
Yoonmin (3/3)
[Jimin]
Sabía lo que iba a decirme. Lo sabía incluso antes de que sacara el tema alegando que tenía algo que contarme. Esta vez no me había llegado de golpe como las otras.
"¿Te estás acostumbrando?"
Levanté la vista y aparté mis manos, las cuales tenía agarradas entre las suyas, jugando nerviosamente con mis dedos. Iba a decirme que me había vuelto a poner los cuernos, era obvio. Era doloroso. Era completamente esperado.
- La otra noche bebí mucho y...
- Yoongi, quiero dejarlo.
Levantó la vista de golpe, devolviéndome la mirada por primera vez en todo lo que llevábamos de conversación. Podía notar sorpresa, temor y angustia en sus ojos. Podía notar eso y me dolía más que a él, estaba seguro.
- ¿Cómo que dejarlo?
- Romper
No sé ni cómo me salían las palabras. Seguramente luego terminarían sustituidas por lágrimas, pero en este momento hablaba mi instinto de supervivencia. Seguir con Yoongi, seguir de este modo terminaría por matarme. Dolía demasiado.
- No Jimin... e-estaba borracho... realmente... realmente no quería...
- Si realmente no querías, entonces te violaron.
- ...
- ¿Te violaron, Yoongi?
- ...
- Responde.
- No.
De nuevo silencio. Ninguno habló en todo lo que tardé en ponerme en pie, en agarrar mi móvil y llaves de su encimera y acercarme a la puerta. Con cada paso el nudo de mi garganta aumentaba más y más.
- Ya... –tragué saliva y le miré, incapaz de bajar el manillar. Una vez que lo hiciera y saliera, todo terminaría. –Ya nos veremos...
- Jimin...
Me miró. Estaba llorando. Tenía los ojos llenos de agua y las lágrimas se desbordaban por sus mejillas, incapaces de detenerse. Él no se limpiaba, no hacía nada por evitarlo, solo me miraba.
"Vete"
Quería abrazarle. Decirle que le perdonaba, que todo estaba bien.
"Vete ahora"
Besarle con todas mis fuerzas. Limpiar sus mejillas y tomar sus manos. Acariciar cada centímetro de su cuerpo y volver a repetirle que no pasaba nada, que no llorara, que yo estaba aquí.
Pero no lo estaba.
Cerré la puerta y salí corriendo hacia las escaleras, bajándolas a toda prisa, cosa bastante inútil, ya que no anduve ni dos pisos y me desplomé en el suelo. Solté un grito y lloré con todas mis fuerzas, sintiendo como se me desgarraba el corazón.
Lo había hecho, lo había terminado para siempre.
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