Abrí los ojos lentamente antes de levantarme mientras me estiraba, miré a mi lado pero Jacob no estaba. Sabía que estaría trabajando en su despacho así que fui a asearme antes de bajar a desayunar, pero terminando de bajar las escaleras me sobresalté al ver a alguien por allí.

-¡Hola! -una chica muy parecida a Jacob me ve emocionada y sonriendo.

-¿Am... hola? -mencioné yo.

-Eres Christina, ¿verdad? Diosa eres hermosa. ¿Cuántos años tienes? Aunque no aparentas más de veinte, ¿diecinueve, quizás? ¿O dieciocho? Bueno, ¿qué importa la edad? Nada. Lo que quiero decir es que...

-Sheyla, la estás agobiando.

Jacob aparece riendo y deteniendo los ataques de preguntas de aquella tal Sheyla.

-¡Oh! Lo siento, lo siento. No era mi intención.

-Está bien... -sonreí y hablé finalmente.

-Y dime, Shey... ¿Ya te has presentado? -Jacob se cruza de brazos pero Sheyla salta en su lugar y hace una mueca de haberlo olvidado.

-Ups... creo que me emocioné de más -ríe nerviosa y vuelve a mirarme-. Soy Sheyla Jenner, hermana de Jacob. Estuve de viaje por un tiempo por eso no he estado por aquí. Es un placer finalmente conocerte, Christina. Jacob me ha dicho mucho sobre ti.

-Igual es un placer, Sheyla...

-Dime Shey, si quieres -sonríe ampliamente.

-Entonces tú dime Chris, si quieres también -comenté haciéndola sonreír más.

En serio, parece la sonrisa del gato de Alicia en el país de las maravillas. ¿Puede ser mas grande su sonrisa?

-Eres tan amable...

-No he... hecho nada -comenté confundida.

-Lo sé, lo sé... pero sinceramente ya es como sentir que eres una persona tan linda y confiable. Lo sé, me dirás rara pero es verdad... se siente tan bien estar cerca de ti, ¿serán los efectos de la Luna de la manada?

-Creo que es solo ella -aporta Jacob-. Tienes razón, con solo estar a su lado uno ya siente mucha calma.

Me sonrojé por los nervios de aquellos cumplidos, yo los tomaba como tal.

-Me gustaría conocerte más, Chris... ¿Te gustaría ir conmigo al centro comercial luego?

-Creo que... está bien.

Ella chilla emocionada y feliz pero antes de que pueda arrastrarme al lugar mencionado Jacob la detiene.

-Dijiste "luego" hermanita. Ahora ella tiene que desayunar -Jacob me mira-. Ya está todo en la mesa, puedes ir tranquila.

Asentí y les sonreí a ambos antes de alejarme e ir al comedor donde, como dijo Jacob, estaba mi desayuno. Las chicas del servicio me saludan como de costumbre y yo a ellas. Me senté y empecé a comer, pronto llegó Shey más calmada y se sentó a mi lado.

-Jacob tiene cosas que hacer, yo me haré cargo de ti mientras tanto.

-Espero no serte una molestia -ella niega rotundamente.

-¡Por supuesto que no! Es más, me alegra, pasaré tiempo con la Mate de mi hermano, ¡ya quiero que nos conozcamos mejor!

Le sonreí enternecida y amable. Terminé mi desayuno y ella me jaló sin poder esperar mucho tiempo más. Vi entonces que tenía su propio auto estacionado afuera, se subió junto a mí.

-Y dime, Chris... ¿Cómo te va con mi hermano? A veces puede ser un idiota pero... es un buen tipo.

-Ya lo creo, no ha sido un idiota desde que lo conocí -me reí un poco-. Ha sido el mejor... -bajé la cabeza y jugué con mis manos-. Para ser sincera... a veces me preocupa no estar a la altura.

-¡Claro que lo estás! No lo dudes.

-Hm... no me conoces del todo... -me interrumpe.

-Es verdad, pero sé lo suficiente. Mi hermano mencionó que no la pasabas bien en tu manada, no me dio detalles de eso pero... sí me contó como fue que te encontró en el invierno.

La miré, se veía un poco desanimada por aquello, apretó el volante y veía su preocupación.

-Creo que para pasar por eso y ahora estar aquí debes ser alguien muy fuerte... Tu voluntad lo es, así que... No dudes que eres perfecta para mi hermano.

Sonreí enternecida de nuevo, sus palabras consiguieron animarme hasta que se ríe levemente por sorpresa.

-Para ser honesta también... Me alegro que hayas sido tu y que hayas aparecido antes de que se case con Tania, ¡Diosa no la soporto!

-Lo entiendo, fue muy... grosera.

-Lo sé. Jamás trata bien a nadie que no sea mi hermano. Hasta a mí me trataba como si no fuera nadie -se molesta.

Gruñe un poco pero enseguida se obliga a calmarse para cuando llegamos al centro comercial, ella apaga el auto y me sonríe.

-Dejemos de hablar de ella y vamos a divertirnos. Tengo tanto que quiero ver y comprar, y necesito tu opinión.

-¿Cómo sabes que mi opinión será buena? -enarqué una ceja mientras sonreía.

-Oh, lo sé.

Ambas bajamos del auto y nos adentramos al lugar, ella rápidamente me jala hasta la primera tienda y luego a la siguiente. De eso se basó mi tarde con Sheyla mientras nos conocíamos mutuamente.