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Integrantes del campamento.

Shane Walsh.

Lori Grimes.

Carl Grimes.

Dale Horvath.

Jim

Amy Harrison

Andrea Harrison

Donna

Allen

Ben y Billy

Carol Peletier

Ed Mala onda Peletier

Sophia Peletier

Glenn Rhee

Jacqui Douglas

¿T- Dog o T- Perro?

Morales

Miranda Morales.

Eliza Morales.

Louis Morales.

Daryl Dixon.

Merle Dixon.

Por último, Meiling Rockwell

Y otros más que ya no sé qué nombrar...

Nunca pensé estar rodeada de tanta gente así de repente, y era raro cuando no tenía mi madre a mi lado, porque siempre estuvo conmigo, pero ahora... era una persona desorientada en el campamento, no tenía padres, ni amigos, solo adultos que se veían obligados a cuidarme.

Aún así, sobre todo, me sentía perdida... ser yo nada más

Escribí en un libro pequeño todos los nombres de cualquier integrante del campamento en donde nos refugiabamos, pues fácilmente no podía acordarme de todos sus nombres para llamarlos o algo.

Aunque no era nada relevante, no socializaba con casi nadie.

Miré bien la hoja, llena de letras mías, y al instante solté un quejido, molesta.

Efectivamente mi caligrafía es un asco.

Probablemente escribiré los nombres una vez más, quizás con marcadores de colores pasteles, pegatinas y una tinta más fina, después de todo, eso ya lo tenía en mi mochila.

━ Hola Meiling ━ una repentina voz, desconocida para mí, se escuchó detrás mío, frunci mis ceños confundida y volteé rápidamente sobre mi cuello, con una rostro serio observé al niño con rareza

Carl Grimes.

- ¿Porque me estás hablando? - pregunté, sin entender - ¿¡Hay algo que ha pasado!? - pregunto aún más rara y asustada, casi como si estuviera gritando.

- Meiling es tu nombre ¿cierto? - asentí con la cabeza - mi mamá se acaba de ir al bosque, ella sola, quería pedirte si puedes ir a verla, no quiero que nada le pase - suspiré muy decepcionada, sabiendo que me hablaba solo por eso- yo no puedo ir, tengo mucho miedo.

Lo observé por unos segundos en silencio, dudando, entrecierro mis ojos observando su cara fijamente, me parecía algo peculiar sus facciones, quiero aparentar seriedad, pero de la nada empiezo a esbozar una sonrisa larga y exagerada, sin mostrar mi dentadura, solo elevando las comisuras de mis labios

- ¡Bien!

Él me observa confundido por mi repentino cambio de expresión pero después me sigue la corriente y se ríe conmigo, con timidez.

Me puse de pie, dejando mi libro a un lado, para ir en marcha, supongo que ya estaba estusiasmado a que averigüe si su madre estaba bien, ahora que lo pienso, no conozco para nada a Lori Grimes.

Una vez confundí a Shane con el papá de Carl y el niño se largó a llorar de inmediato, probablemente conseguí que se sintiera mal, pues eso era lo raro para mí que luego me hablara.

Empiezo a correr pero escucho su voz.

- ¿Como puedo agradecerte? - me pregunta luego de unos segundos, haciendo que dejara de correr, mientras el jugaba con sus dedos nerviosamente

- Yo se cómo - murmuré, viéndolo - dame tu mano - le indiqué, mientras me giraba para verlo mejor, algo inseguro, me enseñó su mano delante mío y la tomé delicadamente, con su mirada confundida sobre mí, tomé su dedo índice y noté que estaba algo nervioso, sin embargo, abrí mi boca para morder su dedo.

Al instante soltó un quejido de dolor, aquel quejido se escuchó muy fuerte, supongo que le dolió mucho, quizá por eso apartó su mano de mí rápidamente

- ¡Auch!, ¿p-porque me mordiste? - preguntó confundido, viéndome con sus ceños fruncidos, aunque nada molesto.

- Siempre quise hacer eso - solté una pequeña y suave risa, mientras veía tranquilamente, el niño asustado se encontraba asustado y demasiado confuso en mi actitud.

- ¡Está saliendo sangre! - exclamó desesperado

- Ten - le entregué una curita en su mano y el la tomó de inmediato.

- Gracias - susurró, sacando el papelito de la curita

- Bien, iré a ver a tu madre, si necesitas mi ayuda acércate a mi - hice una seña y, empecé a caminar hacía el bosque dejándolo solo.

