Día dos.

—Aquí vamos de nuevo. —Jisung murmuró para sí mismo cuando llego a la esquina con su cartel. El no quería hacer esto. Realmente no disfruto de todas las miradas que recibió el día anterior. Muchas personas comenzaron a cruzar la calle para evitarlo porque pensaba que podría ser mentalmente inestable y estar dispuesto a quedarse aquí para ofrecerle abrazos gratis a extraños.

Una vez más Jisung evito el contacto visual. Odiaba esto. Este fue solo el segundo día, por lo que tenía cinco días más después de este. Que ridículo. Tal vez debería haber hecho una apuesta con Jaemin sobre cuántas personas lo abrazarían. Después de todo, Jaemin parecía estar seguro de que alguien realmente lo haría. Jisung, por otro lado, sabía que nadie estaría lo suficientemente desesperado como para abrazar a un completo extraño en la calle de esta manera.

Mientras estaba allí, Jisung desvió su mirada, tratando de no dejar que sus ojos permanecieran en un lugar por demasiado tiempo. Una mirada prolongada lo haría parecer espeluznante si mirara directamente a alguien o accidentalmente hiciera contacto visual. Eso haría esto mucho más incómodo. Mientras cambiaba su mirada, Jisung vio a alguien al otro lado de la calle. Reconoció al hombre de ayer. Era el rubio, el que se detuvo a mirar a Jisung durante unos minutos. Lo estaba haciendo de nuevo.

¿Por qué siguió mirándolo a Jisung con tanta curiosidad? ¿Volvería a mirarlo de esa manera otra vez? Pronto, el hombre se alejo, dirigiéndose hacia donde sea que este su destino.

Apróximadamente media hora después, Jisung se asusto cuando un oficial de policía se le acerco. Temía que iba a meterse en problemas por causar algún tipo de disturbio público. Sin embargo, el oficial simplemente pregunto por qué estaba haciendo esto. Cuando explico que era un castigo por perder una apuesta, el oficial se echo a reír y le dijo que se asegurara de no molestar a nadie. Jisung se sintió bastante aliviado cuando el oficial lo dejo solo.

Unos veinte minutos antes de que las tres horas hubieran terminado, Jisung miro hacia adelante y vio al hombre rubio al otro lado de la calle. Quien quiera que fuera, no se detuvo a mirar a Jisung esta vez. Tenía la cabeza colgada y los hombros caídos. Quizás estaba triste. Jisung se pregunto por qué estaba triste. Algo debe haber sucedido en la última hora para abatirlo porque antes no se encontraba en ese estado emocional.

Cuando se le acabo el tiempo, Jisung regreso a casa otra vez.

—Todavía hoy no hay abrazos. —le dijo a Jaemin.

—¿En serio? Oh hombre. Sigo esperando que alguien te abrace. —Jaemin estaba realmente decepcionado de que Jisung no haya recibido ningún abrazo todavía.

—¿Por qué quieres que la gente me abrace? —Jisung dejo el cartel junto a la puerta principal y se quito los zapatos.

Jaemin meneo las cejas. —Puedo imaginarme la expresión de tu caer cuando un extraño te abraza.

—Usted es extraño. —Jisung dejo escapar un profundo suspiro, sabiendo que mañana iba a ser tan embarazoso como hoy.