Para cuando abrí los ojos sabía que estaba sola en la habitación, no le di importancia ya que seguramente Jacob tenía cosas que hacer al ser un Alpha. Me tallé los ojos y fui al baño, miré mis nuevas cosas como mi cepillo de dientes y de cabello. Me aseé completo, cambié mi ropa y miré lo que había en la mesita de noche, una nota sobre los medicamentos.

《Mi Luna, tienes que tomar los medicamentos que te han recetado, te doy hasta las nueve de la mañana. Y sé cuanto queda de cada medicamento, tómalos todos sin falta para que te recuperes.》

Hice un puchero leve dejando la nota a un lado. Entonces no podría dejar los que no me gustan, demonios. Los tomé con esfuerzo todos y cada uno pero hice una mueca con el jarabe más horrible de todos.

-Diosa, que asco -me quejé.

Dejé todo al terminar y resoplé. Decidí salir de la habitación, tenía un poco de hambre así que fui al comedor. De inmediato me encontré con dos chicas del servicio.

-Luna -rápidamente hicieron una reverencia- ¿Se le ofrece algo?

-A..Am... bueno... en realidad quería comer algo, así que... ¿me podrían decir dónde está la cocina?

-Oh, no se preocupe, nosotras nos encargaremos de su desayuno.

-N..No hace falta, en serio... yo puedo hacerlo.

Ellas me sonríen con ternura antes de hacerme sentar en una de las sillas de la mesa.

-Seguro que sí, pero de igual forma es nuestro trabajo y deber servirle a usted.

-No se preocupe, Luna, no es ninguna molestia. Es un placer servirle.

Ellas se van antes de que pueda oponerme. Solté otro suspiro resignándome a hacerme mi desayuno, pero sonreí un poco. Jamás habían sido amables ni atentos conmigo antes, era una agradable sensación. Me quedé sentada, esperando por el desayuno hasta que escuché unos pasos de tacón entrar al comedor. Era una chica muy hermosa, alta con el cabello y la ropa tan ordenados y un bolso de marca. Miraba su celular último modelo hasta que me vio.

-¿Hm? ¿Los sirvientes aquí tienen tanto tiempo libre para no hacer nada? -frunce el ceño-. No importa. Tráeme una taza de té de yerbas, ni muy frío ni muy caliente, rápido.

Me quedé confundida por lo que no me moví, ella aparta la vista de su teléfono al ver que no hacía lo que me dijo.

-¿Qué esperas? Vamos, de prisa, de prisa.

Chasquea los dedos en mi cara y yo me levanté. No quería problemas así que me alejé de ella para irme de allí.

-¿Qué haces? La cocina no está por ahí.

-Y..Yo...

-¿Y qué es esa ropa? ¿No usas uniforme? ¿Lo encusiaste a caso? No me sorprende... los de tu clase no saben cuidar sus cosas.

¿"Mi clase"?

"¿Ella quién se cree? Déjame salir, le enseñaré sobre modales"

"No, Lika. Calma... no tenemos que causar problemas. Solo... ignorémosla"

Lika gruñe en mi interior pero no hace nada. Yo volví a darme la vuelta para intentar irme de nuevo pero otra vez me detiene.

-Oye, te dije que vayas a traerme un té.

Sorpresivamente me toma de la muñeca y me jala con brusquedad haciéndome daño en el acto. Ella abre los ojos de par en par por un segundo y me suelta con una mueca de asco.

-Diosa, pareces anoréxica, que asco.

Retrocedí agarrando mi muñeca para acariciarla un poco por el dolor.

-¿Seguirás parada sin hacer nada? ¡No me hagas repetir lo que tienes que hacer!

-Oh por la Diosa.

Ambas miramos a un lado cuando las dos chicas del servicio que traían mi desayuno dejan aquello en la mesa y se acercan a mí.

-¿Se encuentra bien? -pregunta una.

-Sí...

-¿Ustedes son las responsables de esta nueva criada? Entonces son igual de incompetentes que ella.

-Señorita Tania, le recomiendo no... -ella interrumpe a la chica.

-¿Tú me recomiendas algo? ¿A mí? Insolente.

Tania la agarra del brazo con fuerza haciéndole daño claramente.

-Seguramente fuiste tú quien no la educó bien, entonces es tu culpa.

-D..Déjala -me animé a decir.

-¿Qué? -Tania me mira.

La chica a mi lado me intenta hacer para atrás y niega con la cabeza pero yo hice una mueca y me coloqué frente a la tal Tania que aún no sé quién se creía.

-He dicho que la dejes. Ella no tiene la culpa de nada y tú no tienes el derecho de tratarla a ella ni a ninguna otra de tal forma.

Tania parecía disparar fuego de los ojos, suelta a la chica y se planta frente a mí con mucha furia.