Se qué Carl es el único aquí que por lo menos me dirigió la palabra y eso me agradaba mucho, pero después de todo... solo me pidió un favor de ver a su madre.

Cuando llegué más adentro del bosque, escuché a lo lejos quejidos de dolor, no se si era exactamente de dolor, ¿cansancio?, era un sonido raro.

Aunque una intuición de que Lori se encontraba probablemente en peligro, me hizo acelerar más el paso.

Me escondí en un árbol, para observar un poco, llevándome una gran sorpresa, Shane y Lori estaban teniendo cosas indebidas, no se si son indebidas, supongo que es normal en los adultos.

- ¿Que rayos? - tapé mi boca rápidamente para no hablar de más.

Me quedé pasmada, boquiabierta viendo como los dos se movían muy raro, y rápidamente hice un gesto de asco, empezando a caminar hacía el campamento, sin ningún propósito en seguir observando.

꧁ UNA INTERESANTE CAMINATA DE MEILING ROCKWELL DE REGRESO AL CAMPAMENTO ꧂
La niña caminaba mientras miraba el suelo pastoso, pateando algunas piedras. - ¿Que le diré a Carl ahora? Oye, Carl, no sé tú, pero tu madre está teniendo sexo con Shane, así que ella está en buenas manos, ¿no sabes que es sexo? Ay, bueno, no es mi culpa que seas tan inocente- habló para si mismo en un tono cómico, caminando lentamente con sus manos en el bolsillo- al diablo. Quiero ir a enseñarle a ese gato maricón de Silvestre, para que de una vez atrape al maldito Piolín, luego lo engordare- hablaba lentamente, mientras apartaba los arbustos- y luego lo cocinaré, y luego...- soltó un chillido agudo, atemorizada, al escuchar un ruido estruendoso provenir de los arbustos. Al instante, la rubia agarró la navaja de su cinturón y se acercó. Hasta que vió ardillas, unas dos o tres correr desesperadas de ahí- Si tan solo fuera Daryl para cazarlas- recordó la niña, sabiendo que era una gran admiradora de la ballesta y puntería excelente de Dixon.

Me sentí un poco mal ante eso, sabía que Carl tenía un padre, y claramente ese no era Shane, además de que era el colmo de que Shane era el amigo de su padre, y por lo que sé, él había muerto.

No sé nada sobre ellos, menos Lori, así que por ahora, no debo opinar nada a algo que no sé.

Ví a Carl a lo lejos, sentado en mi tronco, viendo el piso, preocupado, cuando me vió se puso de pie y corrió hacia mí con paso veloz.

- ¿Está bien? - preguntó cuando ya estaba cerca de mí

- Bien - susurré, para un mal momento mi cuerpo estaba temblando, las imágenes de los dos desnudos se repetía por mi cabeza como si estuvieran persiguiendome como un enjambre de abejas enojadas.

- Meiling ¿por que estás temblando?, ¿que le pasó a mi mamá?

- No, es que ví a tu madre matar un caminante y me dio muchísimo asco, nada más - mentí con un poco nerviosismo, el me vió inseguro y desconfiado pero asintió finalmente con una sonrisa

- Esas cosas también me dan asco - sonrió, yo asentí comprensiva - ¿estás bien?, puedo acompañarte a tu tienda de acampar si quieres - se ofreció con amabilidad, yo lo miré con confusión y ternura mezclados al mismo tiempo

- Estoy bien...

El me miró fijamente por unos segundos y se acercó lentamente a mí para abrazarme, al principio fruncí mis ceños, sin corresponder.

- ¿Por qué estás haciendo esto?

- Quiero ser empático, eso me enseñaron una vez en la escuela.

No soy una maldita niña con discapacidad para que me abraces como si fuera un acto de caridad.

Obvio no se lo dije.

Bueno, como ya sabrán, Meiling es algo inestable gracias a su mamá, así que no me revienten los huevos

Se qué la relación de Carl y Meiling ya es muy rápida, no se si a alguien le fastidia eso, la cosa es que cuando empecé a escribir esto estaba muy ansiosa a su primer intercambio de palabras por eso lo hice en el segundo capítulo

Adiós. Besos en la cola <3

Publicado : 12.12.23

Pd: en la imagen de arriba está la estética de Meiling del capítulo 2 hasta el 4.