molestia pero a la vez su confusión.

-Jake...

-Creíste que podrías esconderlo más tiempo, ¿no? -miré sorprendida hacia un lado.

-¿Tania? ¿Qué haces aquí?

-Ah... pues mi manada es aliada de la suya, es normal venir a ayudar con esto y con... descubrir a mentirosas como tú.

-¿Qué? -la miré confundida mientras ella se acercaba y agarraba el sobre que Jacob tenía en sus manos.

-Qué tal si esto... te ayuda un poco.

Ella lo abre y saca algunos papeles que en realidad eran fotografías. Las observé y abrí los ojos de par en par.

-Jacob, no creas esto. Se ve mal pero te juro que yo no...

-No puedes mentir más, Christina -habla Tania-. Aquí claramente se ve como eres tan cercana a Sebastián. Y este demuestra tu vínculo con los vampiros, nuestros enemigos.

Me muestra las fotos, en las que yo estaba con Sebastián en el pasillo aquella vez. Mi cabello cubría mi rostro por lo que no podía ver mi expresión que ayudaría a desmentir esto. Y la otra imagen me mostraba abrazando a Zoe y había otra en la que estaba llevándola conmigo.

-Y te muestras aquí como si nada, pretendiendo seguir engañando a Jacob.

-¡No! Jake, era una niña... no podía dejarla y que muera. Y tú sabes que si te hubiera engañado con Sebastián lo sabrías -mostré su marca-. Jamás lo hubiera hecho ni aunque no la tuviera... créeme.

-Pero si lo has hecho... -Sebastián aparece-. Que me niegues así ya no es divertido, bella Chris. Me cansé de ocultar lo nuestro.

-¡¿Qué "nuestro"?! ¡Si no tenemos nada! En serio, Jake... Yo no te engañé. Sabes que lo sentirías si así fuera.

-Deja de mentir -Tania me enfrenta-. El collar que tienes ahí es muy poderoso, evita que la otra persona sepa que lo has engañado. ¡Ya te han descubierto! ¡Solo tienes que admitirlo, de nada sirve negarlo aún!

-¿El collar qué? -lo agarré para verlo pero apreté mis dientes-. Yo no hice nada...

Me lo quité y lo tiré al suelo, miré a Jacob que seguía sin decir nada. Podía sentir lo confundido pero triste que estaba...

-Jake... -intenté acercarme pero Tania se puso en medio.

-Aléjate, no te acerques a él. Ya bastante daño le has hecho.

-¡Cállate ya! -la miré molesta-. Esto es todo por ti, ¿cierto? Tú te aliaste con ese imbécil para planear todo esto.

-¿Me quieres culpar ahora a mí? ¿Se te acabaron las mentiras?

Solté un gruñido, me estaba sintiendo tan impotente y con ganas de saltarle al cuello.

-Mi hermosa y bella Chris... -Sebastián apoya sus manos en mis hombros pero de inmediato lo aparté.

-¡No me toques!

-¿Ahora dices eso? Pero no te molestaba cuando lo hacíamos a escondidas de mi primo... Tus gemidos eran tan incontrolables que no parecías querer parar...

-¡Cállate!

Le di un golpe en la mejilla que lo dejó en el suelo, escupió algo de sangre pero no me importaba. Me volteé hacia Jacob.

-Jacob, de verdad... tienes que creerme, por favor. Yo no te engañé, tampoco estoy aliada con los vampiros solo ayudé a una niña perdida...

Estaba al borde del llanto, no sabía cómo hacer para que Jacob me creyera, estaba desesperada.

-Jacob... -lo miré suplicante.

Él simplemente aparta la mirada cerrando los ojos, sentía todas sus emociones y mezclarlas con las mías no ayudaba.

-No me crees... ¿cierto? -sollocé, él no dijo nada-. Jacob yo...

-Vete ya.

Tania me empuja haciéndome tropezar con mis propios pies hasta hacerme caer al suelo.

-Lo que hiciste no tiene perdón, no mereces ser la Luna de ninguna manada y mucho menos no mereces a Jacob. Déjalo en paz.

-Jacob, ¿eso quieres? ¿Quieres que me vaya? -pregunté pero él seguía sin hablar- ¡Di algo, maldita sea! ¡No te quedes callado!

Cerró los ojos como reteniéndose a sí mismo y agachó la mirada. Me molestaba porque ni siquiera es capaz de decirme que me vaya. Me levanté del suelo finalmente.

-Dijiste que no ibas a ser como ellos... sabes de quienes hablo. Pero parece que no fue cierto... -me mira por fin-. Eres tan injusto como ellos.

Pude sentir el dolor que le causaron mis palabras. Miré hacia un lado solo para encontrar a Diana y Sheyla.

-Jacob, ¿qué te pasa? No puedes dejar que se vaya -Sheyla se acerca-. Ella es tu Mate, es mi cuñada...

-Está bien, Shey... -le sonreí con lástima-. Parece ser que él no me considera como tal.

-Pero...

-Algún día sabrás que lo que dije fue verdad y te arrepentirás de haber creído en esto -espeté-. Solo que yo ya no estaré ni cerca para escuchar tus disculpas.

-Chris...

Cuando finalmente dijo algo aunque sea mi nombre, Tania lo interrumpe y se coloca nuevamente frente a mí.

-Estás molestando, deja las amenazas y vete.

-Eso no fue ninguna amenaza... -repentinamente la tomé del cuello y con fuerza hice que se arrodillara-. Esto lo es... No lo olvides, cuando todos sepan la verdad tú estarás en el punto de mira... No podrás escapar y el castigo que te espera será el peor de todos.

Vi el miedo en su mirada pero por fin la solté con asco, se sujetó de sus brazos mientras recobraba el aire.

Volví la vista a todos los presentes, la mayoría estaban desanimados pero sin saber que hacer o qué creer. Miré a Jacob pero me giré para irme, solo que unicamente alcance a dar un par de pasos cuando alguien se aferra a mí.

-Luna, no se vaya... por favor... -aquel niño de antes que salvé junto a su madre y su hermanita no pensaba soltarme-. Quédese, yo le creo.

Apoyé mi mano en su cabeza pero aparté la mirada para que no viera que estaba llorando. Me agaché y lo abracé con fuerza pero no demasiada.

-Gracias...

Me aparté de él y me volví a mi forma lobuna para salir corriendo. Chillé por lo mal que me sentía, realmente pensaba que por fin tenía un lugar al cual llamar "hogar", realmente creí que estaba con la persona correcta que jamás me haría daño... Entonces, ¿por qué me duele tanto justo ahora?

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