-¿Me estás jodiendo? Tú solo eres una maldita criada, ¿cómo te atreves a hablarme así? Le faltas al respeto a la prometida de tu Alpha, por lo tanto... a tu Luna.

Abrí los ojos de par en par ahora yo, ¿ella es la prometida de Jacob? ¿Por qué no me ha dicho nada? Pero... si están comprometidos quiere decir que a él le gusta ella... ¿Me mintió?

-¿Qué? ¿Ya no hablas? -se burla ella con una sonrisa-. Así es, soy tu Luna, y por faltarme al respeto te mereces un castigo.

Iba a agarrarme de nuevo pero yo estaba muy sorprendida como para reaccionar, hasta que milímetros antes de que pudiera tocarme otra mano agarra la suya con fuerza y la aparta de mí.

-¡¿Hm?!

Ambas nos quedamos sorprendidas de ver a Jacob fulminando a Tania y mirándola con desprecio.

-¿J..Jacob? -Tania lo mira sorprendida.

-¿Qué pretendías hacer? Dime. ¡¿Qué querías hacerle a mi Mate?!

-¿T..Tu Mate? Pero... -ella me mira rápidamente-. Ella no puede ser tu Mate, ¡mírala! Está por los huesos y además... ¡Yo soy tu prometida!

-Eso se acabó.

Jacob la suelta y me voltea a ver pero parece sorprenderse al ver que... en realidad yo estaba llorando.

-¿Mi Luna?

-¿I..Ibas a casarte con ella? -murmuré, Jacob se me acerca- ¿Lo ibas a hacer? ¿En serio?

Me mira sabiendo que yo quería una respuesta de inmediato, suspira profundo y me mira con lástima.

-Sí, pero tiene su explicación...

-¿Te gusta...?

La pregunta solo salió de mis labios antes de que pudiera pensarla. Mi voz salió temblando y como un hilo por el llanto.

-¡No! -se apresura a decir-. No, no me gusta. Yo...

-¿Qué dices, Jacob? -Tania se acerca y se cuelga de su brazo-. Si cuando estuvimos en la cama parecía gustarte mucho que hasta me llamaste para pasar juntos el celo.

-¡Tú...!

Aquello se sintió como una punzada en mi pecho. Aparté los brazos de Jacob de mí y me alejé de él, Tania me miraba sonriendo ampliamente mientras que yo no sabía que hacer.

-Chris, escúchame ¿sí? Lo que ella dice.

-¿Me dirás que es mentira? ¿Que no pasaste con ella el celo y que no te gusta? -hablé antes.

-Sí.

-Y..Yo... -me sujeté la cabeza sin saber que pensar.

Me dolía, igual que el pecho. Mi respiración estaba acelerada y mis piernas fallaban, caí al suelo rápido mientras no sabía que hacer. Las chicas de servicio se apresuran a socorrerme y Jacob se acerca un paso antes de que escucharamos otra voz.

-¿Qué es todo esto? -un hombre muy parecido a Tania aparece en el comedor.

-Alpha Hans, esto...

-¡Papi! -Tania salta a abrazarlo- ¡Jacob dice que nuestro compromiso se acabó! ¡Dile algo!

Jacob no dice nada mientras se acerca a mí y me toma por los hombros mientras que yo seguía hiperventilando.

-Lo siento... todo es un malentendido.

-Así es. El compromiso se acabó -dice el padre de Tania.

-¡¿Qué?! -ella salta enloquecida.

-Pero si eso lo sabías, hija. Aunque es cierto... estabas más emocionada por saber que te casarías con Jacob que no escuchaste lo demás.

El Alpha resopla por la actitud de su hija antes de mirar la situación y luego a ella de nuevo.

-Recuerda que quedamos en que si alguno de los dos encontraba a su Mate antes de la boda, esta se cancelaría de inmediato. Fue por eso que vinimos aquí hoy, para cancelar la boda y ver otro método de alianza entre nuestras manadas.

-¡Pero...! ¡No es justo! ¡Yo no acepté eso!

-Lo hiciste, y tus palabras fueron: "No me importa nada, acepto todo". Debiste escuchar de verdad si no querías que esto pasara.

Tania se queda mirando a su padre perpleja, hasta que suelta un chillido muy agudo y fuerte por su rabieta y se va tirando la puerta. Su padre niega con la cabeza.

-Lamento todo esto, Jacob... Bueno, te dejo para que arreglen las cosas. Ya hablaremos luego sobre la alianza.

-Sí, nos vemos Hans.

Él asiente y pasa su mirada por mí, me dedica una sonrisa amable antes de irse a perseguir a su hija. Jacob mira a las chicas del servicio antes de decirles que suban el desayuno a la habitación. Él me hace levantar y me carga en brazos, no dije nada. Estaba avergonzada en realidad.

Me había precipitado.